El abuelo
Rosa vivía con su hijo Óscar de cinco años, junto con un perro y un gato. Ella trabajaba como maestra infantil, en una escuela a la que iba su propio hijo. Todos en el pueblo; bueno casi todos creen que Rosa es viuda, salvo sus doctoras la suya personal y, la pediatra de Óscar, también la directora del colegio y algunos compañeros. Por supuesto su peluquera y amiga Lucia, y, el padre Javier
A Rosa le encanta el pueblo, porque es eso un pueblo tranquilo, en su barrio hay una zona a la que accede desde su casa con bancos, columpios y un jardín desde el cual se ve el mar
A Óscar le gusta jugar allí con otros niños y, sólo. Rosa puede vigilar lo por la ventana. Al niño le gusta hablar con las personas mayores. Rosa sólo le ha prohibido una cosa que “Diga donde vive, que coma cualquier cosa que le den, ni un caramelo, y que no se vaya con nadie ni dos pasos”. Bueno también confía en Andrés el policía del barrio.
Óscar suele llevar un pequeño bocadillo y una fruta que come en el jardín, la mayoría de las veces, regresa con todo a casa, pero desde hace una semana no solo se lo come todo, sí no que le ha pedido a Rosa, que le ponga dos bocadillos, una botella con leche y la fruta. Y, se lo come todo y luego en casa come igual
A Rosa no le cuadra y expía. Allí está Óscar hablando con un hombre mayor, era para el anciano para quien el pequeño pedía la comida
Así que aquella noche al acostarlo, después de rezar sus oraciones le pregunta por él anciano
El niño le dice que es el abuelo, que está solo y, tiene hambre, porque no tiene casita
Rosa le recuerda que él no tiene abuelos a lo que él pequeño responde que ya lo sabe. Pero le llama abuelo porque es mayor y está solito.
Desde entonces Rosa, le prepara al niño unas meriendas más grandes
Y, una mañana en que no había colegio decidió ir a conocer lo. Pensando en ofrecerle que viviese con ellos.
Pero al estar frente a él; se le escapó un grito, padre, ¿Qué hace usted aquí?
El viejo hizo ademán de levantarse, pero ella le indicó que no se moviera, ella se acercaría
Después sentada a su lado en el banco le preguntó, cómo había llegado a esa situación. Cuando él y su esposa, es decir la madre de Rosa, le dijera que o, aceptaba ir a Londres a solucionar el problema, el problema ahora se llamaba Óscar, o se iba de casa. No podía manchar el nombre de la familia, eran una buena familia, miembros activos de la iglesia, tenía dos hermanas y un hermano menores que ella, una hermana casada con un abogado madre de dos adolescentes que era quien se ofrecía a correr con los gastos de la solución del problema. En el extranjero para que no se enterasen las amigas con las que iba a las manifestaciones pro vida
Luego estaba su hermano mayor Pedro casado con un niño, que pensaba como todos. Excepto Rosa, ella les dijo que jamás aceptaría su propuesta, lo que llamaban problema era su hijo o hija, les pidió que no la mirasen como a una cualquiera, el niño que iba nacer era hijo de su prometido quien de no haber muerto en la guerra en Afganistán, se habría casado con ella
Suplico a sus padres. Pero estos fueron inflexibles, y, Rosa metió sus pocas cosas en una maleta y se mudo a una pensión de allí lo haría a un pequeño apartamento alquilado, donde nacería Óscar, y cuando el niño tenía dos meses al pueblo donde se encontraba ahora
Y, ahora estaba hablando con el padre que la había echado de casa
.-Dígame, qué fue de su esposa, y, porque está usted en esta situación
“No, me trates de usted, soy tu padre, no digas”su esposa”, di, “mi madre”
.- Lo trató de usted por respeto a su edad, usted y su esposa dejaron de ser mis padres cuando me echaron de casa. Por cierto el niño que le trae la comida es el problema, que ustedes querían solucionar, y ahora por favor responda a las preguntas que le hice
“Tú madre murió, tus hermanos me convencieron de pasarles la casa, el chalet y la titularidad de la empresa familiar como donación y poner mis cuentas a su nombre, al principio todo siguió igual, pero un día aprovechando que me caí en la cocina, me convencieron de ir temporalmente a una residencia privada, cuando quise volver a casa, no tenía casa porque la habían vendido
Me marché de la residencia, cuando la pandemia les murió mucha gente, no digo que la matasen ellos, pero tampoco digo que no
Con mi pensión poco puedo hacer, cuando hace mucho frío duermo en una pensión, y, si no en el jardín
.- Vine con el propósito de proponerle, vivir con nosotros. Pero no puedo, tampoco le voy dejar en la calle, le buscaré plaza en una residencia de La Iglesia, o del Estado, mientras va a vivir usted en una pensión, donde también comerá yo pagaré todo. Y, una cosa el niño no puede saber que es su abuelo
Dos meses más tarde. Don Lisandro iba a vivir con las hermanitas. Rosa lo visitaba todas las semanas, poco a poco su corazón se abría al perdón
Un día pidió consejo al padre Javier.
Y, el joven sacerdote le aconsejó, perdonar a su padre, le dijo que pensara en el padre del hijo pródigo
Rosa se rió y le dijo a Javier que Óscar no se había ido que hablaban del padre de ella, y, Jesús no había hablado de nada parecido
Javier sonrió y le dijo. “Tú Rosa eres ahora en cierto modo madre de tu padre”
Rosa aceptó el consejo. Sería el día de la primera comunión, de Óscar
Tanto Óscar como el abuelo Lisandro se alegraron mucho, el niño sobre todo al saber que era su abuelo de verdad, un día tanto Rosa como Lisandro le contarían la verdadera historia, aquella noche en la cena familiar, Rosa volvió a llamar a su padre, “papá”
Un año después su padre le dijo que se había encontrado con su hermana mayor, se había separado porque su esposo la maltrataba, vive en un piso de acogida. Pero si tú quieres podría vivir en el ático
No, papá
Lisandro pidió el apoyo al padre Javier
Pero Rosa no cedió
“ El padre de la parábola acogió a su hijo no a los gorrinos que cuidaba”
Lisandro y Javier no han perdido la esperanza de convencerla en acoger a su hermana
¿Lo conseguirán?
Bueno esa es otra historia, la de la hermana
Está es la historia del abuelo
Fin
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