viernes, 12 de septiembre de 2025

El escaparate

 El escaparate.

Lucia era una muchacha humilde había llegado hacía pocos años del pueblo, y, poco a poco se iba aclimatando a la ciudad. Gracias a la que fuera su señora Doña Adela. Se había colocado en una frutería por las mañanas, excepto los viernes.

Tanto los jueves por la tarde, como los viernes por la mañana echaba una mano en la casa de Doña Adela

Los demás días por las tardes acudía a una academia, donde se preparaba para el certificado de estudios, la vivienda la tenía solucionada ya que Doña Adela le permitia ocupar la buhardilla, con otras sirvientas y comer con todos en la cocina 

En la academia hizo pronto buenas migas con otras chicas, que la invitaron a dar un paseo con ella, al salir clase, y, los domingos al salir de Misa, por la tarde iban al cine, o al baile 

Lucia no podía ella necesitaba dinero para enviar a su familia, pero llegó un momento en que no le quedó más remedio. Y, aceptó ir al cine, y otra para ir al baile. Eso sí, de pascuas a ramos

Su ropa era demasiado humilde, además estaba vieja,y, gastada las otras chicas aunque no fueran a la última moda, no llevaban ropa que parecía a punto de romperse 

Uno de los pasatiempos de las Jóvenes era ver escaparates de moda, mientras comentaban y charlaban y soñaban en alto, pensando en que acontecimiento se pondrían uno de aquellos vestidos 

Lucía tras despedirse de sus amigas, regresaba al escaparate y copiaba algún modelo

Después adquiría retales en una retaleria, o, deshacía una pieza de ropa, que hacía tiempo no se ponía. Y, una noche sí, una noche no, con tijeras, cinta métrica, aguja, hilo y dedal, se iba haciendo algunos de los modelitos, en algunos casos con simpáticos cambios.

A sus compañeras y amigas de clase les decía que era un regalo o bien de sus padrinos, de unos familiares que habían venido de visita etc 

Pero había una persona llena de envidia. La cocinera de Doña Adela. Que le dijo a su patrona, que Lucía no podía andar en buenos pasos, porque su sueldo en la frutería junto con el de la casa, descontando lo que mandase al pueblo, y lo que le costaba la academia, no le daban para estrenar modelos de escaparate cada dos meses y a veces cada mes. “Yo, sí fuera usted Doña Adela, la despedida”

Pero no lo es. Respondió la señora, y, salvo que Lucía le haya dañado a usted en algo. Le aconsejo que se ocupe de sus cosas, o quien será despedida será usted.

Naturalmente Adela, preguntó a la misma Lucia, quien le contó la verdad

Entonces Adela, de acuerdo con su esposo le cedió un piso céntrico, al que amueblo como vivienda y taller de costura, al principio habría sólo 2 máquinas de coser, una para Lucía, y, otra para otra chica que empezaría a coser con Lucía 

En poco tiempo, “Lucía la modista”, se convirtió en una casa de moda, con varios empleados, las personas de clase humilde tenían por poco dinero el modelo que deseaban

Las clases pudientes también, si querían un modelo exclusivo pues Lucía resultó también una gran diseñadora, se les hacía y se les cobraba como una casa de modas de 1⁰ rango, si elegían un vestido hecho a máquina se les cobraba como a cualquiera

Lucia no perdió la amistad con sus compañeras de clase, algunas se convirtieron en sus amigas de verdad 

Fue su taller el que hizo los trajes de novia de las que se casaron, de sus hijas y nietas

También de las dos hijas de Doña Adela, y de algunas amigas. Y, con el tiempo de las hijas de estas

A todos los que la conocían les extrañaba que no trajera a su familia, pero sólo respondía que no podía ser. Aunque ella los visitaba con frecuencia 

Un día decidió contar la verdad a Doña Adela 

Ella no tenía en el pueblo una familia normal, porque ella había sido abandonada en el torno de un convento donde se había criado con otros huérfanos a los que llamaba hermanos, de las monjitas había aprendido el dibujo y la costura 

Como eran muchos y el pueblo había perdido población, ella decidió venir a la ciudad, a trabajar. Y, mandar cada mes algo de dinero al convento que era su familia

Adela se secó una lágrima y preguntó

Por qué no se había casado

Lucia sonrió simplemente porque no he encontrado al hombre “que vista bien mi corazón”, pero soy feliz viendo matrimonios felices. Yo, quien sabe a lo mejor en el asilo de muy, muy viejita encuentro al esposo, “que vista bien a mi corazón”

¿Y, entonces te casarías?. Preguntó Adela 

“No, señora cada cosa tiene su tiempo, y de viejo no hay que perder la libertad”

Fin

viernes, 5 de septiembre de 2025

Abraham una charla

 Abraham una charla 

Relato basado en el patriarca Abraham

Celebrando el mes de la Biblia 

Dios y Abraham tras el sacrificio no sacrificio de Abraham 

Tras ofrecer el Cordero en lugar de ofrecer a Isaac. Abraham se sentó, quería hablar con su Amigo, no entendía lo sucedido 

Dios habla a su amigo Abraham 

Dios le habló, le dijo cómo se le había siquiera haber pensado que le estaba ordenando la muerte de su hijo.

Le dijo que cuando él quisiera la vida de Isaac la tomaría y en paz, no tenía que pedir permiso, ni que se lo enviaran todos los seres vivos eran suyos, él los había hecho 

Abraham responde a su Señor y amigo

Le dice que le entendió le pedía el sacrificio de Isaac allí en el monte Moriah, pero tenía pensado pedir le que volviera a Isaac a la vida, sabía que podía hacer lo y, lo haría 

Eres Dios de vida 

Dios dice a Abraham que entrega quería 

Dios le dice:

“Quería que desde monte Moriah le mostrases las montañas, los valle, los árboles, los gráciles y bellos animales saltando y retozando, el vuelo de las aves

Que de noche le mostrases el Cielo estrellado, que le hicieras ver y tocar el agua del arroyo y la fuente, y, ver la descender como espuma ladera abajo…Y, le dijeses que nada de eso hicieron ni Marduk, ni Isthar, ni Baal, porque ni existen, ni son nada

Yo, El Señor, soy el Único

Y, todo lo hice para ti

Por eso quería que le dijeras que no debe adorarlos. Yo los hice para él, y, solo Yo, no lo olvides Abraham soy, estoy por encima tuya y suya

Pero tú Abraham me confundiste con uno de los ídolos de tu pueblo, a los que éstos pobres ofrecen sacrificios humanos 

Abraham no entiende 

Él había entendido que Dios le había pedido la muerte de Isaac

Dios habla a Abraham de que un hijo de Abraham e Hijo Único suyo. Será Ofrenda perfecta de Amor 

Dios le dice a Abraham

Duele mucho la muerte de un hijo, de un hijo único duele, eso solo se hace por alguien a quien se ama sobre todo, así me amas tú, por eso no dudabas en ofrecerme lo en Sacrificio 

Pues bien Abraham un día, mi Hijo que también será tuyo, nacerá del vientre de mi hija primogénita, también tuya, ese Hijo Único, entregará su vida en este monte, para destruir los ídolos, la muerte, la injusticia. Pero no temas Abraham mi hijo, nuestro hijo en la muerte, será una ofrenda perfecta de Amor 

Abraham pregunta 

¿Tienes hijos?

El Señor le recuerda 

Que cuando recibió a los 3 viajeros se dirigió como si fueran unos solo

Abraham dice 

Señor, perdona mi osadía. Pensaba que tú eras el Único Dios, y me dices que sois 3 Dioses, cuatro con la Diosa tú hija 

La sonrisa de Dios 

Abraham yo soy El único Dios. La hija que piensas es una diosa es de tu semilla humana como tú, y, por ahora Abraham, hay misterios que aún no puedes soportar

No te agobies 

Yo soy Dio, tú mi criatura y mi amigo 

¿Por qué me sigues aceptando por tu amigo?

La Voz de un esclavo. ( Quien toma a su amo, por dormido). Pone fin al coloquio oración 

Amo, amo el esclavo piensa que Abraham está dormido y, lo mueve un poco 

Abraham abre los ojos, se levanta con dificultad le pesan los años 

Sabe, que el coloquio que mantenía con su Dios. Surgirá en cualquier momento su Amigo iniciará la charla. Y, no tiene que subir al monte

Hace tiempo que ha descubierto que Dios está en todas partes por ejemplo en su corazón, en la mirada de su hijo, y, en su esposa Sara, bueno en todas partes.












miércoles, 3 de septiembre de 2025

El viento

 

El viento 

Luisito estaba contento y triste. Contento porque estaba con su abuelo Jorge en Louisiana en la ciudad de Nueva Orleans, triste porque se había tenido que separar de su madre y sus dos hermanos de Katy y de Tico, sus hermanos, a su papá también lo echaba de menos, pero se alegraba de no estar con él, su papá le pegaba cuando bebía mucho que era a menudo, también le pegaba a su mamá. A quien sí sentía dejar de ver era a Rosalía la novia de su papá 

Sus padres se iban a divorciar y, por eso él había ido a pasar un tiempo con el abuelo, bueno lo habían enviado sus padres 

El abuelo Jorge le hizo un gran recibimiento; lo llevo a pasear y conocer el barrio francés

Lo llevó también a visitar uno de los cementerios católicos le contó que como los neo orleaneses, eran cristianos la mayoría cristianos católicos

Celebraban los entierros como una fiesta el difunto era conducido al cementerio en carroza de caballos, con música, como queriendo festejar la acogida que el buen Dios le haría en el Cielo

También le explicó el abuelo Jorge, que su papá como estaba casado no podía tener novia así pues Rosalía no era la novia de su papá era su amante.

Al cuarto o quinto día de estar allí hubo un aviso de tornado, y, Luisito ayudó a su abuelo a subir las cosas más importantes a uno de los pisos superiores pero más seguros, también a preparar sitio para algunos vecinos que no tenían viviendas seguras, y, como no tampoco olvidaron a los perros y gatitos que pudieron, después vino clavetear ventanas pertrecharse de radios y pilas para estar informados, escribir una lista con lo que cada persona debería hacer, y, llevar alimentos

El tornado fue muy fuerte, se escuchaba su “voz”

Al segundo día supieron por la radio que volvía la normalidad, había habido muertes que aunque la radio dijera que no eran muchos sí lo eran porque eran seres humanos, algunos de los vecinos que habían compartido casa con ellos tenían la suya destrozada, por eso él abuelo Jorge los invitó a quedarse, hasta que el Ayuntamiento les arreglase o diese otra vivienda

Llegó el día del funeral solemne pero el abuelo lo llevó a una capilla sencilla con poca gente, allí asistirían a Misa y se unirían en espíritu con el funeral en la catedral, al fin y al cabo Jesús era el Único protagonista en ambos 

A la salida de la Misa, el niño preguntó a su abuelo, porque Dios mandaba el viento malo, tornados, huracanes etc

Jorge le dijo, el viento no es malo ni bueno es el mismo aire que respiramos, la brisa que nos refresca, el tornado causó daños, pero también bienes purificó el aire, arrastró al río y del río al mar cadáveres de animales y otras cosas. Y, por supuesto Dios no se dedica a mandar tornados, la creación también tiene su albedrío 

A la semana siguiente tuvieron una sorpresa su mamá Celia llegó con sus hermanos y con Rosalía, que ya no era ni la amante de su papá. Había terminado con él cuando lo descubrió intentando pegar a Celia. 

Rosalía no sabía que era un maltratador, no quería que el bebé que nacería en pocos meses tuviera un papá violento

Celia le propuso ir de con ella y los niños a casa de su suegro 

Ambas mujeres se querían y respetaban mucho 

Ya, llevaban dos meses en el país americano cuando recibieron una llamada de Jorge el esposo de Celia, les pedía perdón a todos, había reflexionado, e ingresado en un centro especial donde lo ayudarían a curar se de su alcoholismo y su violencia, para que sus cuatro hijos tuvieran un buen padre 

El abuelo Jorge mientras cenaban y comentaban la buena nueva dijo, ha sido como un tornado un huracán enviado por Dios, todos esperábamos cambios, pero no fueron los que esperábamos tú Celia esperabas tras el divorcio venir té aquí con los niños, tú Rosalía casarte con el hombre del que te enamoraste, y del que llevabas, llevás un hijo dentro. Pero al verlo intentar pegar a Celia rompiste con el, que te amenazó, y fue entonces cuando Celia te propuso venir con ella, aquí nacerá tu hijo

Mi hijo al verse solo ha reflexionado y puesto remedio, fue como un huracán enviado por Dios

Abuelo dijo Luisito Dios no manda huracanes 

Sí, los de este tipo de Viento sí, un Viento que te empuja hacia delante que desbarata tus tontos planes, sin que sepas el cómo ni el porqué así descubres que has nacido de Dios 

Qué viento es ese, abuelo 

El Espíritu Santo, El Viento del Amor de Dios 

Cinco meses más tarde Rosalía daba a luz, a la pequeña Celia.

Dijo Jesús a Nicodemo:

“El Viento sopla donde quiere, oyes su voz pero no sabes de donde viene así es todo el nacido del Espíritu. Juan 3

Fin






 








 








La puerta estrecha

 La puerta estrecha

Aquel país tenía un gran rey, el monarca era justo con todos sus súbditos no hacía distinción entre los súbditos por ningún motivo 

Todos los años organizaba una gran fiesta a la que estaban invitados todos los súbditos. La invitación era libre, los que aceptaban ir y no disponían de transporte, no tenían más que decir lo, y un coche de caballos iba a buscar los y, los llevaba al palacio. También se regalaba el traje de gala a quien no podía costearselo

Todos los súbditos recibían, con la invitación. El recordatorio de que no llevasen regalos

El Marques de Monte Furado. Decidió llevar importantes obsequios al monarca; entendía que los pobres no llevasen nada, bueno en realidad pensaba que no pintaban nada en una fiesta real, pero él era un marqués, como iba presentar se, con las manos vacías

Llegó con grandes cestos llevados por lacayos. Pero al llegar a la puerta principal. El ujier le indicó que aquella entrada era solo para la familia real; los invitados deberían hacerlo por una puerta lateral 

Pero cuando intentó cruzar aquella puerta con sus regalos fue imposible, ni siquiera cabía una persona con una botella así que dado que no podía pasar con sus obsequios para que todos viesen que buen súbdito era, y que marqués tan rico y poderoso decidió tornar con todo a casa y se quedó sin la fiesta.

jueves, 21 de agosto de 2025

La casa de la luz

 La casa de la luz 

La pequeña merienda en la galería de la casa con su abuela cuando llega de la escuela, los días que no hay escuela y en otros momentos, también pasan ratos juntas en la ventana. La abuela cose, o saluda a las vecinas que la saludan desde sus ventanas.

La niña juega con sus muñecas. La abuela la llama y, la acerca a la ventana saluda con la mano a Doña Adela; le dice indicando a una mujer que les saluda moviendo la mano

Doña Adela sonríe. Y, sigue regando las plantas que tiene en su alféizar 

La abuela va a la cocina y vuelve con un plato en el que hay una onza de chocolate express, él que se usa para cocinar, pero que a la niña le encanta.

Mientras la chiquilla merienda aprovecha para decirle quien es Doña Adela 

Doña Adela es la señora de Don Juan, la mamá de Clara,Rosaura, Elisa y Juan Manuel. Son los de la casa de la luz

La luz es lo más importante, lo mejor que Dios nos da, la peor desgracia es ser ciego, y, peor aún ser ciegos del alma 

Abuela.¿Por qué le llamas la casa de la luz, está todo apagado?

Sí, es verdad pero le llamamos, “ la casa de la luz”, porque en casa no andamos a oscuras en parte gracias a ellos. Y, ahora vamos a salir y, lo entenderás mejor 

Ya en la calle abuela y nieta, entran en una tienda que pone “Electricidad Guadalupana”, el establecimiento está justo debajo de la ventana desde la que Doña Adela las saludo, bueno en realidad está dos pisos encima. Pero eso no importa la tienda de electricidad es suya; venden bombillas, y, todo tipo de aparatos eléctricos 

La mujer y la niña entran en el comercio

Buenas tardes 

Buenas tardes Don Juan 

Por favor apeeme el Don que me queda grande, Doña Obdulia 

Como quiera Juan, venía por unas bombillas 

Don Juan, pregunta el voltaje, saca unas bombillas de una caja, comprueba en un panel que alumbran prepara un paquete que introduce en una bolsa de papel porque en los años 60, del siglo XX, no existía el plástico. Ese plástico que nos dicen tarda más de 400 años en destruirse, seguramente viajan al futuro y por eso lo saben. Pero bueno esto no va de plásticos va de otra historia, de la casa de la luz 

Don Juan entrega el paquete, dice a Doña Obdulia el precio, le cobra, le entrega el ticket de pago, luego toma unos caramelos y los da a la pequeña. 

Abuela y nieta salen del comercio, van a la churrería a merendar chocolate con churros con una amiga de la abuela. La señora Ludivina

Mientras meriendan y charlan, la pequeña vuelve a preguntar porque le llaman, la casa de la luz 

“ No te fijas te, ahí compramos las bombillas que nos alumbran en casa”

Es verdad abuela, pero por qué dijiste que en casa teníamos luz en parte gracias a ellos 

“ Pues verás ellos nos venden las luces, pero tenemos que ir a su tienda a comprar, y tener dinero para pagar, pero lo más importante es que en casa los plomos estén bien, porque si no, las bombillas no encenderían, y, estar conectados dados de alta en La Compañía de la luz, pagar sus recibos, por que sí, no estamos conectados con La Compañía de la Luz, seguiríamos a oscuras, aunque todo lo demás estuviera bien 

Doña Ludivina, sonríe y dice a la pequeña 

.- Es como te dice tu abuela. Y, lo mismo en la vida, todos tenemos que ser luz, unos para otros, pero si no estamos conectados con “La Compañía de La Luz”, será imposible, por suerte está compañía siempre está disponible y paga nuestras facturas, pero a veces podemos romper con ella, Prefiriendo la oscuridad, hasta que pedimos perdón y volvemos a conectar nos

“ Como se llama esa compañía, señora Ludivina”

.- Se llama y es Jesús 

El domingo la niña asiste a Misa de catequesis, pronto hará la Primera Comunión

Ya hace meses que la Misa es en lengua vernácula 

Y, hoy la niña ha escuchado decir a Jesús

Cuando el sacerdote proclamó El Evangelio 

“Yo Soy La Luz del mundo’

Y, ha entendido un poco mejor a su abuela y a su amiga, y le ha pedido a Jesús que sea siempre su central eléctrica 

Fin 




El pobre Antonio

 El pobre Antonio un hombre que se creía muy malo y una higuera 

Antonio era un hombre corriente. En su vida había cometido algunos errores, algunos de los cuales le habían llevado a la cárcel.

Pero de eso había pasado mucho tiempo. Y, Antonio estaba plenamente integrado en la sociedad, trabajaba como cartero y todos en el pequeño pueblo lo querían y apreciaban.

Porque además de ejercer bien su oficio. Siempre estaba dispuesto a echar una mano sin pedir nada a cambio 

Pero nadie lo veía en la iglesia, nunca; a veces se acercaba como de puntillas, subía uno o dos de los viejos peldaños de piedra y de pronto se giraba y se marchaba corriendo.

Un día que fue a llevar una carta certificada al cura

Don Leandro. Este aprovechó y le pregunto porque no iba a la iglesia 

No, voy porque soy malo. Hice el mal, hice daño y, Dios odia a los pecadores como yo, soy un ex presidiario,y ahora un simple cartero no tengo méritos para estar allí 

Don Leandro le dijo

“Claro que no los tienes ni tú ni nadie. Pero te equivocas Dios ama no odia a los pecadores, el Hijo de Dios, murió en la Cruz y resucitó por los pecadores por tí, y por mi. Es verdad que lo que hiciste fue malo, pero cumpliste tu pena y,. ahora eres una buena persona, un buen cartero y un buen vecino, un hombre dispuesto a ayudar. Y, Dios te ama y quiere que aceptes su regalo. Que es él mismo, te quiere Santo, como San Pablo..

Yo no tengo méritos para el Cielo

“Ni, San Pablo tampoco al Cielo vamos por Jesús, mira ven conmigo vamos a la parte de atrás de la casa, allí tiene mi madre una huerta. Y, quiero mostrarte una cosa”

Antonio y Don Leandro llegaron a la huerta y entonces de pronto Don Leandro le mostró la higuera enorme ya cargada de pequeños higos

“Acércate, y, fijate aquí en esta parte del tronco está como quemado, hay hasta una pequeña oquedad. Hace años hubo una gran tormenta la higuera estaba casi recién plantada un rayo impactó en ella y le dejó esa marca todos en casa, decían que había que sacar la de la tierra para plantar otro árbol. Todos menos mi padre. Que se opuso y, la enderezó de nuevo, la visitaba cada mañana la regaba con cuidado y mimo le echaba los mejores fertilizantes. Y, la higuera seguía sin dar fruto, mis abuelos y mis tíos, decían que era perder tiempo y dinero tener la higuera ocupando tierra en balde

Mi padre respondió que él la cuidaba, nadie había gastado ni un céntimo en ella, y ahí seguiría. Él la iba cuidar y esperar que diese fruto, sólo la arrancaría si se secaba y Dios y yo, nos encargaremos de que eso no suceda. Y, un día apareció el primer higo y, otro

Mis tíos se casaron y se marcharon, mi padre se casó y su esposa, mi madre vino a vivir aquí nacieron mis dos hermanas, mi hermano Miguel el maestro, y yo. Cuando éramos pequeños, jugábamos y leíamos cuentos bajo sus ramas y, trepabamos por ella. Murieron mis abuelos, se fueron mis hermanos que vienen ahora con sus hijos y nietos. Murió mi padre, quedamos mi madre y yo. Y, ahí está nuestra vieja higuera, o Doña higuera como le llama mi sobrino Luisito; pues bien Antonio esto te propongo como ejemplo

Antonio que llevaba callado un rato dijo 


.- Me va perdonar pero no veo en qué puedo imitar a su padre q.e.p.d 

“A mí padre en nada, nadie dijo que el modelo a seguir fuera él, no el modelo es la higuera. Ella está aquí por mi padre, un rayo y un vendaval casi acaban con ella, si mi padre no la hubiera cuidado habría terminado en la cocina, mi padre espero que diese fruto, y produce los mejores higos de los que te vas llevar un cesto y dos botes de mermelada de la que hace mi madre. Todos somos como la higuera, a ti el vendaval de la tentación y el rayo del pecado te tumbaron, y, te dejaron una pequeña marca. Pero Dios te ama te levantó y espero como hacía mi padre. Tus primeros frutos, que fueron primero ser un buen preso, ya libre un buen cartero una persona que ayuda a todos.”

.- Pero en qué es la higuera modelo para mí 

“En que ella no pretende ser manzano, ni almendro ni cerezo, ni roble, no es el árbol más hermoso, ella acepta lo que es, dar humildes higos, no es hermosa pero es amada, como tú, Dios no te ha pedido nada extraordinario hasta ahora, te pide lo que haces. Ni, tú ni yo seremos frondosos robles ni rosales, ni floridos almendros… Pero si fértiles higueras, por eso no hay excusa de que no vengas a la iglesia. Nos vemos el domingo”

El domingo Antonio fue a Misa. Ahora sabía que Dios nunca había dejado de amar lo. Y, sólo le pedía ser “higuera”

Fin





miércoles, 30 de julio de 2025

La vieja casa


La vieja casa

Siempre me habían gustado las cosas que pudieran albergar algún tipo de misterio. Había una casa, ya vieja, no antigua vieja, se le veían desconchones, estaba en el camino, por él que pasaban los autobuses, bueno, entonces se llamaban, coches de linea.

Yo, miraba para la casa ensimismada, cuando iba al baile con mis amigos y amigas, los demás se reían. Pero yo quería saber que había en la casa, que guardaba

Un día años más tarde yendo en el coche con unos familiares, decidí pararme y explorar, la verdad no había mucho que explorar, la casa estaba casi al borde la carretera, tenía un bajo, en el que seguramente tiempo atrás estuviesen las cuadras, la puerta era de estas medio partidas, es decir que se abre la hoja superior, y, la inferior queda cerrada

Después se veía un piso superior, ya que tenia un balcón cerrado con una puerta que en su día, había estado pintada de blanco. Y que tenía un cristal roto

Rodeando la casa, había un pequeño huerto y jardín mustio y seco, y, un pozo tapado, que ignoro, si daba agua

Aun no había teléfonos móviles, así que pedí a mi primo Andrés que le hiciera una foto con su cámara, a lo que se negó alegando que aquello era una propiedad privada, y, nadie nos había dado permiso

A mí me parecía absurda su idea, pero no tardo en aparecer un hombre mayor que nos pregunto

¿Les gusta la casa, no querrán comprarla?

Yo, lo miré y respondí, bueno dependerá del precio

Pues sabe que les digo, que no lo hagan, esta casa está maldita, si la compran, empezarán a sucederles desgracias, males sin cuento, pues la habita el diablo

No pude evitarlo, y me eche a reír. Le dije que no me importaba, fregaría los suelos con sal y agua bendita

No, se ría joven, respondió el anciano, esta casa está aquí para atrapar a los incautos, por las mañanas temprano no está, y, por las noches después de las 3 de la madrugada tampoco.

Ya tuvo compradores y, ocupas pero de ninguno, se volvió a saber nada, solo que a sus familias, además de su perdida, les sobrevinieron las desgracias los males sin cuento.

Vamos por favor, señor que estamos en 1985, y, habla usted como si estuviésemos en la edad media, qué pasa que la casa se va a la discoteca, o al salón de baile. Por cierto me llamo Berta, cual es su nombre, mi nombre era Miguel, ahora soy uno que precisa oren por él.

Vaya su nombre era Miguel, que pasa, que se lo cambió, pues es bien bonito.

No, me lo cambié los nombres que tenemos en este mundo, es mientras estamos vivos, y, yo no lo estoy, la casa me mato, y llevo a mis padres a la locura

Ni que decir tiene que no creía nada, pero no podía evitar un hormigueo extraño, una mujer apareció cruzando la calzada con cuidado, venía de una de las casas del otro lado.

Qué hacen aquí solos mirando como pasmarotes, si el coche de linea, tiene que girar por algún motivo, los mata, váyanse, aquí no se les perdió nada, si fuesen mis nietos, los calentaba

En el coche no volví a tocar el tema, con mis parientes, ellos también se habían impresionado, pero había algo que yo quería, comprobar, sí era cierto que la casa desaparecía.

Sí ya se que no tiene ni pies ni cabeza, lo de las 3 de la madrugada, me era fácil ya que un vecino que era guardia civil, solía cuando tenía guardia, hacer aquella ruta, precisamente a aquella hora.

Así que le pregunte, que opinaba de la casa vieja. Se sorprendió, allí no había ninguna casa vieja, lo que hay son los restos de un viejo cementerio familiar, incluso en una de las tumbas, se lee a un un nombre Miguel, y, una fecha 1820-1839, nada más

Aquella respuesta no me hizo gracia, y decidí preguntar a otra persona, que iba a trabajar por esa zona muy temprano, si se había fijado en la casa, la respuesta fue la misma que la de mi vecino, el guardia civil, no había tal casa

Pero cada vez que íbamos al baile, o a cualquier otro sitio allí estaba provocadora, un día yendo con unos amigos en el auto, mi amiga Ricarda, dijo que casa, tan simpática, por qué no bajamos y exploramos

No, dije gritando mejor empieza a rezar el Rosario, lo necesitamos, y ofrece un misterio por Miguel

Mi amiga se sorprendió, pero empezó a rezar y de pronto un apestoso olor a azufre lo invadió todo, miramos hacía la casa, ya no estaba.

Pero sí vimos un jardín muy hermoso, y un joven que nos sonreía y subía por unas escaleras, que como cristianas sabíamos a donde iban y que el joven era Miguel, el anciano difunto que me había pedido ayuda.

Desde entonces he dejado de curiosear las casas viejas que me encuentre en el camino.


Fin