domingo, 8 de septiembre de 2019

Sal. El sabor de los sabores

La Sal. El sabor de los sabores

Este relato, que dedico a mi Tía y socia, Flora en el Cielo donde sé que Dios, disfruta de su compañía.

Lo cuento como ella me lo contó muchas veces

Hace mucho tiempo, que había un rey muy poderoso, que tenía  3 hijas, 3 princesas una de las cuales heredaría el trono

Llamo el rey a la primera hija, la princesa “Lofaire”, y, le dijo.

Dime hija, como es el amor que sientes por mí

La princesa pensó un poco, y, respondio
Mi Padre y Señor, vos sois para mí, como todos los océanos, y, sus riquezas, como todas la montañas y sus riquezas, como el color y el canto de todas las aves, como todos los tesoros que la tierra esconde en sus entrañas, por encima de los amores que me brinden mis pretendientes. Mi amor es o quiere superar todo esto que os he nombrado

El rey sonrío, y dijo a la princesa sois una buena hija, retiraos, que venga Lereina, vuestra hermana

Y, llego la princesa Lereina, y, el rey le hizo la misma pregunta
Y, la princesa le dijo que lo amaba más que a la  música, que a la pintura que a la poesía, que no podía describir su amor, el rey le dio las gracias, y, la despidió, rogándole que viniera la hermana menor.  Flora

Y, llego Flora, el rey le pregunto lo mismo, que a sus hermanas, y, ella saltándose el protocolo, se sentó en el regazo de su padre, y, le dijo, papaíto, yo te quiero como a la sal, tú para mí eres como la sal

El rey se indignó y mando que fuese encarcelada en una mazmorra.

Paso el tiempo, y, el rey enfermo, ningún plato de los que le servían le apetecía, hicieron venir los mejores manjares de todo el mundo, nada, nada comía el buen rey, y, se estaba muriendo, sus hijas sólo acudían a verlo, guiadas por el protocolo.

Pero un día, un criado se dijo, “No quiero que muera mi rey”, le voy a preguntar porque no come, ya que los médicos que lo visitan no le encuentran nada
Y, saltándose el protocolo, el criado le pregunto. Por qué no comía, y, el rey, le respondió, porque la comida que me servís no tiene sabor, todo es lo mismo

Majestad dijo el criado, han cocinado para vos los mejores cocineros, y, han venido viandas de todo el mundo.

Nada de eso, te digo que sea mentira, pero a los platos les falta algo. ¿Dime, sabes si les han echado sal?

Sal, no Majestad, después de lo sucedido con, bueno vuestra Majestad ya sabe, pues las princesas han dicho en la cocina, que se arrojará la sal al campo.

Hijas necias, y, necio yo, que desdeñe la que me amaba de verdad, manda que vayan a comprar sal, y, cocinadme lo que sea, el más humilde de los platos, y, servídmelo

Hicieron como dijo el rey, que comió con placer, luego dijo, ahora quiero ir a las mazmorras a liberar a la mejor de las hijas que Dios y la reina, me dieron, ella será mi sucesora. Y, como lo dijo lo hizo, no sin antes pedir perdón a su hija Flora, intento hacerlo de rodillas pero ella, como buena hija, y, buena súbdita no le dejó.

Padre, no me dolió el ser encarcelada, sino que no entendieses mi amor, quería decirte que no podía vivir sin tu cariño, que eras mi papá, que eras como el sabor de los sabores

El rey, le dio un beso, y, prosiguió me cegué con lo que dijeron tus hermanas, pero sin lo que ellas dijeron se puede vivir, los tesoros que esconde la tierra muy pocos tienen acceso a ellos, pero sin la humilde sal, sin el sabor de los sabores nos morimos de hambre, pues la comida, a nada nos sabe.
Fin