jueves, 29 de noviembre de 2007

El gorrión y el águila

El gorrión y el águila 
El era un pequeño gorrión que surcaba todos los días el aire en busca de un insecto que llevarar sé a la boca, o de un granito de trigo o de otro cereal. Un día, llego la época del “amor” y gorrión fundo un hogar; con otro gorrión hembra. Empollaron sus huevos y a su tiempo salieron al mundo los polluelos Gorrión se sentía feliz. Cuando observaba a su “esposa” alimentando a los pequeños. O saliendo a buscarles comida; mientras él los cuidaba. Los dos observaban con miedo, y con admiración el vuelo del águila, majestuosa. Blandiendo la envergadura de sus grandes alas. Señorial. Cada vez que cruzaba hacia su casa en los altos picachos de las rocas. Un día el águila. Tomo entre su pico a la “ esposa y a los hijos” del gorrión. Sin que este pudiera hacer nada para evitarlo. Con gran dolor vio como los mataba en el aire. Y se llevaba sus cuerpecitos para alimentar a los aguiluchos. Gorrión juro vengarse. Toda su vida la dedicaría a pensar el modo de aplastar aquel ser tan malvado. Paso el tiempo y ya. Gorrión había olvidado no su rencor, sí su venganza. ¿Qué podría hacer un pajarito como él contra un ave como el águila? Cierta mañana, se encontró con un hecho inesperado. Su enemiga el águila. Se hallaba dando revolcones en el barro. Atada por una patita a una estaca. El hilo era sencillo. Pero ella no podía romperlo, y cuanto más trataba de hacerlo más se enmarañaba. La pobre daba pena. Chapoteando en el lodazal. Cuando había sido criada para surcar los aires Gorrión se dijo. Ahora es la mía. Podía muy bien atacarla desde atrás y sacarle los ojos. Irla matando a picotazos. “Y demostrare que soy” su ángel de la guarda. Porque los gorriones tienen ángel de la guarda. Le dijo. “Demostraras que eres un bestia. Si quieres demostrarle, que eres mejor que ella. Ayúdala”. El gorrión asi lo hizo. Con mucho cuidado rompió el hilo que la sujetaba. Y el águila quedo libre. El pajarito pensaba que, ahora en agradecimiento le pediría perdón. Por sus hazañas anteriores. Pero una vez libre, lo primero que intento fue cazarlo; y de no ser por su destreza le hubiera servido de alimento. Otro día le preguntaron otros pájaros que haría si la viera de nuevo presa, o caída en una trampa. La salvaría. Respondió sin vacilar el avecica. Ella pobrecita no tiene culpa de ser así. Y es que el gorrioncito era en su corazón más grande que el águila. En cuanto a esta volvió a caer en otra trampa, y la vio otro pajarito. Al principio, iba ayudarla pero no era del tipo de gorrión y pensó. Que para acabar a lo mejor comido. Mejor sería dejarla atadita. El águila llamo y pidió socorro inútilmente. Pero el resto de las aves no eran como gorrión y no estaban dispuestos a figurar en su menú. Así que no encontró ayuda, acabo por morir ahogándose en el barro. Cuando gorrión lo supo lloro mucho. Aunque poco tiempo pues el amor había vuelto a llamar a su corazón de ave. Y pronto nuevos gorriones surcarían los cielos

jueves, 1 de noviembre de 2007

La gallina pelada



Esta historia transcurrió en Galicia; hace ya bastantes años, vivía por aquel entonces en un pueblo de la provincia de La Coruña, llamado Santa Marta de Ortigueira, un pequeño a quien llamaban Cesariño, que vivía en compañía de sus papás,  abuelos, y. hermanas en una casa de labradores, en la que como en todas las de su especie no faltaban las gallinas; dichos animalitos, correteaban por el patio, picoteaban por las huertas, las de sus amos y, las de los vecinos, una de estas gallinas; es la protagonista de nuestra historia la llamaban “la gallina pelada”; porque el avecilla a quien sus dueños querían mucho: porque era una gran ponedora tenia el cuello pelado, es decir sin plumas, nadie sabia el motivo aparte de eso era negra como la noche, pero de un negro bonito, de un negro luminoso, porque hay un color negro bueno, y, uno malo, es bueno el color negro de las personas de color, de la noche, de los apagones de luz de un perro o un caballo negro en suma es bueno el color negro hecho por Dios, y, es malo el negro de la conciencia del crimen, en suma del que procede de los hombres; así pues la gallina pelada tenía un color negro muy bonito.

Cierto día se rompió una patita, y en la casa  de Cesariño; tomaron una resolución, había que matar a la gallina, no la podían dejar siendo coja, pues lo que sucedería, seria que el raposo ó,  sea el zorrito se la comería, y, antes de que la comiese el zorro. pensaban que era mejor comer la ellos; aunque a decir verdad a la gallina tanto le daba quien la comiese

Cesariño,  intervino para decir; que no estaba de acuerdo, y, pidió por favor que no la matasen, que él la curaría; tanto sus padres como sus abuelos le dijeron que no; que se ocupase de estudiar y, no de hacer de veterinario aficionado, pero él insistió lloro, prometió lo imprometible, y, por fin cansados le dijeron que si pero con una condición si la gallina no se dejaba curar la pata; ó, seguía coja la matarían; a ellos tampoco les hacia gracia tener que hacerlo; pues era una gran ponedora; aquí Cesariño se gano un tortazo por decir por eso la queréis, por los huevos no por ella , ella no os importa, pero yo la quiero porque es mi amiga.

Ahora nuestro amiguito tiene que curar a su gallina; pero como, esta en una aldea de Galicia, y, todavía no se ha inventado la televisión, jamás visito un hospital; no sabe ¿qué puede hacer se pregunta? De pronto recordó, que en unos tebeos del Capitán Trueno, había leído algo, de alguien a quien se le rompía un brazo, y, se lo curaban, claro que la pata de una gallina, no es el brazo de una persona, pero funcionaria igual.

Ahora lo único que necesitaba era ir por el tebeo, del "Capitán Trueno" y, ver los "útiles médicos que precisaba"-

Allí estaba todo lo necesario alcohol, unas tablillas esparadrapo, gasas para vendar la patita, y, la colaboración de la gallina; y, también necesitaba yeso para hacer una escayola, a los 5 minutos ya tenia casi todo lo necesario, las tablillas se las proporciono una escoba vieja que rompió, el alcohol una botella de agua ardiente (orujo) las gasas unos retales de una sábana vieja que su abuelita, le permitió romper, pero el yeso para la escayola no había modo de encontrarlo, hasta que tuvo una idea, el barro también se solidificaba,  se ponía duro, así que usaría barro, tomo pues 2 latas viejas hizo en una un amasijo de barro, en la otra echo agua limpia para lavar la herida de la "enfermita". y fue en busca de ésta; la gallina no se hizo difícil de coger estando como estaba la pobre no podía escapar; así que Cesariño pudo cargar con ella, y, se dispuso a ejercer de veterinario; el avecilla no se estaba quieta protestaba, porque ignoraba lo que le iban hacer, así que no le quedo más remedio que ponerla sobre una silla, y, atarla, con uno de los trapitos le lavo la patita luego desinfecto con el orujo, le echo un poco de barro cuidando de que las 2 partes de la rotula que habían roto encajasen, y, lo sujeto con 2 tablillas de escoba poniendo otro poco de barro, y, vendando de nuevo la patita, y, ya sólo le quedaba poner a la pacienta en el suelo, y, al otro día continuar la cura, ya que el vendaje debía ser cambiado cada día,.

Los 2 primeros, la gallinita siguió mostrándose reacia, a ser curada; más he aquí que el cuarto día estando “el pequeño veterinario” en la cama, sintió unos pasitos cortos por la escalera, el dormía en una gran habitación en una cama solito y, en otras sus hermanas, un picotazo lo despertó era su "enfermita" que le presentaba la pata y en su "idioma" cacareando le decía ;"Cacaraca Cacaraca" (doctor mire mi patita por favor), saltó de la cama, y, con la gallina pelada en brazos bajo corriendo la escalera, iba diciéndole no debiste subir. "Gallina pelada" a los papás,  no les gusta que los animales subáis al piso, ahora vamos hacer la cura, esta vez no fue necesario atarla ella se dejo curar y a partir de aquel día subía todos los días al piso hasta que Cesariño le dio el alta.

Nuestra amiguita, quedo bien podía correr como antes, aunque le quedo un pequeño bultito porque la patita no quedo muy bien encajada; pero todo volvió a la normalidad, seguía correteando con las demás gallina, poniendo huevos en suma haciendo lo que es propio de una gallina.

Había en el gallinero un gallo hermoso con una cresta de vivos colores. Y, del cual todas las gallinas estaban enamoradas, ya que era un adonis gallináceo, nuestra amiga nunca pretendió que el gallo se fijase en ella, que era fea, y, ahora además tenía un defecto en una patita, pero fue precisamente su humildad lo que hizo que el gallo le obsequiase, con unos convites a base de gusanos lombrices etc. ósea el plato preferido de las aves de corral, el amor surgió de pronto entre las 2 aves; hasta que el gallito con voz muy tímida la pidió en matrimonio, le dijo si quería ser una de sus esposas; las aves de corral son polígamas. De esto los humanos de la casa no sabían nada.

Un día dejaron de ver a la gallinita, la buscaron por varios sitios inútilmente, entonces llegaron a una conclusión la habían comido, los candidatos para darse el banquete eran ó, bien el zorro, ó, los refugiados, que escapados de los horrores de la guerra, vivían ocultos en los montes, y, que aprovechando que la casa estaba vacía, mientras los niños iban a la escuela, y, los mayores al campo habrían entrado y, cogido la gallina; el zorro fue descartado enseguida, no había dejado plumas y, además, el raposo nunca se va con una pieza sola, suele el buen zorrito hacer la compra del mes, aunque se le olvida pagar; quedaban pues los escondidos, los maquis, que hacer, los papás,  de Cesariño no eran gente metida en política, la gente del campo no entiende de política, eso dice al menos, la gente del campo entiende de justicia, denunciar el robo del ave; podría suponer la muerte de hombres, que ningún mal habían hecho salvo pensar distinto

¿Pero que idea es mejor que otra? Así pues se tomo el acuerdo, de decir si alguien preguntaba por la gallina, que a lo mejor estaba por algún sitio, ó, la había comido el zorro, algunos vecinos les apuntaron la idea de que, hubiese sido un refugiado, pero lo negaron diciendo que era una locura, que casi nunca había estado la casa vacía y, que además habían dejado dinero a la vista, y, no había faltado lo que dejaba bien claro que no habían sido hombres.

El tiempo pasó, y, también paso el recuerdo de la gallina.

¿Pero qué había pasado?  Lo que sucediera fuera, lo siguiente ella, y, el gallito habían sido padres sabiendo "la gallina pelada", que sus huevecitos traían un futuro pollito dentro, decidió protegerlos, como buena madre, así que se marcho a ponerlos fuera en un escondite del camino, justamente en una zarzamora, allí empollo 12 huevos que dieron origen, a 12 pollitos amarillos como el oro, y, que correteaban al lado de su mamá quien orgullosa de sus pequeños, no paraban de enseñarles como alimentarse, cuando le pareció que ya podían ser presentados en "sociedad" decidió volver a casa sabía el camino, a los pequeños los instruyo, diciéndoles que iban a su hogar, que allí a ella le habían curado la patita, que allí había conocido a su papá,  el gallito y, que eran unos humanos muy buenos, todo lo bueno que son los humanos claro.

La alegría que tuvo Cesariño, y, con él todos los demás, al ver llegar a la gallina acompañada de 12 pollitos fue inmensa; los abuelitos aprovecharon la ocasión para recordar a Cesariño, y, sus hermanos que nunca se podían sacar conclusiones equivocadas, pues las cosas no son como parecen, ellos habían pensado que la gallina había sido comida, y, estaba empollando unos huevos; por ello nunca se debe pensar mal, y, mucho menos decir lo pensado.

La nueva familia fue obsequiada, con un convite,  de bienvenida consistente, en pan mojado en leche, galletas picadas, y, lo más sabroso un exquisito plato de maíz, y, trigo

Aquí termina la historia de la gallina pelada, quien me dijeron llego a ser muy viejecita y, un día se fue al cielo de las gallinas.
Fin

Zaqueo el recaudador

Se llamaba Zaqueo Ben Rubén. Y era uno de los hombres más odiados en su pueblo. Claro que a él le importaba muy poco.
Sólo una cosa importaba a Zaqueo el Jefe de los recaudadores de impuestos y esta cosa era el dinero. Su origen no importaba. El dolor que se causará para obtenerlo tampoco. Eso era al menos lo que pensaba Zaqueo. Y lo que pensaban de él los que lo conocían y los que creían conocerlo
En el fondo era un hombre triste y amargado. A pesar de las continuas fiestas que daba en su casa. En las que no faltaban las más bellas bailarinas griegas. Pese a que como judío no debía de tratar con gentiles. Pero dado que los de su raza. Lo consideraban un proscrito, pues él no iba a tener reparos en codearse con los llamados “perros” por los de su raza.
Era un hombre sin piedad. La piedad hacia disminuir sus ganancia. Había empezado como simple recaudador y en poco tiempo. Fue nombrado Jefe de todos los publícanos. Y con aquello “mejoro su vida”.
Las gentes lo envidiaban. Zaqueo el hombre bajito casi enano. Del que se reían cuando niño y muchacho sus compañeros. Llamándole. “enano”. “Piedra doblada.” Debido a una pequeña joroba. Zaqueo. El hombre que hubo de ver como la mujer de la que se había enamorado con toda la pureza y la ingenuidad de los 20 años lo dejaba por un fariseo viejo y rico. Zaqueo el joven que vio morir a su querida hermana. Y a sus padre de hambre por que no tenía que darles de comer. Zaqueo el hombre que paso noches enteras tiritando de frío, porque no tenía dinero para comprar leña. Ni para reparar los huecos que el tiempo había hecho en su vivienda. Zaqueo el hombre que no pudo crecer. Porque paso hambre. Si ese Zaqueo ahora a sus 40 años era un hombre puede que odiado. Pero temido. Su casa era un palacio. Que casi poco tenía que envidiar al de Herodes. Aunque mejor sería decir sus casas. Ya que eran muchas las propiedades terrenos. Y dinero que eran de su propiedad.
Su método era muy sencillo. El como jefe de publícanos daba la orden al recaudador de que cobrase los impuestos para el imperio. La mayoría solían ser en especie. Como a nadie le gusta; y menos a un pueblo como amor a la libertad como era el suyo. Colaborar con el invasor. Las gentes rehuían pagar los impuestos. Y escondían todo lo que podían. Si el funcionario, encargado de lo mismo. Se daba cuenta. Lo comunicaba a su jefe esto es a Zaqueo. Sí no lo hacía bien por no darse cuenta. Bien por tener buen corazón. Zaqueo solía darse cuenta, tenía como una especie de sexto sentido.
Entonces se presentaba en la casa en cuestión. Acompañado de 2 soldados romanos. Y del recaudador que había mandado. Y ordenaba realizar un registro. De nada valían las lagrimas de viudas de madres que no les quedaba con que alimentar a sus pequeños. Él sólo sabía decir una cosa. “Sabéis que tenéis que pagar”. Las gentes lo maldecían. Pedían a Dios que lo castigase.
Cuando iba al Templo. No solía hacerlo mucho. Todos se apartaban del.
Pero como ya dije. No le importaba. Lo que recaudaba a la fuerza. Era muy provechoso para él. La mitad Roma se la regalaba enterita. Y a veces se lo daba todo.
Así pues disponía de dinero para fiestas de casas para celebrarlas y de falsos amigos para divertirse en ellas. Si de falsos amigos porque Zaqueo en su corazón también odiaba a los romanos que habían convertido el Pueblo de Dios, en su circo particular.
No. No era feliz tenía dinero y cosas. Pero le faltaba el calor de un corazón que lo quisiera. De un verdadero amigo
Él sabía que en el fondo todos se reían de él lo mismo que lo hacían cuando era pobre. Sólo que entonces al menos los pobres lo querían.
Aquella mañana. Muy temprano lo avisaron de que Leví el de Alfaeo estaba a la puerta y deseaba hablar con él.
Leví era uno de sus mejores recaudadores. La de dinero y cosas que se habían agenciado juntos duro e implacable como él.
“Dile que voy ahora. Que pase al salón y me espere. Mientras sírvele un vaso de vino, de esa viña que expropiamos el segundo día de la semana” (esto dijo Zaqueo a Hércules; un joven etiope que un Centurión romano. Le había regalado como esclavo)
Al poco rato. Zaqueo envuelto en su túnica de seda, y calzado con sandalias griegas. Luciendo un medallón de oro. Y con las manos llenas de anillos. Que más bien lo hacían parecer un bufón. Abrazaba a su amigo y empleado.
¿Qué te trae por aquí? Pregunto al visitante.
Este un hombre alto. Vestido mucho más humilde. De unos 35 años. Respondió vengo a despedirme. He hallado al Mesias. Al Hijo de José al carpintero de Galilea.
Zaqueo. Soltó una carcajada. “¿qué has hallado al Mesias. Ese. Ese loco. Que dejo su trabajo en Galilea. Y que ahora por lo visto se dedica a predicar no sé que tonterías me han dicho. De que los más felices son los pobres. Los que lloran etc. Se loco que dice que hay que amar a los enemigos. Ese hombre inculto. Hijo de una mujer analfabeta. Ese hombres sin estudios. El Mesías.? “Oye Mateo(le llamo por el nombre que usaban sus amigos) tú no ¿te habrás vuelto loco; que quieres que además de odiarte por nuestro oficio; te apedreen por blasfemo. O por seguir a un blasfemo. Ya sabes que a los fariseos no les cae bien tu nuevo amigo. Ni a los sacerdotes vamos que el pobre no suele tener mucha gente importante a su lado.?
Mateo. Es decir Leví respondió: no la necesita. Y en cuanto a mi. Ya no soy publicano. Estaba en el telonio paso él con los que ya son mis 11 compañeros y me dijo. “Sígueme” y yo note que una fuerza poderosa a la que no podía resistirme tiraba de mí; lo deje todo y ahora soy uno de los suyos.
¡Que bonito¡ exclamo Zaqueo. Y claro ese lo que sea. No te permite ser publicano. Y seguro que si se entera de que has venido a verme te expulsa de su lado. Casi fijo que se ha auto convencido de que eres un pobre hombre que al quedar viudo tomo ese trabajo para alimentar sus hijos. Por los consejos de un mal hombre. Como yo. A mi seguro que ni me miraría a la cara
Te equivocas completamente Zaqueo. El Maestro es un Hombre todo bondad. Cuando llora lo hace muy pocas veces. Siempre hay una sonrisa en sus labios y en sus ojos. Pero cuando llora. Te conmueve el alma. Uno cuando esta a su lado. Nota que es amado. Pero de una forma que no te sabría explicar. Su amor no es como el de un amigo. Como el cariño que yo siento por ti. Su amor es mucho mayor. Es más que el de un hermano. Yo lo compararía con el amor de una madre. Pero hasta ese se queda pequeño, no el Rabí, ama a cada uno como sólo Dios puede amar. Es como si aún estando lejos te abrazará. Sus ojos penetran hasta el fondo de tu alma. Pero uno nota que saca toda la podredumbre que había ido acumulando sin hacerle daño.
Cuidado Mateo. Lo que has dicho es una autentica blasfemia. Como va amar un hombre como Dios. Yo puede que sea un ladrón. O todo lo que quieran pero soy un judío. Que no reconoce más Señor que el Omnipotente. No dejes que un loco te estropee la vida. Y piénsate lo de tu abandono.

Han pasado ya 14 meses desde la última vez que Zaqueo vio a Leví. Convertido ahora en uno de los acompañantes del joven profeta de Galilea.
Hoy precisamente le han dicho. A Zaqueo que Jesús. El Rabí, va pasar por las cercanías de Jerusalén. Y Zaqueo se ha hecho una promesa. Va verlo. Si ira temprano. Y escogerá el mejor árbol se subirá al mismo. Por varias razones. Una porque la multitud debido a su estatura le impediría verlo. Otra porque no desea que nadie lo vea. No vayan a pensar. Que cree en aquel hombre. O que le interesa en serio lo que predica. Lo suyo no es más que pura curiosidad. Desea verlo para después poder reírse con sus amigos en las fiestas que da; subido al árbol nadie notara su presencia. La gente no estará mirando para los árboles y como piensa estar escondido entre el follaje, los más mirones sólo sabrán que hay alguien subido allí, y pensaran en un chaval. Lo bueno de ser bajo; hasta se le ocurría una broma. Cuando la comitiva del Rabí de Galilea iniciara la marcha. El arrojaría unos cuantos higos mientras gritaría. “Son para Ti, Hijo mío”. Como el Carpintero metido a Rabí. Siempre estaba hablando de su Padre. Que estaba por lo visto en los cielos. Zaqueo iba hacerle un regalo, de parte de su misterioso Padre.
Comento la idea con los pocos amigos que tenía quienes trataron en vano de disuadirlo. “no tienes derecho a burlarte de ese joven. Ese hombre no te ha hecho nada”. Pero nada lo convenció.
Y muy temprano se hallaba ya subido al sicómoro. Pronto se lleno todo de gentes venidas de todas partes. Del país.
De repente Zaqueo distinguió a su amigo Mateo. Que iba hablando con un hombre vestido con una túnica blanca. Alto moreno. Le extraño que se parase a jugar con unos niños. Lo que no hacía ningún Maestro respetable. Pero aquel joven tenía costumbres, que eran muy extrañas. Se paraba a conversar, jugaba con los niños. Acariciaba a los animales. Y se bajaba hasta el suelo para oler las flores.
De pronto se paro a pocos metros del árbol en el que Zaqueo se hallaba subido. Y con voz suave y dulce pero fuerte. Ordeno. Si ordeno porque eso fue una orden “!Zaqueo baja que hoy me hospedo en tu casa”¡.
Zaqueo quedo unos momentos asustado sin saber que hacer. ¿cómo sabía su nombre?
Era alto. Pero no tanto. Como para verlo en lo alto de la higuera. Además era la primera vez que se veían. Y Mateo no sabía que él estaba en el árbol; y porque le había dado una orden él no aceptaba ordenes de nadie. Entonces. Porque estaba bajando del árbol. Porque notaba en su interior algo que lo empujaba hacia el carpintero metido a Rabí.
De un salto se planto en tierra. Jesús se acerco a él y le dijo. ¿Espero que no te moleste recibirnos en tu casa. Hace mucho frió para pasar la noche fuera?
Por supuesto que no. Rabí. Respondió Zaqueo. Mi casa esta a vuestra entera disposición me siento muy honrado de que un hombre tan famoso como tu, visites mi humilde hogar.
Para empezar Zaqueo. Ni yo soy un hombre famoso. Ni tu casa es humilde. Pero te agradezco tu hospitalidad.
Los fariseos que estaban entre la gente, empezaron a decir. “Ahí tenéis a vuestro amigo. Al Mesias. Comiendo y bebiendo con quien os saca la sangre. Con el hombre que robo vuestros campos. Vuestras casas. Vuestros ganados vuestros dineros. Ahí tenéis al justo enviado por Dios. Comiendo y bebiendo con pecadores. Pero no abráis los ojos. Si ese hombre fuese siquiera el menor de los profetas. ¿Sabréis que haría, pues llover fuego del cielo. Que abrasaría a Zaqueo. Y todo lo que hay con él. Pero no. Vuestro Mesias ha entrado a comer y beber en su casa. Se junta con publícanos y rameras. Porque los judíos temerosos de Dios; no queremos nada con él.?
Muchas personas aceptaron las palabras de los fariseos y se fueron maldiciendo al Rabí.
Y entre los que lo acompañaban no falto tampoco quienes se vieran tentados de dar la vuelta, porque no lo había reprendido. Iba a dormir a su casa; y eso es que lo consideraba como un amigo. Uno de los acompañantes Judas llamado el Iscariote. Se enfrento directamente con su Maestro. “Creo Maestro que es un error lo que haces. No debemos hospedarnos en la casa de un hombre injusto”.
¿Tu crees Judas? Pues en ese caso. Yo tendría que estar sin más compañía que la de mi querida Madre. Que me espera en Nazaret. No hay más justos que Yo y Ella sobre la tierra. ¿por qué tu no te tendrás por justo. Verdad amigo?.
Sé quien es Zaqueo. Lo se mejor que todos los que creen conocerlo. Y para mi Padre es uno de sus más amados.
Vale Maestro como quieras. Pero si no cambias no conseguirás nada, debes procurar tener a tu favor a los Senadores. A los sacerdotes a los levitas... ya sabes a lo que importa. En nuestro pueblo.
No judas. Yo sólo quiero tener contenta a una Persona a mi Padre. Tu Dios y el mío. Hacer su voluntad es lo único que me interesa. Lo otro es un simple adorno.
Judas se dio la vuelta sin evitar un estallido más de odio en su corazón.
Aquella noche. Zaqueo comprobó que era verdad lo que su amigo le habia contado aquella memorable mañana. Se sintió el hombre más feliz del mundo. Fue como si volviese a la niñez. Cuando era pobre.
De repente noto. Como si el Rabí entrase en su corazón y fuese como un cirujano muy experto abriendo concavidades y sacando odios. Avaricias. Y Zaqueo sintió necesidad de llorar. Se vio miserable. Por todo el daño que había hecho. Por haberse dejado vencer por el rencor, se vio miserable. Por tanta hambre que habia causado.
Y supo como si una voz silenciosa. Pero que gritaba mucho. Se lo dijese. Que Aquel Hombre no era simplemente un Hombre. Supo que era el Hijo de Dios. Que era su Señor. Y que a él debía dar cuentas de lo que había hecho. Y decir lo que pensaba hacer en adelante. Después que Él le mandase el castigo que quisiera.
Así pues se puso de pie ante Jesús y exclamo “Señor voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres. Que nadie tenga que pasar hambre. Y llegue a ser como soy yo.
Y en cuanto a los que en robado, les voy a devolver 4 veces lo robado. Y ahora Señor dispón de mi como quieras. Y se arrojo a sus pies
Jesús lo levanto, lo abrazo. Y lo presento a los que habían ido acompañarlo. “hoy amigos ha llegado la salvación a esta casa; porque tu también eres hijo de Abraham; si amigos hoy Mi Padre se siente feliz. Porque el hijo pródigo llego a casa.” Y volvió a abrazar a Zaqueo.
A la mañana siguiente. Zaqueo pregunto a Jesús si podía ser uno de sus discípulos una vez que hubiera arreglado todos sus viejos asuntos. Es decir hecho justicia.
Jesús le contesto que sí. Aunque no del número de sus Apóstoles. Éstos había decidido el Padre que fuesen 12. y ya estaban escogidos.
Yo Señor. Respondió Zaqueo. Me conformaría con ser esclavo del último de tus esclavos con tal de servirte con ello.
“Yo Zaqueo no tengo esclavos. Soy la Verdad y la Libertad y vine para hacer a todos los hombres libres.”
A mi me has liberado Señor.

Tres días más tarde. Zaqueo empezaba a cumplir todo lo prometido. Las gentes decían que se debía de haber vuelto loco. Es lo que suele decirse cuando alguien se convierte de veras. La noticia llego al centurión Marco. Quien acudió rápido a la todavía casa de Zaqueo. Porque este ya habia ordenado entregarla. A una viuda a la que había expropiado una chocita.
¿qué sucede Zaqueo? Pregunto el romano.
Que ya no soy jefe de publícanos ni publicano. Porque mi Señor me lo prohíbe.
Tu Señor. Y ¿quién es tu Señor, imbecil?, ese judío loco. ¿sabes lo que estas haciendo. Te habías labrado un porvenir. Y lo estas echando todo por la borda, ese hombre acabará mal. Y tu te encontraras sin nada. Mira si quieres dejar esto te comprendo. Déjalo. Y haz si quieres alguna buena obra y en poco tiempo los tuyos ya no recordaran lo que fuiste. Pero darlo todo, y meterte a seguidor de un loco. No te lo aconsejo
“ni yo pedí tu consejo Marco. No estoy dándolo todo estoy devolviendo lo que no es mío. Y no me importa lo que pueda pensar la gente. Hay Alguien más importante. Dios.
Pero tu por ahora poco puedes saber de eso. Aunque Dios te ama Marco.
El romano dio un portazo y salió de la casa.
Hoy es Viernes 14 de Nisan. Un día triste, Zaqueo el recaudador metido a discípulo con otros cuyo número llega o sobrepasa los 500. ha recibido el mayor golpe de su vida. La noticia de que El Maestro ha sido detenido y condenado a muerte. Por blasfemo. Y rebelde a Roma. Zaqueo como todos sus seguidores incluyendo a los 12 más íntimos. Se ha escondido en su casa. No sabe que hacer llora como un niño al que han engañado. Aprovecha para enfundarse en su vieja capa de seda. Y acercarse al lugar de las ejecuciones no cabe duda allí esta, deshecho. Sucio. Lleno de heridas. ¿cómo puede Dios permitir aquello? ¿será que no era su Hijo? Y si no lo era ¿por qué Dios permitió que él Zaqueo lo creyera?. Sería ese su castigo. Y las lagrimas resbalaron de nuevo por sus ojos. Noto que uno de los soldados que custodiaban las cruces era Marco.
Y el primer día de la semana. Recibió la visita del romano en su casa.
Tenías razón Zaqueo. Jesús el Hombre. Que tuve que ajusticiar. Era el Hijo de Dios
Claro Marco. Y por eso ¿esta muerto?.
Te equivocas ha resucitado. Mis compañeros los que quedaron a guardar la tumba notaron como un estallido de luz. Y cuando entraron en la sepultura no había nada.
Les han dado dinero. Para que digan que lo robaron. Yo he tratado de que digan la verdad pero no me han hecho caso. Lo que se. Es que desde ahora no reconoceré más Dios que el Padre de Mi Señor Jesús Cristo.
No puedo creer que haya resucitado Marco. Tengo que ver a sus íntimos a ver que dicen ellos.
La entrevista con los 12 aclaro muy poco a Zaqueo. Unos decían que sí que estaba vivo. Sobre todo las mujeres. Otros lo negaban. Zaqueo salió echo un mar de confusiones.
De noche durmiendo oyó un voz que no olvidaría jamás. Que le ordenaba. “Zaqueo baja de tu soberbia. Reconoce el poder de Dios estoy Vivo. He muerto para que tú seas mi hermano, tu Zaqueo hijo de Dios como Yo”
Aunque fue un sueño. Zaqueo a la mañana sabía que Jesús había resucitado. 40 días más tarde. Jesús se despedía de todos sus amigos Zaqueo incluido en el monte Olivetti, con el mandato de hacer nuevos discípulos.
Han pasado varios años. Hoy Zaqueo es un viejo casi ciego. Que ha tenido como tantos otros que trasladarse a Roma. Y que hoy en su ancianidad ha sido detenido acusado de incendiar la ciudad eterna. En el calabozo. Junto con otros cristianos. Comparte celda con Marco, el centurión convertido en discípulo del Galileo. A los dos los embarga una gran dicha. Mañana estaremos con El Señor; hermano. Marco. Y los ojos casi ciegos del antiguo recaudador brillan como una estrella recién creada.
Al día siguiente los conducen al circo. Allí frente a Nerón. Acompañado de la impúdica Popea. Son expuestos los dos hombres. Se les ordena. Que como prueba de su arrepentimiento ofrezcan incienso a Júpiter.
Ellos no se molestan ni en responder. Entonces los toman los desnudan y los mandan echarse sobre sendas cruces.
Zaqueo y Marco notan como los clavos van hendiendo sus carnes. Y sienten un dolor horrible. Pero al mismo tiempo notan una caricia en sus alma.
De pronto Zaqueo oye. La voz que nunca olvido. “Ven Zaqueo. Te espero en mi casa tienes que hospedarte en Ella para siempre.” Se mira. Ya no es un hombre viejo. Es el niño alegre. Que corría por Jerusalén. Y como es un niño no es bajo. Más bien es muy alto para su edad unos 4 años. Jesús se acerca corriendo y lo toma en sus brazos. Vamos Zaqueo. Papá espera. Va a sentarte en su regazo.
¿Y Marco?
Ahora mismo lo traigo. Y Zaqueo mira. Y ve que Jesús ha tomado en sus brazos a otro niño a Marco.
Y entiende porque dijo “Que sólo de los que son como Niños y de los que se hacen niños es el Reino de los cielos”, porque el Cielo esta lleno de Niños. Sólo hay niños no hay ningún adulto. Y los que hay niños son. En cuanto a Dios. Como no tiene el paso del tiempo no es el viejo de Daniel es un chiquillo juguetón y alegre.
Y Jesús bueno fue siempre un Niño grande.

Fin
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domingo, 26 de agosto de 2007

El siervo de los talentos


Recuerdo que yo por entonces era una muchacha muy joven. Me había escapado de mi amo. Diógenes;  nada que ver con el sabio griego, este también era griego pero de sabio nada.

Y caminando como pude, había llegado hasta una ciudad de cuyo nombre no me acuerdo; por las figuras que vi,  intuí que debía de ser egipcia, o si soy sincera eso me importaba muy poco me sangraban los pies,  tenía hambre, por lo que me metí por la primera puerta que halle abierta. Y allí fue donde; conocí a Majencio.

Majencio era de esas personas que siempre se quejan de todo, que jamás encuentran nada bueno,  yo eso, no lo sabía entonces, lo supe después.

Lo que sucedió en aquel momento, fue que escuche, no sin querer yo era muy curiosa, como todos los que tienen que proteger su vida.

Esta era la conversación
“Tuve miedo de ti., que quieres recoger donde no has esparcido.
 Y recolectar donde no has sembrado. Así que enterré mi denario”
Oí también las palabras del amo “Siervo malo y haragán....quitadle el denario y dádselo al que tiene 10”

Luego vi, salir a Majencio, con la vista baja, refunfuñando.

Me acerque para pedirle un vaso de agua, me contesto.
Cómprala o vete a beber al rio.

Le dije que ni tenía dinero, para comprarla ni pensaba ir al rio, y que si se había molestado con su amo, no era mi problema que tuviese un amo tan malo.

Me tomo por los brazos y me sacudió.
“Tú eres idiota, mi amo malo, es un padre para todos nosotros, un padre....”
Vale hombre, vale,  respondí.
 Un padre, pues tu padre, es un poco raro,  se ha portado injustamente contigo. ¿O no?

No. He sido yo, el que le he fallado.

No entiendo, ¿Eso de que quiere cosechar donde no sembró?
Esa fue una mentira mía, mejor dicho una disculpa, s cierto que yo tenía miedo, de que los banqueros no pagasen lo suficiente; pero no lo es menos, que los banqueros quedan en otra ciudad;  no tenía ganas de viajar,  no lo es menos, que pensaba que al ser sólo un denario, el amo me lo regalaría para mí, por eso, porque soy un ladrón, escondí el denario en tierra, porque pensaba que el amo, me iba decir.
 “Pues un denario sólo es para ti”
 Pero es un hombre justo.
Pregunte de nuevo. ¿No es cierto lo de que sea un hombre, que recoge donde no ha esparcido, y cosecha donde no sembró?

Claro que no, si recoge o si cosecha lo que hemos esparcido, o sembrado cosecha lo suyo.

Nosotros nada tenemos, si sembramos en su tierra, es suya simiente y tierra, y somos suyos nosotros, sus siervos. Si por ejemplo se esparcen flores o frutos por el suelo,  sucede lo mismo

Por el contrario, como te dije, es un hombre muy bueno, y muy justo, nos trata como a sus iguales, no lo hace nadie con un siervo.

¿Cómo a sus iguales, e entiendo?

Sí veras, él puso su dinero en nuestras manos, en las mías, podía llevarlo él mismo a los banqueros, se fio de nosotros,  yo le he fallado,  porque soy un vago y un ladrón.

Le recomendé que entrase a pedirle perdón; y aunque no le diese el denario,Por lo menos que no lo vendiese en la siguiente subasta de esclavos.

El amo no lo vendió,  tampoco lo quiso más en su casa, le dio la libertad, que no era ningún regalo ; ya que Majencio, aparte del oficio que ejercía en casa de su amo, era el encargado de las cuentas, no sabía hacer casi nada,  además, el trabajo no le hacia ninguna gracia.

Y así empezó nuestra vida juntos, empezó a llevar mis cuentas de lo que  ganaba cantando.

Y de ese modo la conocí.

Madre mía como me recuerdo. “que guapa era. Y muy joven”; recuerdo que llevaba al niño en brazos., un niño, muy guapo, muy moreno,  que se veía era un torbellino, se le antojo, uno de los diosecillos, que yo vendía, además de cantar hacia y vendía ídolos.

Ella lo sacaba de sus manitas, yo no entendía porque, pensé que sería; por si la criaturita se lastimaba, y,le ofrecí primero unos rollos de papiro, con las tragedias de Sófocles.
 Me dijo.: Soy judía no griega
Rebusque,  y halle un papiro con unas historias en hebreo.
Me sonrió y me dijo. Gracias,  soy la esposa de un obrero, no sé leer.

No podía quedarme así, y tome unos dulces que ofrecí al pequeño, se puso perdido. ”Como se manchó”

La Madre sonreía, y le dijo. “a ver Jesús, dile gracias a la señora.”
El pequeño me contesto. Con su vocecita infantil “gatias”
De nada guapo. Fue mi respuesta.

Dos días más tarde, volví encontrar a Maria, ese era el nombre de la mujer.
Oye: que te parece si me ayudas a cuidar de mi pequeño, es que voy empezar a ayudar a hacer las faenas en una casa, aquí José no tiene tanto trabajo,  necesitamos el dinero,  te daré una parte de lo que me paguen en la casa, será bueno para todos, para mí, para mi niño que no puedo dejar solo,  para ti, estar con mi pequeño es lo mejor del mundo,  sin Él lo peor.

“A mí me parecieron exageraciones de madre, pero acepte encantada,  dejaría de estar en la calle todo el día, expuesta a todo.

Y así empecé a cuidar a Jesús, era un niño muy bueno,  enseguida me cogió cariño, yo le contaba historias,  le conté, lo que le había pasado a Majencio, tal  como lo había oído

Claro que un niño pequeño no recuerda nada,  pensaba yo; hasta que...

Pero aún es pronto para eso,  un día me anunciaron que volvían a su tierra,  Jesús me lleno la cara de besos. Yo por aquel entonces ya me había casado con Majencio.

Han pasado 32 años. Ya no soy la que era, mi marido Majencio murió en una reyerta en una taberna.
 He llegado a Israel como la amante de un romano,  movida por la curiosidad he ido a escuchar lo que estaba oyendo un grupo de gente.

Me quede ensimismada al oír que era el cuento,  mejor dicho la historia de Majencio que yo le había contado a mi niño Jesús,  sólo a él, sólo que en vez de denarios, hablaba de Talentos,  era la misma.

Me fije en su rostro, sus ojos eran los de mi niño, y no pude captar nada más. Porque se trataba de un bebe,  y este era un hombre joven, pero un hombre.
Me dije que no podría acercarme a él. Los de su raza son muy escrupulosos con las mujeres como yo, no sólo soy gentil, sino la amante de un romano.

Entonces fue Él quien me llamo,  Sefora. (no os había dicho mi nombre todavía)
Me volví corriendo
¿Me conoces?
¿Y tú no conoce ya a tu niño?
Y me abrazo, con la pureza propia de un niño
¿No tienes miedo, de que puedan pensar mal de Ti?
No, han dicho de mí, lo que han querido desde que soy un endemoniado, a que soy un blasfemo.

No, mi querida Sefora; nada hay de malo en abrazar a un amigo;  tú me cuidaste, tengo que decirle a mi Padre que se ocupe de Ti.

¿A Tu Padre, viven José y Maria?

No me refiero a José cuando hablo de mi Padre, sino a mi Padre al de Verdad al Dios de este pueblo ingrato,  en cuanto a José vive,  Pero con su “colega”
¿Su colega? (Le interrumpí)

Si Dios mi Padre, Mi Padre, con mi padre, en cuanto a Maria vive,  digo vive, vivirá siempre, cada día está más guapa y más joven,  Y eso que yo le he dado disgustos, no voluntarios,  si por mi causa., y  le esperan más.

No entendí mucho de que me hablaba.

Después me presento a un grupo de personas entre las que había varias mujeres. Estas me aceptaron sin recelo. Y volvía a encontrar a María, con aquel grupo de mujeres

 Estaba mucho más hermosa,  más joven.
Yo pude seguir con ellos, pero lo que Jesús decía me era extraño, hablaba de perdón, de amar al enemigo, de cosas que una mujer que había sido tan maltratada como yo, no podía tolerar.

Así que me dije. Jesús y Maria su Madre. Son buenas personas pero son judíos, y tú eres griega, educada en Egipto y amante de un romano., lo tuyo no es un solo Dios, sino muchos, y sobre todo tener la protección de Venus y de Mercurio.

Y como auto respuesta deje el grupo, no  hizo presión para que me quedará. Pero vi lágrimas en sus ojos.

Regrese con mi amante a Roma.

Y ahora soy ya muy vieja, y apenas veo. Hoy he estado a punto de morir abrasada porque han prendido fuego a la ciudad. Dicen que han sido los miembros de la nueva secta judía, los cristianos, yo sé que ha sido Tigelino. “Ese monstruo”
No puedo, permitir que mueran inocentes. He pedido me lleven ante el Emperador, estaban juzgado a uno de esos cristianos.
Nos metieron a los dos en la mazmorra.

A mí por calumniar al noble Tigelino, seguro que también Nerón está detrás, y al cristiano porque se negó a adorar a los dioses.

Entonces le pregunte

¿Tú cara me suena. De dónde eres?

Soy Pedro, Simón el Pescador de Galilea, ahora soy el indigno representante de Jesús
¿Jesús?
Si Jesús.
¿Jesús, el joven rabí, hijo de Maria?
El mismo. Nuestro Hermano y Señor
¿Qué fue de Él,  Que fue de su Madre?
Pues mira. Él fue condenado a muerte de Cruz, negado 3 veces por el cobarde que te habla,  Pero resucito, y después de resucitar, comió con nosotros, ahora esta con su Padre en el Cielo, pero yo puedo hacer que esté con nosotros, a su Madre, se la llevo, después de unos años con Él.

¿Puedes hacer que esté con nosotros, como?

Tu eres muy buena Sefora( él también me había reconocido) has arriesgado tu vida, al venir aquí, pero tú no crees, o si crees que Jesús es el Hijo de Dios, que los ídolos no son más que hechura humana.

Si creo, creo, creo que mi niño Jesús era Dios.
Entonces. ¿Quieres ser bautizada?

Respondí que sí,  Pedro me explico rápidamente, lo que yo no había querido aprender de labios de Jesús.

Después con el agua que teníamos en una palangana me bautizo.
 Diciendo, Sefora yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
A continuación tomo un pedazo del pan que le habían traído para cenar; y un poco de vino.
Pronuncio unas palabras maravillosas
“Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre”
Y yo caí de rodillas al tomar en mis manos el pedazo de pan,  llevar la copa a mis labios. Supe que allí estaba escondido el pequeño que cuide en Egipto.
Esta mañana se han llevado a Pedro a la cruz.

Yo  me he declarado cristiana.
Qué bueno es Dios. Es mejor que el mejor de los amos. Con Él uno puede retomar los talentos.

Ya estoy divagando, soy tan vieja,  he sido condenada a ser despedazada por las fieras.

Vienen a buscarme, tropiezo con todo, apenas veo
Alto.  ¿Qué ha pasado, no hay fieras,  vuelvo a ser joven muy joven,  pero además llevo una diadema en mi frente, veo a María que se  acerca hija mía.
Hija mía,  todo ha terminado ya estás en casa.
En casa,  en el cielo, mi casa, la casa de Jesús.
La casa de todos, los que retoman el camino, y, la de los que nunca lo abandonaron

Fin


martes, 7 de agosto de 2007

Rut, una historia de amor completo

Rut, una historia de amor completo 
Rut. La moabita, cerró los ojos del cadáver de su esposo, hacia tantos meses que velaba a la cabecera del enfermo en compañía, de su suegra Noemí, de su cuñada Orfa, y el marido de esta última había fallecido hacía dos días.
Recordó, lo que había pasado en su vida hasta entonces. Como se había enamorado, del joven judío, y como a pesar de las opiniones en contra de su familia, que no querían ver casada a la hija del sacerdote de Baal con un extranjero; se había casado. La historia de su cuñada era similar.

Su matrimonio había sido dichoso, sus suegros fueron unos padres para ella. Y, como a un padre lloró, a su suegro. Seguía practicando su religión. Y, más de una vez, se rió en su interior de que su marido y su cuñado, así como su suegra siguiesen empeñados en ese “dios” invisible, que ellos decían era el único Dios. Y ellos su pueblo.

Pero la tragedia había llamado a su puerta, en las minas en que trabajaban. Su esposo y su hermano un áspid, los había mordido, y nada pudo hacerse por sus vidas. Rut, invoco a sus dioses. Con promesas. Con amenazas. Nada. Nada, los conmovía, y se admiro de la serenidad de la oración de su suegra. Y de los mismos enfermos. “Que sea lo que Yahvé quiera”, sus suplicas humildes. Más de una vez se dijo ¿por qué no amenazaran a su dios?, y sin querer se dio una respuesta, porque su dios, si era Dios.

Tras los funerales. Por los difuntos. Tanto ella como su cuñada, tomaron la resolución de quedarse con su suegra. Pero esta. Es decir Noemí, no lo acepto. Eran 2 muchachas jóvenes. Apenas tenían 22 años. Y no era cuestión de amarrar su vida, a una mujer a la que ya no les unía nada; excepto el afecto

La cuñada de Rut, acepto. Pero Rut se mantuvo en sus 13, y con su suegra, dejo que el Dios de esta. El único Dios. Tomase posesión de su vida.

Las dos mujeres regresaron a la tierra de Noemí, a Belén. Y se encontraron con que sus campos había sido agostados. Por todo el tiempo que no fueron trabajados. Ahora sólo quedaba una cosa buscar trabajo y trabajar. Pero no era fácil encontrar trabajo para una extranjera. Y tuvo que buscar trabajo como “ayudante de siega”

Fue ahí, donde conoció a Booz.; le cautivaron sus ojos, sus manos fuertes. Su sentido de la justicia. El modo de tratar a sus jornaleros y a sus esclavos. Le emociono verlo hacer oración. Con sentimiento. No como quien cumple un rito vacío le emociono. Verlo reírse contando unos chistes mientras bebía de la bota de vino. Y sin darse cuenta. Empezó a enamorarse, y a desilusionarse.

Pues se decía ¿cómo va un hombre, como él fijarse en una pobre muchacha, como yo; es cierto que habían hablado, pero no pasaba de ser lo que hoy se llamaría una conversación de trabajo.

Un día. Rut, se lo contó a su suegra, esta, le dijo cómo tenia que hacer para probar si Booz la elegía( esta en el libro de Rut, en la Sagrada Biblia). Noemí le explico que había una ley, por la que un pariente vivo, tenía que tomar la viuda de su pariente más próximo muerto sin hijos para dar hijos a este, y que Booz era pariente suyo.

Rut. Aunque sin mucha fe, en su suegra. Hizo lo que esta le dijo. Y Booz le declaro su amor. Hubieron de vencer los obstáculos de otro pariente, que no tenía ganas de esposa pobre.

La moabita. Se convirtió en la esposa de Booz; antes de la boda; dijo, al que sería su a su esposo; “quiero que Noemí, este conmigo, si no aceptas dímelo: y, ya no me casaré”; Booz, la beso, y, le dijo, que como iba, dejar ir, a Noemí, quien iba, a educar al pequeño; que, Yahvé; iba crear aquella noche de su boda.

Rut, al oírlo, se puso colorada

Nueve meses más tarde, las vecinas. Felicitaban, a Noemí, porque su nuera le había dado un hijo; al que Noemí, educo como un buen judío, enseñándole, a querer, y, temer a Dios; y, sus padres, le enseñaron, que no hay razas distintas; que es bueno que el corazón, domine a veces a la cabeza; a querer, mucho a su abuelita Noemí.; quien al morir, fue llorada, por su nuera Rut, y, por el bueno de Booz.

A Rut.; le parecía que Dios, el Dios de Israel, en quien creía ahora, la había premiado más de lo que merecía, no sabía que su premio, se enteraría, en la morada de los justos; si allí hubiese tiempo, muchos siglos después; su premio; fue que de su descendencia; nacieron María, José, y, Jesús.

Jesús, el Redentor de todos; acepto tener, en su ascendencia una mujer idolatra, una pecadora

Fin



La Suegra de Pedro


La suegra de Pedro 

Hola me llamo Rebeca, soy viuda. Vivo en Cafarnaún con mi yerno Simón. Un buen muchacho, y un buen padre, desde la muerte de mi hija. Rut, al nacer su sexto hijo, un niño que murió con la madre., pobrecitos. Se dedico en cuerpo y alma, a sus 5 hijos el mayor Juan de 6 años, Maria de 4; Marcos de 3 y,  los dos gemelos de dos años. Petronila y Augusto.

Trabajar en compañía de su hermano Andrés.( Un buen chico, que aún sigue soltero, pese a tener ya 29 años, mi yerno tiene 34 pronto hará 35.),  vender el pescado,traer un poco para casa, educar a sus hijos, ir el sábado a la sinagoga., protestar cada vez, que un maldito publicano viene a “robarnos” para los malditos romanos.

Ah se me olvidaba y a beber un buen vino, con sus amigos, en la pequeña taberna del pueblo, o, en nuestra propia casa.
Simón tiene muy mal genio, pero sigue mi consejo y no se mete en lo que no le importa; yo le digo siempre: “Simón, los romanos no se van a ir, por más que protestes,  los poderosos oyen a través de las paredes, lo nuestro trabajar, educar como buenos judíos a estas criaturas, cumplir lo mejor que se pueda con la ley que el Eterno dio a Moisés. (Jamás hemos comido un alimento impuro).

Y en cuanto al Mesías. ¿Quién sabe si será hombre o idea, y si es hombre seguro que acabara poniéndose al lado de los rico.;  yo lo comprenderé porque de que le íbamos a servir los pobres para extender el Reino de Israel por todo el mundo  someter a los romanos.  claro que visto así,  El Mesías no creo que llegue nunca.

Un día,  Simón, llego nervioso a casa., apenas comió como si le preocupase algo; le pregunte si podía hacer algo por él. y entonces se confió en mí como un niño.

Rebeca”( me dijo); hoy he conocido a un hombre que me ha trastocado., veras fue por causa de mi hermano Andrés a este se lo presentaron, los 2 chicos de Zebedeo , ya sabes, los de  La Salomé, los que salen a veces a pescar con nosotros.

El hombre en cuestión debe ser de la edad de Andrés, en su físico no me fije mucho, pero si en sus ojos, tiene unos ojos, que no te sabría decir de que color son; porque son tan profundos, que te hundes en ellos;  parece que te miran halla dentro, donde sólo puede ver Yahvé. (lo corte para decirle que no , dijese blasfemias). Pero prosiguió, nos invito a ir a su casa, fuimos hasta Nazaret, vive en una casita humilde como esta, tal vez más, nos recibió su madre, debe tener por ahí tu edad unos 50 años; aunque ese es mi calculo; porque parece una chiquilla, cuando llegamos jugaba con unos niños en la calle; Jesús porque así se llama,  Él corrio hacia ella como un niño de 4 años,  se colgó a su cuello.

Pero no voy hablarte de su familia, sino de Él,  es carpintero.(Volví a interrumpirlo, para recordarle que los de Nazaret solían ser una gentuza( Pero no me hizo caso y siguió hablando.) lo que me preocupa son las palabras que me dijo “tú,  te llamaras Cefas., que quiere decir Pedro; piedra” ¿por qué lo diría, aunque eres mujer me lo puedes explicar.

Sonreí. Me había temido algo peor. “Por tu testarudez” le dije.

No, imposible, apenas hable una palabra,  no discutí con nadie,

Pues tal vez, porque cada vez eres más calvo, porque tu nuevo amigo., estaba borracho y se le ocurrió eso, como otra cosa.

Entonces se puso en pie, sus ojos brillaron con una rabia, que no era nacida del odio, sino del dolor,  me dijo “no lo ofendas. presiento que no es como nosotros”

¿No se te habrá metido en la cabeza que sea el Mesías?

No. Eso no,  El Mesías, no iba ser tan pobre, ni se iba a fijar en un miserable como yo.
No sé quién es. Pero se que es Alguien, que me va complicar la vida.

Cuidado con los charlatanes Simón, tienes hijos de los que ocuparte. Andrés que haga lo que quiera. Aunque mejor haría buscando esposa.

Al cabo de. 3 meses Simón casi ha olvidado a su nuevo conocido, hasta hoy que ha llegado a casa. diciendo que lo había vuelto a ver.

Me contó que le estuvo hablando a la gente, sobre no sé que cosa, de perdonar y amar a los enemigos. e que para ser feliz había que ser pobre y llorar,  también me dijo que estuvo hablando sobre la Ley de Moisés,  diciendo que él la iba a perfeccionar.

Le dije a Simón que tuviese cuidado, si las autoridades lo acusaban de blasfemo, y lo cogían en su compañía él también sería juzgado por ello.

Me tranquilizo diciéndome que no iba a mezclarse con aquel hombre. Pero que cuando hablaba. Si estaba cerca a la fuerza tenía que escucharlo.

Quienes si han formado ya un pequeño grupo con él son los hijos de Zebedeo Santiago, y su hermano Juan,  Felipe un joven de Betsaida, y Judas el banquero, un hombre de tu edad querida Rebeca, van siempre con él y le llaman Maestro, o sea Rabí.

Aún siguen trabajando, pero hay días que lo único que hacen es oírlo hablar,  creo que se han vuelto locos

¿Y Andrés?
Oh no,  Andrés piensa como yo, que se trata de un pobre charlatán, un vago, que por no trabajar, se lanza a predicar por el mundo, nada que ver con Juan Bautista. este viste como un profeta, Jesús es uno de los hombres más elegantes de Galilea,  Juan ayunaba casi constantemente,  no bebía vino. Jesús no tiene reparo en echar un buen trago de vino de una bota,  de beber un vaso en una casa o en una taberna, ayunar tampoco ayuna, lo que yo te digo suegra un vividor.

Estas fueron las últimas palabras que en sentido negativo, pronuncio mi yerno sobre ese tal Jesús.

Después de aquello ceno un poco de pescado beso a sus hijos, y se fue a pescar, con su hermano Andrés.

A la mañana siguiente lo espere inútilmente, temí lo peor, el mar es muy traidor y más mucho más cuando se trata de un lago como éste.

Llego casi anocheciendo cantando, como si estuviera beodo, me abrazo y se puso a bailar conmigo( siempre ha sido y es muy respetuoso )

¿Qué te pasa, te has vuelto loco?

Escucha, lo que me ha pasado hoy.

Ayer toda la noche, estuvimos intentando pescar y no atrapamos ni un solo pez, ni un pececillo pequeño, estábamos de un humor, pues bien cuando nos disponíamos a amarrar la barca, se nos acerco, Jesús y me pidió que le dejase subir a la barca para seguir hablando a la gente, tanto Andrés como yo, en un principio, pensamos decirle que si él había dormido toda la noche., nosotros habíamos estado trabajando pero luego pensamos que no era un mal chico;  que no había porque ser maleducados, así que le dije que sí,  subió a la barca, me pregunto un montón de cosas sobre los aparejos de pescar, y, le  conteste, porque un carpintero no esta obligado a saber cosas del mar; luego se puso a hablar, no sé de que, porque me dormí.

Al acabar de hablar se puso en pie, y,  me dijo. “Simón. Boga mar adentro y echad vuestras redes para pescar” Me tuve que poner la mano en la boca, para que no me viera reír, me acerque a mi hermano.; entre los dos tuvimos una idea, lo íbamos a “curar para siempre”;  que me acerque y le dije “Maestro. Toda la noche, hemos estado pescando y no hemos cogido nada, más porque tu lo dices echare. Las redes”

(Lo interrumpí para decirle no entiendo, porque le obedecisteis)

El motivo era cuando salieran las redes vacías decirle “Ya ves Jesús. ¿Mejor Jesús que Maestro verdad?.cada uno sabe de lo suyo, no tiene porque darte vergüenza, seguro que eres un buen carpintero, yo tampoco se clavar un clavo, tú no tienes porque saber que se pesca de noche, que de día los peces escapan, que no se vienen a meter en las redes, que son muy listos un consejo vuelve a Nazaret.

¿Lo hicisteis y que os dijo?

No. Rebeca, no lo hicimos
Por qué

Porque las redes salieron llenas a rebosar, tanto, que tuvimos que pedir la ayuda de los Zebedeo.
¿Pero es imposible de día no se pesca?

Si es imposible, por eso, me di cuenta de que no era; de que no es un simple hombre tuve miedo de que supiera quien soy en realidad de que conociese que pretendíamos burlarnos de Él y me eche a sus pies,  le dije “Aléjate de mi Señor, que soy un miserable pecador”

Me levanto del suelo, me seco los ojos, como si yo fuera un niño.,  me dijo, tranquilo amigo. En adelante pescaras hombres.

Y aquí estoy; Rebeca, ahora soy uno de los suyos.

“No Simón, porque tu te llamas Simón,  no Cefas, ni Pedro tú, te debes a tus hijos,  no a ese charlatán, lo de la pesca habrá sido suerte,  vete a saber que., no lo quiero saber ni me importa, pero te recuerdo que tu mismo, dijiste que ese hombre no podía ser el Mesías y ahora vas y le llamas Señor; oye que Señor sólo Yahvé y no un carpintero de Nazaret, que ve tú a ver si no es miembro de los celotes “lo de pescar hombres” es una frase que no me gusta; y no me vengas con lo de ser mujer. porque hay cosas que las entendemos mejor que vosotros”

No me hizo caso y entro a formar parte de su grupo, aunque sigue siendo un buen padre soy yo la que me ocupo de la educación de los niños suele faltar a 3 y 4 días y cuando llega, cuanta unas cosas que a mi me ponen los pelos de punta, un día sin más me; contó, que les había dicho. “que tenían que quererlo a Él más que a los hijos más que a los padres más que a la vida” a mi me sonaron a blasfemia, eso sólo lo puede decir el Eterno; y no lo dice, porque a Dios se le teme que amar se ama a los iguales.

Estoy preocupada ; he oído decir que ahora ya son un grupo de 11 hombres los que siguen al tal Jesús,  que los poderosos los fariseos, salvo unos pocos, hay locos en todas partes; y los sacerdotes lo califican de blasfemo,  de endemoniado; pero Simón parece como hechizado.

Mataron al Bautista por lo visto era pariente de Jesús.

Recuerdo una noche, ocurrió algo que me inquieto mucho, veréis resulta que Simón mi yerno ha sido siempre un buen judío; no es que se conozca al dedillo las Escrituras. No, Simón a penas sabe leer. Yo por supuesto como la mayoría de las mujeres de este pueblo soy analfabeta, pero eso no impide ser buenos judíos pues repito. Simón que siempre ha creído como esta mandado que El Eterno es Uno.; y, que no hay otro como Él llego diciendo unas cosas que me llenaron de miedo; llego diciendo ; que ese Jesús era “Hijo de Dios”, yo al principio pensé, que debía referirse a que era un hombre muy bueno, pero que va, me repitió una y otra vez. “Que es el Hijo de Dios. Hijo natural como él Simón lo es de su padre Juan; que fue el mismo Dios quien se lo dijo. (yo creo que se esta volviendo loco, como va ser un hombre; Hijo natural de Dios. si así fuera ese hombre sería Dios) no es imposible;  y,  no lo digo, porque me venga a la cabeza la idea de que no puede haber más de un Dios. que Yahvé es tan grande que puede ser un solo Dios aún siendo Padre e Hijo, pero lo que es imposible es que Dios se hiciese hombre y viniese a vivir con nosotros, no, imposible., además de ser así, le iba aguantar lo que les aguanta a los fariseos,  a los saduceos, que no hombre, que no, no hay más que ver lo que hizo el Eterno con los egipcios;  no digo que este Jesús sea un mal hombre, pero no puede ser más que un hombre

Después de aquella noche,  una mañana  llego diciéndome. “Rebeca” el segundo día de la semana,  El  Maestro se va a quedar aquí con nosotros unos días.

Ah no, fue mi respuesta, no quiero que me traigas líos a casa, pero después recordé que soy mujer,  mi opinión no cuenta. Así que le dije “Vale que venga”.

Recuerdo que todo el sabat,  el primer día de la semana, me pase imaginándome como seria,  lo imaginaba serio, como suelen ser los predicadores, desdeñando hablar conmigo por ser mujer como hacen los fariseos y la mayoría de los rabinos, sin pasar por alto ni una de las leyes de la purificación. “vaya jornada aburrida pensé,  los niños pobrecitos, porque como a toda la gente como él los niños no le gustarían y los echaría fuera, pero que le iba hacer, tenia que acogerlo.

Para mayor infortunio, pille una calentura, que casi me mata. Simón se alarmo mucho al verme así. Llamo a los mejores curanderos,  yo cada día estaba peor.

“no te preocupes suegra, le diré, al Señor que estas mala,  ya buscaremos otro sitio.”

Recuerdo que estaba como adormilada, debido a la fiebre; y oí la voz de mi yerno hablando con un hombre. “Señor( decía, por lo que aún en mi estado, supe que era el famoso Maestro) mi suegra esta enferma; y además tengo 5 niños pequeños.) Le oí responder: “Enferma. Oh no. Yo quiero que me prepare la comida”.

Me llene de rabia así de estúpidos podemos llegar a ser a veces.

Jesús entro en la casa, en aquel momento yo lo veía entre sombras, se sentó en mi cama lo que no hace jamás ningún líder religioso, una porque soy mujer, otra por ser una mujer enferma y por lo tanto impura, me aparto el pelo que tenía sobre los ojos,con el borde de su manto, sin asco, me seco el sudor,  me beso en la frente como si yo fuera su madre;  tomo mis manos entre las suyas, mis manos ardían por la fiebre, las suyas estaban frías, pues era el mes de Tebet, mis manos estaban además sudorosas, pero Él repito no me tenía asco,  me miro a los ojos,  dijo;  “vaya, vaya,  Rebeca así que para no servirle la comida a Tu Señor, vas y te enfermas, pues no,  eso no lo permito; así que fiebre;  Yo te lo ordeno deja a esta mujer. (dijo aquella frase como si mandase a un niño o a un perro; yo aunque enferma, me dije. “pobrecito” ahora se porque no te doy asco eres un loco); entonces me dijo. “leo los pensamientos,  no te preocupes, es normal que pienses así de mí, todavía no me conoces; y tu fiebre obedéceme ya.” Al punto note que estaba curada;  Y si la fiebre le había obedecido es que no era un simple hombre;  que me levante,  me eche a sus pies, pero me levanto diciendo, ahora tengo hambre, así de humano era,  así de divino.

Estuvo una semana con nosotros, además de hacer cosas como alimentar a más de 5.000 personas con 3 panes y cinco peces., hay otra cosa que hace también perfectamente, y es ponerse perdido., y es que se pasaba todo el tiempo que le era posible., incluso despreciando la compañía de los mayores, con los niños, no sólo con los de Simón, sino con todos los del pueblo, se tiraba en el suelo con ellos., les inventaba juegos, se dejaba ganar, les contaba historias era un niño más.; y lo más extraño decía que son los niños, los dueños del cielo.

Supe en aquel momento que mi yerno había tenido razón,  que yo había sido una mujer estúpida. Así que ya no volví a oponerme a que anduviese en su compañía.

Llego la pascua, y acepte que Simón no la pasase en casa, sino con su querido Rabí, ahora que sabía quien era me parecía lo más lógico.

Lo que no entendí fue cuando al anochecer del quinto día de la semana. Llego Simón llorando llamándose canalla y diciendo que había traicionado a su Maestro que por su culpa lo iban a crucificar, que en vez de defenderlo, lo había negado.

Como no acaba de creérmelo me acerque hasta Jerusalén y llegue a verlo, en la Cruz, en un principio me dije”era un impostor. ¿A saber por que habrás curado tú?”. Pero luego supe que era de verdad el Mesías; porque era Señor de la vida y de la muerte, lo supe cuando le gritaron “si eres hijo de Dios baja de la Cruz y creeremos en Ti; ”un impostor habría intentado soltarse, aunque muriera en el intento, al fin y al cabo es mejor muerte, el morir estrellado contra el suelo, que en una cruz., pero El no se movió, permaneció en su “trono” porque como eso veía él la cruz., y no bajo, porque el Señor no acepta ordenes de los siervos, murió cuando él quiso.

Yo aquel día también conocí a su Madre. Y supe porque Él era tan dulce, había salido a su Madre.

No me extraño la noticia de su Resurrección, como iba la muerte dominarle., ni tampoco que Simón., perdón, ahora debería decir Pedro, se pusiese hablar con tanta energía que convirtiese a tantas personas.

Yo ahora he sido bautizada,  con Maria su Madre me dedico a cuidar enfermos,  a enseñar a los niños que Jesús es el Mesías, siempre según los consejos o las ordenes de los otros primero y del nuevo un tal Matías,  y sobre todo de mi yerno, porque como dice Maria,  La Madre de Jesús,  Él ahora es como Jesús,  Mi Niño lo puso en su lugar.

El primer día de la semana, que ya ha dicho,  Pedro que vamos a cambiar el sábado por este día y llamarlo día del Señor, o sea domingo, porque en verdad el día primero, si es el día del Señor, y el sabat me suena a mi a truquillo de Moisés, porque Dios. no descansa nunca, o descansa siempre, según como se mire.

Estoy herida me han apuñalado, venía de lavar a Esteban una criatura de poco más de 20 años, al que lapidaron por confesar la Fe en Jesús el Resucitado, me preguntaron si yo también era nazarena(nos llaman así; aunque algunos dicen que mejor nos quedaría cristianos)les dije que sí, entonces me dijeron. “Reconoce que Jesús esta muerto, y que fue un blasfemo.” Quien me lo decía era un joven fariseo,  Saulo el alumno de Gamaliel,  un buen hombre este Gamaliel; les conteste que Jesús vive, y es Señor de vivos y muertos.; fue entonces cuando sentí el frió del acero en mis carnes.

Pero ahora de repente siento que he curado, ya no tengo heridas, oh si, una pequeña cicatriz, pero no me duele, y me veo joven, muy joven, alguien se acerca a mi. Es Jesús me toma de la mano. ; y,  me dice. “Ven Bendita de mi Padre, ven a conocer mi hogar,  y el tuyo”

Aquella noche. Pedro y los demás discípulos encontraron el cuerpo de Rebeca, hicieron duelo sobre ella,  no un duelo de tristeza sino de Esperanza en la Resurrección y le dieron sepultura.
Rebeca vivía ya en el Señor.
Fin

Criada de Caifas, cuento

Nadie recordaba la fecha en que había empezado a trabajar en la casa. Para muchos Serapia; había estado siempre a las ordenes del  sumo sacerdote de los judíos.

 La verdad era otra; de procedencia egipcia;  había llegado al hogar de Caifas; cuando este, contrajo matrimonio; hacía unos cuantos años; y, siguió en la misma cuando la esposa de Caifas abandono a su esposo en compañía de un oficial romano

Serapia. Se había convertido aparentemente al judaísmo. Pero sólo aparentemente porque en su corazón, seguía adorando a Isis. a Horus y a todos los dioses del país del Nilo.

Era una mujer egoísta, calculadora; y,  más de una vez, había hecho uso de su magia, para obtener a cambio de dañar a otros determinados beneficios.

Frente a su amo, figuraba ser una buena judía, aunque de preguntarle hubiese sido incapaz de relatar la lista de las 12 tribus.

Había muchas personas a las que odiaba; pero sobre todo, odiaba a 13 hombres, empezando por su Maestro, un tal Jesús de Nazaret, en eso se parecía a su amo.

Y, lo odiaba porque las palabras que en alguna de sus salidas logro oír directamente de sus labios, o de otros labios pero dichas por él. iban contra todo lo que ella quería y hacia.

Hablaban de perdón, y, ella sólo pensaba en la venganza
Hablaban de compartir; incluso con el que te ha robado
Y, ella sólo pensaba en robar sin ser vista, en usar maleficios para que muriese aquel rebaño, o, se secase aquella parra

Hablaban de que la felicidad era llorar. Ser pobre, ser justo. Desear la justicia. Perdonar.
Y, ella sabia, que sólo eran felices los que pisaban con su bota el cuello del adversario.
Por eso odiaba a Jesús a quien no conocía, y, odiaba a los que iban con Él.

Cada noche, en sus cultos orgiásticos, pedía a Isis, la iluminase para su venganza. Venganza que tendría un doble premio. Por un lado el acabar con Jesús y  sus seguidores, y,, demostrar su fidelidad a Caifas, conseguir la tomase por esposa, y,  hacerse con todas las riquezas de la casa.

Por ello aquella noche; se lleno de alegría, Jesús había sido detenido;  ella podía oír como era vejado e insultado;  hasta oyó la condena a muerte;  en el patio, estaba  uno de sus discípulos, el que sería su sucesor un tal Simón.

“Esta es la mía se dijo” Serapia, iré junto a él;. y, haré que confiese que era cómplice del nazareno.”
Y. dicho y hecho se acerco junto a él, que estaba calentándose, y, le pregunto

¿Tu eres de la compañía del hombre que están juzgando ahí dentro?

Pero el discípulo respondió. “No sabía, que estuviesen juzgando a nadie, ¿A quién te refieres mujer?
“A Jesús de Nazaret

Pobre hombre. Respondió, el discípulo algo había oído hablar de él;  pero no lo conozco

Allá a lo lejos canto un gallo;  Pero nadie hizo caso, porque es normal, que los gallos canten.
Volvió Serapia, esta vez en compañía de un criado, y, volvió a hacer la misma pregunta
“Oye, tú, como te llames; sabemos que eres amigo de ese Jesús, por dos cosas ambos sois de Galilea; y, además le cortaste la oreja al hermano de éste(señalando al criado) a Malco

Simón enrojecido de cólera, comenzó a decir;  “maldito sea ese hombre, y, malditos vosotros;  Yo soy un honrado pescador, no he visto jamás a ese hombre, y, no le he cortado la oreja a nadie, soy de Galilea y que, hay muchos galileos; yo no los conozco a todos; dejadme en paz.

Todavía, volvió Serapia a importunarlo;  y, este perjuro no conocer a su Maestro, luego canto el gallo, por segunda vez, Simón salió llorando.

Serapia continuo en su rincón, alegrándose de su victoria sobre aquel pobre hombre.
en el interior de la casa, se oían voces, griterío, ella  era curiosa como todas las de su raza; decidió averiguar lo que pasaba, y,  con esa disculpa se presento ante  Caifas; pretextando  ofrecerle un vaso de agua; fue entonces cuando lo vio; lo tenían atado; sus ojos, era imposible  decir de que color eran;  su rostro estaba desfigurado por los golpes, faltaban trozos de su barba,  le habían escupido.

Como mujer Serapia tenia corazón. y, no pudo dejar de sentir lastima por aquel Hombre; por muy criminal que fuera no podía merecer aquel trato; y  encima los suyos lo habían abandonado.
¡Pandilla de cobardes.¡. Volvió a mirarlo, y, le pareció que era Él; el que estaba, juzgando a Caifas.

Antes de abandonar la sala, oyó la voz de Caifas, cocondenándole a muerte; y, como todos los que han dejado de pensar, como todos los que no son servidores; si no serviles.
Serapia, creyó que, aquel Hombre merecía la muerte.

Cuando lo sacaron de la sala, aprovecho para gritarle.
“Ya ves, del Sanedrín., nadie se burla Jesús, se volvió a mirarla, pero su boca estaba tan seca, que no pudo articular palabra, le hablo con el corazón., Pero el de Serapia, estaba lleno del cerumen del pecado, y no pudo oírlo.

Sería, sobre la hora sexta, es decir sobre las 4 de la tarde, cuando una mujer con los ojos enrojecidos por el llanto, y, llevando de la mano a un chiquillo, de unos 12 ó 13 años se acerco a ella.

Mujer.¿ Trabajas al servicio de Caifas?. ¿Sabes algo de mi Hijo?

¿Quién es tu hijo; mujer? Respondió con un aire de orgullo, y, sin pararse  a mirar a la mujer que tenía ante sí.

Mi Hijo, es el Hombre, que ha sido detenido, y, traído aquí, ante Caifas.

A Serapia por un momento se le nublo la vista.; tenia ante sí a la Madre del joven que Caifas, acababa de condenar a muerte; Pero pronto recupero su orgullo egipcio; y,, mintiendo porque ella en realidad, seguía practicando los ritos aprendidos en Egipto.

Le respondió.
Tu Hijo ha sido condenado por blasfemo.
¿Condenado a muerte?

Si, claro a muerte.

En vez de gritos, y, maldiciones. Serapia sólo oyó estas palabras de boca de Maria.

“Bendito sea su Padre, que se haga su voluntad, mi Hijo es inocente.; Pero como me dijo Él.

Mamí, me he cargado con tantos pecados de mis “futuros hermanos”. “Qué no se si Papá, y, el Espíritu Santo, me querrán más con ellos”(esto lo dijo bromeando para alegrarme; Pero las lagrimas bañaban sus ojos). Hija mía dime ¿A dónde se lo han llevado?. Quiero estar a su lado.

Serapia, alzando la cabeza, respondió a María, se lo llevaron a  casa de Pilatos, y, no es la voluntad de su padre la que se va cumplir, sino la del Sanedrín, y, la de Roma, y,, no soy tu hija, te enteras, mujer.

María , la miro dulcemente, y, le dijo; no conoces quién es su Padre; por eso hablas así, y, , en cuanto a que no soy tu Madre, créeme que ya te siento así, aunque todavía no has nacido

Se marcho María, y, Serapia, quedo pensando que se trataba de una mujer;  a la que el dolor había enloquecido; porque ella,  estaba cerca de nacer en el reino de Osiris,  el dios egipcio de la muerte.

Se enteró por Caifas de la ratificación por parte de Pilatos de la condena a muerte en la cruz; pero no  no acudió a ver la crucifixión; su odio no llegaba tan lejos.

Pasaron los días, veía a Caifas anquilosado,como si un remordimiento atroz no lo dejase vivir., oyó rumores de que los discípulos de Jesús, habían robado su cuerpo, pero ella que había conocido a Pedro,  sabia que quién no es capaz de enfrentarse con una criada, no se arriesga a robar un cadáver, y,  además para qué; para perpetrar una mentira, de la que ellos habían sido, las primeras victimas
Así lo dijo a Caifas.

Amo. " estoy segura de que a ese tal Jesús, no lo robaron sus seguidores".

Caifas se puso en pie, lleno de cólera, la miro de arriba abajo, con los ojos inyectados en sangre., y, le dijo.

“Necia, ¿Qué quieres decir, que resucito, que hemos matado al Hijo del Eterno, que era el Mesías, más  todavía que era Dios?

Serapia, temblando respondió, no mi amo,  Yo no digo nada,  digo, los discípulos no fueron; yo conocí a uno, y,  por él vi, que eran todos unos cobardes; a lo mejor los soldados de Roma; Por otro lado pienso que no debe preocuparle que sea el Mesías; si lo fuese comprendería que lo hiciste por Dios.

Caifas, gruño,  él había actuado para congraciarse con Roma., Dios a Caifas le importaba muy poco, sólo había un dios al que servía, y, ese dios era el poder.

Han pasado 50 días, Serapia pese a ser egipcia; y, para disimular su fe pagana, se encuentra, en Jerusalén para celebrar la promulgación de la Ley en el Sinai, y. para agradecer las cosechas.

De pronto oye, como un trueno, y, escucha voces que se van definiendo,  oye en su voz de mujer pobre., de mujer arrancada de su tierra, de mujer separada de sus hijos, y, vendida como un animal, de mujer obligada a practicar una religión extraña, oye en esa voz; que Dios la ama, la ama tanto, que por ella entrego a su Hijo a la muerte, y.  por ella lo ha resucitado, la ama tanto, que si fuera preciso, volvería a entregarlo a la muerte, la ama tanto, que si ella quiere puede llamarle Padre.

Oye que el Hijo, siendo Dios, se hizo hombre por ella, se hizo embrión, se hizo feto, se hizo hombre condenado a muerte.

Y, con los ojos llenos de lagrimas, pregunta a Pedro; el discípulo cobarde ante ella, y. o que ahora habla sin miedo ante la multitud.

¿Qué debo hacer?

Y,  aquella tarde el agua del bautismo, ahogo a Serapia, la criada de Caifas, y, de las aguas del bautismo; broto una nueva criatura, Catalina, una mujer que desde su conversión, y, su nuevo nombre, colaboraría con la Madre del Redentor; en el cuidado de enfermos, hasta que un día  Caifas, la golpease por negarse,  a revelarle los lugares donde se reunían, y, Serapia.(perdón Catalina). Abandonase este mundo, para ver glorioso, y  para toda la eternidad, al Hombre; que un día viera desfigurado
Fin

Algunas mujeres de la Biblia La Cananea ( relato)

Era morena de ojos grandes. Esbelta como todas las de su pueblo. Un pueblo el fenicio que había conquistado mares. Que había recorrido el mundo entero. Era orgullosa, como orgullosa era su raza.

Pero ahora su orgullo estaba abatido.

 Astarte.(Se llamaba como la vieja diosa de su pueblo la esposa de Baal). Se había enamorado de un romano. Y, de aquel amor había nacido una hija. Isis. Una pequeña: que era toda su alegría, y, por la que había dado gracias a todos los Dioses.

Aunque su amado. Al saber que estaba embarazada. Tratase primero de convencerla de que se “deshiciera de aquello” y, luego la abandonase

No importaba: su pequeña la colmaba de cualquier desazón.

Aunque le doliese ver a las huestes romanas: y, recordar su engaño. Roma había hecho cosas buenas. Ella también estaba de acuerdo; en prohibir los sacrificios humanos.

Luego estaban los judíos. Ese pueblo raro. Primero sus antepasados; le habían robado a los suyos la tierra. Los habían asesinado. Y, decían que en el Nombre de su dios.

Claro que Astarte. Pensaba que su dios. Debía de ser inocente.
Tampoco entendía; como se las podían arreglar con un solo dios. El pobre no debía dar abasto con tanto problema.

Ahora ella vivía arrinconada en un trozo de su tierra.

Cuando las mujeres judías se cruzaban por casualidad con ella.: Al ver. Sus distintivos de creyente: en Baal y Astarte. Escupían al suelo, y, blasfemaban contra sus dioses.

Porque según los judíos no hay más dios que Yahvé.

Astarte sabe que los llaman perros.
Pero no importa porque a su cara no lo dicen. Y, ella no va hablar nunca con un judío.

Hoy Isis, su pequeña tiene fiebre. Se agita nerviosa. Nada la calma. Grita es como si una fuerza extraña y maligna la dominará.

Astarte recurre a todos los remedios. Y, acabados estos acude a los Dioses. Promete. Suplica. Amenaza. Se rasga las carnes. Hace sacrificios. Nada los Dioses; demuestran ser dioses es decir ídolos.

Una vecina le dice que hay un judío, que dicen tiene el poder de curar. Un tal Jesús. Que según algunos de su pueblo es el Mesías. Ella no sabe que significa tal cosa ni le importa.

El caso es que se ha enterado. De que el tal Jesús. Va pasar por el territorio de Sidón. Y, como según dicen es un enamorado de los niños. “Seguro que se compadece y cura a tu hijita”. La vecina le da las señas para conocerlo.

Y, Astarte se llena de esperanza.

Por fin ve a la comitiva. Sin conocerlo lo distingue enseguida. Alto. Andando como Señor de la Tierra entera. Va riendo y canturreando una canción.

Astarte se aproxima y grita. “Jesús Hijo de David. Ten piedad de mi, mi hijita es atormentada por un demonio”.

Pero el Hombre de mirada limpia. El amigo de los niños. No le hace ni caso. Sigue. Como si no oyera. Como si no tuviese corazón.

Astarte. No se rinde.
Socórreme. Grita de nuevo.

El joven se para. La manda acercarse. Y, ella va. Pensando ahora si, es que no me habría oído. Pero él dice. “veras mujer. Yo sólo he venido para las ovejas de Israel”.

El corazón le late más fuerte. No le importa el dolor de su hija. No le importa su dolor. Sólo le importan los de su pueblo. Es como todos los judíos.

Pero su amor de madre le dice que vuelva.

E insiste una vez más. “mi hijita

Entonces oye las palabras más duras; que, se le hallan dicho a un ser humano; por otro ser humano.

“Comprende mujer; no esta bien tomar el pan de los hijos; para los perros y sus cachorros”.

Si la ha llamado perro. Como hacen todos los judíos. De repente tiene ganas de insultarlo. De huir. Pero luego piensa. Los ídolos no le han hecho caso. Si perros, y, más que perros son. Pues viendo sus obras no reconocen a su Creador, y, lo confunden con el leño y la piedra.
Puesta de rodillas. Exclama

“Cierto Señor. Pero a los perros; les bastan las migas, que caen de la mesa de los amos”.

Jesús, la levanta, y. le dice. “cuanta fe tienes. Ve tranquila tu hija ha sido curada”

Mientras va oye decir.
 “En Israel no he visto tanta Fe como; en esta mujer. Como esta vendrán, y, se sentaran en el cielo con Abraham y los patriarcas”.

Llega a casa, la pequeña juega como un día normal. Astarte la toma y, va en busca de la comitiva que pernocta en su casa.

Ha pasado un año. Ahora es el Dios de Israel el único que adora Astarte.
 Los otros han cumplido el oficio de hacer un buen fuego.
No se ha convertido de forma oficial., Y, hoy ha bajado a Jerusalén. Oye un rumor de griteríos de voces.
 Y, un galopar de caballos. Se detiene haciéndose a un lado. Vé que llevan a 3 pobres hombres a los que van a crucificar.

El último esta irreconocible. Su espalda. Es una pura llaga, su cara esta tan amoratada tan mal;  que nadie lo puede reconocer. Se ha caído.

 Y,   ve como nadie lo ayuda.
Sacerca como puede; lo ayuda a levantarse, y, luego con el pañuelo de su cabeeza le limpia la cara.

No sabe quien es el reo. No le importa sabe ,que es un hombre.

Llega a su casa. Y. decide lavar el pañuelo. Es entonces cuando; descubre en la tela, el rostro del Hombre que curo a su hija. Y, no entiende como puede llegar a tanto la maldad de los hombres.

Hace ya cuatro años de aquellos sucesos.

 Astarte se ha casado con un romano bueno. Y, que también piensa que los dioses no deben ser nada, y, que el único Dios debe ser el de los judíos. Su esposo se llama Cornelio. Además de Isis a la que Cornelio;  quiere, como propia. Tienen otros dos Publio y Julio.

Hoy Cornelio(cuya historia es aparte), recibe en su casa a uno de los que aquel día acompañaban al Joven rabí. Y que ahora es como su “sucesor”.

Pedro, les cuenta les revela que Jesús vive. Que esta resucitado. Que es el Hijo de Dios, y, que ellos pueden serlo también

Como regalo de bautismo; Dios les manda el Espíritu Santo;  en una Confirmación anticipada.

 Cornelio y Astarte: que toma el nombre de Maria, como la Madre de su nuevo Hermano, y, Señor, y, sus hijos los de Cornelio siguen con su nombre. Su niña toma el de Ana.
Como la Madre de su Nueva Madre. Hermana y Señora.

Ahora al cabo de unos meses. Han de huir de Jerusalén ;porque los primeros destinatarios del mensaje; no lo quieren y los persiguen.

Marchan hacia Roma. Allí esperan disfrutar de la tolerancia que tuvo siempre el Imperio con toda creencia.
 Pero el cristianismo, que proclama igual al esclavo que al amo, que habla de amor al enemigo.

Que condena los vicios practicados hasta por el Emperador ,que se atreve a decir que el César sólo es un hombre. Y, que no debe ser adorado. O, sea que, no debe ser obedecido por encima de la conciencia.

 Es peligroso, y, hay que combatirlo. y, Roma lo hace.
Pero Astarte es decir Maria, no muere mártir.
 Ella vivirá cada día con ese temor, y, esa esperanza.
 Será su esposo quien reciba esa gracia.
Para ella el vehículo que, la llevará a reunirse con su Amigo Jesús; serán una fiebres que contraerá cuidando a una mujer enferma de cólera.
 Una pobre mujer que, antes de morir denunciará a Maria, y, a su familia. Por haberle visto una Cruz.
Y ,porque se fijo en que, no doblo la rodilla ante los penates.
No, la encarcelan pues cuando llegan ya esta muy mal.
Cornelio sí. Y, da testimonio con su vida.
Los dos se reúnen en el cielo en pocos días.
Dije que Astarte no fue mártir me equivoque. Nosotros la conocemos como la Valiente. Verónica. La Verónica.


Maite