jueves, 7 de marzo de 2013

La serpiente y Dios

La serpiente y Dios

Todos los animales de la creación fueron convocados por el Todopoderoso. El Creador. Quería hablar con sus pequeñas creaturas; y, que estas le pudiesen pedir,  o, dar sus “quejas”.


Uno a uno, fueron desfilando todos. Todos estaban contentos. Si bien es cierto que unos más que otros. Las quejas contra el abuso por parte del ser humano, eran moneda corriente, aunque también le estaban agradecidos.

Todos menos las serpientes.

Uno de estos animales, una serpiente de bellos colores. Pidió permiso al Señor para poder hablar.

Dios en su Infinita bondad. Accedió a sus ruegos
“Habla pues. Serpiente. ¿Cuál es tu queja?

El reptil. Empezó diciendo: “Señor, Tu sabes que soy una creatura tuya, que cumplo la misión para la que he sido creada. Que sirvo al hombre alimentándome de ratas, y animales nocivos para el campo (aquí se oyó un silbido de las ratas y roedores, llamándole, traidora a la serpiente; silbidos que Dios se encargo de parar).

 Pues bien Señor. Me desprecian y no es por mi veneno. La mayoría de nosotros no somos venenosas, se nos asocia con el Maligno. Se nos dice que somos los culpables de que ellos perdieran el cielo. Que somos el único animal maldito por Ti,  se olvidan de que la imagen, de unas de nosotros salvaron las vidas de los judíos en el desierto.

Y, que tu Hijo, cuando estuvo en la tierra, jamás mato a una de nosotras.
 Dijo que la serpiente de bronce, era un símbolo de si mismo crucificado.
Lo único que queremos, es que se nos vea como un animal más, como una creatura tuya. ¿Qué culpas tenemos si, el demonio se disfrazo un día, como una de nosotras. No somos malas?

Dios sonrió. Siempre sonríe es la Persona más alegre, luego dijo a la serpiente.

“Mi querida creatura. Los seres humanos, son desagradecidos en buen número; sólo recuerdan las ofensas,  el daño que se les ha hecho, y, olvidan el bien, aunque este sea mayor; bien saben ellos, que yo no os maldije, que la maldición era para el autor del mal; y, que vosotras sois meros instrumentos míos;  pero queridas mías, no deben importaros la opinión de los humanos, vuestros hermanos mayores;  si no son agradecidos con Dios;  como lo van a ser con vosotras.

 Es cierto que la imagen, de unas de vosotras,  sirvieron,  para que fuesen curados, los judíos,  pero fui, yo, quien lo hizo.

 No olvidéis que vuestras parientas,  los habían mordido. También os quiero recordar que no fue mi Hijo vuestro Señor, y, Hermano, quien se comparo con vosotras, si no uno de sus seguidores Juan;  Quien comparo, a mi Hijo en La Cruz; con la serpiente de bronce elevada por Moisés.
Es cierto no tenéis culpa, si el demonio se disfrazo de una de vosotras.
 Como el disfraz es mentira; es un genio en disfrazarse, a mi Hijo un día se le disfrazo de su Apóstol, más querido de Simon Pedro. Jesús que es listísimo, y, no es que me ciegue el Amor de Padre, es que como mi Hijo no hay otro. Si ya se que todos los padres, dicen lo mismo. Pero en mi caso no hay equivocación. Y, a lo que iba. Jesús se dio cuenta. Y, lo mando irse. “Aléjate Satanás le dijo”.


En cuanto a vosotras mirad si os quiere;  que os puso de modelo a sus seguidores.
Si de modelo les dijo “Sed sencillos como palomas,  prudentes como serpientes”.

No amiguitas no sois malas. Sois obra mía; Yo no se hacer cosas malas. Tenéis una misión en el mundo. Pero no os importe, la opinión de la gente.

Haced aquello para lo que fuisteis creadas por Mí. Lo que hacéis siempre; no hagáis caso.

 Decir que yo maldije a la serpiente;  es como decir que mi;  Pequeño mando alejarse de Él a Pedro.


Claro que todo tiene, una explicación, os voy a confiar un Secreto. “Mis Secretarios”;  los que escribieron; La Biblia escribían muy mal, y, así claro si no acuden a Mi, la gente lee cosas que, Yo nunca quise decir; pero tranquilas mis creaturas vosotras;  sois mi otro libro, en este si, que la inerrancia es perfecta.: porque todo él es obra mía: en la Biblia la letra, es del hombre.

Ahora,  os voy a bendecir de nuevo a todos.

Y, todos los animalitos, incluida la serpiente bajaron sus cabecitas, para recibir la bendición del Creador.

Fin

Oboe

Aquella mañana, había salido a caminar como tantas otras,  llevaba ya un buen rato, cuando decidí sentarme en un banco; y, leer una novela; aún no bien había abierto el libro, cuando una señora muy mayor se sentó a mi lado, me saludo,  respondí a su saludo, pero esperando, que no fuese a contarme su vida, yo quería leer, y, evadirme, dos minutos estuvimos en silencio; pero sólo eso, sólo dos minutos, tal vez ni eso; muy cerca de nosotros se oía una música, no consigo recordar que era lo que tocaba, si que era una pieza instrumental.

La señora me miro, como si me conociera de toda la vida; y me dijo; ¿Sabe que instrumento, está  tocando, el solista, es un Oboe?

Ah si, respondí, aunque no tenía ni idea, me gusta la música, pero no tengo oído, no tenía ganas de empezar una conversación.

Un oboe, respondió de nuevo la anciana, cuantos recuerdos, cuanto dolor, y, cuanta alegría me traen sus notas; pero que tonta soy, si no me he presentado

Me llamo, Lucia, mi apellido no importa, así que con su permiso me lo callo

Ya se podía callar todo, señora pensé, pero como persona educada, asentí, y, trate de decir el mío, no pude, la señora Lucía ya había empezado su historia, historia que yo ahora voy a contarte.


Yo había nacido en una aldea de Castilla, halla por el 1924; si no me equivoco porque a veces la memoria me falla; mi familia era muy pobre, tenía tres hermanos menores, el padre, había sido asesinado en la guerra, así que cuando cumplí los 18 años; ó,  sea a los 3años del termino del conflicto, mi madre, y, mi abuela decidieron que debía de ir, a servir, a la capital, una chica del pueblo, me había conseguido trabajo, en una casa de muy buena familia.

Y, así con una maleta vieja a cuadros, y, el alma en un puño me subí al tren correo, y llegue a Madrid.

Los señores eran buena gente, “pobrecitos” eran como los habían enseñado, para ellos yo era su esclava, aunque no me diesen, ese nombre, tenían 4 niños, el pequeño aún necesitaba le limpiasen el culo; pues tenía que llamarles señoritos, y, yo se lo llamaba, como no iba hacerlo;  si de eso dependía el pan, que iba comer, y, que iba mandar para que comiese mi familia; me tenía que levantar casi de noche;  para bajar la basura a la calle, en suma trabajaba de sol a sol, menos los jueves por la tarde, y, los domingos, el jueves por la tarde tenía libres 2 horas, porque la señora ni ese día ,podía hacer la comida de su esposo, e hijos, y, el domingo, había de madrugar a las 6 de la mañana, para ir a Misa, a la Misa especial para las criadas, que entonces, no éramos empleadas de hogar, luego tenía que hacer igual mi trabajo, eso si los patrones iban como no podía ser menos a Misa de 12, pero no los quiero juzgar; que no eran mala gente, eran como les hicieron ser.

Aquel jueves, yo había acudido con otra compañera que servía en el piso de abajo, a ver el baile, que se había organizado en el Retiro, creo que eran las fiestas de San Isidro, tocaron una pieza instrumental, me acuerdo como si fuera hoy;  “ Ojos verdes”;  el instrumento solista; era  el oboe, claro que yo, entonces no sabía nada de eso, al finalizar la pieza, los músicos de la orquestina bajaron, y, se mezclaron con la gente; el oboetista, se fijo en mí, se acerco a donde yo estaba, y, me dijo un piropo, que no recuerdo, es extraño pero no lo recuerdo, luego nos acompaño a mi compañera: y, a mi, a tomar unas horchatas, nos dijo que se llamaba Miguel, que era músico. lo que estaba claro, y, que tendría mucho gusto en invitarnos al día siguiente, que no trabajaba al cine; yo era una muchacha inocente, y, no sabía mentir, así que le dije la verdad que no podía ir porque trabajaba de criada


Lo acepto bien, y, dijo que todo trabajo era digno, y, que ya nos veríamos otro día; luego lo pensó un poco, y, dijo mira dame el teléfono de tu casa, bueno de la casa donde sirves; diré que soy un primo recién llegado del pueblo, si puedo hablar contigo, y quedamos el domingo, y, también te lo digo a ti, dijo a mi amiga, pero Carmen, ese era el nombre de mi amiga, dijo que ella, no daba el teléfono de sus señores a un desconocido, y, que yo no debería hacerlo; pero yo lo hice...

Así, empezamos a salir un poco los domingos, un poco los jueves, Miguel era maravilloso,  no se avergonzaba de mi, me llevaba a museos, al cine, me enseño a leer, me compraba ropa, me hizo sentir una persona, y, un día ya llevábamos cerca de un año, me dijo que quería casarse conmigo, que ya estaba mirando un piso, porque no iba permitir que su esposa siguiese sirviendo, y, él además de la orquestina, tocaba en la Orquesta Nacional; yo no cabía en mi de gozo; Así,  que cuando me invito a su piso a merendar con unos amigos, no vi,  ni sospeche nada malo, pero los amigos nunca aparecieron; y yo bebí, como nunca había bebido, y, paso lo que tenia que haber pasado, no quiero decir que me violase, porque mi entrega fue voluntaria,  yo lo amaba, pero también es cierto, que de no estar bebida, no lo hubiera hecho.

Me acompaño a casa, y, dijo que ya me llamaría,  porque se iba de gira, con la orquestina

Un tiempo después descubrí que estaba encinta, la noticia me alegro, eso adelantaría nuestra boda,  ya me veía como una señora casada. Miguel no llamaba así que pensé que debía de hacerlo yo; y, me presente en su casa, me abrió la puerta otro hombre, le pregunte por Miguel, y, él a su voz me pregunto; quién era yo, le dije, que su novia.
Estallo en una carcajada, “su novia, has oído Miguel, esta aquí tu novia”; yo esperaba que él saliera a defenderme, pero sólo dijo desde el interior, dile que se vaya, que no me moleste más.

No me quede quieta;  me presente en el Conservatorio, donde iba a tocar, no me dejaron entrar, no se podía molestar al profesor, por fin al cabo de unos días conseguí; que me escuchase le dije que esperábamos un hijo, me respondió cínicamente que él no, que sería yo,  que no tenía porque creer que fuese suyo, podría ser de cualquiera incluido, el patrón, además una chica que estaba cerca;  de los 20 años ya debía saber que todo lo que se hace, se puede deshacer, él no se iba casar conmigo, porque en realidad ya tenía novia formal;  una maestra, pero estaba dispuesto a darme dinero;  y, acompañarme a un médico que hacia esos “favores”.

Lo insulte,  me marche a toda prisa

Pero en casa no podía dejar de darle vueltas, mi abuela, mi madre me habían rogado que no deshonrase la familia; qué iba hacer, presentarme con un hijo sin padre, me quedaba el hospicio, pero también podía saberse, así que me convencí, de que lo mejor era lo que me había aconsejado, me convencí;  de que no era aún nada; pero sabia que era mentira.

El aborto fue brutal, casi me cuesta la vida, fui detenida, porque entonces se iba a la cárcel por eso,  pase dos años, no eran todos los que me correspondían, pero salí por buena conducta,  regrese al pueblo, llevaba la juventud, y, el alma destrozada.

Mi abuela, me trato con dureza me dijo que un hijo, nunca deshonra a una madre, que lo que deshonra a una mujer es lo que yo había hecho, pero como era su nieta todo acabo por olvidarse, la única que no olvidaba era yo; me salió un trabajo para limpiar en la escuela, salvo mi familia nadie conocía lo sucedido, y, así mi vida se fue normalizando

Hasta que conocí a Juan, Juan también era músico clarinetista pero tocaba de oídas, se enamoro de mí,  yo intente enamorarme de él, anduvimos dos años juntos, hasta que me propuso hablar a mi madre,  y mi abuela de nuestro matrimonio, vamos pedirles mi mano.

Me dije que no debía engañarle; así que le conté que había tenido otro novio,  que no era virgen, sólo dije eso.

 Me quería mucho,  dijo que no le importaba que a él; desde que lo conocía le había sido fiel,  que iba ser la madre de sus hijos

Nos casamos, pero yo era incapaz de entregarme como esposa, lo que debía ser un acto de amor, se me antojaba asqueroso, sucio, que me recordaba aquel otro lleno de mentira en que había concebido al hijo; que no deje nacer; por fin venciendo escrúpulos, y, ascos conseguí cumplir con mis deberes de esposa, eso era para mi “ un deber”

Pero los hijos no llegaban, y, Juan decidió que debía de ir a un médico, proteste pero no me valió de nada; el médico me examino, y, a solas me dijo.

Señora, usted tuvo un aborto hace tiempo, un aborto criminal; no tranquila, seguramente ya pago,  yo no estoy para hacer denuncias, el caso es que ese aborto la dejo estéril, nunca más podrá usted tener hijos; una pregunta.  ¿El embarazo interrumpido, era de su esposo?.

No, era de otro novio que tuve, por favor doctor, se lo ruego, no le diga nada a mi marido

Tranquila señora, un médico es como un confesor

Señor dijo a mi esposo, lo siento pero su esposa es estéril, cosas que pasan a veces, pero siempre pueden adoptar


En aquella época, era más fácil adoptar un niño, ibas a la inclusa,  salías con él o con ella,  nosotros adoptamos a Pedrito un huérfano de cinco años, yo trate de quererlo como si fuera un hijo, pero el niño era muy rebelde, sin embargo poco a poco, se fue adaptando a mi, a quien quería con locura era a mi esposo; a Juan, a mi un poco menos yo no le pasaba ni una

Llego,  el día fatídico, Pedrito tenía 7 años,  se estaba preparando para la primera comunión, yo estaba completamente alejada de Dios,  por mí el niño no la haría. pero mi esposo era cristiano,  un buen cristiano,  tuve que ceder, aquel día el niño había regresado de la catequesis, no sé que le mande,  me respondió, que yo no era su madre, entonces me exaspere, le pegue, el niño me replico,  me cegué, no supe lo que hacía,  también mate a este hijo, cuando llego mi marido estaba a mis pies muerto a golpes, angelito mío, que se había ido junto a otro ángel que yo había asesinado años atrás.

Me condenaron a muerte; pero me indultaron,  me cambiaron la condena por cadena perpetua, en la cárcel conocí a un sacerdote, un hombre lleno de Dios que me descubrió, su Misericordia, me enseño a perdonarme, con su ayuda volví a sentirme hija de Dios, y a sentirme persona, me dijo que mis dos hijos rogaban por mi,  eso me dio esperanza, él cumplía condena, por violación, delito que no había cometido, pero para proclamar su inocencia tendría que rebelar un secreto de confesión, así que prefería ser condenado, que si no había hecho aquel pecado, si otros muchos.

Nos indultaron ya muy mayores, con ocasión de la muerte de Franco, yo no tenía ya familia, bueno mis hermanos si, pero no era cuestión de buscarlos, los tres habían progresado;  eran gente importante, por eso no le dije mi apellido, tuve suerte, me acogieron las hermanitas; unas santas en el Asilo; me dan todo el cariño que las hijas que no tuve, no me pueden dar, por las mañanas salgo a pasear un poco, cerquita porque el asilo esta ahí mismo; al dar la vuelta a la calle; a veces pienso como habría sido mi vida si no...

Pero la Hermana Ana, me dice que no esta bien, pensar demasiado en el pasado, que yo aún puedo hacer mucho bien,  me ha anotado en una organización de defensa de la vida, para que yo, mediante mi testimonio ayude a otras mujeres a no cometer mi mismo error, mi mismo pecado, mi mismo crimen, cada vez que consigo que una muchacha de marcha atrás en su decisión de abortar, siento que en el Cielo, dos ángeles sonríen, mi hijo no nacido; y, mi hijo adoptado

Y, ahora que me doy cuenta, la he molestado con mi relato

No, Lucia, no lo ha hecho, gracias, por su testimonio, de  vida y amor

Mis ojos estaban llenos de lagrimas; tanto que no pude leer la novela, pero ninguna novela podría igualar el relato de Lucia, o, el relato del Oboe

Fin

El Piano



Lucía, se había traslado en compañía de su esposo, a la nueva casa, que habían adquirido, era un edificio de dos plantas que ocuparían ellos solos, y, los hijos cuando viniesen, constaba de un amplio porche, un gran salón en la planta baja, la cocina, dos baños completos, y, dos dormitorios, en piso superior al que se ascendía por una amplia y, hermosa escalera, se encontraba su dormitorio, una pequeña sala con un piano, la biblioteca, todo ello con grandes ventanales.

Llevaban ya tres días instalados, cuando, Lucia oyó que alguien estaba tocando el piano, subió corriendo las escaleras, presa del pánico, porque sabia no había, o, no podía haber nadie en casa, pero cuando llego a la sala;  donde se encontraba el piano, este, estaba cerrado, y, como es natural nadie, lo tocaba, volvió a bajar, diciéndose que todo era producto de su mente. Pero la escena se repitió una y otra vez, ya no sabía que hacer. ¿Me estaré volviendo loca? Se preguntaba

Llevaban ya seis meses en la casa, y, habían dado una comida a sus amistades para celebrar su aniversario de boda, 4 años, y, la compra de la casa, de repente, una persona pregunto.

 ¿Quién hay arriba, porque están tocando el piano, vamos a oírlo?, y, todos corearon, el vamos, vamos.

 Lucía no supo que decir,  ya no lo escuchaba ella sola, subieron todos a la sala del piano, pero nadie tocaba este.

Los invitados pensaron que tal vez la música proviniese de otro lugar, de una de las casas vecinas.

Pero Lucía sabía que no, todas las tardes a las cinco, todas las mañanas a las doce, todas las noches, si de noche también a las cuatro de la madrugada, el piano tocaba la canción de cuna de Brahms.

 Aunque mujer racional, empezó a pensar si no sería obra del espíritu de un antiguo habitante; que hubiese sido pianista, así que tanto ella como su esposo, investigaron, a todos los que habían vivido antes allí, no había un solo músico, ni amante de la música entre ellos.

Decidió aconsejada por una amiga, traer una médium para que hiciera “una limpieza a la casa”, todo inútil.

Y, ya empezaba a volverse loca, no le bastaba el que no fuese ella sola quien la escuchase, ella era católica, aunque no muy practicante, así que decidió consultar con un sacerdote, el P. Leyma, el cura, un hombre ya mayor, al principio no entendía nada, y pensaba que tendría vecinos, que tocarían el piano, pero Lucía le insistió que fuera a su casa, y, al oír la música, el sacerdote le pregunto. “Señora, dígame. ¿Ha muerto algún niño en esta casa, o en su familia, de forma violenta?

No, padre, respondió, Lucia, mi esposo, y, yo, aún no tenemos hijos, no ha muerto nadie, vamos ningún niño.

¿Esta segura?

Claro que; si,

Le voy hacer, una pregunta difícil, no conteste si no quiere, pero para ayudarle, necesito saber la verdad

Hable

¿Tuvo usted, ó alguien que haya estado, en esta casa, un aborto provocado, es decir un aborto criminal?


Lucia palideció, ella se había sometido, a una operación de aborto, hacia, un año, lo había hecho, porque el embarazo llegaba en un mal momento, había sido un fallo, ya tendrían hijos más adelante.

 Su marido había estado de acuerdo, y, sus amigos más íntimos, para todos ellos,  no había sido más que el ejercicio de un derecho.

Sí, Padre, hace un año, estaba de 2 meses, y, medio cerca de tres, pero eso no es el asesinato de un niño

Lo es señora, un niño, un inocente que estaba en su seno, y, al que usted impidió vivir, ahora, él toca la canción de cuna, ya que usted su madre nunca lo mecerá, como no puede despertarla llorando, lo hace tocando el piano.

¿Y, qué,  puedo hacer?

En primer lugar arrepentirse, y, confesarse, en segundo lugar, reparar el daño que ha hecho, y, no teniendo otro hijo, que los tendrá cuando sea el momento, eso, si, tiene que prometer, y, cumplir que no volverá a abortar, pero lo que deberá hacer ahora, para que su hijo en el Cielo se tranquilice, es adoptar un niño, de la edad que tendría su hijo, de vivir, un bebe. Cuando lo decida, llámeme



Lucía se quedo pensando, la verdad era que desde aquello, no se sentía a gusto consigo misma, empezó a escuchar de otro modo la música, y, a imaginarse a su hijo, no bebe, si no joven, y, adulto al piano, un buen pianista como su abuelo, entonces se dio cuenta de lo que había hecho, y, decidió confesarse, ahora si estaba arrepentida.

 Pero la música seguía sonando; igual su marido le decía que era una pobre idiota, que se cargaba de tontos remordimientos, pero ella sabía que no.

Un día, mientras desayunaban le dijo. Pablo, falta una cosa por hacer, adoptar un niño, un bebe, de dos ó tres meses, la edad aproximada de nuestro hijo, pero no podemos adoptar un niño sano, eso sería premiarnos, tenemos que adoptar un niño que nadie quiera, un niño minusválido, para purgar así nuestro crimen.

Pablo acepto, y, después de un sinfín de trámites consiguieron adoptar a un bebe de 3 meses y medio, con parálisis cerebral, que nunca podría hablar ni andar.

Fue el mismo Padre Layma;  quien bautizo al pequeño Andrés, y, nada más llegar a casa, con él, la música ceso, ahora la canción de cuna, la tocaba y, la cantaba ella, para el pequeño Andrés, al poco tiempo de tenerlo en casa, y, mirar su carita, se dio cuenta de que era una bendición un regalo de su hijo desde el Cielo.

Andrés, creció con una gran inteligencia, y, llego a ser un gran pianista, para el que no era óbice su minusvalía, de hecho el único entre sus cuatro hermanos.

¿Qué le ha parecido la historia, le aseguro que es cierta? Me dijo, la buena señora en aquella terraza de café

No, sé, respondí, no creo mucho que los muertos toquen el piano

OH Claro que no, hija, los muertos no tocan nada, pero los vivos, si

Cómo los vivos, usted me ha dicho que en la casa, no había nadie.

Bueno, nadie, excepto yo, yo era la portera, y, sabía porque lo había oído contar lo que le había sucedido a Lucía, como era también la encargada de la limpieza de la casa, cuando no estaban, pues sabía que tenían el piano, así, que con ayuda de mi novio, un experto en electrónica, grabe la canción de cuna al piano de Brahams, luego colocamos un aparato de música, que se accionaba automáticamente a las horas indicadas, y, que cesaba automáticamente al abrir la puerta de la sala.

Que horror, si lo llega a saber;  el Padre Layma

Lo sabía, y, le pareció muy bien

Le pareció bien, engañar así a una pobre mujer

No hija, vengar a un inocente, traer una oveja al redil, y dar un hogar a un niño. ¿Te parece poco?

No, creo que no. Pero no, sé, sería bueno, que el piano lo hubiese tocado un ángel. Un ángel que no llego a nacer.


El no de La Virgen

           
Jaime, era un buen cristiano, pero a veces, se hacía un pequeño lío en sus creencias; ahora por ejemplo, se le había metido en la cabeza; la idea, de que María, en el cristianismo, era alguien sin importancia, un personaje secundario, en la historia de la salvación

Decía a un amigo; que él no negaba la santidad, de Santa María, lo que digo; añadía, es que, Ella no es importante; no tiene sentido su culto; el único Salvador; y, Mediador es Jesús, Ella, es como nosotros, una creatura de Dios, su sierva, una redimida por Jesús.

Su amigo, lo interrumpía, para recordarle, que aquella creatura, sierva de Dios, redimida, era  La Madre de Dios; más todo era inútil, Jaime, estaba decidido, a sacar de su vida, el culto, a la Señora.

No, es que hubiese entrado a formar parte, de la Iglesias cristianas, y, comunidades, que no dan culto a la Madre de Jesús, ni aceptan todos los dogmas definidos sobre ella; Jaime los creía todos,  lo que no aceptaba es que fuera necesaria, necesario, sólo Jesús, repetía,

Aquella noche, tardo en dormirse, y cuando lo hizo tuvo una pesadilla, soñó que había muerto; y, llegaba a las puertas del Paraíso, donde un arcángel, le negó la entrada; dado que se conocía no le extraño, lo más mínimo; aunque esperaba que Dios fuese más misericordioso, seguramente, tendría que pasar un tiempo en el purgatorio. Pero el arcángel, que le había negado la entrada, le dijo que no había lugar intermedio, su estado era definitivo, estaba reprobado, su lugar era el Infierno.

Protesto, no estaba de acuerdo con el Infierno;  exigía saber porque razón, no podía entrar en el Cielo, aunque fuese pasando antes por el purgatorio.

El arcángel, se echo a reír, y, llamó a otros que vinieron, corriendo; compañeros, dijo, el arcángel a los otros espíritus celestiales, aquí tenemos un humano, que pregunta, porque no puede entrar en el Cielo; todos se echaron a reír; un humano en el Cielo, es lo más absurdo que hemos oído nunca, dijeron casi a coro

Veras, eres hijo de Adán, hace millones de años, en vuestro modo de ver el tiempo, ayer, según el nuestro, dijisteis que no a Dios. Por eso quedo cancelado, porque lo rechazasteis, el regalo que os había hecho de ser sus hijos, y, vivir  en Familia, con Él; por eso no hay; ningún ser humano en el Cielo.

Eso, no es cierto, interrumpió, Jaime, para empezar el mismo Jesús, es un ser humano, un   Hombre como yo, y, ocupa el primer lugar

¿Y, quien es, Jesús? pregunto un ángel, no conocemos ni arcángel, ni ángel, ni querubín, ni serafín, con tal nombre.

El Hijo de Dios, respondió, Jaime.

Blasfemo dijo el arcángel de la puerta, que ya empezaba a desenvainar, su espada de fuego; el hijo del Altisimo es puro, y, glorioso espíritu, como Él; como su Padre, y, como el Amor, que los une; y, que llamamos, Divino Espíritu, los  3 son Uno sólo, el único Dios, lo que osas decir, humano es intolerable.

De pronto se escucho una voz, "calma compañeros", yo puedo explicaros; quien así hablaba era un arcángel muy triste; como si hubiera tenido, un gran fracaso.  Este humano, dijo, habla de algo que pudo ser, pero no fue, aunque ignoro, como llego a enterarse; veréis, ya sabéis que nuestro Dios es todo Amor, y, le dolió, sobremanera, que los humanos quedasen fuera de la Gloria; así que decidió rescatarlos, y, adoptarlos definitivamente como hijos, así pues los  Tres, el Padre, el Hijo, y, el Espíritu Santo, decidieron que el Hijo; por la Gracia, y, la Potencia, del Espíritu Santo, se haría hombre, empezando como un embrión en el seno de una mujer; quien lo gestaría, daría a luz, amamantaría,  educaría, y,  hasta castigaría, como se debe hacer con los niños, para que lleguen a ser hombres de provecho; ya que la decisión no era de que tomase,  apariencia humana, sino, que sin dejar de ser Quien era, el Hijo, también llamado Verbo, fuese un ser humano normal; cuyo nombre,  decidieron fuese Jesús.

Él enseñaría a los hombres, quien es Dios, como los amaba, y, su vida, que, acabaría en una Cruz, aparentemente, porque resucitaría al  3º día, sería  lo que los haría a todos, hijos de Dios, y, les daría derecho al Cielo, si aceptaban.....

Pero este  plan tan hermoso, y, tan divino, no pudo hacerse

Todos los ángeles, quisieron saber el porque


Veréis, Dios, había escogido, a una jovencita judía, incluso estaba llena de Gracia, ya, que se le había adelantado la redención, se llamaba María,  recuerdo, cuando me presente, en su casa, y, muy sonriente, y, muy humilde, le anuncie, que iba ser la Madre del Mesías, del Redentor, al oírlo me dijo,  que no, que no era digna, que seguro que en Israel, encontraba jóvenes mejores, yo, dijo, el arcángel, proseguí, pues pensé era humildad, pero  la joven no cedió, que no, Gabriel, que no acepto, ser la madre del Mesías, no, mira, estoy prometida, y, no quiero si aparezco embarazada, mi prometido, se piense lo que no es, incluso, puedo acabar,  lapidada como adultera, así que no, buscaos a otra.  Además hay otro motivo, tanto mi  esposo, aunque aún no convivimos, somos de un grupo de los esenios, más bien de los  pobres de Yahve, y,  hemos hecho juntos, un voto,  de ofrecer a Dios, nuestra renuncia, al Amor físico de esposos, para que Dios, mande su Mesías,  de esa forma, la gente pensará que somos estériles, ya que el voto, sólo lo conoce nuestro rabino; y, ha jurado no revelarlo, nuestro sacrificio, será vernos rechazados, por estériles, pero si ahora  aparezco esperando un niño, aunque sea el Mesías, mi rabino, pensará que he incumplido mi voto, y, mis padres, que también lo saben, por lo tanto,  ves, que es imposible, yo, no les doy ese disgusto

Serás, Virgen y Madre, dijo Gabriel

Sí, tal vez, pero no es sólo eso, la gente vera una joven que ha tenido un niño, y, pensará  que fue, como es, siempre, además, si se cumple, lo que vaticino, mi abuelo David, y, los profetas, sobre todo, Isaías, y Daniel; ser  madre, de alguien que va ser asesinado brutalmente,  no, de ningún modo,  hay más mujeres.

No, María no hay más, tú eras  la elegida, tu no, es el no definitivo, de la humanidad a Dios,

Y, así fue amigos, concluyo Gabriel; el Señor decreto, que jamás un humano pisaría el Cielo, los buenos, quedarían en el limbo, pero ya se sabe, llámenle, como quieran donde no esta Dios, es el Infierno.  Que distinto, hubiera sido todo, si aquella jovencita, hubiese aceptado

Jaime, estallo lleno de ira, que se la castigue a ella; no a nosotros, es la culpable

Calma, le interrumpió, Gabriel, porque atacas a esa mujer, acaso, si ella hubiese aceptado, la alabarías, venerarías, bendecirías, su nombre, por ser causa de tu salvación, pues si no lo harías, en ese caso, tampoco la recrimines por lo contrario.

Jaime callo, tenía razón el arcángel, se despertó sudando; gracias  a Dios, todo fuera un sueño, estaba en la cama, se levanto corriendo,  fue al sitio donde guardaba una imagen de La Virgen María,  la coloco en un altarcico; inclino la frente ante ella, como lo hace un súbdito, ante su Reina, Ella lo era, Reina, Madre, Hermana; y, le dijo, "Gracias, Señora, Gracias Madre, Gracias María, por haber dicho "Si";  Sólo Jesús nos salva, pero Jesús, nuestro Jesús, el Dios hecho Hombre, no existiría sin Ti"  Gracias, Bendita seas



Fin




























La escoba

La escoba 

A Carlos, le encantaba barrer, pero barrer con la escoba de su mamá, lo que sucedía es que: era muy grande, casi siempre terminaba dándose un golpe en su culito, otros niños soñaban con ser magos, aviadores, futbolistas, Carlos, soñaba con barrer, barrer, y barrer con la escoba de mamá, tenía una de juguete, pero esta no le hacía ninguna gracia.

Aquella noche, después de decir sus oraciones, y, recibir el beso de mamá, y, papá, se quedo dormido, cuando abrió los ojos, a su lado, estaba la escoba de mamá.

Hola, le dijo la escoba

Carlos, se froto los ojos, el sabía que los juguetes, cobran vida a la media noche, pero las escobas, no tenía ni idea.

La escoba lo saco de sus dudas

Hola, te he dicho; “hola” ¿No me vas a responder?

Claro que sí, hola, pero oye, cómo es que hablas

Hablo, porque son las doce de la noche, y, bueno.  ¿Oye, tú; quieres, o no quieres barrer?

Claro que quiero

Pues vamos allá, arriba

Carlos se levanto; y, tomo la escoba, que parecía tan ágil como una pluma, barrió toda la cosa, y, lo que es más sorprendente, no sólo no barría papeles importantes, que hubiesen caído al suelo, si no que los ordenaba.

Ahora ya hemos barrido la casa, dijo la escoba, vamos a fuera

¿A la calle?, no al mundo

Vamos, ¿A, barrer al mundo?

Si, hay muchas cosas malas, y, las vamos a mandar muy lejos, donde nadie, las pueda coger de nuevo

Y, así empezaron, primero, barrieron el odio, para que desaparecieran las guerras, la violencia, y. tantas cosas malas

Después barrieron el orgullo, y, la envidia, cada cosa mala que barrían el aire, era más limpio y, olía mucho mejor; además con cada cosa mala que barría, se iban otras muchas, así se fueron las cárceles; desapareció el hambre, todos los niños tenían juguetes.

Y, ¿Ahora, que? Pregunto Carlos, a su amiga la escoba

Pues ahora, vuelve a la cama, mañana será otro día

No, yo lo que digo; es si el mundo, no necesitará otro barrido

No, sé, sólo soy una escoba, ¿Quién sabe?

 Pero bueno, tú siempre podrás hacerlo

Vamos, dormilón, arriba, era la voz de mamá

Todo había sido un sueño

Claro que los sueños, siempre pueden cumplirse, y, él se encargaría de que este se cumpliese,  cuando fuese un hombre, poco a poco, y, junto a otros hombres barrería todas las cosas malas, que había en el mundo;  aunque no quedase barrido de todo, y, otros tuviesen que seguir, aunque llevase culazos, para eso, tenía su corazón, y, sus brazos, ahora al colé para aprender como manejar “ la escoba” no la de barrer el suelo, si no la del coraje, de barrer el mal.

Fin


El reno de Papa Noel

 El reno de papa Noel
Hace mucho, muchísimo tiempo había un obispo muy bueno, llamado Nicolás; ahora es San Nicolás de Bari.

Siempre ayudaba: a los necesitados. Cierto día, se le presentaron los Reyes Magos,  y, le pidieron ayuda, para repartir regalos, sobre todo a los niños que no son creyentes, pero a los que Dios, quiere muchísimo, porque ellos no tienen la culpa de nada.

Nicolás, acepto encantado, pero  tenía un problema; el vivía entonces en Mira (Turquía), y, en aquella época no había aviones; los Magos, le dijeron que no se preocupases, que iba hacer las entregas en un reno; y, que su cuerpo, se iba volver tan sutil, que cabría por las chimeneas de las casas.

Dudo, por un momento, el buen obispo,  un reno, imposible, pero los Reyes, lo tomaron de la mano; y, en un abrir, y, cerrar de ojos, lo  trasladaron a las blancas tierras de Finlandia, allí, le mostraron un hermoso animal, un reno,  llamado, “Antares”; le mandaron subirse,  y, que diese una orden, fue  fabuloso, en un instante, recorrió, el mundo entero repartiendo juguetes.

Llego, el día en que Nicolás hubo de partir al Cielo, donde Dios, lo reclamaba, mientras su cuerpo mortal era enterrado en Italia, en la ciudad de Bari.

En el Cielo, se sentía un  poco apenado, los Reyes Magos, podían porque habían;  hecho sus primeros regalos a Jesús, que es Dios, venir con sus cuerpos de luz a la tierra, cada año, y, repartir  juguetes, o, regalos, y, lo mismo sus camellos, pero él Nicolás,  sola había ayudado a  seres humanos, simples seres humanos, algunos   hasta no muy buenos, más bien lo contrario

Jesús lo mando llamar

Fue corriendo, y, se postro ante el trono de Jesús, Quien lo miro sonriendo,  lo tomo de la mano, lo alzo, y, le dijo

“Hermano, y, amigo Nicolás, te veo triste; porque piensas que los Reyes Magos, pueden tornar a la tierra, y, tú no; piensas que ellos son más ante mi, porque me regalaron, y, tú, sólo lo hacías a personas  humanas,  te olvidabas de que  yo, estaba en cada uno, que lo que les dabas, me lo dabas, a mi, que son hijos de mi Padre, como Yo,  que quien hace bien, a otro ser humano,  no importa quien sea, este, me lo hace a Mi, que moro, en
 Él.  Por eso, tú seguirás haciendo, lo mismo pero lo harás el día de mi nacimeinto

¿Y, el Reno, Jesús, te olvidas del Reno?

No, olvido, tu Reno, se despertara también de la nieve; en la que duerme eternamente, y viajara contigo por las estrellas llevando a las gentes, un poco de alegría

Jesús.
 ¿Y; a los que no te conocen?

 Si, a esos también o más si cabe, para que al menos tengan alguna alegría, ya que les falta la de tenerme a mi, pero procura, echar alguna pizquita de inquietud, de fe, de esperanza, para que lleguen a creer, y, vengan aquí.

Lo haré. Respondió San Nicolás

Y, desde entonces cada 24 de diciembre, un viejito, desde el cielo, viene en su trineo, tirado por su reno “Antares” a repartir regalos, muchas veces a los que piensan que la Navidad es una fiesta familiar, y, han olvidado o, no saben que es la celebración del mayor regalo de Dios Padre a los hombres, su Hijo Jesús

Ese viejito, es así lo llaman los pueblos de habla inglesa, “Santa Klaus” o sea San Nicolás, y, los tontos de los anuncios. Lo llaman “Papá Noel” o sea Papá  Navidad, también a ellos los quiere Dios

Y, ya lo sabes imita a los Reyes Magos, o. a Santa Klaus, San Nicolás, y. da siempre al que no tiene, y le estarás dando a Jesús.

Fin

El Hotel

Era mi primer viaje a Paris, un viaje soñado, durante muchos tiempo;  apenas podía creérmelo cuando en un francés no muy correcto, ordene al taxista.

Monsieur, a la rue Napoleón nº 43, L´hotel Sandies

El taxista me respondió en castellano

Así que se va hospedar en el Hotel Sandies, yo no lo haría, no es un buen sitio, para una señorita como usted.

Lo mire un poco indignada, y, pregunte

Por qué, es que acaso es un nido de terroristas, de traficantes de droga, de prostitución...

No, nada de eso, es mucho peor.

Ah, ya sé, hay un ogro que come niños, pues en ese caso, no peligro y, me encanta la carne de niño a la parrilla

No bromee, con lo que no conoce, señorita, es un lugar maldito, lamentará ir a ese Hotel

Si lo lamento o no, es cosa mía, ahora por favor, lléveme allí.

El Hotel Sandies, era un edificio de ensueño, el recepcionista me recibió y, me atendió con la mayor amabilidad del mundo, a continuación ordeno a un botones

“ Casseur de chambre” les valises du Mademoiselle Luminon, at chambre 23, second étage

Mi habitación era un pequeño palacio en miniatura, mi apartamento en España, era una casa de muñecas; en comparación con aquella espléndida habitación

Además todo el personal del hotel era amable; y, encantador, al poco tiempo, entro una camarera a colocar unas toallas en el lavabo, entonces se acerco a mí, y, me hizo una advertencia; yo me encontraba mirando un armario empotrado, con puerta de cristal cromado y, un tirador del mismo material, que parecía muy antiguo.

“ Mademoiselle, s´il vous plait defense vous du, ne pas toucher ce miroir, je vous prie »

D´acord mademoiselle, femme du chambre

No entendía el porque de la prohibición, seguramente se debería a que era una figura decorativa de mucho valor; al principio me dije que a mí nadie me iba decir lo que podía o no podía tocar, que por supuesto iba tocar el espejo del armario, pero luego me vi a mi misma como una tonta, al fin y  al cabo quien me mandaba a mi, meterme en líos si pasaba algo y, se rompía con que iba a pagarlo.

Me fui a la cama pronto, porque estaba rendida del viaje, pero era incapaz de conciliar el sueño, leí un buen rato, pero me dolían los ojos, apague la luz e intente en vano dormir.

Estaba inquieta, pero no sabía porque, me levante y, no pude evitar agarrar el tirador de la puerta de cristal del armario, la puerta se abrió, y me vi de repente en una amplia sala, decorada con cortinones, y, gentes vestidas a la usanza romana y, gala, me imagine que estaban rodando una película, pero el idioma que hablaban era latín y. celta esto último lo supuse, pero eso tampoco me extraño, había visto la Pasión, así que me imagine, sería una película histórica rodada en los idiomas;  que se hablaban en su época


Me, acerque a uno, de ellos « un romano » y le pregunte en español, qué estaban haciendo, quien era el director de la película, como no me entendió, repetí mi pregunta en francés, aunque mi inglés es muy malo, lo repetí en inglés, todo en vano, hasta que hice la pregunta en latín, pero no pregunte, porque sería absurdo que película iban a rodar, pregunte, quién era el emperador de Roma, en aquel momento

Entonces si me respondió en latín, Diocleciano

Es decir, me había trasladado al siglo III de nuestra era, no tarde en darme cuenta de que estaba en un juicio, se estaba juzgando y, torturando a un grupo de personas, acusadas de practicar la superstición del cristianismo; estaba viendo en primera persona el juicio a los mártires cristianos; un sayón me echo mano y, me condujo ante el tribunal

Me preguntaron si yo también era cristiana

Me quede muda, Dios mío, qué iba decir, soy creyente pero mi vida no ha sido nunca demasiado devota.

Respondí que venía de otro lugar, y, otro tiempo

Se me ordeno responder lo preguntado

Calle, entonces el juez ordeno, se te ordena que ofrezcas incienso al altar de Minerva, eso sólo y, quedaras libre, de lo contrario, te espera la tortura y la muerte

Sabía que era cierto, lo que me decía, yo era joven, y, no tenía ganas de morir en la Francia del siglo III, mártir.

Qué hacer, había ido de viaje, y, ahora estaba a punto de perder la vida, yo era creyente, pero ahora me asaltaban los miedos, miedo de que tras la muerte, sólo existiese la nada, nada con la que no tenía intención alguna de encontrarme ; pero, ¿Y, si era verdad y, si existía la resurrección, qué,  me esperaría cuando la muerte de verdad llegase?;  bueno eso ya lo arreglaré en su momento, ahora lo que voy hacer es ofrecer el incienso a Minerva, Dios sabe mis razones, me dije estúpidamente.

Así pues, ofrecí el incienso al ídolo, y, salve la vida me puse a caminar por el amplio salón; intentando encontrar la parte trasera de la puerta del espejo; y. regresar al siglo XXI, pero era en vano, vi. por fin una puerta, pero esta me condujo a la calle, a una calle de una ciudad que no conocía, yo había ido a Paris, y, estaba en Lutecia, tenía miedo, y sentí el deseo de rezar, pero la misma voz que me había animado a mi « apostasía »; me recordaba ahora que no era honesto, acudiese a un Dios al que había negado, me maree y, me caí sobre las duras piedras de la calzada romana.

Cuando abrí los ojos, estaba en un edificio extraño y, unas monjas me estaban atendiendo, me decían que me había desmayado en plena calle, y, que ellas me habían recogido (yo sabia que no era cierto) yo me había desmayado si es cierto, pero no, en Paris, sino en Lutecia; el Paris del siglo III

Ahora, es de los nuestros, ella hizo su elección, dijo una de las supuestas monjas, a otra, entonces comprobé con horror; que su cruz estaba invertida, trace la cruz sobre mi pecho, y con un acto de fuerza enderece la cruz de “la religiosa”, la cual se volvió como una fiera hacia mi.

Estaba segura de que aquellas monjas; no lo eran,  si no, súbditas del diablo;  así que fingí dormir, y, saque de mi bolso, un frasquito con agua bendita; rece desde el fondo de mi alma

« Jesús, perdóname, no me dejes, ten piedad y, ayúdame, Santa María ruega por mí, Madre de Dios, no me dejes en esta ahora »

Con fuerza lance a los ojos de la monja: el agua del frasquito, ésta se puso a gritar como si en vez de agua, fuese ácido sulfúrico.

Entonces escuche una voz, más familiar la de mi prima,

Venga perezosa, despierta, vamos a perder el avión a Paris, sigues con tu manía de no querer hospedarte en casa de mi tía Leandra

O sea que fue todo un sueño, y, que sueño, valga me Dios

El viaje a Paris, fue maravilloso, y eso que yo tenía mucho miedo al avión

Mi prima partió hacia la casa de su tía, yo me negué a que me llevasen al Hotel Sandies y, tome un taxi

Al ver al taxista, algo removió mi interior, era el hombre del sueño, y la conversación fue la misma

Todo paso igual que lo había soñado o vivido, hasta la camarera, me hizo el mismo aviso

Pero yo no caí en la tentación, no toque el tirador del armario

A la mañana siguiente, decidí, mudarme a casa de la tía de mi prima, pedí la cuenta en recepción, contaba con pagar un alto precio, 3.0000 € por una semana, pero me pidieron 5.000 por una sola noche, pague no sin antes dejar mi protesta, y, aprovechar para preguntar porque no podía tocarse el tirador del espejo.

« Viendrez vous, et vous le regarde lui »  (venga, y, véalo usted misma)

El secreto no era otro más que una pared, no había nada, era un adorno

A la salida del hotel, me encontré con el mismo taxista

Qué tenía razón yo, verdad

OH no, todo normal

¿Normal 5.000 € ?

¿Luego usted se refería al precio?

A qué otra cosa pues

Tiene razón: ¿A qué otra cosa?


Hoy es domingo, asistí, a Misa, en,  Notre Dame; no he comulgado, porque necesito antes poner mi alma de veras en paz; ante un sacerdote, aunque dudo, que encuentre alguno que me entienda, cómo va nadie a creer que yo, una mujer del siglo XXI, renegué, y. me arrepentí de ello en la Francia;  que digo en la Francia en la Galia del siglo III, pensara que estoy loca, pero debo hacerlo y lo haré….


Fin

La Galería de arte

La galería de arte
Nada nuevo, sucedía en la vieja galería de arte; desde hacía mucho tiempo
Por eso cuando aquella mañana de junio.

Luis recibió la llamada de su amigo Juan, para que lo acompañase a ver la inauguración de la nueva muestra; no pudo por menos que extrañarse.


Los dos amigos quedaron, para charlar mientras tomaban un café en un lócal cercano

Como solía suceder siempre, Juan, llego mucho antes;  lo que aprovecho para elegir mesa, y, ojear uno de los diarios locales, estaba mirando la sección de deportes, cuando vio entrar por la puerta, a su amigo; le hizo señas con la mano; y, una vez se hubo acomodado; Luis; pregunto: “¿ A qué viene tanto interés por la exposición que se inaugura hoy, será como todas, las que suelen exhibir; una pérdida de tiempo?”.


Juan, durante un momento hizo como que no oía la pregunta, a continuación después de exhalar el humo de su cigarrillo, respondió.


“No lo creo así, me han dicho que esta es muy, pero que muy importante”.

¿De que se trata?” volvió a preguntar Luis.

De una exposición de cuadros dijo Juan.


“No, hagas bromas tontas; que es una exposición de cuadros ya lo sé, es una galería de arte, bueno; si es que se le puede llamar arte a lo que exponen.”


En este caso si, se trata de una exposición de arte religioso, desde los siglos XV al XIX, y de los mejores pintores.


Pues si, que se muestra interesante.
 ¿Y;  de que pintores son los cuadros que van ser expuestos?

Sería muy largo enumerarlos. Pero te diré que desde un Zurbaran, Valdes. Pasando por supuesto por Rubens. Y muchos más cuyos nombres no recuerdo.


Lo que no entiendo yo; es como la hacen en esa galería que no dispone de medidas de seguridad. Cualquiera de esos cuadros, vale una fortuna, me parece una locura, que hagan ahí, la exposición.

Bueno, no, son precisamente los originales lo que van exponer

Ah¡ haber empezado por ahí, me vas a mostrar, unos dibujos religiosos hechos por unos niños, no sí ya lo decía yo.


No. No te voy a mostrar nada, vas a verlo tú, no son originales, pero no tienen nada que envidiar a los originales. Son unas copias perfectas, y, no son una falsificación pues cada artista, firma con su nombre; hay uno que te va gustar, “ el martirio de San Juan Bautista”

¿Y, por qué crees que me va gustar ese en particular?


Por su realismo la sangre de la cabeza, parece caer al suelo.


Por cierto ¿no sé a que hora es la muestra?

A las 12 de la noche

¿A las 12 de la noche; pero como se organiza tan tarde?. Además, tu me dijiste que deseabas verme para charlar y tomar un café una hora antes de ir a la galería, y, solo son las 8 de la tarde

Lo sé, yo no dije, que fuésemos ir a las 12, dije que se abría al público a las 12, después va haber una cena baile.


Espero que no pidan cabezas, como en el baile de Salomé; pero no entiendo que hacemos,nosotros llegando antes de la hora


Muy fácil el dueño de la galería es amigo mío.
¿Recuerdas., Me dio la llave; ves aquí esta, y, me pidió que fuese dos o tres horas antes, para ver si los cuadros estaban bien colocados; quiere que puesto que es una sala de arte, y, no una iglesia, se coloquen, por la antigüedad de los pintores copiados, y, no por la temática del cuadro.

Siendo así lo encuentro razonable. Ahora déjame ver, que dice la prensa sobre el evento

¿La prensa? Pues te lo puedes imaginar, una simple nota de sociedad, los periodistas suelen dar más importancia a otro tipo de actos sociales; y, de noticias

Ya, pero déjame leerlo. Lo siento pero tenemos que irnos.


Si, Luis, hubiese leído el diario, se hubiese extrañado sobremanera de que; no se hablase para nada, de la exposición que supuestamente se iba inaugurar a la media noche.


Los dos hombres salieron del café; y, caminaron hacia la sala expositora; Juan abrió con la llave, y, penetro en el recinto, a Luis le llamó la atención no ver, ningún cuadro, ni ninguna caja, en la que pudieran hallarse, la sala estaba en el bajo de un edificio; y, no tenía más espacio que; el que se mostraba a la vista; y, un pequeño almacén en la parte trasera, que solían usarlo de oficina.


Tal vez por eso, sólo exponían cuadros de pintores noveles, casi siempre, de niños, y adolescentes que se encontraban, en su etapa escolar, o de algún pintor adulto, que odiaba el arte, puesto que lo asesinaba.

¿Dónde estarán los cuadros? Empezó a preguntarse Luis, era claro, que una cantidad tan impresionante como, le había dicho su amigo, no podía hallarse en el almacén; “bueno” se dijo a si mismo, “ es posible que todavía no hallan llegado, ya Juan me dirá.



Fue en ese preciso momento, cuando Juan lo llamó y, le rogó lo acompañase al almacén.


En el mismo(en el almacén) Juan abrió un paquete, y, extrajo del mismo, un cuadro que más bien parecía una estampa, de la degollación del Bautista,

“Aquí esta”


¿Oye, no serán todos así?, porque entonces, será la peor exposición que he visto en mi vida; aunque no entiendo, donde están los otros


No hay otros, donde hay una obra maestra, no hacen falta más


¿Obra maestra? Por favor; Juan, ese cuadro esta, hasta mal dibujado, y, no es copia de ningún cuadro original, entiendo bastante de pintura religiosa, y, te aseguro, que nadie pinto esa “degollación del Bautista” ¿A sí que ya me dirás donde esta la obra maestra?


Es posible que no sea conocido el autor del cuadro, que importa, también es posible que halla algún pintor que se escape a tu ciencia, pero su originalidad no estriba en quien sea ni su pintor ni su copista.


Sino, en lo que muestra, se trata del asesinato de un hombre; y, el cuadro todavía gotea sangre, lo vas a ver ahora mismo

No, Juan no, soy experto en pintura religiosa, pero no soy una viejecita devota, así que si ahora te da por la mística y; quieres hacerme creer, que por un milagro vuelve sangrar en un cuadro que es una autentica chapuza la cabeza, de San Juan Bautista, me lo dices, y. nos vamos.



Yo no creo en ninguna de esas cosas.

No, creo haber dicho, que sangrará la cabeza del Bautista, por ningún tipo de milagro, dije que el cuadro goteaba sangre, aunque no es del todo exacto lo que estoy diciendo.

Ahora te entiendo, te quieres referir al realismo. Pues no tiene ninguno y, conste que siento decírtelo, porque te veo muy entusiasmado con él; pero sigo sin entender porque me hiciste venir a esta hora, como tampoco entiendo, como van hacer una exposición con un cuadro solo.

No te preocupes de los cuadros, sino de este, ven, vamos a colgarlo.


Salieron los dos, del almacén, y, Juan colgo el cuadro, luego rogó a Luis que se acercase, a verlo.

Fíjate, no ves, como la sangre, gotea en el suelo


Tú, no estas bien, aquí no gotea nada,


Te equivocas, bueno, ya te dije, que no era exacto en mi modo de expresarme; no gotea; pero va gotear


Basta ya; vamos, no tengo ganas de perder el tiempo. Ni de oír estupideces; y, creo que ni tú ni yo, somos niños, para andar con ese tipo de bromas.

No es ninguna broma, sólo que no va ser la sangre de un hombre inocente, como el que muestra el cuadro, sino la sangre de un desgraciado que; no dudo en arrancar la inocencia de una criatura, va ser tu sangre, la que va gotear al suelo, porque pienso limpiar en el lienzo, la navaja con la que voy a degollarte


No sé de que hablas. Y, me parece que ya hemos llegado demasiado lejos, hay cosas con las que no me gusta bromear.


¿Bromear; y. quien te dice que bromeo? No, no bromeo. No hay ninguna exposición, la galería cerro, hace meses; y, yo compre el local, con el pretexto de instalar en el mismo un piano –bar. Lo que pienso hacer, después de que arregle este asunto.

Pero tú estas loco,¿ por qué quieres matarme?

Por hacer justicia, porque tú mataste a mi hija.

Yo en mi vida, he matado a nadie, sin duda debes de estar trastornado, respondió tratando inútilmente de escapar hacia la puerta, pero en ese momento; Juan corto la luz; y lo alcanzo. Tras un breve forcejeo todo quedo en silencio.

Juan arrastró el cadáver hacia el almacén; y, una vez allí lo metió en un contenedor. Luego se mudo de ropa, y marcho a casa.

Luis tenía 50 años era divorciado y, vivía solo. Así que nadie noto, su ausencia, fue su secretaria, la que se extraño de que no acudiese al trabajo, pero no demasiado, pues el Señor Siestol; la tenía acostumbrada a ausencias imprevistas; sobre todo si había tenido ocasión de ir ver cualquier cosa relacionada con el mundo artístico, donde había un cuadro fuese o no fuese de la materia que él dominaba, allí se presentaba, así tuviese que viajar al fin del mundo, por eso no aviso a nadie de su ausencia.


Mientras Juan, trato de aparentar calma, sabía que en el bar, no se habían enterado de nada, estaban transmitiendo un partido de fútbol, mientras hablaban;  así que no tenía nada que temer, afortunadamente llevaba puestos guantes, con lo que el problema de las huellas, se eliminaba por completo.

 Y, además no era un criminal , había hecho justicia.

Se dirigió hacia el cuarto que ocupaba su hija, la joven dormía; o simulaba dormir. Juan la beso en la frente, y, ella se despertó. “tranquila mi vida, ese sinvergüenza, ya no te hará mas daño”

¿De que sinvergüenza hablas, papá? Pregunto. la muchacha, quien tendría unos 17 años,

De tu violador, hija

¿Del que me violó. Papá, a mi, no me violó nadie?,

¿Cómo que nadie, tu me dijiste que, habías sido violada?

Y, cuando te pregunte quien, me dijiste, si recordaba el día que Luis, comió aquí en casa; y. que luego, te había llevado en su coche hasta su apartamento;  que no podías contarme más.


Además tu estabas embarazada, y, precisamente por haber sido violada, autorizaron tu aborto, yo mismo te acompañe a la clínica.

 ¿No lo habrás olvidado, verdad?

Claro que no, papurri, estaba embarazada, pero no porque me hubiese violado tu amigo, que lo que hizo fue darme una clase sobre arte religioso; ya sabes que a mi esas cosas no me van; lo que me mola, es la disco, el botellón, y, pasarlo de miedo con la panda, el paquete era, vete tu a saber, de cualquiera de los chicos con los que ligo, y, como a veces no toman precauciones; luego no era cosa, de cargar con él, así que me invente, lo del la violación.

Debería de matarte, pero sería demasiado otro crimen, en la conciencia, he matado a un inocente, toma el teléfono, y, llama a tu madre, que venga hacerse cargo de ti, yo tengo que salir; y, es posible no me veas en un tiempo.

La muchacha no pregunto, aunque se lo supuso, a donde iba su padre.

Juan se encamino hacia la comisaría más cercana, y conto  todo lo sucedido.

El comisario un hombre maduro, escuchaba en silencio.

¿Así que mató usted a dos inocentes?

No. Señor comisario, a la niña, no llegue a matarla, mate sólo a mi amigo

Su niña, no tiene nada de inocente, me refiero al que iba ser su nieto; y, a su amigo.

Lo dice por el aborto, bueno, yo creía que era una violación.

¿Así que:?

No, tranquilo por ello no puedo detenerlo, pero nadie va quitarme el derecho a decirle que son dos crímenes.

Porque usted pudo impedir el aborto de aquella criatura.


Que aun en el caso de que su madre, hubiese sido violada no tenía culpa de nada; y, no lo hizo, por eso le digo, que fueron dos crímenes, aunque sólo vaya pagar por uno.

¿Puedo pedirle un favor?

Diga,

No, ponga los motivos por los que lo mate, para que no se dañe, la honra de mi hija

Su hija, no tiene honra, pero haré lo que me pide, si el juez cuando sea el juicio, quiere hacerlo público ya no, es cosa mía.

A la mañana siguiente, los diarios informaban de que el marchante en arte religioso, Luis Siestol, había sido asesinado de una cuchillada en el cuello, en la vieja galería de arte, el diario informaba también que se había entregado por el mismo, D. Juan Bristol, conocido empresario del mundo de la hostelería, quien se hallaba unido por viejos lazos de amistad, con el difunto, según el diario, no había datos de porque había llevado a cabo aquel crimen.

Y, las gentes no tardaron en empezar a hacer conjeturas; que si celos, que si esto que si lo otro, pasando por supuesto, que si estaban metidos en tráfico de drogas.

Ahora Juan, espera su juicio, su hija, se estrello con su coche, viniendo borracha de una discoteca con un grupo de amigos, tan ebrios como ella.


En realidad se hizo justicia desde el principio; Luis, no era tampoco tan inocente, la niña dijo la verdad, cuando declaro que no la había violado, era cierto, pero si era el padre de la criatura.

Luis había seducido, a la muchacha con regalos( ahí no se equivoco Juan, cuando lo acuso de robar la inocencia a su hija), cuando la joven le contó, que se había quedado en estado, esperando que él se casase con ella, le contesto, que él no tenía nada que ver, con que no supiese que existían unas pastillas anti babe. Y, se deshiciese de “aquello”, fue él quien le sugirió lo de la violación.

Asi que como puedes ver, no había muerto ningún inocente. Bueno me equivoco uno, un inocente que no llego a ver la luz del sol