jueves, 29 de noviembre de 2007

El gorrión y el águila

El gorrión y el águila 
El era un pequeño gorrión que surcaba todos los días el aire en busca de un insecto que llevarar sé a la boca, o de un granito de trigo o de otro cereal. Un día, llego la época del “amor” y gorrión fundo un hogar; con otro gorrión hembra. Empollaron sus huevos y a su tiempo salieron al mundo los polluelos Gorrión se sentía feliz. Cuando observaba a su “esposa” alimentando a los pequeños. O saliendo a buscarles comida; mientras él los cuidaba. Los dos observaban con miedo, y con admiración el vuelo del águila, majestuosa. Blandiendo la envergadura de sus grandes alas. Señorial. Cada vez que cruzaba hacia su casa en los altos picachos de las rocas. Un día el águila. Tomo entre su pico a la “ esposa y a los hijos” del gorrión. Sin que este pudiera hacer nada para evitarlo. Con gran dolor vio como los mataba en el aire. Y se llevaba sus cuerpecitos para alimentar a los aguiluchos. Gorrión juro vengarse. Toda su vida la dedicaría a pensar el modo de aplastar aquel ser tan malvado. Paso el tiempo y ya. Gorrión había olvidado no su rencor, sí su venganza. ¿Qué podría hacer un pajarito como él contra un ave como el águila? Cierta mañana, se encontró con un hecho inesperado. Su enemiga el águila. Se hallaba dando revolcones en el barro. Atada por una patita a una estaca. El hilo era sencillo. Pero ella no podía romperlo, y cuanto más trataba de hacerlo más se enmarañaba. La pobre daba pena. Chapoteando en el lodazal. Cuando había sido criada para surcar los aires Gorrión se dijo. Ahora es la mía. Podía muy bien atacarla desde atrás y sacarle los ojos. Irla matando a picotazos. “Y demostrare que soy” su ángel de la guarda. Porque los gorriones tienen ángel de la guarda. Le dijo. “Demostraras que eres un bestia. Si quieres demostrarle, que eres mejor que ella. Ayúdala”. El gorrión asi lo hizo. Con mucho cuidado rompió el hilo que la sujetaba. Y el águila quedo libre. El pajarito pensaba que, ahora en agradecimiento le pediría perdón. Por sus hazañas anteriores. Pero una vez libre, lo primero que intento fue cazarlo; y de no ser por su destreza le hubiera servido de alimento. Otro día le preguntaron otros pájaros que haría si la viera de nuevo presa, o caída en una trampa. La salvaría. Respondió sin vacilar el avecica. Ella pobrecita no tiene culpa de ser así. Y es que el gorrioncito era en su corazón más grande que el águila. En cuanto a esta volvió a caer en otra trampa, y la vio otro pajarito. Al principio, iba ayudarla pero no era del tipo de gorrión y pensó. Que para acabar a lo mejor comido. Mejor sería dejarla atadita. El águila llamo y pidió socorro inútilmente. Pero el resto de las aves no eran como gorrión y no estaban dispuestos a figurar en su menú. Así que no encontró ayuda, acabo por morir ahogándose en el barro. Cuando gorrión lo supo lloro mucho. Aunque poco tiempo pues el amor había vuelto a llamar a su corazón de ave. Y pronto nuevos gorriones surcarían los cielos

jueves, 1 de noviembre de 2007

La gallina pelada



Esta historia transcurrió en Galicia; hace ya bastantes años, vivía por aquel entonces en un pueblo de la provincia de La Coruña, llamado Santa Marta de Ortigueira, un pequeño a quien llamaban Cesariño, que vivía en compañía de sus papás,  abuelos, y. hermanas en una casa de labradores, en la que como en todas las de su especie no faltaban las gallinas; dichos animalitos, correteaban por el patio, picoteaban por las huertas, las de sus amos y, las de los vecinos, una de estas gallinas; es la protagonista de nuestra historia la llamaban “la gallina pelada”; porque el avecilla a quien sus dueños querían mucho: porque era una gran ponedora tenia el cuello pelado, es decir sin plumas, nadie sabia el motivo aparte de eso era negra como la noche, pero de un negro bonito, de un negro luminoso, porque hay un color negro bueno, y, uno malo, es bueno el color negro de las personas de color, de la noche, de los apagones de luz de un perro o un caballo negro en suma es bueno el color negro hecho por Dios, y, es malo el negro de la conciencia del crimen, en suma del que procede de los hombres; así pues la gallina pelada tenía un color negro muy bonito.

Cierto día se rompió una patita, y en la casa  de Cesariño; tomaron una resolución, había que matar a la gallina, no la podían dejar siendo coja, pues lo que sucedería, seria que el raposo ó,  sea el zorrito se la comería, y, antes de que la comiese el zorro. pensaban que era mejor comer la ellos; aunque a decir verdad a la gallina tanto le daba quien la comiese

Cesariño,  intervino para decir; que no estaba de acuerdo, y, pidió por favor que no la matasen, que él la curaría; tanto sus padres como sus abuelos le dijeron que no; que se ocupase de estudiar y, no de hacer de veterinario aficionado, pero él insistió lloro, prometió lo imprometible, y, por fin cansados le dijeron que si pero con una condición si la gallina no se dejaba curar la pata; ó, seguía coja la matarían; a ellos tampoco les hacia gracia tener que hacerlo; pues era una gran ponedora; aquí Cesariño se gano un tortazo por decir por eso la queréis, por los huevos no por ella , ella no os importa, pero yo la quiero porque es mi amiga.

Ahora nuestro amiguito tiene que curar a su gallina; pero como, esta en una aldea de Galicia, y, todavía no se ha inventado la televisión, jamás visito un hospital; no sabe ¿qué puede hacer se pregunta? De pronto recordó, que en unos tebeos del Capitán Trueno, había leído algo, de alguien a quien se le rompía un brazo, y, se lo curaban, claro que la pata de una gallina, no es el brazo de una persona, pero funcionaria igual.

Ahora lo único que necesitaba era ir por el tebeo, del "Capitán Trueno" y, ver los "útiles médicos que precisaba"-

Allí estaba todo lo necesario alcohol, unas tablillas esparadrapo, gasas para vendar la patita, y, la colaboración de la gallina; y, también necesitaba yeso para hacer una escayola, a los 5 minutos ya tenia casi todo lo necesario, las tablillas se las proporciono una escoba vieja que rompió, el alcohol una botella de agua ardiente (orujo) las gasas unos retales de una sábana vieja que su abuelita, le permitió romper, pero el yeso para la escayola no había modo de encontrarlo, hasta que tuvo una idea, el barro también se solidificaba,  se ponía duro, así que usaría barro, tomo pues 2 latas viejas hizo en una un amasijo de barro, en la otra echo agua limpia para lavar la herida de la "enfermita". y fue en busca de ésta; la gallina no se hizo difícil de coger estando como estaba la pobre no podía escapar; así que Cesariño pudo cargar con ella, y, se dispuso a ejercer de veterinario; el avecilla no se estaba quieta protestaba, porque ignoraba lo que le iban hacer, así que no le quedo más remedio que ponerla sobre una silla, y, atarla, con uno de los trapitos le lavo la patita luego desinfecto con el orujo, le echo un poco de barro cuidando de que las 2 partes de la rotula que habían roto encajasen, y, lo sujeto con 2 tablillas de escoba poniendo otro poco de barro, y, vendando de nuevo la patita, y, ya sólo le quedaba poner a la pacienta en el suelo, y, al otro día continuar la cura, ya que el vendaje debía ser cambiado cada día,.

Los 2 primeros, la gallinita siguió mostrándose reacia, a ser curada; más he aquí que el cuarto día estando “el pequeño veterinario” en la cama, sintió unos pasitos cortos por la escalera, el dormía en una gran habitación en una cama solito y, en otras sus hermanas, un picotazo lo despertó era su "enfermita" que le presentaba la pata y en su "idioma" cacareando le decía ;"Cacaraca Cacaraca" (doctor mire mi patita por favor), saltó de la cama, y, con la gallina pelada en brazos bajo corriendo la escalera, iba diciéndole no debiste subir. "Gallina pelada" a los papás,  no les gusta que los animales subáis al piso, ahora vamos hacer la cura, esta vez no fue necesario atarla ella se dejo curar y a partir de aquel día subía todos los días al piso hasta que Cesariño le dio el alta.

Nuestra amiguita, quedo bien podía correr como antes, aunque le quedo un pequeño bultito porque la patita no quedo muy bien encajada; pero todo volvió a la normalidad, seguía correteando con las demás gallina, poniendo huevos en suma haciendo lo que es propio de una gallina.

Había en el gallinero un gallo hermoso con una cresta de vivos colores. Y, del cual todas las gallinas estaban enamoradas, ya que era un adonis gallináceo, nuestra amiga nunca pretendió que el gallo se fijase en ella, que era fea, y, ahora además tenía un defecto en una patita, pero fue precisamente su humildad lo que hizo que el gallo le obsequiase, con unos convites a base de gusanos lombrices etc. ósea el plato preferido de las aves de corral, el amor surgió de pronto entre las 2 aves; hasta que el gallito con voz muy tímida la pidió en matrimonio, le dijo si quería ser una de sus esposas; las aves de corral son polígamas. De esto los humanos de la casa no sabían nada.

Un día dejaron de ver a la gallinita, la buscaron por varios sitios inútilmente, entonces llegaron a una conclusión la habían comido, los candidatos para darse el banquete eran ó, bien el zorro, ó, los refugiados, que escapados de los horrores de la guerra, vivían ocultos en los montes, y, que aprovechando que la casa estaba vacía, mientras los niños iban a la escuela, y, los mayores al campo habrían entrado y, cogido la gallina; el zorro fue descartado enseguida, no había dejado plumas y, además, el raposo nunca se va con una pieza sola, suele el buen zorrito hacer la compra del mes, aunque se le olvida pagar; quedaban pues los escondidos, los maquis, que hacer, los papás,  de Cesariño no eran gente metida en política, la gente del campo no entiende de política, eso dice al menos, la gente del campo entiende de justicia, denunciar el robo del ave; podría suponer la muerte de hombres, que ningún mal habían hecho salvo pensar distinto

¿Pero que idea es mejor que otra? Así pues se tomo el acuerdo, de decir si alguien preguntaba por la gallina, que a lo mejor estaba por algún sitio, ó, la había comido el zorro, algunos vecinos les apuntaron la idea de que, hubiese sido un refugiado, pero lo negaron diciendo que era una locura, que casi nunca había estado la casa vacía y, que además habían dejado dinero a la vista, y, no había faltado lo que dejaba bien claro que no habían sido hombres.

El tiempo pasó, y, también paso el recuerdo de la gallina.

¿Pero qué había pasado?  Lo que sucediera fuera, lo siguiente ella, y, el gallito habían sido padres sabiendo "la gallina pelada", que sus huevecitos traían un futuro pollito dentro, decidió protegerlos, como buena madre, así que se marcho a ponerlos fuera en un escondite del camino, justamente en una zarzamora, allí empollo 12 huevos que dieron origen, a 12 pollitos amarillos como el oro, y, que correteaban al lado de su mamá quien orgullosa de sus pequeños, no paraban de enseñarles como alimentarse, cuando le pareció que ya podían ser presentados en "sociedad" decidió volver a casa sabía el camino, a los pequeños los instruyo, diciéndoles que iban a su hogar, que allí a ella le habían curado la patita, que allí había conocido a su papá,  el gallito y, que eran unos humanos muy buenos, todo lo bueno que son los humanos claro.

La alegría que tuvo Cesariño, y, con él todos los demás, al ver llegar a la gallina acompañada de 12 pollitos fue inmensa; los abuelitos aprovecharon la ocasión para recordar a Cesariño, y, sus hermanos que nunca se podían sacar conclusiones equivocadas, pues las cosas no son como parecen, ellos habían pensado que la gallina había sido comida, y, estaba empollando unos huevos; por ello nunca se debe pensar mal, y, mucho menos decir lo pensado.

La nueva familia fue obsequiada, con un convite,  de bienvenida consistente, en pan mojado en leche, galletas picadas, y, lo más sabroso un exquisito plato de maíz, y, trigo

Aquí termina la historia de la gallina pelada, quien me dijeron llego a ser muy viejecita y, un día se fue al cielo de las gallinas.
Fin

Zaqueo el recaudador

Se llamaba Zaqueo Ben Rubén. Y era uno de los hombres más odiados en su pueblo. Claro que a él le importaba muy poco.
Sólo una cosa importaba a Zaqueo el Jefe de los recaudadores de impuestos y esta cosa era el dinero. Su origen no importaba. El dolor que se causará para obtenerlo tampoco. Eso era al menos lo que pensaba Zaqueo. Y lo que pensaban de él los que lo conocían y los que creían conocerlo
En el fondo era un hombre triste y amargado. A pesar de las continuas fiestas que daba en su casa. En las que no faltaban las más bellas bailarinas griegas. Pese a que como judío no debía de tratar con gentiles. Pero dado que los de su raza. Lo consideraban un proscrito, pues él no iba a tener reparos en codearse con los llamados “perros” por los de su raza.
Era un hombre sin piedad. La piedad hacia disminuir sus ganancia. Había empezado como simple recaudador y en poco tiempo. Fue nombrado Jefe de todos los publícanos. Y con aquello “mejoro su vida”.
Las gentes lo envidiaban. Zaqueo el hombre bajito casi enano. Del que se reían cuando niño y muchacho sus compañeros. Llamándole. “enano”. “Piedra doblada.” Debido a una pequeña joroba. Zaqueo. El hombre que hubo de ver como la mujer de la que se había enamorado con toda la pureza y la ingenuidad de los 20 años lo dejaba por un fariseo viejo y rico. Zaqueo el joven que vio morir a su querida hermana. Y a sus padre de hambre por que no tenía que darles de comer. Zaqueo el hombre que paso noches enteras tiritando de frío, porque no tenía dinero para comprar leña. Ni para reparar los huecos que el tiempo había hecho en su vivienda. Zaqueo el hombre que no pudo crecer. Porque paso hambre. Si ese Zaqueo ahora a sus 40 años era un hombre puede que odiado. Pero temido. Su casa era un palacio. Que casi poco tenía que envidiar al de Herodes. Aunque mejor sería decir sus casas. Ya que eran muchas las propiedades terrenos. Y dinero que eran de su propiedad.
Su método era muy sencillo. El como jefe de publícanos daba la orden al recaudador de que cobrase los impuestos para el imperio. La mayoría solían ser en especie. Como a nadie le gusta; y menos a un pueblo como amor a la libertad como era el suyo. Colaborar con el invasor. Las gentes rehuían pagar los impuestos. Y escondían todo lo que podían. Si el funcionario, encargado de lo mismo. Se daba cuenta. Lo comunicaba a su jefe esto es a Zaqueo. Sí no lo hacía bien por no darse cuenta. Bien por tener buen corazón. Zaqueo solía darse cuenta, tenía como una especie de sexto sentido.
Entonces se presentaba en la casa en cuestión. Acompañado de 2 soldados romanos. Y del recaudador que había mandado. Y ordenaba realizar un registro. De nada valían las lagrimas de viudas de madres que no les quedaba con que alimentar a sus pequeños. Él sólo sabía decir una cosa. “Sabéis que tenéis que pagar”. Las gentes lo maldecían. Pedían a Dios que lo castigase.
Cuando iba al Templo. No solía hacerlo mucho. Todos se apartaban del.
Pero como ya dije. No le importaba. Lo que recaudaba a la fuerza. Era muy provechoso para él. La mitad Roma se la regalaba enterita. Y a veces se lo daba todo.
Así pues disponía de dinero para fiestas de casas para celebrarlas y de falsos amigos para divertirse en ellas. Si de falsos amigos porque Zaqueo en su corazón también odiaba a los romanos que habían convertido el Pueblo de Dios, en su circo particular.
No. No era feliz tenía dinero y cosas. Pero le faltaba el calor de un corazón que lo quisiera. De un verdadero amigo
Él sabía que en el fondo todos se reían de él lo mismo que lo hacían cuando era pobre. Sólo que entonces al menos los pobres lo querían.
Aquella mañana. Muy temprano lo avisaron de que Leví el de Alfaeo estaba a la puerta y deseaba hablar con él.
Leví era uno de sus mejores recaudadores. La de dinero y cosas que se habían agenciado juntos duro e implacable como él.
“Dile que voy ahora. Que pase al salón y me espere. Mientras sírvele un vaso de vino, de esa viña que expropiamos el segundo día de la semana” (esto dijo Zaqueo a Hércules; un joven etiope que un Centurión romano. Le había regalado como esclavo)
Al poco rato. Zaqueo envuelto en su túnica de seda, y calzado con sandalias griegas. Luciendo un medallón de oro. Y con las manos llenas de anillos. Que más bien lo hacían parecer un bufón. Abrazaba a su amigo y empleado.
¿Qué te trae por aquí? Pregunto al visitante.
Este un hombre alto. Vestido mucho más humilde. De unos 35 años. Respondió vengo a despedirme. He hallado al Mesias. Al Hijo de José al carpintero de Galilea.
Zaqueo. Soltó una carcajada. “¿qué has hallado al Mesias. Ese. Ese loco. Que dejo su trabajo en Galilea. Y que ahora por lo visto se dedica a predicar no sé que tonterías me han dicho. De que los más felices son los pobres. Los que lloran etc. Se loco que dice que hay que amar a los enemigos. Ese hombre inculto. Hijo de una mujer analfabeta. Ese hombres sin estudios. El Mesías.? “Oye Mateo(le llamo por el nombre que usaban sus amigos) tú no ¿te habrás vuelto loco; que quieres que además de odiarte por nuestro oficio; te apedreen por blasfemo. O por seguir a un blasfemo. Ya sabes que a los fariseos no les cae bien tu nuevo amigo. Ni a los sacerdotes vamos que el pobre no suele tener mucha gente importante a su lado.?
Mateo. Es decir Leví respondió: no la necesita. Y en cuanto a mi. Ya no soy publicano. Estaba en el telonio paso él con los que ya son mis 11 compañeros y me dijo. “Sígueme” y yo note que una fuerza poderosa a la que no podía resistirme tiraba de mí; lo deje todo y ahora soy uno de los suyos.
¡Que bonito¡ exclamo Zaqueo. Y claro ese lo que sea. No te permite ser publicano. Y seguro que si se entera de que has venido a verme te expulsa de su lado. Casi fijo que se ha auto convencido de que eres un pobre hombre que al quedar viudo tomo ese trabajo para alimentar sus hijos. Por los consejos de un mal hombre. Como yo. A mi seguro que ni me miraría a la cara
Te equivocas completamente Zaqueo. El Maestro es un Hombre todo bondad. Cuando llora lo hace muy pocas veces. Siempre hay una sonrisa en sus labios y en sus ojos. Pero cuando llora. Te conmueve el alma. Uno cuando esta a su lado. Nota que es amado. Pero de una forma que no te sabría explicar. Su amor no es como el de un amigo. Como el cariño que yo siento por ti. Su amor es mucho mayor. Es más que el de un hermano. Yo lo compararía con el amor de una madre. Pero hasta ese se queda pequeño, no el Rabí, ama a cada uno como sólo Dios puede amar. Es como si aún estando lejos te abrazará. Sus ojos penetran hasta el fondo de tu alma. Pero uno nota que saca toda la podredumbre que había ido acumulando sin hacerle daño.
Cuidado Mateo. Lo que has dicho es una autentica blasfemia. Como va amar un hombre como Dios. Yo puede que sea un ladrón. O todo lo que quieran pero soy un judío. Que no reconoce más Señor que el Omnipotente. No dejes que un loco te estropee la vida. Y piénsate lo de tu abandono.

Han pasado ya 14 meses desde la última vez que Zaqueo vio a Leví. Convertido ahora en uno de los acompañantes del joven profeta de Galilea.
Hoy precisamente le han dicho. A Zaqueo que Jesús. El Rabí, va pasar por las cercanías de Jerusalén. Y Zaqueo se ha hecho una promesa. Va verlo. Si ira temprano. Y escogerá el mejor árbol se subirá al mismo. Por varias razones. Una porque la multitud debido a su estatura le impediría verlo. Otra porque no desea que nadie lo vea. No vayan a pensar. Que cree en aquel hombre. O que le interesa en serio lo que predica. Lo suyo no es más que pura curiosidad. Desea verlo para después poder reírse con sus amigos en las fiestas que da; subido al árbol nadie notara su presencia. La gente no estará mirando para los árboles y como piensa estar escondido entre el follaje, los más mirones sólo sabrán que hay alguien subido allí, y pensaran en un chaval. Lo bueno de ser bajo; hasta se le ocurría una broma. Cuando la comitiva del Rabí de Galilea iniciara la marcha. El arrojaría unos cuantos higos mientras gritaría. “Son para Ti, Hijo mío”. Como el Carpintero metido a Rabí. Siempre estaba hablando de su Padre. Que estaba por lo visto en los cielos. Zaqueo iba hacerle un regalo, de parte de su misterioso Padre.
Comento la idea con los pocos amigos que tenía quienes trataron en vano de disuadirlo. “no tienes derecho a burlarte de ese joven. Ese hombre no te ha hecho nada”. Pero nada lo convenció.
Y muy temprano se hallaba ya subido al sicómoro. Pronto se lleno todo de gentes venidas de todas partes. Del país.
De repente Zaqueo distinguió a su amigo Mateo. Que iba hablando con un hombre vestido con una túnica blanca. Alto moreno. Le extraño que se parase a jugar con unos niños. Lo que no hacía ningún Maestro respetable. Pero aquel joven tenía costumbres, que eran muy extrañas. Se paraba a conversar, jugaba con los niños. Acariciaba a los animales. Y se bajaba hasta el suelo para oler las flores.
De pronto se paro a pocos metros del árbol en el que Zaqueo se hallaba subido. Y con voz suave y dulce pero fuerte. Ordeno. Si ordeno porque eso fue una orden “!Zaqueo baja que hoy me hospedo en tu casa”¡.
Zaqueo quedo unos momentos asustado sin saber que hacer. ¿cómo sabía su nombre?
Era alto. Pero no tanto. Como para verlo en lo alto de la higuera. Además era la primera vez que se veían. Y Mateo no sabía que él estaba en el árbol; y porque le había dado una orden él no aceptaba ordenes de nadie. Entonces. Porque estaba bajando del árbol. Porque notaba en su interior algo que lo empujaba hacia el carpintero metido a Rabí.
De un salto se planto en tierra. Jesús se acerco a él y le dijo. ¿Espero que no te moleste recibirnos en tu casa. Hace mucho frió para pasar la noche fuera?
Por supuesto que no. Rabí. Respondió Zaqueo. Mi casa esta a vuestra entera disposición me siento muy honrado de que un hombre tan famoso como tu, visites mi humilde hogar.
Para empezar Zaqueo. Ni yo soy un hombre famoso. Ni tu casa es humilde. Pero te agradezco tu hospitalidad.
Los fariseos que estaban entre la gente, empezaron a decir. “Ahí tenéis a vuestro amigo. Al Mesias. Comiendo y bebiendo con quien os saca la sangre. Con el hombre que robo vuestros campos. Vuestras casas. Vuestros ganados vuestros dineros. Ahí tenéis al justo enviado por Dios. Comiendo y bebiendo con pecadores. Pero no abráis los ojos. Si ese hombre fuese siquiera el menor de los profetas. ¿Sabréis que haría, pues llover fuego del cielo. Que abrasaría a Zaqueo. Y todo lo que hay con él. Pero no. Vuestro Mesias ha entrado a comer y beber en su casa. Se junta con publícanos y rameras. Porque los judíos temerosos de Dios; no queremos nada con él.?
Muchas personas aceptaron las palabras de los fariseos y se fueron maldiciendo al Rabí.
Y entre los que lo acompañaban no falto tampoco quienes se vieran tentados de dar la vuelta, porque no lo había reprendido. Iba a dormir a su casa; y eso es que lo consideraba como un amigo. Uno de los acompañantes Judas llamado el Iscariote. Se enfrento directamente con su Maestro. “Creo Maestro que es un error lo que haces. No debemos hospedarnos en la casa de un hombre injusto”.
¿Tu crees Judas? Pues en ese caso. Yo tendría que estar sin más compañía que la de mi querida Madre. Que me espera en Nazaret. No hay más justos que Yo y Ella sobre la tierra. ¿por qué tu no te tendrás por justo. Verdad amigo?.
Sé quien es Zaqueo. Lo se mejor que todos los que creen conocerlo. Y para mi Padre es uno de sus más amados.
Vale Maestro como quieras. Pero si no cambias no conseguirás nada, debes procurar tener a tu favor a los Senadores. A los sacerdotes a los levitas... ya sabes a lo que importa. En nuestro pueblo.
No judas. Yo sólo quiero tener contenta a una Persona a mi Padre. Tu Dios y el mío. Hacer su voluntad es lo único que me interesa. Lo otro es un simple adorno.
Judas se dio la vuelta sin evitar un estallido más de odio en su corazón.
Aquella noche. Zaqueo comprobó que era verdad lo que su amigo le habia contado aquella memorable mañana. Se sintió el hombre más feliz del mundo. Fue como si volviese a la niñez. Cuando era pobre.
De repente noto. Como si el Rabí entrase en su corazón y fuese como un cirujano muy experto abriendo concavidades y sacando odios. Avaricias. Y Zaqueo sintió necesidad de llorar. Se vio miserable. Por todo el daño que había hecho. Por haberse dejado vencer por el rencor, se vio miserable. Por tanta hambre que habia causado.
Y supo como si una voz silenciosa. Pero que gritaba mucho. Se lo dijese. Que Aquel Hombre no era simplemente un Hombre. Supo que era el Hijo de Dios. Que era su Señor. Y que a él debía dar cuentas de lo que había hecho. Y decir lo que pensaba hacer en adelante. Después que Él le mandase el castigo que quisiera.
Así pues se puso de pie ante Jesús y exclamo “Señor voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres. Que nadie tenga que pasar hambre. Y llegue a ser como soy yo.
Y en cuanto a los que en robado, les voy a devolver 4 veces lo robado. Y ahora Señor dispón de mi como quieras. Y se arrojo a sus pies
Jesús lo levanto, lo abrazo. Y lo presento a los que habían ido acompañarlo. “hoy amigos ha llegado la salvación a esta casa; porque tu también eres hijo de Abraham; si amigos hoy Mi Padre se siente feliz. Porque el hijo pródigo llego a casa.” Y volvió a abrazar a Zaqueo.
A la mañana siguiente. Zaqueo pregunto a Jesús si podía ser uno de sus discípulos una vez que hubiera arreglado todos sus viejos asuntos. Es decir hecho justicia.
Jesús le contesto que sí. Aunque no del número de sus Apóstoles. Éstos había decidido el Padre que fuesen 12. y ya estaban escogidos.
Yo Señor. Respondió Zaqueo. Me conformaría con ser esclavo del último de tus esclavos con tal de servirte con ello.
“Yo Zaqueo no tengo esclavos. Soy la Verdad y la Libertad y vine para hacer a todos los hombres libres.”
A mi me has liberado Señor.

Tres días más tarde. Zaqueo empezaba a cumplir todo lo prometido. Las gentes decían que se debía de haber vuelto loco. Es lo que suele decirse cuando alguien se convierte de veras. La noticia llego al centurión Marco. Quien acudió rápido a la todavía casa de Zaqueo. Porque este ya habia ordenado entregarla. A una viuda a la que había expropiado una chocita.
¿qué sucede Zaqueo? Pregunto el romano.
Que ya no soy jefe de publícanos ni publicano. Porque mi Señor me lo prohíbe.
Tu Señor. Y ¿quién es tu Señor, imbecil?, ese judío loco. ¿sabes lo que estas haciendo. Te habías labrado un porvenir. Y lo estas echando todo por la borda, ese hombre acabará mal. Y tu te encontraras sin nada. Mira si quieres dejar esto te comprendo. Déjalo. Y haz si quieres alguna buena obra y en poco tiempo los tuyos ya no recordaran lo que fuiste. Pero darlo todo, y meterte a seguidor de un loco. No te lo aconsejo
“ni yo pedí tu consejo Marco. No estoy dándolo todo estoy devolviendo lo que no es mío. Y no me importa lo que pueda pensar la gente. Hay Alguien más importante. Dios.
Pero tu por ahora poco puedes saber de eso. Aunque Dios te ama Marco.
El romano dio un portazo y salió de la casa.
Hoy es Viernes 14 de Nisan. Un día triste, Zaqueo el recaudador metido a discípulo con otros cuyo número llega o sobrepasa los 500. ha recibido el mayor golpe de su vida. La noticia de que El Maestro ha sido detenido y condenado a muerte. Por blasfemo. Y rebelde a Roma. Zaqueo como todos sus seguidores incluyendo a los 12 más íntimos. Se ha escondido en su casa. No sabe que hacer llora como un niño al que han engañado. Aprovecha para enfundarse en su vieja capa de seda. Y acercarse al lugar de las ejecuciones no cabe duda allí esta, deshecho. Sucio. Lleno de heridas. ¿cómo puede Dios permitir aquello? ¿será que no era su Hijo? Y si no lo era ¿por qué Dios permitió que él Zaqueo lo creyera?. Sería ese su castigo. Y las lagrimas resbalaron de nuevo por sus ojos. Noto que uno de los soldados que custodiaban las cruces era Marco.
Y el primer día de la semana. Recibió la visita del romano en su casa.
Tenías razón Zaqueo. Jesús el Hombre. Que tuve que ajusticiar. Era el Hijo de Dios
Claro Marco. Y por eso ¿esta muerto?.
Te equivocas ha resucitado. Mis compañeros los que quedaron a guardar la tumba notaron como un estallido de luz. Y cuando entraron en la sepultura no había nada.
Les han dado dinero. Para que digan que lo robaron. Yo he tratado de que digan la verdad pero no me han hecho caso. Lo que se. Es que desde ahora no reconoceré más Dios que el Padre de Mi Señor Jesús Cristo.
No puedo creer que haya resucitado Marco. Tengo que ver a sus íntimos a ver que dicen ellos.
La entrevista con los 12 aclaro muy poco a Zaqueo. Unos decían que sí que estaba vivo. Sobre todo las mujeres. Otros lo negaban. Zaqueo salió echo un mar de confusiones.
De noche durmiendo oyó un voz que no olvidaría jamás. Que le ordenaba. “Zaqueo baja de tu soberbia. Reconoce el poder de Dios estoy Vivo. He muerto para que tú seas mi hermano, tu Zaqueo hijo de Dios como Yo”
Aunque fue un sueño. Zaqueo a la mañana sabía que Jesús había resucitado. 40 días más tarde. Jesús se despedía de todos sus amigos Zaqueo incluido en el monte Olivetti, con el mandato de hacer nuevos discípulos.
Han pasado varios años. Hoy Zaqueo es un viejo casi ciego. Que ha tenido como tantos otros que trasladarse a Roma. Y que hoy en su ancianidad ha sido detenido acusado de incendiar la ciudad eterna. En el calabozo. Junto con otros cristianos. Comparte celda con Marco, el centurión convertido en discípulo del Galileo. A los dos los embarga una gran dicha. Mañana estaremos con El Señor; hermano. Marco. Y los ojos casi ciegos del antiguo recaudador brillan como una estrella recién creada.
Al día siguiente los conducen al circo. Allí frente a Nerón. Acompañado de la impúdica Popea. Son expuestos los dos hombres. Se les ordena. Que como prueba de su arrepentimiento ofrezcan incienso a Júpiter.
Ellos no se molestan ni en responder. Entonces los toman los desnudan y los mandan echarse sobre sendas cruces.
Zaqueo y Marco notan como los clavos van hendiendo sus carnes. Y sienten un dolor horrible. Pero al mismo tiempo notan una caricia en sus alma.
De pronto Zaqueo oye. La voz que nunca olvido. “Ven Zaqueo. Te espero en mi casa tienes que hospedarte en Ella para siempre.” Se mira. Ya no es un hombre viejo. Es el niño alegre. Que corría por Jerusalén. Y como es un niño no es bajo. Más bien es muy alto para su edad unos 4 años. Jesús se acerca corriendo y lo toma en sus brazos. Vamos Zaqueo. Papá espera. Va a sentarte en su regazo.
¿Y Marco?
Ahora mismo lo traigo. Y Zaqueo mira. Y ve que Jesús ha tomado en sus brazos a otro niño a Marco.
Y entiende porque dijo “Que sólo de los que son como Niños y de los que se hacen niños es el Reino de los cielos”, porque el Cielo esta lleno de Niños. Sólo hay niños no hay ningún adulto. Y los que hay niños son. En cuanto a Dios. Como no tiene el paso del tiempo no es el viejo de Daniel es un chiquillo juguetón y alegre.
Y Jesús bueno fue siempre un Niño grande.

Fin
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