martes, 11 de agosto de 2009

La mula

No tenía nombre, le llamaban simplemente la mula, era un animal joven, casi una potranca, su padre era un hermoso caballo, de un general romano, y, su madre una humilde asnita, sus amos, no la trataban mal, la dejaban dormir en aquel establo, al lado de la vaca, del buey, de un burrito, y, de unas pocas ovejas, era más de lo que merecía, se decía asi misma

Los demás animales, daban a sus amos, sus crías, pero ella nunca sería “ bendecida” por el cielo, con el don de la maternidad, no sabía, que pecado, había cometido, siempre había escuchado; que ellos los animales, no tenían pecado, pero algo malo tenía que, haber hecho, para que, Dios no le fuese dar nunca, cachorritos, con lo que le gustaban a ella, los pequeños, todos; pero bueno, de nada valía lamentarse

Aquella noche, entraron en la cueva-establo, una pareja muy joven, los dos guapísimos, sobre todo ella, que estaba gordita, pero de esa gordura, que tiene las humanas, cuando van a tener a sus cachorros, niños les llaman

Mula, pensó, si tiene el niño, me echara fuera, aunque le daban pena, “pobrecitos” tener que, meterse en un sitio así.

Serían, las doce de la noche, cuando todo el establo, se ilumino, porque el joven, había encendido, una hoguera, con mucho cuidado, de no prender fuego, y, su joven y bellísima esposa, estaba lavando, un bebecito, que no paraba, de llorar; poco después lo deposito, con cuidado, en  el sito en el que comían; Mula, y, sus compañeros

“No le hagáis daño, es muy pequeñín acaba de nacer”

A Mula, se le iluminaron los ojillos, lo reconoció, enseguida, era Él, él que le decía lo de las hierbas venenosas, y, las buenas, quien la guiaba en sus caminos, quien la había creado, era,el Creador, El Señor de hombres, y, animales,

 ¿A qué, habría venido a la tierra, y, cómo un bebe, y, por qué no estaría en un Palacio?

 No dudaba, de que, nada más saberlo, los humanos, vendrían a conducirlo, a su mejor Palacio

Pero ella,  por ahora,  dejar de comer la paja, y, cubrir con ella, al pequeño, que si, era el Omnipotente, pero parecía, una cosita tan frágil, y, tan llorón, después ella, y, sus compañeros, iban alentar sobre él, para calentarlo, la mamá del Niño, les dio las gracias

“Sois muy buenos, ¿sabéis?”

Pero a Mula, le parecía natural, lo que hacían, que menos, si Dios nacía en su casa, que tratarlo, lo mejor que, sabían que, eran animales, pero no bestias( malos animales)


No vinieron, a buscar al pequeño para un Palacio, si vinieron, a verlo otros humanos pobres, unos pastores

Y, otro día unos reyes, pero no para llevarlo, a ningún Palacio

De Palacio, si salieron gentes, soldados para matarlo, porque hay gente, que por conservar. ó,  tener el poder, si tiene que, matar, mata, ó, permite que se mate, que es lo mismo

Por eso, de noche, se despidieron de ella, la mamá,  acerco, el Niño hasta su lomo, y, le dijo, “Jesús bendice, a Mulita, que sea, siempre un animal fuerte, que ayude a los hombres. en sus trabajos, que sea cariñosa y, buena, aunque siga siendo terca”

Mula, se alegro mucho, ahora sabía que, Dios no la habia maldecido, porque Dios no maldice, ella tenía su misión, y, se sentía feliz, de haber cuidado al Niño Dios, eso sí le daba pena, que, por culpa de hombres malos, tuviesen que irse, bien mirado, ellos eran los que deberían llamarse animales. Y, no ella y sus compañeros, no, ellos eran “personitas”

Bueno, lo que si eran, era criaturas de Dios

Con lo que, se llevo un susto, fue con un joven, muy luminoso, que, le dijo, “haz una reverencia, a,  tu Reina”

 ¿, a mi Reina, quién es?

 La  joven que, te acerco su Bebe, es,  La Reina de todo lo creado, así que entras en ello.

 ¿ y, la tuya?

Dijo Mula, claro respondió, el ángel que eso era el joven luminoso, y, que orgulloso estoy, es guapísima.

Y, ¿Sabes una cosa, Mula?

No

Que no lo sabe, se cree, y, considera, Esclava

Por eso, es más Reina, que ninguna, dijo Mula, al tiempo que, hacía una reverencia con su cabecita, a su hermosa, y, bella Soberana, La Virgen Maria

es por eso, que las mulas, son fuertes, tercas, y, ayudan a los hombres en su trabajo

Fin

Violín sin música; jarrón sin flores


Acababa de recibir una importante herencia, y, una de mis primeras decisiones había sido adquirir un lujoso piso en Madrid, más que piso parecía un palacio, eso, si nuevo, a estrenar, nunca me gustaron las casas viejas, he creído siempre que los muertos se quedan en los lugares donde han vivido, o dónde hay algo que los ate, así que no quiero, vidas pasadas, que no todos los muertos son buenos, por eso elegí un piso a estrenar.

Acudí con Elena mi amiga, a echar una primera ojeada, nada más entrar note algo extraño, fue como un frío que me calo hasta los huesos, me volví; hacia mi amiga y le dije “¿lo ves, aquí hay algo?”

No, empieces, Aurora, fue su respuesta, aquí no hay nada, bueno, sí, tú y; yo

Recorrimos toda la casa, y en el salón descubrimos un violín y al lado, un jarrón que no tenía flores

¿Lo ves?

Sí, veo un violín y un jarrón, se le habrá olvidado a alguien, a alguno de los decoradores, no, veas fantasmas, que tu imaginación te pierde

No, no veo fantasmas, veo un violín sin música y un jarrón que no tiene flores.

Mira, el violín tendrá música cuanto lo toquen, así que tendrás que contratar un músico, aunque como no te gusta la música, no creo que lo hagas; en cuanto a las flores, con poner las tú, ya esta, y ahora vamonos, que el piso, aún no esta listo, para dormir en él; a no ser que duermas en el suelo, o en una silla.

Salimos, y yo regrese al día siguiente, todo estaba igual, y cuando llegó, Elena un rato más tarde se lo dije, para ella, lo raro, sería que me hubiese encontrado el jarrón con flores, y al violín tocando sólo.
Pero yo sabía que pasaba algo raro, ningún decorador ningún obrero, lleva un violín al trabajo, y nadie pone un jarrón en un salón, si no es para llenarlo de flores.

Estuve toda la tarde en casa, hasta que me subieron y colocaron los últimos muebles, aquella noche dormiría en el piso, en mi piso, al día siguiente, contrataría un músico, para que me diese conciertos por la tarde, la fortuna que tenía ahora, me permitía hacerlo, y compraría un ramo de flores, que pondría yo misma en el jarrón

No me fue difícil, encontrar el músico, era un muchacho joven, en paro, que vio el cielo abierto.

Lo conduje al salón, y puse, el violín en sus manos, empezó a pulsarlo, pero yo, no oía nada, se detuvo y me dijo. “ señora, no suena, ¿sé ha dado cuenta?”

Si, hijo, me di cuenta, ¿ Estas seguro, de que lo estas tocando bien, yo, no entiendo mucho de música, y no quiero ofenderte, con mi pregunta?

No, señora, no me ofende, pero fíjese, no suena, podría sonar mal, chirriar, es que esta como mudo, y, es raro.

Lo despedí hasta el día siguiente

Al regresar al salón eche una mirada al jarrón, no estaban las flores que había puesto en él, el miedo empezó a recorrerme el cuerpo

A la mañana subió la portera a traerme el periódico, entonces me contó lo que había sucedido, una desgracia y una injusticia
“Jaime, uno de los jóvenes decoradores, del que ahora era mi apartamento, era un muchacho, humilde, muy humilde, criado en una chabola, que tenía una gran afición a la música clásica, tenía un violín herencia familiar con él que le gustaba tocar para sus amigos, y lo hacia muy bien, aunque tocase de oído, este joven, Jaime, era amigo, en el puro sentido de la palabra de la hija de uno de los principales dueños, o accionistas, ó como narices se diga, del mayor banco del país, en concreto, el que financio la construcción de este edificio, a la muchacha, Clarisa, le encantaban las flores, casi todas las tardes, venían aquí, ella miraba como iban decorando, y luego, se quedaba un rato con Jaime, para oírlo tocar, no habia nada más, no es que el suyo fuese un amor puro, es que era más que amor, era amistad

¿Y, que pasó? Dije interrumpiéndola, pero con la intención de que llevase su relato a un punto

Sucedió, que Clarisa fue violada y asesinada, encontraron su cuerpo destrozado, a Jaime le encontraron una margarita blanca, igual que una del ramo destrozado que ella, aún conservaba en sus manos, así, que lo detuvieron, era inocente, pero no podía pagar un buen abogado, y fue condenado, porque todo, lo acusaba, la condena fue de 20 años, la máxima

¿ o, sea que esta en la cárcel?

No, señora, esta muerto, intento huir, saltando la tapia del patio de la prisión, y se desnuco

Que horrible, pues hay que hacer algo

¿Y, que, señora? Ya es tarde los dos están muertos, ya no existen

no, estoy de acuerdo, estarán muertos, pero existen, y creo que me están pidiendo ayuda.



Al otro día concerté una cita con el presidente del Banco Neoeuromundial, el padre de Clarisa, me la concedieron enseguida, yo era una buena tentación para los banqueros.

Ya en el despacho del banco, le deje patente que no iba allí, por una cuestión económica, si no de justicia.
En un principio pensó, que iba hacer algún tipo de reclamación.
Pero cuando le dije, que estaba allí, por la muerte de su hija, casi me echa con cajas destempladas, para empezar me dijo, que no era asunto mío, y que el caso estaba cerrado, por suerte para mí, era un padre, así que no me costo trabajo convencerlo.

“El asesino, ya esta condenado, si me lo permite, por Dios y por los hombres”

¿Cómo esta tan seguro de que sea el asesino, por qué era pobre?

No, señora vda de Altozano, no me crea tan cruel, es verdad que no me gustaba que mi hija se quedase en los pisos que él decoraba a solas con él, pero no habia detrás ni racismo, ni mucho menos desprecio a su clase.

Pero mi hija había quedado ese día con él, justo para terminar la decoración de su casa( la de usted), y cuando la encontró la policía, tenía un ramo de flores destrozado, un ramo del que habían arrancado flores, y al poco rato, lo encontraron a él, con una margarita del ramo.

¿Y, no pensaron, que si fuese culpable, no iría con la margarita en la mano?

Él no contaba que lo fuesen a detener por eso, de las otras flores si, se había deshecho

¿Es que habia más flores?

Sí, mi socio, D. Arturo, amigo desde la infancia , me dijo que Clarisa, había comprado un ramo de flores blancas y rosas

Y, dígame, por qué sabia eso, D. Arturo, ¿ acaso acompaño a su hija, a la floristería, o esconde algo?

Arturo es un hombre de bien

Puede, pero puede que sea también un desgraciado que acabo con dos vidas, no le parece que por su hija, ya no por Jaime, por su hija debe averiguarlo

El caso esta cerrado

Cerrado, pero se puede abrir, si usted quiere

Quiso

En pocos meses, D. Arturo declaro, el habia acompañado a Clarisa a la floristería, luego la había llevado en su coche, estaba bebido y paso, lo que nunca debió pasar, fue al piso, y coloco una margarita del ramo de Clarisa, en el jarrón, cuando llegó Jaime, se cansó de esperar, tomo la flor, y salió a buscar a su amiga, fue entonces cuando lo detuvo la policía, el resto ya lo saben.

Ahora es el verdadero asesino, quien esta en prisión

He vuelto a casa, y volví a llamar al joven violinista

Cuando puse el violín en sus manos, me dijo, ¿ Para que, señora, si no suena?

Tú prueba

Y, vaya si sonó, como que ese día empecé a amar la música, voy a pagar los estudios de conservatorio a este joven, quiero convertirme en su mecenas, ya que no tengo hijos, el que tenía falleció con su padre, en aquel malogrado accidente de barco, y a mis, 79 años, no voy a tenerlos

También devolveré el violín a los padres de Jaime, yo compraré otro

Ahora el violín tiene música ¿ y el jarrón tiene flores?.no todavía no, pero voy a ponerlas ahora, mismo

pan duro pan tierno

Se llama José como su padre, y como él es fariseo, tiene 13 años, ha celebrado ya su Bar Mit Izva, lo que significa que es mayor de edad según la ley, que ya es un hombre, aunque en casa, lo sigan tratando como un niño, sobre todo su madre, ya se sabe las mujeres.

Hoy José, asiste al último día de la fiesta de los Tabernáculos, su madre le ha preparado con sus propias manos, 3 ricos panes de trigo, y 2 de cebada, aún van calientes en la bolsa

En el monte, José escucha, como los amigos de aquel Jesús al que su padre, va a visitar algunas veces, le dicen “ algo de no sé que, si falta pan”. Él desde luego, no va a darles el suyo, para tantos, no llegaría a nada, no, su pan, es sólo para él, observa como un niño, cuyo padre él conoce, el hijo de Caifas, le ofrece 3 panes y 5 peces, le extraña que no se lo rechacen, si no llega ni para ellos, luego viene el milagro, y José siente rabia, envidia, y aprieta su bolsa con el pan, cuando lo mira, esta seco, y duro, no vale para nada, rompe a llorar.
Es entonces cuando Jesús se le acerca, y agachándose a su lado, le pregunta por què llora
Al principio no quiere responder, pero luego, explica el porque

Jesús se sienta en el suelo, le toma una mano, y mientras le acaricia la cabeza le dice; no llores, hombre, no es para tantos, y esta muy mal, ¿sabes?

Ya lo sé, debí ofrecerte el pan.

No, lo que esta mal, es que tengas envidia de que otro lo hiciera, hay que alegrarse del bien que hacen los otros, como del que hacemos nosotros

Sí, pero es que además, se me ha endurecido el pan, ya no vale para nada

Claro que vale, daselo a tu madre, seguro que se le ocurre algo, desde hacer una rica sopa, hasta dar un alimento extra a las gallinas

Y, no te preocupes más, por cierto, quiero hacerte una pregunta
¿Sí un día, te pido tu pan, me lo darás, aunque, prácticamente te quedes tu sin èl?

Claro, Jesús, cuenta con él

Contaré no lo dudes; José

Ha pasado un tiempo, hoy el padre de José, José de Arimatea, ha cedido una de las plantas de su casa, para que Jesús y sus amigos, celebren la Cena de Pascua, están cenando, cuando llaman a la puerta, es uno de los discípulos de Jesús, Juan, poco mayor que José, viene a pedir pan, pues se les ha terminado, entonces José se levanta, y toma todos los panes que tiene para él, no deja nada, lleva éstos al Maestro, le dice, Juan mira al padre, pero este asiente en que si el hijo lo hace esta bien hecho.
Juan lo invita a subir, el niño pide permiso a su padre, y, este que cree que Jesús es el enviado se lo da, sube, Jesús en persona le da las gracias

Luego toma el pan y dice, “ tomad y comed....

José recibe también su pedazo de Pan, y, ve que tiene a Jesús delante, pero también esta allí en el pan, lo sabe y al comerlo, le sabe a Cielo, porque tiene el Cielo dentro.

Después regresa a su casa, pero ya nunca podrá olvidar lo que ha visto, ni siquiera cuando Jesús muera crucificado, José sabe que no va quedar en la tumba, porque además de a Cielo, el Pan sabía a Vida, a Resurrección.

sábado, 27 de junio de 2009

La Canasta mágica

La canasta mágica 
 
Hubo hace mucho tiempo, un hortelano. Que poseía una canasta de mimbre, todos los días la llenaba con manzanas. Peras. Cerezas..... y salía a venderlas al mercado. Iba gritando su mercancía por las calles del mismo. “hay ricas manzanas. 
A la sabrosa cereza. Tengo peras.....”. las gentes iban corriendo, y él les pesaba la fruta en una balanza de hierro, llamada “romana”, que llevaba colgada del hombro izquierdo. Todo iba bien, hasta que cierta mañana salió como siempre nuestro hombre, con su, canasta al hombro, y se encontró con, un hombre que se paro delante del. “Señor, por favor, deme , una manzana para mi esposa que esta enferma, y no come nada. Se le antojo comer una manzana” ¿qué le de, dirá vd. . Que le venda, si es así no una, las que quiera? “no. Señor. No tengo conque pagársela. Y mi esposa esta muy enferma” fuera. Fuera. Yo no me dedico a regalar fruta, deje las manzanas en el cesto, estamos listos. Se creen que uno cultivan sus árboles. Y se sube a los mismos a recolectar la fruta, para que unos vagos se la coman. Si no tiene con que pagarla, que pase sin ella, ¡mi mujer esta enferma! Como si a mi eso me importara, yo no la enferme. Anduvo un rato, y se le acerco un chicuelo como de unos 12 años, el niño iba sucio, desgreñado; se quedo mirando para las hermosas peras. Y puso una de sus manos sobre la preciada fruta. ¿a ver tú qué quieres? “una pera señor” ¿sólo una? “no quiero abusar de su bondad. Se ve a lo lejos que es usted un señor muy bueno” no es abusar, yo prefiero venderte 4 a venderte una “¿vender, dice vender? ¡OH¡ no señor, no tengo dinero, para pagarle, me he escapado de un mal hombre que me tenía como esclavo y me trataba muy mal; y tengo mucha hambre. He pensado que con una de sus peras. Entretendría el hambre.” Sí, pues sabes que te digo. Que le cuentes un chiste a tu hambre. Pero que yo. Vendo fruta no regalo fruta. Y ahora largo. Se alejo el mozuelo. Y el vendedor se quedo gritando su mercancía. Cada vez de peor humor. Fue entonces cuando se le acerco una anciana, esta con el propósito de que le regalase unas cerezas. Malhumorado llego nuestro hombre a casa, sin conseguir, haber vendido ni una sola pieza de fruta, no lo entendía. Pero se dijo, que ya lo haría al día siguiente. Pero al otro día. Toda la fruta se había podrido. Y hubo de tirar la y lavar la canasta. Sin darse por rendido volvió a salir. Y de nuevo se le acercaron unos pedigüeños, que como los anteriores tampoco recibieron nada. Y otra vez la fruta pérdida. Esto paso varios días y un amigo, le aconsejo visitar a un anciano ermitaño. Que vivía en una cueva. Él seguramente le diría como librarse del maleficio. Porque a lo lejos se veía de que alguien le había hecho un conjuro. Y aunque no creyese mucho en esas tonterías. Por si acaso, se fue hacia la cueva donde vivía el ermitaño. Este era un hombre muy viejo. Con una barba larga y blanquísima. Nuestro “amigo” le contó su problema. Y el ermitaño. Le respondió que era por la canasta, que tenía que hacer una especial ¿una mágica? Pregunto el hortelano. “llámala como quieras”, pero tienes que hacerla tú.” Yo no se, nada de magia. Para eso vine a verle. Ya me parecía que era perder el tiempo. “ya te dije. Que lo de mágica. Era un nombre que le dabas tú, y no me refiero a la canasta de mimbre. Si no a la de tu corazón. Mañana cuando salgas a vender no vas a negarte a ninguna de las peticiones de los pobres, ya veras el resultado” si claro que tendrán fruta gratis “no. Hazme caso. Si no funciona, tampoco pierdes tanto” salió el buen hombre medio refunfuñando, pero se dijo, que tenía razón, el ermitaño. Y decidió seguir su consejo. Al día siguiente, se le acerco primero una madre con su hijito, preguntándole si le daba, una manzana. Él tomo y le dio 2, y lo mismo hizo con el matrimonio mayor que le pidió unas cerezas.... Los pobres se alejaban diciendo. “que manzana tan rica. Jamás he visto una igual”, “que cerezas más jugosas”, “esta pera es un bocado exquisito” Y el caso fue, que todas las gentes vinieron corriendo a comprarle, tanto. Que no le llego, la fruta de la canasta. Y se tuvo que comprometer a que al día siguiente cumpliría con los pedidos que le habían hecho. “La razón le dijo el ermitaño, al que fue a dar las gracias. Es muy simple Cuando tu negaste por ejemplo el primer día la manzana al hombre de la mujer enferma. Las gentes te oyeron gritar “no hay manzanas” y no se acercaron porque pensaron. O bien que no las tenías o que, no las querías vender porque se te habían podrido. Sin embargo. Al dar hoy a los pobres. Estos se fueron alabando tu fruta. Y las gentes, acudieron a comprar” ¿Pero la canasta. Usted hablo de una mágica. Y lleve la misma? “no, hijo, mágica se lo llamaste tú, y yo me refería a tu corazón. Tu corazón es la canasta mágica de la que tiene que salir amor para todos, y eso hará que también tengas una pieza de fruta” Desde aquel día. El hortelano de la canasta fue el frutero más famoso y también el más querido Fin

El patito feo que nunca se volvió cisne

Te voy a contar, la verdadera historia del “patito feo”, como cuenta el relato. Nació de un huevo empollado, por una mamá pato. Y era desgarbado. Torpe. Se caía al andar, y nadaba fatal. Pero no es cierto fuese un huevo de mamá cisne. Era de un huevo de mamá pato.
Es cierto que sus hermanitos, se reían del, por su torpeza. Pero no lo es, que no fuesen en realidad sus hermanitos.
Un día el patito feo. Se marcho a conocer mundo. Y se encontró con patitos y otras aves de agua que se reían del, pero también de otras que se reían con él. Que no es lo mismo.
Cierto día vio un cisne majestuoso, y se le ocurrió pensar que podría ser uno de ellos, pero el cisne lo rechazo, era un pato, y un pato feo. Y además torpe.
Estaba nuestro amigo, un poquillo triste. Cuando vio a un niño, que estaba muy triste, pues estaba malito. Y no había nada que lo hiciera reír de pronto. Al ver el patito. El niño; empezó a reírse, “mira papá, como hace el patito”, y nuestro amiguito. Empezó a repetir sus torpezas. Para alegrar al pequeño. Que gracias a él se curo.
Tanto fue así que lo llevaron, a un sitio llamado hospital, donde hay niños que están enfermitos. Para que, el fuese su compañero de juegos; estos niños lo querían mucho. Le daban miguitas de pan. Se bañaban con él. Y le decían. “eres el patito, más lindo del mundo”.
El sabía que no. Que era feo. Claro que también; podía estar equivocado. Porque la belleza no esta en lo que se ve, sino en lo que se hace. Y el era un buen pato. Un patito que ayudaba. Además para quien te quiere nunca puedes ser feo. Ni fea. El simplemente era distinto.
Y sucedió que llego mamá pato. Y se alegro al ver a su hijito haciendo tan buena obra. Lo lleno de besitos. Y le dijo; “eres el patito más guapo del mundo”.
Él sabía que una mamá pato. Que iba decir.
Después llegaron sus hermanitos. Estaban avergonzados. Pues ellos. Además de reírse de un hermano diferente, nunca habían ayudado a nadie, y a veces hacían rabiar a mamá pato. Y a la maestra pato. Ellos si que eran feos.
Tan feos que muchas veces su mamá no los quería ver; aunque fuese por poco tiempo.
Llego la primavera. Y “el patito feo” se enamoro de una hermosa patito. Se casaron ante un “cisne –juez” y tuvieron muchos hijitos. Unos tan lindos como sus tíos. Sus abuelos. Y su mamá. Otros feos como papá. Pero con un alma, tan pura y tan linda. Como la suya. Y lo que es más importante, todos aprendieron a quererse. Sin necesidad, de que el patito se volviese un cisne.