jueves, 21 de abril de 2016

Cuando los animales hablaban

        

 Hace, mucho tiempo, muchísimo, cuando el sol era todavía un jovencito, que sólo tenía unos cuantos millones de años, vamos lo que se dice un bebe

En aquel entonces los animales hablaban, no sólo entre ellos; sino con los hombre pero cierto día, sucedió algo, que nadie esperaba, y, aunque paso en un lugar concreto, su radio de influencia abarco a toda la tierra.

Unos animal bueno uno sólo una serpiente, se prestó para que el diablo engañase a una pareja de humanos, y, el mal entrase en el mundo, en ese momento dejaron de hablar todos, pues si bien sólo había sido la serpiente los demás no avisaron de la trampa, con esto los hombres empezaron a ver mal a los animales, y, a los de su propia especie, los animales se decían pues entre ellos siguieron hablando, no valemos para nada, somos criaturas inútiles, hasta que un día descubrieron lo importantes que eran para su Creador

La cosa comenzó de esta manera, una joven pareja llego a un pueblo por causa de un censo, la mujer iba tener un bebe, por y a causa del ya mencionado censo, no encontraron alojamiento en ningún lugar, y, hubieron de guarecerse en una cuadra, de animales, allí nació el Bebe

Los animales todos, descubrieron que aquella joven, era la Reina, no la Reina de  un país determinado, no, pues en ese sentido era una campesina analfabeta, no, era mucho más, era La Reina de todo lo Creado, y por ello de hombres y animales,  y, esto porque el bebé que iba a nacer era además de un bebé como todos, el Hijo de Dios, Dios en suma  el Creador y Dueño de animales y de hombres

Por eso los animales se alegraron, en homenaje al bebe divino; los gatos no arañan a los niños pequeños, a los bebes. No sabían como hacer para mostrarle su cariño, su adoración, los que podían le daban calor, otros le echaban paja limpia encima, y, se pasaban el recado unos a otros, como habían vuelto a recuperar el don de hablar con los humanos, se lo contaban a cuentos hombres mujeres niños  encontraban, pero los humanos no hacían caso, no hicieron caso, como iba el Esperado, el Mesáis, nacer en una cuadra, sería de locos hacer caso a los animales, que sólo son animales,  aunque no sería verdad decir que ningún humano les hizo caso, los pastores si les hicieron caso, a ellos, y, a un ángel, por eso en la soledad de las montañas cuando el viento sopla entre las hendiduras de las rocas, los pastores hablan con sus ovejas, sus cabras, su perro, y, a veces hasta con el  lobo.

Unos meses más tarde de nacer el Bebe, llegaron unos personajes misteriosos, gentes de otras costumbres, de otra fe, para algunos eran reyes, para otros astrónomos, o, ambas cosas, uno de ellos era negro, si negro como el carbón, no de color, lo siento, no consta que fuesen adorar al Niño Dios marcianos, selenita, venusianos, a lo mejor sí, que también son sus criaturas, pero no consta
Estos hombres si escucharon a los animales y les agradecieron que les indicasen el camino, de vuelta sin tener que volver por el mismo sitio, para no toparse con un rey muy malo, un tal Herodes,  sobre todo lo agradecieron a un perro y un  gato, que fueron quienes llevaron la iniciativa, el como es secreto

Por eso, los perros y los gatos, siguen hablando con Los Reyes Magos, les informan de lo que hacen los niños buenos, y, los malos, y de lo que hacen los mayores también

La decisión de los animales de no hablar más no fue definitiva sino temporal

El Bebe creció se hizo un hombre, y, empezó a hablar a la gente del Amor de Dios su Padre, de que debían amarse, en lugar de odiarse, y, ayudarse unos a otros, pero esto no gustaba a los poderosos, los animales volvieron a hablar para avisar a las gentes, pero tampoco esta vez les hicieron caso, es más todos mataron al Hombre Dios, clavándolo en una Cruz

Los animales les recordaron Quien era, que no lo hicieran, pero en unos su odio, en otros su miedo, su cobardía era más fuerte, y, el Hombre Dios fue crucificado, los animales, sus súbditos más leales, lloraron su muerte, y, prometieron no hablar más con aquellas criaturas tan perversas, como para matar dejar matar y abandonar a su Creador

El Hombre Dios, venció a la muerte, resucito, los pájaros fueron los primeros en verlo y lo contaron a los demás, que no pudieron callar y fueron a decirlo a los humanos, pero a estos les dio la risa

Así que decidieron no volver a hablar hasta que los hombres amasen a Dios, y, creyesen en Él, y dado que aún hoy los seres humanos continúan haciendo el mal, provocando guerras, matando, destruyendo, es decir haciendo todo lo que Dios condena, lo que Dios no quiere, porque a Dios se le ama, amando al otro, sin importar color, religión, idea, clase social

Es por ello que los animales siguen sin hablar

A mí me encantaría que volviesen, a hablar, ¿A ti?, porque de nosotros dependen


Fin

viernes, 1 de abril de 2016

El Bazar

El Bazar

Ciriaca había decidido pasar unos días descanso en Agadir( Marruecos); llevaba ya cuatro días en la ciudad hachemita, cuando decidió visitar el bazar, deambulo, horas, y, horas mirando, observando todo tipo de objetos, telas, vasijas, cerámicas, perfumes, especies, compro algunas cosas, telas de una belleza exquisita, lámparas, especies, teteras, y, como no, el famoso te verde de Marruecos
Cuando abandonaba el Bazar, fue interceptada por  una hermosa joven marroquí, ataviada como en un relato de “Las Mil y Una Noches”

La joven corrió hacia ella, y, cuando estuvo frente a Ciriaca la detuvo, mostrándole un anillo de oro, engarzado en piedras preciosas

“Mademoiselle, ayúdeme necesito vender esta sortija, para operar a mi hijito,  soy viuda,  la sortija es todo lo que tengo, es muy valiosa, cómo puede ver, es de oro, y, las piedras, son rubíes, esmeraldas, y, 2 diamantes, por favor necesito que me la compre, se la dejo por 100 €, aunque como puede ver, su valor es mucho mayor
Ciriaca, tomo la alhaja en la mano, y, comprobó ser cierto, cuanto decía la mujer, pero se la devolvió, diciendo

“Tenga señorita, no cabe duda, de que es hermosa, una hermosa pieza de bisutería, pero sólo eso, bisutería, muy bien elaborada, hermosa fantasía, sólo eso, no voy a darle 100 € por esto, sólo podría darle 10 €

La joven mora protesto, dijo que además de ser una joya valiosísima, tenía un poder mágico, daba buena suerte, “Barak”, a quienes la tenían

Ciriaca, le dijo que no creía en esos cuentos, y, de ser así además por qué quería deshacerse de ella, si aceptaba los 10 € bien, si no que se quedase con su sortija mágica

Llorando la bella musulmanas, entrego a Ciriaca la joya, a cambio de los diez euros

Al día siguiente, Ciriaca, retorno a Barcelona, se sentía orgullosa de lo que había hecho, luciría la joya, un tiempo, y, después quien sabe, tal vez pudiese venderla, “si era cierto daba buena suerte”; se dijo a sí misma, riendo
Dos meses más tarde, de su regreso de Marruecos, nada podía ir peor, sus empleados se fueron despidiendo uno, a uno, y los pocos que se quedaron fue porque no les quedaba otro remedio, pero trabajaban sin ganas; y, ella no se atrevía a despedirlos, porque había visto, que los que habían reemplazado a los que se fueran, se habían largado también
Y, no sólo era la ruina, en su tienda, en su negocio, su casa su hogar también era un fracaso, las discusiones con su esposo eran el pan de cada día, hasta que el marido, abandono el hogar, esto hacía que su salud se deteriorase, sus nervios estaban destrozados

“Maldita mora” exclamo me vendió una sortija, que daba suerte, si, pero mala suerte
Fue entonces, cuando un pensamiento, cruzo su frente; recordó a Merche, “una amiga”; a la que detestaba, aunque sin motivo, iría a verla, y, le regalaría la sortija

A los pocos días, hizo lo que había maquinado, Merche la recibió con un cariño sincera, pues era mujer noble, sin doblez, soltera, con dos hijos, y un padre ya anciano, regentaba una vieja zapatería; hubo un tiempo, ya lejano en que ella y Ciriaca, eran intimas amigas, las dos se hicieron novias al mismo tiempo de sendos chicos,  pero cuando el prometido de Merche falleció en un accidente dejándola embarazada,  Ciriaca se enojó, porque su amiga, rechazo su ayuda, para “interrumpir su embarazo”; no le importaba ser madre soltera, decía además que un embarazo, no se puede interrumpir, porque sólo se interrumpe, lo que se vuelve reiniciar donde se interrumpió, algo imposible en un embarazo

A Ciriaca, no le hacía gracia, luego nacieron los gemelos, y, Ciriaca reanudo su amistad, pero sólo externamente, porque en el fondo detestaba a Merche
Fingiendo una amistad que no sentía, le dijo que la sortija, la había adquirido en realidad para ella, que se merecía todo lo bueno, y, le habían dicho que daba suerte

Merche, le contesto, que ella, sólo creía en Dios, y, aceptaba sus designios, no se quejaba, pero agradecía la muestra de cariño que representaba la sortija, pero no podía aceptarla, era una joya muy valiosa, que no iba con su estilo de vida, era una mujer humilde, pero ante la insistencia de su amiga, Merche acepto la sortija; y se despidieron con la promesa de verse más a menudo
Ciriaca, salió triunfante, ya tenía lo que quería, ahora sólo le restaba ver, como mejoraba su suerte, y, se hundía la de “su amiga”

Pero sucedió al revés, su suerte, la de Ciriaca, fue en picado, mientras que a Merche, todo le salía a las mil maravillas, su negocio abrió dos sucursales, mientras que Ciriaca, hubo de cerrar su joyería, estuvo a punto de suicidarse, y, tuvo que ser hospitalizada porque se tomó un tubo de pastillas.

Merche fue a visitarla al centro sanitario

Ciriaca, la recibió a gritos, y, Merche respondió dulcemente, pues pensaba que era debido al estado de salud de su amiga, que la había llevado a intentar quitarse la vida, ya más calmada, hablaron, y, Ciriaca pregunto, como era posible la suerte de Merche, y, revelo su historia y su plan
Merche, reía a carcajadas, no existe ni buena, ni mala suerte, existe lo que uno hace, y Dios quiere; tú confiaste en la sortija, y, descuidaste tus deberes con tu negocio, lo que motivo que los clientes protestasen y no comprasen, los proveedores no hicieron remesas porque al no haber ventas, no se les hicieron pedidos, los empleados, recibían quejas de los clientes, y, al no poder hacer nada, pues se iban, o trabajaban mal; en tu casa, imagino paso algo parecido, descuidaste todo, y, eso motivo la marcha de tu esposo, y, repercutió en tu salud

Yo, guarde la sortija, para la boda de mi hija Nacha, después me dedique a lo que se hacer, trabajar y cuidar de los míos, lo que sucedió, fue una consecuencia normal

Ahora importa que tu retomes tu vida, voy a dejarte dinero, para reabrir la joyería

Ciriaca, la abrazo llorando, le pidió perdón, y, le dijo, “Te equivocas, si da suerte, buena suerte, gracias a ella recupere a una buena amiga, y, conocí mis errores, acepto tu oferta”
La joyería de Ciriaca, volvió a funcionar, y, toda su vida se normalizo

Fue entonces, cuando decidió, volver a Marruecos, a la ciudad de Agadir, para encontrar a la joven mora, y, pagarle el precio justo de la joya, pero por más que la busco, no la encontró en toda la ciudad marroquí, ni nadie le supo dar señales de la misma

Antes de retornar a España, entro en una vieja capilla, entonces se quedo estupefacta, vio una pintura que representa a Santa Casilda, hija de un rey  moro, y, mora ella misma, Ciriaca, tembló de pies a cabeza, al comprobar quien era, la mora, que le había vendido la sortija, y, con ella una nueva vida

Fin