viernes, 18 de octubre de 2019

La aparición

La aparición

En aquel pueblo la gente andaba nerviosa, era un pueblo pequeño en el que nunca había pasado nada.
Hasta que una vecina dijo que La Virgen María, se le estaba apareciendo con mensaje.
Los mensajes eran extraños, les decía que tenían que levantar muchas capillas en su honor
Adornar con oro y diamantes sus imágenes.
No leer la Biblia, ya les bastaba lo que escuchaban en Misa.
No hacer caso al Papa, sino a los mensajes que les iba dando, por medio de su sierva.
Echar a los miembros de otras Iglesias y religiones del pueblo, sobre todo a los judíos e islámicos.
Y, por supuesto dar dinero a su sierva la vidente, para que mandase hacer sus capillas
Nadie creyó los mensajes, el primero D. Abundio el viejo cura, que amenazo a “la vidente”, con pasar su caso al obispado, si no cesaba en “sus tonterías”, y, diciéndole  a los demás y, a ella misma, que los supuestos mensajes eran anticristianos.  y, por lo tanto no podían proceder de Nuestra Señora, por ejemplo como iba decir que no se leyera la Biblia que es la Palabra de Dios, estar contra los judíos, si Ella es Judía, etc.
Pero la vidente no cesaba, y, convoco a la gente a todos, en un monte cercano a un vertedero de basuras. Les dijo que los que estuvieran en Gracia, los elegidos por Dios, los que no hubieran cometido ningún pecado mortal,  olerían un perfume a rosas, a gardenias. Mientras que los pecadores endurecidos, los que hubieran cometido pecados mortales, olerían  el vertedero.
Y, allá se fueron casi todos
Y, todos notaron el olor a la pestilencia, pero callaron dijeron que les olía rosas, a gardenias. Cada uno por separado pensó, que no era cuestión de avergonzarse, ya  examinarían su conciencia y lo solucionarían en el Confesionario
Bueno no todos, el viejo cura no, dijo que apestaba, entonces la vidente y, los vecinos decidieron casi su muerte lo apalearon, dijeron que era un mal cura y un mal cristiano.
Al cabo de unos días volvieron a repetir la experiencia, y, hubo un matrimonio que llevo a su pequeño de 4 años
El niño se puso a llorar, diciendo. “Mamá, quiero irme huele mal”
Entonces todos supieron que la vidente era una mala mujer, que quería explotar la buena fe y la ignorancia de sus vecinos.  Era evidente que un niño de 4 años  está en Gracia, así que  oler a vertedero no era señal de nada, sino de que allí había un vertedero
Fueron a pedir perdón al sacerdote, y, entregaron a la vidente falsa a las autoridades
El cura les pidió también perdón, por no haberse ocupado de facilitarles medios de formación
Y, prometió con la ayuda de La Virgen, la de verdad no la de la falsa vidente, solucionarlo pronto

Fin

martes, 8 de octubre de 2019

La red

La red

Soy una humilde red de pescador, a lo mejor cuando tu leas mi historia ya no existiré, aunque creo que me espera un destino glorioso, pero que digo, solo soy una red

Te cuento mi historia, a mí me tejieron me fabricaron, o como quieras llamarlo en Galilea, una tetrarquía del rey Herodes, mis dueños eran dos hermanos casados con familia que vivían en una aldea de pescadores, llamada Cafarnaúm

Todas las madrugadas, me echaban al mar, bueno al lago, para que atrapase los peces,  me daban un poco de pena, aunque claro, mis amos tenían que comer, y, la demás gente, además los peces se comen unos a otros. Ya me estoy yendo del tema

El caso es que aquella noche fue horrible, mis amos lloraban, si eran dos hombres curtidos y lloraban ni un solo pescado, y, eso significaba hambre, no habría peces que vender, y, no habría dinero para pagar los impuestos, a César, a Herodes, al Templo, ni para comprar comida

Ya me habían recogido, bueno nos habían recogido, pues éramos más de una, y, se disponían a volver a casa

Cuando se acercó él, el carpintero de Nazaret, una aldea de gentuza, eso se decía

Y, como si mis amos, hubiesen dormido como él toda la noche, le rogo a Simón que era uno de mis amos, que le dejase subir a su barca para hablar a la gente. 

Yo, y, mis compañeras nos dijimos que lo iba mandar con viento fresco, otro charlatán me dije, no ve que están cansados, pero Simón le dejo, las  gentes le oían entusiasmados, nosotras las redes, pues no, somos redes

Al acabar  le dijo, a mi amo Simón,  rema mar adentro, y, echad las redes para pescar

A mí me dio la risa, no me reí porque soy  una red, a mis compañeras les paso lo mismo,  pero es que ya me diréis si no es de risa, que un carpintero le diga a un pescador que brego toda la noche, que eche las redes a pleno día

Conocía el mal genio de mis amos, y, esperaba una respuesta que pusiera al insolente en su sitio, pero mi amo Simón no lo hizo, al contrario, le respondió, “Toda la noche hemos estado pescando, y, no hemos pescado nada, pero lo haré porque tú lo dices”

Pensaba deduzco yo, darle con la realidad en las narices

Así que nos volvimos adentrar en el lago, y, nos echaron al mar, es decir al lago, y, de pronto, todos los peces vinieron a nosotras, casi hundimos el barco

Yo soy una red, si no hubiera reído, llorado y temido

Mi amo Simón, se echó de rodillas ante El Carpintero, y, mi amo es un buen judío, no se arrodilla más que ante el Dios de Israel, pero hizo lo mismo con el Carpintero, y, le dijo, bueno lo que le dijo, si fue una tontería

“Aléjate de mí, Señor, que soy hombre y pecador”, vamos como si uno le dice al médico. “Vete médico que soy un enfermo”

El Carpintero, que a todo esto no, os he dicho que se llamaba Jesús, lo levanto le dio un abrazo, y, le dijo, “Tranquilo, desde hoy vas a pescar hombres”

Yo, pensé que iba fundar una red de salvamento, no me equivocaba mucho, la fundo, La llaman Iglesia, mi amo Simón sigue al frente, bueno, ahora le llaman Francisco

Bueno Simón, al que Jesús cambio el nombre por Pedro, esta con Jesús

Yo me sentí orgullosa de haber servido a Dios a realizar su milagro marítimo, y, triste por haber creído a la gente, que hablaba mal del pueblo de Nazaret, donde Dios había puesto lo mejor de la humanidad, su Hijo Jesús, el carpintero, Dios como  Él, María La Madre de Jesús, y, su Esposo José, del resto del pueblo, pues como todos.

Aquel día aprendimos mis compañeras y yo, y, nuestros amos, que con Dios nunca es tarde, y, que no se atiene a reglas

Fin