lunes, 20 de enero de 2020

La camisa

La camisa

Pedrito vivía con su madre, sus dos hermanas y su abuela, su papá había muerto en la guerra, su abuelo en un accidente de  trabajo.

En aquella época las viudas no recibían ninguna paga por serlo, así que tanto la abuela como la madre de Pedrito, se esforzaban en trabajar limpiando en otras casas, y, haciendo ropa para unos almacenes.

Pedrito llego a casa muy nervioso, dentro de 5 días, tendrían una función en la escuela y, precisaba una camisa nueva

Carmen su madre, no sabía que hacer no tenía dinero para comprar la tela, pensó por un instante en quedarse con un retal de la ropa que confeccionaba, en el almacén  no se darían cuenta, además seguro que los tiraban, pero se dijo que no, era una mujer honrada, le lavaría y almidonaría el cuello y los puños de la más nueva que tuviese, Y, así lo hizo

El día de la función, Pedrito vio a sus compañeros, su camisa se veía limpia,  bien almidonados cuello y puños pero usada, pero él se sentía el niño más feliz porque se la había preparado su mamá

De pronto una señora le dijo que quería hablar con su madre, la señora era una dama de la reina

y, hablo con Carmen le había encantado lo bien almidonada que estaba la camisa de Pedrito, y, quería que fuese la planchadora de palacio

Ni que decir tiene que acepto, y, desde aquel día la vida de Pedrito y sus hermanas siguió igual, pues gracias a su madre y su abuela nunca les había faltado lo que importa el cariño, Carmen y su suegra la abuela de Pedrito, dejaron las casas en las que limpiaban, no el almacén para él que cosían, pero ahora su principal ocupación era almidonar y planchar la ropa de palacio

Y, Pedrito presumía en el colegio, en su cumpleaños estreno una camisa que le regalo la reina, sólo la puso un día, prefería la vieja preparada por su mamá

Fin

El cordón (bíblico)

El cordón (bíblico)

Zacarías trabajaba haciendo cuerdas, cordones y cestos que después vendía en su pequeña tienda
Aquel día recibió la visita de un esclavo del sanedrín, venía de parte de Caifas el sumo sacerdote, precisaba una cuerda muy fuerte una soga; con la que poder sujetar a un peligroso enemigo de Dios y del pueblo al que esperaban detener en pocos días,

A Zacarías Caifas no le caía bien, pero era el sumo sacerdote, y, sí él decía que hombre era un criminal, es que lo era,

Así pues les vendió la cuerda que querían, el esclavo pago el precio por ella y se fue

Al día siguiente Zacarías comprobó indignado, que se había equivocado, les había vendido una cuerda en mal estado, un cordón que se deshilachaba, no servía ni para atar las patas de una gallina, el criminal seguramente  se les habría escapado, y, Caifas ya debía estar pensando que él, Zacarías era el culpable, no sabía que hacer para disculparse

Encima el sábado estaba ya alli, y, era La Pascua

Decidió no pensar más en ello,  ya tendría tiempo de hacerlo, cuando iba para su casa, lo abordo su vecino, Eliseo

¿Te has enterado ayer detuvieron al rabi de Galilea?,  el Sanedrin lo ha condenado a muerte por blasfemo, ahora lo han llevado ante Pilato el gobernador, para que lo condene en nombre de Roma, van a darle otros argumentos, al perro idolatra, lo de la blasfemia no le importa

¿Sabes como lo detuvieron?

Sí estaba en el huerto de la prensa de aceite con los suyos que huyeron como gallinas, menos uno que iba con los guardas y, les ayudo a detenerlo, y, bueno lo amarraron bien con la cuerda la soga que ayer te compraron a ti

No sabía nada, pero es imposible que lo ataran con el cordón que me compraron, porque estaba en mal estado me di cuenta hoy al comprobar el resto del que lo corte, mira

Eliseo miró y comprendió que aquel cordón no valía para nada

Entonces qué explicación hay

Solo una que ese hombre quería ser detenido, que su entrega fue voluntaria

Me temo hayan detenido al Enviado, y, si es así temblemos porque Dios se pondrá al lado de su ungido, todos yo el primero estamos malditos,

El segundo día de la semana se entero por la gente que iba a la tienda, que el rabi de Galilea había muerto crucificado, y, eso le tranquilizo, Dios no dejaría morir así al Mesías, es más el Mesías permanecería para siempre, no entendía lo del cordón, pero ya no importaba, más tarde fueron otros los que les contaron el rumor de que había resucitado; y, Zacarías volvió a tener miedo

y, pasaron los días y, llego Pentecostés, Zacarías como todos los judíos incluso los venidos de la diáspora, fueron a dar gracias al Señor, entonces vio como un hombre que le dijeron era uno de los del rabi crucificado, el hombre era Simón un pescador, al que el rabi Jesús, llamaba Pedro, era un hombre cobarde que había negado a su rabí cuando este fue detenido ante una criada de Caifas; así que ahora pedirá perdón por haber seguido a un blasfemo,

Pero Pedro no pidió perdón al contrario los acuso de ser aunque por ignorancia los autores los que habían pedido la muerte de Jesús, todos temblaron, Zacarías entre ellos, no podía haber perdón para lo que habían hecho

De pronto alguien pregunto que podían hacer para salvarse, Pedro les dijo, arrepentirse, y, bautizarse en el Nombre de Jesús
Zacarías fue uno de los tres mil bautizados, y de comprender que Jesús se había dejado atar, para que él fuese soltado del poder de Satanás,  y, estallo de gozo y, no pudo evitar reír al saber que Dios lo amaba tanto.

Fin