Felicitación
Se aproximaba la navidad, aunque hacía mucho tiempo, que a Claudia no
le importaba, no le decía nada, si llamaba a sus conocidos y familiares, pero
por costumbre, nadie la invitaba, bueno lo hacían por cumplido, y, por lo mismo
ella rehusaba
Claudia era una alta ejecutiva, de vuelos en primera clase, soltera sin
hijos, pudo ser madre, pero lo soluciono a tiempo, decía con un deje de
cinismo, aunque no sabía porque lloraba al ver una mujer embarazada, con un
bebé, o un simple muñeco
Había sido creyente en tiempos ahora no, eso era lo que decía, aunque
nunca dijo, porque entonces ese miedo atroz a la muerte, y, porque lloraba a
solas en su casa, de noche aferrando la almohada llamado a Dios
No ponía nacimiento, si un pequeño y ridículo abeto con bolas de
material recicable, y, un pequeño misterio al que no daba más importancia que a
otras figuras
Su comida tampoco era especial porque ya lo era siempre, y, además ella no tenía nada que
celebrar
Aquella mañana la portera le subió el correo.
Se puso a revisarlo con calma, la mayoría eran facturas del banco, pero
entre todas destacaban dos sobres, de
sendas empresas una de material tecnológico, y, otra de una empresa de
alimentación, de ambas era buena cliente
Abrió la que provenía de la empresa de tecnología, era una postal de
navidad. Bajo un cuadro gris, una pareja sentada en un banco de dos cuerpos sin
mirarse, clavaban sus ojos en un lejano abeto, y, un papá noël colgado del mismo, en el pie de la postal un
texto
“Computercoxer.com”, Le desea unas felices fiestas, y, un próspero año
No supo porque pero sintió un nudo en el estómago, la postal hubiera
valido lo mismo, para dar el pésame. Era una postal triste, amargada. No pudo evitar recordar las felicitaciones de
su infancia, con aquellos niños, ahora era una navidad sin niño, y, eso es
imposible
Tomo la carta de la empresa de alimentación
En principio era como todas, le
agradecían el haber podido contar con ella como cliente, como amiga tantos
años, pero de pronto había algo distinto, algo inaudito, en una carta de
publicidad
Le decían que no podían felicitarle las fiestas, porque recordaban a
todos los que no tenían que comer, aunque ellos gracias a personas como ella,
pudiesen paliar en parte ese mal, no dando limosnas, sino creando puestos de
trabajo, y, después si, haciendo donaciones a proyectos justos, nunca lo hemos
dicho, porque queremos que usted compré nuestros productos por su calidad,
no porque demos el 1, 4, o el 40% a obras solidarias, eso es asunto nuestro particular, lo suyo es
pagar por la calidad, y, si se lo comentamos ahora es porque la consideramos
una amiga, no para pedirle nada, ni interceder por nadie
No sabemos si es usted cristiana, o de otra religión, o si es atea o agnóstica,
ni, nos importa, pero nosotros si somos cristianos, bueno los fundadores de la
empresa, porque ahora hay de todo
Por eso, nuestros deseos son los mejores para usted y los suyos, pero
como no hay fiesta que celebrar y no sé si usted celebra la Navidad de Aquel
Niño, pues si le deseo un buen año
Lo que si vamos hacer es no creo que le moleste mandarle, una vieja
postal con el deseo de que si No lo encontró lo encuentre, si lo tiene no lo
pierda
Atentamente
Finaba la empresa
Claudia siguió mirando había una postal como las de antes, una mujer joven,
con un hombre a su lado, abrazaba a un bebé, mientras unos rayos de luz
iluminaban unos haces de paja, y, unos animalitos parecían sonreír
No pudo evitar unas lágrimas, pensó en su pequeño, al que no llego a
abrazar, porque ella misma lo asesino
Beso la postal con la inocencia que lo hacía de pequeña, pidió perdón
desde su corazón, y, se supo perdonada
Al otro día, tenía cosas que hacer
Primero iría a confesarse
Luego preparar una Navidad por todo lo alto, compartiendo con los que
no tenían, incluso haría una donación aunque no se la pidieran a la empresa de
alimentación que le había conducido a Él
Iba ser la mejor Navidad de su vida
Porque Él acababa de nacer para ella, gracias a una Felicitación de
Navidad
Fin