sábado, 20 de julio de 2013

La Sirenita


Luis, no recordaba nada de lo acontecido en el  barco, sólo un ruido muy fuerte, y, luego, las olas del mar jugando con él,  su lucha, para conseguir, vivir.  Ahora no sabía muy bien donde se encontraba, pensaba a ratos, en Clara, su esposa, con quien no hacía ni  6 meses que se había casado, y, en el hijo, o, hija, que seguramente nunca conocería.


Abrió los ojos, lentamente, y, le pareció estar en el fondo del mar, se dijo:

“Seguro, que me he ahogado, y, he muerto”, pero una voz dulce,  de mujer lo saco, de sus elucubraciones.

No, no te has muerto.

Luis, giro la cabeza, y, vio a su lado a la mujer más hermosa, que hubiese soñado jamás. ¿Tú quien eres? Pregunto

Soy una sirena. La Sirena (Cratérica) la hija del rey del mar
¿La hija de Neptuno?
No, del rey del mar, Neptuno, no existe, es un personaje mitológico
Yo, creía que, las sirenas también
Pues ya ves que no
Cómo llegue hasta aquí

Te recogimos en el mar, estabas, mal herido, y, aquí te estamos curando.

La princesa Cratérica, llevo, a Luis, a conocer, su palacio marino, era un mundo de ensueño, el piso del palacio, estaba hecho de conchas pulidas de madreperla, todo en él era armonía, y, belleza, los corales, adornaban la entrada del palacio.

Luis, fue tratado como un amigo, más que como un huésped, se tuvo que acostumbrar eso si, a los alimentos que se tomaban, en el fondo del mar, y, que no se parecían en nada, a los que se toman en la tierra, en contra de lo que se pudiera pensar, allí nadie, comía peces.

Y, así poco a poco, fueron pasando los días, o, tal vez los años, pues el tiempo, transcurre de forma distinta, en la tierra que en la mar

Un día,. Cratérica, le dijo a Luis, que sentía un amor muy especial por él.

 Luis comprendió, que  la sirenita, se había enamorado;  pero él a quien amaba era a Clara su esposa, y, por nada del mundo, la abandonaría, claro que, Cratérica, tenía razón,  a lo mejor su esposa, ya  había muerto, quien sabe el tiempo que, habría pasado, y, allí era tan feliz.


¿Qué sucedería si volvía a la tierra, y, resultaba que todos los que había conocido, habían muerto hacía mucho tiempo?

Lo mejor era, quedarse allí, en aquel palacio, donde tan bien,  lo trataban, sin ellos, se hubiese muerto, y, seguro, que de vivir su esposa, tiempo haría que lo habría dado por muerto, hasta es posible que se hubiese vuelto a casar, pues era joven, y, bonita.


Pero de pronto, su corazón se rebelo contra aquellos pensamientos, no, el no era un ser perteneciente a aquel mundo, era de la tierra, y, a ella debía de regresar, y, si, su esposa vivía si el tiempo pasado en la tierra no era demasiado grande, la resarciría por el tiempo, que no había estado con ella, y. con ella educaría ese hijo, que les iba regalar el cielo.

Así pues dijo, con toda la fuerza que pudo. “Cratérica,  soy un hombre casado, amo a mi esposa, te estoy agradecido, por haberme salvado la vida, pero ya me siento bien, y regreso a mi casa”

Entonces oyó, una voz que le pareció familiar.

¿La voz de Clara, no es posible? Se dijo a sí mismo. Pero si era la voz de su esposa.

Doctor, enfermeras vengan mi esposo se ha despertado

Entonces acudieron, corriendo,  un joven médico,  y, 4 enfermeras, una de las cuales, tenía el rostro, y, la voz de Cratérica

¿A ver nuestro “dormilón”  8 meses durmiendo? Quien hizo la pregunta fue la enfermera, que tenía el rostro de Cratérica

Tú eres, Cratérica, la sirenita, sabes que, no he dormido tanto
No, yo, soy ninguna sirena, soy una enfermera fea, y, mayor
Fea eres, la mujer más hermosa del mundo
Oye, que esta ahí tu mujer, y, se va celar

No, mi mujer no se va celar, porque sabe lo que la quiero. ¿Pero de verdad no eres una sirena, no estoy en el fondo del mar, no me habéis rescatado y, cuidado,  el reino de las sirenas?

No, te rescató del mar, una mariscadora furtiva, y, te saco, como pudo hasta la playa, luego llamó por su móvil, y, fuimos a recogerte, estuviste en coma,  8 meses, tu esposa, estuvo desde que supo de tu estancia aquí a tu lado, todos los días, excepto, cuando se tuvo que ausentar; para traer al mundo a vuestro hijo, tienes  un niño, al que tu mujer, ha puesto tu nombre.

Lo sorprendente es, que sepas mi apellido, mi padre era griego, por eso, me apellido Cratérica, aunque lo de la belleza, ya es más raro, mi cara, esta desfigurada, sufrí graves quemaduras, al intentar hace años, rescatar enfermos de un pabellón que se incendió, por eso, me destinan sólo para casos especiales. Soy fea, muy fea

No, dijo Luis, eres muy hermosa, tienes un alma bellísima, yo, durante estos 8 meses he visto tu alma, y, es bellísima
Bueno, ya sé una cosa, no hay sirenas, pero hay ángeles buenos, sólo que los ángeles no llevan ni tienen alas,  sino que llevan una bata verde, o, blanca y, un fonendoscopio colgado al cuello, o, un tensiómetro;  y, junto con los ángeles, esta mi reina y, mi príncipe.


Cratérica, salió avisar a la esposa que, había salido al pasillo, quien entro llorando de alegría abrazar a su esposo


Han pasado 5 años, hoy Luisito, ha preguntado a su papá, si los ángeles tienen alas
“no, hombre no, los ángeles no tienen alas, llevan una bata verde o, blanca, y, un aparato que sirve para oír el latido del corazón,  o. ver como anda la sangre”


Luisito piensa que su papá, no sabe lo que dice, pero vaya, si lo sabe
Fin


viernes, 19 de julio de 2013

La ostra

 Era una hermosa mañana de julio, el astro rey, parecía con sus rayos juguetear con la blanca arena.

Para Carlos, era el primer día, en él que se estrenaba como “pala cubista”, es decir iba con su pala, su cubo, y, su rastrillo, bajo la atenta mirada de su hermana, Ana, y, de sus padres, era un niño muy hermoso, tanto como su hermana, que cada día iba desvelando la gran mujer que llegaría, a ser.

            Aprovechando un  momento, Carlos;  se acerco a la orilla de la playa, no se adentro en el mar, pues a sus  cuatro, años  era, ya un niño, obediente, y, responsable, pero no pudo, dejar de fijarse, en aquel objeto que parecía estar lleno de pliegues, haciendo  honor a su curiosidad infantil, lo abrió, y, descubrió un objeto brillante, que casi le cegaba los ojos,  estaba decidido, a arrancarlo, cuando escucho una vocecita muy tenue.

¿Qué haces, no ves que me lastimas?

¿Quién eres?

Pues quien  voy a ser, una ostra, o, si lo prefieres. una madre perla

¿La perla es tu hijita?

Pues si,  y, no

Aclara te (dijo poniéndose muy serio) ¿Lo es, ó no, lo es?

Mira, si, te refieres, a que sí es mi hija, como tú lo eres de tus papás, pues no, chico,  yo soy madre de otras ostras, de las que ni me acuerdo, y, no es que sea mala, es que soy una ostra,  pero la perla, que es eso una perla, si puede ser considerada mi hija, bueno, más que hija, algo mío, no sé porque empezó a formarse ahí,  bueno, sí lo sé, fue Él.

¿Quién es él?

Él es Dios, nuestro amigo, Él único que nos quiere a todos, bueno, a vosotros los humanos más, Él fue, quien nos hizo a cada uno.

Dicen en mi colé, que nos hicieron  los papás

Pues en tu cole, son muy burros.

Los papás, pusieron su amor, y,  bueno algo que llaman células, que a su vez, Dios les había dado, y, nada más el milagro de la vida, es obra sólo de Dios

¿Pero los papás colaboraron?

Claro que sí, tanto papá como mamá, son los ayudantes de Dios.

Pero de todo eso ya te hablaran, ahora estamos hablando de la perla, que Dios hizo que se formase en mi interior, otras veces lo hacen los hombres, pero esas perlas son  más malas; porque esta Carlos, tiene mucho valor

Cómo sabes mi nombre

Porque lo sé todo

Voy, avisar a mi mamá, le diré lo que me has contado

No,  si vas te tomaran por un niño fantasioso

Por qué

Porque dirán, que te imaginas cosas

Pero si me estas hablando tú

Sí, pero los  mayores no pueden oírme

Por qué no te oyen

Porque no quieren

Ah bueno, eso es fácil, le digo a mi mamá, que quiera oírte, y, ya esta

No, no es fácil, los mayores todos,  decidieron un día, no escuchar el sonido la voz de la naturaleza, porque en ella le hablaba Dios, decidieron oír sólo su propia voz,  y, así poco a poco su corazón se fue quedando sordo

Pero mis papás son buenos

Ya no se trata de buenos, o, de malos. Ahora sólo los niños pueden oírnos

¿Yo, dejaré de oírte también?

No, si haces lo que te digo, pero ahora atiende, que te explique porque no debes arrancar, mi perla.

Sí lo haces

Carlos interrumpió, para preguntar, si se convertiría en un dragón,  o, en una princesa

No, hombre no, no hay dragones,  y, princesas, sólo lo son;  las hijas de los reyes, o de los príncipes herederos, lo que sucede es muy simple, sí tu sacas la perla, acabaras jugando con ella, como con una canica, y, llegara un momento en que tu mamá la barrera, y, así se habrá desperdiciado un tesoro;  que esta destinado a hacer mucho bien.

Cómo

Una ola, traerá un montón de arena, y, me cubrirá hasta mañana, día en él que Juan

¿Quién  es Juan?

Un hombre que esta sufriendo mucho, tiene una hijita poco mayor que tú,  casi de la edad de tu hermanita, esta muy enfermita, sólo la puede salvar  un tratamiento muy caro, en un país lejano,  pero Juan no tiene dinero,  ni familia que se lo preste, sólo tiene a su hijita,  Juan no le ha pedido nada a Dios, porque puestos a no tener;  no tiene ni fe, vamos, que no  sabe que Dios nos quiere, ni que existe.

Pero Dios si sabe, que existe Juan, y, para él para su hijita, hizo esta perla.

Cuando mañana,  venga Juan a la playa, a llorar, porque no aguanta ver como su hijita se va....

A dónde se va

Al Cielo, pero aún no es hora; y, déjame hablar, cuando venga aquí a llorar, para que no lo vea llorar su hijita, me encontrará,  y, encontrará la perla, entonces si  él la arrancará, ira corriendo a  un joyero, éste le dirá que es la perla más valiosa,  y, con el dinero que le den, pagará el tratamiento de su hija.


¿Y creerá  en Dios?

No, eso no, Juan es un ser humano,  pero Dios no hizo la perla para eso, si no para ayudar le, y, para que sane su hijita, Dios comparte el dolor de Juan, porque Él también es Padre,  si esta previsto que se encuentren, en la tierra pues no lo sé, que sólo soy una ostra.


Pasado mañana, los periódicos, y, la televisión darán la noticia

¿Se verá mi cubito?

No, porque no será en esta playa, la marea me arrastrará muy lejos, y, será en otra playa, en un país llamado Cuba, donde una ola, me enterrará en la arena.

¿Entones, a qué has venido aquí?

Para que tú, tuvieses la oportunidad, de hacer una obra buena, un acto que sólo sabremos los  tres,  Dios, tú.  Y, yo,  y, que deberás procurar cuando crezcas que todas tus acciones sean así

Te olvidas, de decirme cómo te puedo oír de mayor

Pues como ahora, dejando que hable tu corazón, tu alma,  en suma lo que los mayores llaman su conciencia, y, que es lo que te esta hablando ahora, porque yo, sólo soy una ostra, y, las ostras, hablar, lo que se dice, hablar no hablamos.


Las voces de la ostra, o, de la conciencia de Carlos las corto su mamá, llamándole, pues ya se tenían que marchar para casa.

Dos días más tarde, los telediarios de todo el mundo, daban la noticia, del hallazgo de una perla cuasi gigante, valorada en más de un millón de euros, que había salvado la vida, de una pequeña enferma de cáncer, y, conseguido que ella, y, su padre pudiesen empezar una nueva vida, en un país donde la libertad no fuese un delito.

Carlos se gano una regañina de su papá,  cuando se puso a gritar que él había  estado hablando con la ostra madre, nadie le creyó.

Pero él sabía que era cierto, y, que a lo largo de su vida, tendría ocasión, de no estropearle a Dios su ayuda, a  otros hombres

Fin

Envoltorio y regalo

Clara tenía tan solo 12 años. Pero a tan temprana edad. Ya sabía lo que era el sufrimiento.

 Sus padres habían muerto en un  accidente de carretera;  y, había tesido adoptada, por una tía(hermana de su padre).
Para la que no era,  más que una carga.
 Al fallecer, los padres de Clara no habían dejado apenas bienes económicos.
Los tíos, y, sobre todo la tía de Clara, no estaban dispuestos a gastar;  “lo que era de sus hijas” con "una recogida". como llamabán a Clara,  ante sus amistades
Desde el primer día: tuvo que compartir la habitación del servicio.
Por la única razón de ser una niña de pueblo, de aldea, cuya "mala educación"; podría tal vez, pervertir la de los   3 angelitos, que eran sus primas;  hasta en el desayuno era marginada; sus primas desayunaban a base de zumos, chocolates, cafés, tostadas, bollería, mantequilla,  en suma, lo que les  apeteciera; ella,  un tazón de caldo, con unos mendrugos de pan.

Nunca recibía  regalos, si acaso en Navidad, pero ropa, ocasión, que sus tíos aprovechaban para recordale, lo mucho que les debía, y, lo agradecida, que les tenía que estar.
Tampoco había castigos, a sus tíos, les daba igual, como creciera, aquel arbolillo, cuando fuese mayor de edad, la echarían de casa,   ya estabán haciendo más de lo que podían, y, sin ganar un centimo, como todo el mundo sabía

Por el contrario, a las primas de Clara, sus hijas, las llenaban de regalo, todos los días,  las ponían de modelo ante las visitas, comparandolas con la desgreñada, y, sucia de Clara
En el alma pura de Clara, se albergaba un amor sincero, y, filal hacia sus tíos, que para ella, eran ahora sus padres, se imaginaba que de tratarla, asi, sería por culpa suya,  intentaba en vano  mejorar,  pero claro esta no lo conseguía, pues nada habia que mejorar

En lugar del día del padre, y, de la madre  fechas comerciales, la familia de; Clara, celebraban el día de los padres, de ámbos, y, lo hacían en la fecha del aniversario de bodas,  se venía haciendo desde la época de los abuelos, ese día los hijos hacían un regalo a sus padres

Las primas de Clara,  juntaban el dinero pidiendo a familiares, aunque ese dinero, terminaba quedando en sus bolsillos,  aquel año, sus padres las acompañaron a la  joyería, donde las jovencitas, adquirieron con el  dinero de sus padres, un  reloj de oro, para el padre, y, una pulsera  de oro también para la madre, regalos que las niñas custodiarían, hasta el día señalado,  entonces los padres  poniendo cara de asombro, los mostrarían a los amigos presentes
Clara, tambén quería participar, pero su tía le dijo que no tenía que regalar nada, "Tú no eres mi hija, eres mi sobrina"; le contesto, con toda la frialdad de la que fue capáz,  Clara sabía que era su tía;  pero la quería como si fuese su madre, y, cuando por puro compromiso, le daba un beso,  era el día más feliz.

Decidió hacer un regalo a sus tíos, pese a no tener diero,  claro que el dinero,   sirve para comprar  muy pocas cosas; su regalo no iba ser material,  aunque lo pareciera.

Dibujo un corazón enorme,  su corazón, y, escribió,  en una cartulina, "Tíos, papás"; este es mi regalo, mi corazón,  contar con él, siempre que os haga falta, Clara"

Metio la cartulina en una caja, y, con ayuda de sara, la señora que se ocupaba de la casa, lo empaqueto,  y, quedo un regalo precioso

Llego el dia,  y, los  tios de Clara, alabaron  a sus hijas, por sus obsequios, y, todo el mundo, se hizo eco de las alabanzas a las pequeñas

Clara se levanto con su paquete, y, avanzo hacia sus tíos sentados en el sofá

¿Qué quieres Clara?; dijo su tío

Hoy  es el día de los padres, no de los tíos; después mirando a los presentes dijo,  "Pobrecita, nos quiere como a sus padres, y, nosotros como a una hija, pero hay que hacer bien las cosas,  y,  hoy,  sólo  regalan los hijos, no los sobrinos, y Clara, eres nuestra sobrina

Lo sé, dijo Clara, pero os quiero como a los padres que tengo en el Cielo, por eso, quiero daros este regalo; y, les entrego la caja, que era enorme.

Todo el mundo contuvo la respiración, preguntandose, como habría podido comprarlo; pero al abrirlo, vieron  la cartulina, con un corazón  mal dibujado, que ponía, "Tios papás, os doy mi corazón"

La tía se levanto, y, mostró entre risas a todos, la cartulina de su sobrina;  “miren, por Dios, que regalo.

Un cartón con unos garabatos.

 Que debe suponerse, que es un corazón. Y, esto es lo que nos da.

A los tíos- padres,esta cría es idiota;  para mi, que debe ser, algo retrasada, porque, yo desde luego, no conozco tíos – padres.

Que diferencia con mis hijas. Ellas si que me hicieron un regalo, adecuado. Que nos hicieron. Ella no tenía que regalar nada, luego a continuación rompió el regalo en mil pedazos.

Han pasado los años. Clara,  abandono la casa de sus tíos.

Ahora trabaja, en una empresa, y, comparte piso con una amiga.

Pronto ingresara en una orden religiosa;   ha sentido la llamada de Dios;  a un servicio más cercano;  La llamada, de su Padre. En realidad el único Padre que conoció.

Sus primas se casaron muy jóvenes, y, viven  fuera del país.

Hoy a su tío, le han dado una mala noticia. Su esposa padece, una enfermedad coronaria grave, si no se le hace un transplante de corazón, en el plazo máximo de 6 meses su vida se apagara.

 Todos los días hay órganos que, podrían ser transplantados. Pero todos los días la superstición, o, la ignorancia.

Hacen que esos órganos se pudran. Bajo tierra. O, se quemen en un horno crematorio.

El tío ha llamado a sus hijas. Para pedirles. Que tomen unos días de vacaciones, y, se acerquen a ver a su madre. Que tanto hizo por ellas. Pero las hijas. Contestaron que no podían permitirse unas vacaciones. Y, que la mamá se pondría bien. Esas fueron más, o, menos las palabras de las tres.

Entonces el pobre hombre, llamo, a su sobrina. Y, le contó lo que pasaba. Clara lo consoló por teléfono. Lloro con él, y, le prometió, que los iría ver antes de entrar en la clausura.

En la visita la tía;  que ignoraba su estado real, estuvo fría, y, distante. Pero no por ello, el cariño de Clara se apago;  quería a sus tíos con un amor sobrenatural.

Sabía que, debía de amarlos precisamente, porque no la amaban, ni la amarían seguramente nunca en este mundo.

Al llegar a su casa; un fuerte dolor de cabeza, la hizo acostarse, tomo una aspirina; pero iba en aumento;  Y pese a sus negativas, su amiga llamo al doctor.

 Quien ordeno, su inmediato traslado a una clínica. Allí le diagnosticaron un tumor maligno.

Clara; tenía miedo a la muerte. Pregunto. Si le quedaría mucho tiempo de vida; aclaro que no tenía familia.

 El médico le dijo; que desde luego nunca se sabe; pero que salvo, algún descubrimiento milagroso, no más de 4 meses.

¿Y, mis órganos, valdrán para ser transplantados?.

 Si, por supuesto. Vd. es una mujer sana, y, fuerte;  es más salvo, que se produzca metástasis fuera del cerebro, lo que no creo; podrán ser transplantados todos.

¿Quiere hacerse donante?.

 Si, pero quiero pedirles un favor. ....

Contó la historia, de la enfermedad de su tía.

Los médicos se oponían, ya que el donante, y, el receptor no deben conocerse.

Pero ella insistió, en que podría ser anónimo igual, es más debería serlo. Su tía, y, su esposo no deberían saber nunca. Que el corazón, era de su sobrina.

Como en caso contrario no había donación aceptaron.

A los 3 meses del ingreso en la clínica murió; llena de paz.; su cuerpo mientras esperaba, la Resurrección fue a dar vida a otros cuerpos.

La tía, recibió el corazón de su sobrina. Al esposo le extrañaba que, Clara no acudiese a ver, a su tía. Así que se decidió a dar una vuelta por el hospital para matar los nervios.

Entonces al pasar cerca de una habitación vio a unas mujeres, limpiando una habitación.

Y, se paro a escuchar. “pobre criatura. Al cielo derecha tuvo que ir.”.

 Se decidió a interrumpir la conversación, y, las dos limpiadoras le dijeron, que allí había muerto, una pobre muchacha de 22 años; que iba ingresar en un convento de clausura ; pero que, un cáncer se la había llevado.; “y, fíjese vd. la pobre se hizo donante de órganos antes de morir. ( y, para no cometer una indiscreción, pregunto) ¿Vd. no tendrá nadie cercano aquí verdad: lo digo, porque, se ve muy tranquilo?.

No. No tengo a nadie

 Pues bien. Su corazón se lo transplantaron a su tía. “Cuanto la debía de querer”.

Alfredo, que era el nombre del tío, salió de la habitación con lagrimas en los ojos. Cuando su mujer Elena estuvo bien. Se lo contó.

Sus hijas, no habían siquiera realizado un viaje. Clara les había dado su corazón, el mismo corazón que un día les diera envuelto en una caja de regalo.

Elena, y, Alfredo entraron en una capilla a rezar, y, ambos pidieron al sacerdote que los oyera no en confesión, sino para darles consuelo, y, consejo. Clara, les había hecho el regalo de la vida. Pero ya no estaba para agradecérselo.

El buen cura les dijo. “si hijos; los que llaman muertos, están más cerca que los vivos.; porque son los únicos vivos.

Vuestra sobrina, vive ahora, en el cielo, y, cuida de vosotros. Puedes desde tu corazón, darle las gracias, y, decirle lo que la quieres.

Pero no puedo, no podemos darle nuestro corazón, como hizo ella con nosotros, respondió, Elena, coreada por Alfredo.

O, si podéis. Hijos. Lo haréis amando a todo el mundo. Siendo para todos unos padres. Y, perdonando, a vuestras hijas.

Después cada uno se confeso individualmente.

Ahora cada mes. Elena, y, Alfredo van al cementerio. Llevan solo una flor. Pero siempre una cartulina con un corazón dibujado que dice

 “para la Hija-hija mejor del mundo. Allá en el Cielo. En donde estas ahora. Con tus padres. Tus padres –tíos, te dan las gracias. Su corazón y su amor.

Fin.

lunes, 8 de julio de 2013

Gato y ratón


Gato y ratón 
Es una historia, para niños, y, mayores, los protagonistas son dos criaturas, que  tienen fama de   no llevarse bien, un gato, de pelaje negro, y, blanco, sin nombre, porque no tiene amo, es un gato libre, aunque la libertad, signifique pasar hambre, y, frío, el otro es un ratoncillo; de pelaje gris, pequeño, pero al que nadie quiere, porque, nadie, quiere a los ratones, a lo mejor un día, les surge un Félix de La Fuente, y,  les sucede, lo mismo que al lobo, aunque la verdad lo tienen muy difícil.


Cuando un gato, ve a un ratón;  se lanza a darle caza;  pero nuestros amiguitos van a demostrarnos, que no hay nada fijo; también ellos, son libres, y, pueden desmentir al más osado.


Gato, así lo vamos a llamar, porque nadie le ha dado nombre,  ha entrado sigilosamente, arqueando su lomo, dentro del viejo almacén, su fino olfato, que no sólo,  tienen olfato los perros, le ha dicho que allí dentro hay comida, y, además muy rica.

 “A ver si tengo suerte, y, no me pillan “

 Se dice a sí mismo. Ya dentro comienza, a olfatearlo todo, el olor,  á, queso es innegable, a los gatos, les encanta el queso, y, a los ratones también, tal vez por eso, no se llevan bien.


Nuestro amigo, descubre, una alacena, con varios tipos de queso, intenta abrir la puerta pero es imposible, y, tampoco es cosa, de romperse una uña.

De pronto:

 “¿Pero que es lo que ven mis ojos gatunos?”

Sí,  era queso, y, estaba colocado, al alcance de cualquiera; además aparecía servido, en un plato, un poco raro; a lo mejor no eran mala gente, los humanos, de aquel almacén; Gato, tenía amigos, que habían adoptado, a una familia de humanos; y, aunque a veces hubieran de decir, quien manda, con un buen arañazo; estaban bastante contentos.

Él,  no opinaba así, él prefería mojarse, a estar encerrado, a tener que jugar, con un ovillo de lana. En suma prefería ser libre.

Y, el otro amigo, el ratoncito, a éste, si que le gustaría, que lo quisieran, él no hacía daño: vale de acuerdo, una ocasión, se comió el libro de contabilidad, pero les hizo un favor, Hacienda, les hubiera metido un buen palo, otro día, se comió la camisa, que a uno de los dueños, le había regalado, una tía de su mujer, y, que era la cosa más horrible, ó, sea que no, había hecho más que hacerles favores, pero ellos(los humanos estaban empeñados en acabar con él).


Al ratoncito, no le gustaban los gatos, pero tampoco, le disgustaban había sido educado por una ratita liberal, quien le había enseñado, que había gatos buenos, y, ratones malos y, al revés, que hubo un tiempo, en que eran amigos, que la culpa, de que se llevasen mal ahora, la tenían los humanos.


Desde su escondrijo, vio a Gato, que se disponía, a comerse el queso. Se quedo pensativo, un momento que hacer, si lo dejaba la trampa,  caería sobre el pobre felino, ocasionándole la muerte, ó, un buen golpe, que lo haría huir, él se libraría de un posible enemigo, y, al ver sangre en la ratonera, los hombres pensarían que lo había atrapado, y, que herido escaparía, pero estaría muerto. Lo dejarían libre, y podría dedicarse, a comer el queso a su antojo


Pero aquello, no estaba bien, qué, daño le había hecho el pobre gato, no él, no era un ratón malo, así que se decidió avisarlo.

“Amigo, gato, mira soy un ratón, espero que, no me hagas daño; eso es una trampa, si quieres, te digo como podemos conseguir, el queso, que han puesto en la ratonera, sólo, tienes que subir aquí, arriba.”

Gato, trepo hasta lo alto, del armarito, y, ya arriba, se presento

“Me llamo Gato, y, no tengo nada contra, los ratones”;
“Ni yo contra los gatos”

 Respondió; ratón, y, ahora escucha vamos, a, saltar juntos, y, daremos la vuelta a la trampa, de ese modo saltara el queso, y, podrás comértelo, se ve que tienes hambre, así lo hicieron.

 El ratoncito no comió, era poco para su nuevo amigo; y, él sabia como conseguirlo, claro que, a partir de ahora lo compartiría.

Y, así fue en efecto; él roía las alacenas, por la base, y, el gato entraba, y, sacaba el queso para los dos, no lo sacaban todo, no eran ladrones, simplemente tenían hambre y querían comer.

Un  día, en que nuestros  amigos, estaban escondidos, pues había olfateado, y, oído  la presencia humana. Sucedió algo que cambiaría sus vidas.

De la puerta que, comunicaba con el almacén, empezaron a oírse unos lamentos, y, unos sollozos entrecortados; nuestros  amiguitos, no podían saber; de quien eran, lo que sí tenían seguro, es que se, trataba de un humano, y, muy joven, debía ser sin duda un cachorro de hombre; aunque la puerta estaba cerrada, no era problema, ni para Gato, ni para el ratoncito, que podían entrar, a través de los pequeños huecos de la misma, caso del roedor, y, por debajo de la misma caso de Gato. Así pues decidieron investigar, y ver lo que pasaba, y, allí estaba una pequeña atada, y. llorando.


Se acercaron, a preguntarle lo, que, le pasaba, la niña al principio se asusto, sobre todo del ratoncito, pero pronto se percato, de que eran sus amigos, y, al poco tiempo ya se entendían.

 Lo primero que les dijo fue.


“Ya se que, no me entendéis, me han sacado del lado de mis papás, y, ahora me tienen aquí encerrada, y, van a pedir dinero por mi, mucho dinero, mis papas seguro que no tienen tanto, y, si no se lo pueden dar me mataran, y, si se lo dan a lo mejor también”.

Pero vosotros, no podéis hacer nada, sólo hacerme compañía, ni siquiera sabéis, lo que os estoy diciendo.


La pequeña, se equivocaba, los humanos, no entendemos lo que, dicen los animalitos, pero ellos, si nos entienden a nosotros.

Hablaron. El gato, y, el ratón, decidiendo;  lo que iban hacer.

Primero de nada, el ratoncito, iba a roer las ataduras de la niña, y, pedir al cielo, que pese a ser humana, le diese inteligencia, para actuar, como si estuviese atada.


Dicho, y, hecho lo hicieron así, la niña, se porto como ellos querían que se portara, y cuando entraron los dos secuestradores, mientras ella daba a uno una patada, Gato saltaba sobre el otro, clavándole las uñas, en los ojos, y, Ratoncito, le roía en una oreja.

Salieron despavoridos, pero ya la pequeña, había llamado por el teléfono, del almacén a sus papás,  los cuales,  acudieron enseguida, en compañía de la policía, que, detuvo a los dos criminales.


¿Y, nuestros amigos?  Pues, veréis; la pequeña, quiso que, fueran con ella, pero Gato no estaba decidido, a renunciar, a su libertad, así que, opto por quedarse en el almacén, que por cierto; era de los padres de la niña, a la que habían salvado.

 El ratoncito, a quien la niña, quería tener como un hámster, en  una jaula, se opuso también, lo que sí pidió; y. se lo; concedieron, por supuesto, fue que, no pusiesen más ratoneras en el almacén.


A, partir de aquel momento, los dos amiguitos, vivieron felices, aunque a veces jugaban a perseguirse como si fuesen; un Gato, y, un ratón, y, porque además eran un Gato; y, un ratón.






La urraca

La urraca es un ave negra, con el pico naranja: que suele tener fama de ladrona le encanta, todo lo que brilla,  de su valor pecuniario,  pasa bastante, en Galicia, las llamamos “ pegas”

El caso es que hace tiempo, sucedió  esta historia, que me contó mi abuela, y, yo, te cuento a ti.


Fue allá por el reinado de un rey, al que llamaron “ sabio”: en esa época había un hombre muy humilde, pero muy honrado. El cual trabajaba, haciendo recados: este hombre Samuel; era judío.

¿ Por cierto, sabes que tenemos que querer mucho a los judíos?; me  refiero  si eres cristiano, porque nos dieron muchas cosas, sobre todo a  Jesús:  que es judío, y, su Mamá también,  Ah, y,  de, deicidas nada, lo mismo que tú y, que yo.  Pero  sigamos con la historia.

En aquella época las personas en España, se querían por encima de todo,  pero siempre hay quien desentona

el caso es que uno de los que daban trabajo a Samuel era Pedro( él decía que era cristiano, y lo era, si nos atenemos a que sus padres lo habían  bautizado, pero sólo por eso, fuera de ello, su dios era el oro)


pues bien, Pedro tenía como empleado a Samuel, como una especie, de mensajero, pero como era joyero,  lo que le mandaba llevar  eran paquetes con joyas, con alhajas, y, un día, le entrego una caja con oro, y, piedras preciosas  para que; las llevase a un marqués; que las había comprado para obsequiar a su esposa.

 


Samuel  llevaba el encargo, a hombros, pero  en un momento del camino, sintió hambre, y, decidió tomar un bocado,  para ello, se sentó en una piedra del camino, y, coloco el petate en el que iba la caja, en el suelo: lo abrió, saco un pedazo de pan, para comer, y, se olvido de cerrarlo de nuevo; la urraca que revoloteaba por el lugar buscando comida para sus hijuelos, al ver tantas cosas brillantes, pues se sirvió.  El bueno de  nuestro amigo, ni se entero, de que faltaban cosas, pero si el marqués, y, señora, que  protestaron ante el joyero, y, este acuso a Samuel de ladrón; y, no contento con eso,  extendió ese insulto, a todo su pueblo y toda su raza

“Judío tenáis que ser, todos los de tu maldita raza, sois iguales. Maldito pueblo, no debería haber existido nunca un judio( lo que significa según estas palabras, que Jesús  Y Maria, nunca deberían haber nacido) claro que eso, seguro que no lo pensaba.

Los guardias registraron la casa donde vivía Samuel, con su hijito enfermo, él era viudo.  y, no encontraron nada de lo que buscaban.

Entonces lo torturaron para que dijese, donde estaban las joyas robadas, pero no podía decirlo, porque no lo sabía.  Por último lo condenaron a muerte,  había robado a un noble, puesto que el marqués ya había pagado las  joyas, y, además a un noble cristiano.

Mientras la urraca fue hablar con Jesús, lo pájaros van con mucha frecuencia al cielo, de visita

allí, Jesús le contó que estaba muy triste, por lo que le había pasado a su paisano; y, más por lo de su hermano Pedro; también le dijo, que ella  era en parte culpable, por haber cogido aquellas  joyas, aunque Él sabía, que su intención no había sido hacer daño.

La urraca prometió a Jesús devolverlas, y, volvió a la tierra

Mientras tanto; Samuel el pobre judío, era llevado  al lugar del “Asesinato” llamado patíbulo, aunque también podia llamarse “Asesinatorio”.  Fue entonces cuando  la urraca, empezo a revolotear por encima de la gente, y, dejo caer sobre todos los asistentes, todo lo que había, “ cogido”;  todas las joyas.  Ni que decir tiene que Samuel fue puesto en libertad;  Pedro le pidió perdón, por haber  dudado de su honradez,  Samuel le perdono,  porque la verdad todo le acusaba.

Los marqueses lo contrataron como mayordomo, con el tiempo, se enamoro de su primogénita, y se casaron.

Toda su vida siguió siendo judío, los cristianos que se encontró. ( Los marqueses eran también judios) no eran  buenas personas, los había que sí, pero él no los encontró

pero cuando ya muy viejito, se murió fue al Cielo, y, alli conoció a su paisano Jesús, y, supo  era  el Mesía que Dios les habia prometido. Se alegro mucho, de que de verdad Dios  hubiése enviado al Mesías, y, de que un  judió, como, él fuese el número 1 en el Cielo, también conoció, no  a la urraca, si no a una  bisnieta suya

La urraca  de la historia ya había muerto

por cierto, los pájaros cuando mueren, se convierten en estrellas

¿No lo sabias? Pues eso decía mi abuela

Fin



viernes, 5 de julio de 2013

La casa perdida de Los Reyes Magos

A  millones de “años luz- esperanza-Amor”; la constelación de Orión;  esta el lugar donde residen,” los bienaventurados”; (el cielo)

En el Cielo;  hay varias residencias, no todas son iguales, ya Jesús nos lo dijo.

“En la Casa de mi Padre hay muchas residencias...”


Porque los santos, que así se llaman, los que viven en el Cielo; no son todos iguales, no lo eran en la tierra, pues; allí, en el Cielo; continúan, con el oficio, que tuvieron en la tierra.

El músico, como músico etc. La diferencia con la tierra, es que no se cansan.

Uno, de los departamentos más importantes: es el tercero, allí hay un gran palacio;  construido con las estrellas, de una fe, que, llevo a unos hombres; a lanzarse por los desiertos de Arabia; en busca;  de un Rey judío recién nacido.

Con los luceros de la esperanza, que les llevó, a no desistir de la búsqueda, cuando Dios jugando, apagó el semáforo natural, llamado “cometa”

Con  La  Luz de la  Fortaleza, y, de La Caridad.

Los Reyes Magos, viven allí con sus esposas, sus hijas, sus camellos, y, sólo lo abandonan, el 5 de enero para visitar todos los hogares, donde hay un niño; o, una niña, en ocasiones muy especiales, también fuera de esa fecha.

Esto, no,  significa que, no se vean; con los de los demás departamentos, al contrario  que  en la tierra, en el cielo, aún estando en departamentos diferentes; todos se ven, y, todos se alegran, de que, la casa del otro sea más bonita, que la suya, la razón es que todos, todos se aman.

Y, como siguen en el mismo oficio, que tuvieron en la tierra;  pues los Reyes Magos siguen siendo astrónomos, y, allí en su morada, tienen instalados su telescopio, sus espectrómetros para medir la intensidad de los colores, la intensidad de la luz. Y, cada uno tiene su especialidad

A Baltasar, le encanta dirigir su telescopio hacia “Etiopía” donde nació, hace muchos, muchos siglos, es un especialista en “enanas rojas” que es un tipo de estrella, y, no una señora bajita, vestida de rojo.


El bueno de Baltasar, se pone muy contento, cuando asiste al nacimiento de una estrella.


Melchor, por su parte es un especialista, en la marcha de las constelaciones, y, en vigilar los agujeros negros.

Gaspar, se ocupa de los cometas.

Y, Eliab, digamos, el más intelectual del grupo; suele echar una mano a sus compañeros, y, además es el que, se ocupa de las anotaciones.

Tal vez, te estés preguntando.

¿Qué hacen los Reyes Magos, observando estrellas en el Cielo?
Pues veras, ese, fue el encargo, del Creador

El motivo es avisar allí; donde una estrella está a punto de apagarse, ó, donde un agujero negro se hace más grande.

Los Magos dan el aviso. Y, entonces El Señor. Carga con su sola Voluntad, las pilas de las estrellas,  ó, remienda el agujero celestial, para que el reino de las sombras, no devore al reino de la  Luz..

Las esposas de los Reyes, se quejan continuamente de que, sus maridos, lo tengan todo “manga por hombro” y, que no se preocupen nunca, de ordenar el palacio real.


Un  día sucedió, lo las reinas habían anunciado, al mover Eliab, uno de los telescopios, abrió una brecha, en uno de los muros del Palacio, y, como consecuencia se desprendió una de las salas; y, marchó volando, atravesando las constelaciones, entro en la Vía Láctea, y, llego muy cerca de la tierra, unos pequeños pedacitos cayeron al suelo, otros siguen flotando en el espacio, algunos que los vieron se asustaron.

Los periódicos, científicos, incluidos los colegas de los Reyes, es decir algunos astrónomos, dijeron que se trataba de un meteorito ( es decir de pedazos de una estrella).

Para que;  no los tomaran por locos, se inventaron lo del “meteorito”

Por eso ahora en el Cielo; los Reyes Magos, tienen su casa, con una brecha, necesitan urgentemente que, desde la tierra, se le mande el material, con que volver a construirla.

Lo triste es que, ese material, no abunda mucho en la tierra; en estos tiempos

Pues se trata nada menos que de Fe, de Amor. Y, de Esperanza.

Sólo los niños, y, los limpios de corazón, lo poseen.

 ¿Querrán, enviarlo?

Yo, espero; que sí, y, lo pido a todos los niños

Sólo hace falta, que miren al Cielo, y, manden un beso

Fin

martes, 2 de julio de 2013

La adúltera

La adúltera 

Se llamaba Tamara, como la hermana del rey David la que fue violada por Absalón, era hermosa, y, estaba enamorada, lo malo es que había cometido “el pecado de enamorarse de quien no debía” porque existen personas; que piensan que el corazón entiende de leyes de pactos; y, no es un ignorante.

 Tamara, se había enamorado de un joven como ella, algo mayor pues ella apenas tenia l 17 años, y, él ya había cumplido los 25, era un buen judío,  por eso pensó que; sus padres (de ella);  no se opondrían a la boda

Es verdad,  que no era lo habitual, el matrimonio, se concertaba por los padres, pero el mundo avanzaba, eran tiempos modernos, y, lo importante lo había oído decir en casa a sus padres, en un matrimonio era quererse, si, a sus padres les agradaría su elección; ellos conocían a Samuel no era rico es cierto, pero sabía trabajar era un buen herrero, y, no le faltaría trabajo, y, si era preciso se irían a Egipto, o, a Roma donde decían que había colonias de israelitas.
.
Entro en casa, y, tras saludar, y, besar a sus padres, y, pedir su bendición, les contó que se iba casar, la respuesta de éstos, no pudo ser más dura.

“Claro que te vas a casar, ya hemos concertado tu boda con Levi,(Levi era un escriba de unos 60 años) era viudo, y, las malas lenguas, decían que su mujer había muerto de una paliza dada por él, claro que nada cierto podía afirmarse, pero desde luego no era el;  marido más indicado para una muchacha de 17 años

Lo único que acertó, a decir a sus padres fue.

 Yo no lo quiero, amo a Samuel.

 Pero su padre, le dio una bofetada diciéndole, harás lo que te mandemos, como buena hija, y, serás también una buena esposa, y, cuidado con lo que haces, pobre de ti si el día de la boda “no cuelga la sábana”

Levi, les había dado dinero para pagar una deuda, y, poder así recuperar un campo, y ellos a su vez le vendían a su hija, porque eso era, lo que hacían venderla

Obedeció a sus padres, porque no le quedaba otro remedio, y, trato de ser una buena esposa, aunque le costaba mucho trabajo, no amaba a Levi, y, éste tampoco hacía nada para ganarse su cariño, para él la mujer, era poco menos que una bestia, y, él era su dueño; por lo tanto tenía derecho a exigirle, lo que le apeteciese, deseaba tener hijos pronto, y, por ello usaba a la pobre Tamara, como un animal reproductor, llamarlo amor sería profanar el amor, amor sería lo que hubiera tenido, si se hubiese casado con Samuel. Pero con Levi, era repulsivo, se quedo embarazada, y, se llevo su mayor alegría; no por el hecho de tener un hijo de su marido, si no, porque pensó que así este disminuiría su frenesí carnal, pero lo empeoro, ya que nació una niña, y, para Levi aquello era como no tener nada.
Aquella mañana Samuel, estaba en su herrería, ya habían pasado 4 años desde que Tamara; lo dejara para casarse con Levi, y, su vida, también había cambiado mucho, oficialmente era el herrero de Jerusalén, pero en realidad, tenía otros “trabajos” que harían avergonzarse, a sus padres si vivieran trabajaba para Roma, no, no era publicano el lo que hacía era; “dormir”; con las matronas romanas, que vivían en Judea, y, sacarles los secretos que sus maridos, amantes, novios, hermanos, o, padres, que habían ido a ver al emperador, o, a luchar le comunicaban, después él se lo contaba;  a Caifás, quien no tenía ningún reparo moral, ya que decía:

”Son gentiles, idolatras, si no adulteran contigo, lo harán con otro, y, además, lo suyo no es matrimonio, en cuanto a ti eres un hombre libre, y, estas haciendo una buena obra” y es que Caifás, era muy comprensivo, cuando le convenía
Samuel encontró, a Tamara, él siempre había pensando, que la muchacha había optado por un matrimonio de conveniencia, así que, esperaba el momento de vengarse de ella.
Se lo contó  a Caifás; y,  éste vio;    ”el cielo abierto” para vengarse de su “enemigo”, si aquello, le serviría para desenmascarar, al Nazareno.
Llamo en secreto a Samuel; para decirle que tenia un “trabajito” para él, pero esta vez no se trataba de ninguna romana, ni griega, si no de una judía, a Samuel le extraño mucho que fuera una judía, pero Caifás se lo aclaro, se trataba de destapar a un engañador del pueblo, y blasfemo, y, lo haría con la mujer, que lo había engañado a él, a Samuel. Como ya había perdido sus principios acepto
Se hizo,  el encontradizo con Tamara; al principio ella se limito a sonreírle, pero un día siguió al otro, y, la pobre muchacha seguía enamorada, así que no le costo, mucho trabajo convencerla, para tener un momento de intimidad con él, antes de ello Samuel concertó el lugar con; Caifás, seria precisamente en una vieja casa que éste tenia abandonada, de allí la sacarían a medio vestir, y, la pondrían a los pies de Jesús; a ver que postura tomaba, que tomara la que tomara, estaba perdido si votaba, por la lapidación de la joven; todos sus seguidores lo dejarían, como iban a seguir a quien decía estar con los pecadores, venir a buscarlos, y, luego apoyaba su muerte.

Si, votaba, en contra lo dejarían, todos los que cumplían la ley de Moisés, puede que incluso muchos de sus seguidores más abiertos, porque como iban a creer, y, seguir a quien se decía enviado de Dios, y, no respetaba la ley de Moisés, la victoria esta vez era suya

Sucedió,  como lo habían planeado, la muchacha, fue sorprendida en pleno acto amoroso, y, sacada a la calle semi desnuda, mientras veía, como Samuel, cogía una bolsa de monedas, que le daba Caifás, entonces lo odio, y, deseo su muerte lo hubiera matado allí mismo; si hubiese podido, ella no era una adultera, la habían casado a la fuerza, y, nunca considero, a Levi, su marido para ella, su hombre era Samuel, y, ahora Samuel le hacía eso.

Llegaron con ella al monte, y, la arrojaron a los pies de un hombre joven, que conversaba con un grupo de personas.

“Rabí, esta ha sido sorprendida en adulterio, la ley manda apedrearlas ¿Tu que dices?”

Tamara, miro al hombre, era joven, un poco mayor que Samuel, pero sus ojos eran de una dulzura tan grande, vestía un hermoso manto rojo;  sin embargo Tamara tuvo miedo, si aquel hombre era, un judío piadoso, dirían que la lapidasen.

Pero no hizo ni una cosa, ni otra se puso, a escribir en el suelo.

Los acusadores, empezaron a impacientarse, y, entonces el hombre, se levanto, y, dijo bien, apedrearla, pero hacerlo bien, el primero ha de ser el que no tenga ningún pecado, entonces miraron al suelo, y, allí había escrito, todo lo que estaba en sus podridas almas, a Samuel; que también estaba allí, le estremeció cuando vio, que aquel hombre conocía su “trabajo”. Mientras Tamara, veía, como se iban marchando todos uno a uno; quedando; ella sola con Jesús.
Jesús, la miro con tanta dulzura, que la joven sintió, como si le acariciasen el alma, supo lo que era ser amada como persona, amada de verdad, que nunca lo había sido, ni por sus padres, ni por Samuel, al menos ahora, ni por su marido; a la pregunta de Jesús hecha con una sonrisa

 “¿No te han condenado?”

Ella respondió con un “no, Señor”

El joven Rabí, le dijo “yo tampoco te condeno, ve, y. no peques más”

Vuelve a casa Tamara, y, no odies a los que te han utilizado, ama, pero ama con un amor puro, no engañes, saca de tu corazón,  la idea de asesinar, a Samuel perdónale, sigue siendo buena, echa de ti el odio que has dejado se asentase.

Tamara, se arrodillo, y, beso los pies de Jesús; este la levanto, y, la abrazo como a una hermana.
Volvió, a su casa su esposo la repudio; pero  no le importo, y, cuando unos meses más tarde, Levi, enfermo, fue ella quien lo atendió, y, cuido, como la más amantísima esposa, aunque al estar repudiada, la ley no la obligaba.
Al hombre que le salvo la vida no volvió a verlo, oía hablar de él, de si era, o, no el Mesías, ella estaba convencida de que si, quien, si no hubiese podido escribir, lo que aquellos tenían en la conciencia

Aquella mañana había salido, a la puerta de su casa en Jerusalén, de pronto, vio, y, oyó un gran alboroto, fue mirar, allí iban, con 3 desgraciados, que llevaban a ejecutar en la cruz, el último de ellos apenas se tenía en pie;  ya no llevaba, el travesaño de la cruz, iba semi desnudo; y, estaba tan desfigurado, que costaba trabajo reconocerlo,  con latigazos salivazos etc. Lo habían convertido, en un “monstruo”; sin embargo, Tamara, reconoció sus ojos, los ojos que la habían mirado con tanto amor, que le habían salvado, no sólo la vida, si no su alma del odio, y, entonces saco el pañuelo que cubría su cabeza, y, arrodillándose  como lo había hecho en aquella ocasión; le limpio el rostro con su velo.
Pasaron los días, y, Tamara, oyó lo que se decía sobre si, el Rabí había resucitado, o, si habían robado su cuerpo, a ella le dolía que hubiera acabado así, de repente pensando en él, se acordó de que tenía el velo, con el que había limpiado su rostro aún sin lavar; y cuando fue a lavarlo en el rió, se quedo asombrada;  por que allí estaba el rostro del Nazareno, pero no sangrante aunque, si se veían algunas manchas de sangre en el lienzo y, en su frente la huella de una corona de espinas, pero el rostro del lienzo era luminoso.

Tamara, lo estrecho contra su corazón, , se fue corriendo a la calle, era el día en que se agradecían las cosechas, se quedo paralizada, al ver a un montón de gente que estaba escuchando, a uno de los seguidores de Jesús, vio como todos se echaban a llorar entre ellos Samuel, y, aquel día Samuel, y, Tamara recibían el bautismo de manos de Pedro el primero de los Apóstoles, poco tiempo después el mismo Pedro bendecía su amor, por que ellos fueron unos de los 3000, de los que habla el libro de los Hechos.
Un tal Saulo de Tarso, más tarde (San Pablo), desato una persecución violentísima contra los que, creían en la resurrección de Jesús, y, en esta persecución. Tamara, y Samuel ofrecieron su vida a Dios.
Los dos fueron recibidos en el cielo; por, Quien: un día les había lavado con su sangre, el mismo que echo, a Samuel en cara su pecado, y, que la había rescatado de la muerte. El amigo de los pecadores. Su Hermano, y, Señor.


Fin.