El Emir
Mohamad era un joven islámico recién llegado, al pueblo como tantos otros había tenido que huir de su país
Era un joven alegre, servicial siempre dispuesto a echar una mano, a sus vecinos, con lo que poco a poco, se fue ganando el corazón de todos
Gracias a Caritas y Manos Unidas, había encontrado trabajo en la panadería, que había salido ganando con él, pues hacía unos dulces riquísimos
Además así podían abrir los domingos, pues Mohamad, descansaba como buen musulmán los viernes.
La dueña de la panadería le llamaba cariñosamente, “El Emir”, a él le hacía gracia, y, no se enfundaba, poco a poco, todo el barrio lo conocía por el Emir
La dueña de la panadería, que a todo esto, aún no he dicho que se llamaba Manuela, la señora Manuela, era viuda, y, tenía 3 hijos, juan, Luis, y, Carmela
Carmela era una muchacha que estudiaba 2º años de filosofía, aunque pensaba dedicarse a la panadería, era una muchacha alegre, colaboraba como catequista de adultos y en cursos de Biblia en la parroquia
Un día, “el Emir”, se fijó en Carmela, y, decidió saludarla, y, probar suerte, invitándola a tomar un café
Ella acepto, y, hablaron de porque había tenido que huir de su país, de los estudios de ella; del daño que los malos musulmanes los yihadista, hacían a una religión a una religión tan bella como el islam, y, del daño que los malos cristianos, los que rechazan a los inmigrantes etc. hacen a una religión tan hermosa como el cristianismo
De tomar café los jueves y viernes por la tarde, pasaron a ir al cine, hasta que un día
Carmela lo invito a su grupo de estudio de La Biblia
Emir, acepto, algunas personas del grupo pusieron mala cara, pero Carmela no cedió
Y, Mohamad empezó a ir al grupo bíblico, muchas historias las conocía aunque con otra versión, pero le encantaba también la nueva
A muchos les sorprendió su fe en La Virgen María, un día, Emir tuvo una idea
Les pregunto qué les parecería, que él les leyese y les contase historias del Corán
Y, como en todas partes hay intolerantes no faltaron los que dijeron que si se permitía la lectura del Corán dejarían el grupo
Carmela, no podía imponerse, ya había impuesto la presencia de Emir
Así que no le quedó más remedio que decirle que no
Entonces el joven, que no iría más al grupo, si no querían escuchar su Libro Sagrado, no tenía él porque escuchar el suyo
Emir acudió al trabajo como siempre, pero no a tomar su café, ni a ir al cine con Carmela, ella se sentía mal, y decidió abordarlo, le explico las razones que había tenido para no aceptar su propuesta que era muy buena
Y, le sugirió unas ideas
Hablar con el cura que era muy abierto, para organizar otro grupo, donde se leyera y comentara la Biblia y el Corán, se invitarían a otros musulmanes
Si el cura no daba permiso
Lo harían en su casa
Y, el cura dio su permiso, y, con el tiempo hubo musulmanes que abrazaron la fe cristiana
Emir no, pero si se enamoró perdidamente de su Carmela, su cristiana, y, le pidió que se casara con él
Carmela le pregunto, si quería hacerse cristiano, pero de verdad, porque creyese en la fe cristiana
No, respondió, creo en la fe que dieron mis padres soy islámico, Jesús es para mí un profeta, un gran profeta, pero te amo, y, respeto que tú seas cristiana
Eso sí los niños que Allah nos dé, serán islámicos las niñas lo dejo a tu criterio
Salvo que tú, quieras abrazar el islam
Carmela le dijo que no, no iba abrazar el Islam, era cristiana, no muy buena pero cristiana, podían casarse es cierto con matrimonio mixto, pero sería un error
Con un amigo, hasta con tu novio, puedes aceptar otra religión otra forma de relacionarse con Dios, pero ver como sus propios hijos están divididos, y, dejarlos a su aire jamás, tanto Emir como ella eran buenos creyentes, su fe era un tesoro, que debían dar a sus hijos, pero a todos
Su matrimonio tal como pensaba Emir, estaba destinado al fracaso, y, ella no podía apostatar, que eso es lo que sería una conversión falsa al Islam
Y, no podía obligar a Emir a apostatar, que eso es lo que sería una falsa conversión al cristianismo
No, no podían casarse se amaban demasiado como para exigir uno al otro, que cometiese el mayor pecado, la apostasía.
Seguirían como amigos, y, el resto lo dejarían bueno lo dejarían todo en manos de Dios, que era el mismo
Ambos sufrieron mucho al tomar esta decisión, pero el amor ambos lo sabían exige sacrificio
Al cabo de unos años, ambos conocieron personas de su misma fe, y, se enamoraron, y, se casaron
Y, la amistad siguió para siempre entre Emir y Carmela
Fin
martes, 19 de noviembre de 2019
domingo, 17 de noviembre de 2019
Vendimia
Vendimia
El Conde de aquel feudo, no era como los demás
señores feudales, el consideraba que sus siervos, tenían la misma dignidad que
tenía él
Simplemente él había tenido más suerte al nacer,
aunque eso era muy discutible
Y, así había educado a su primogénito, enseñándole a
respetar a sus siervos, no abusar de ellos
Se acercaba el tiempo de la vendimia, los siervos
iban a vendimiar los campos del Conde los que ellos trabajaban, antes
de irse para sus casas, el señor les entregaba lo que consideraba justo, por su
trabajo
Los demás señores feudales si un siervo robaba uvas,
le cortaba las manos, o lo colgaba
El Señor feudal de esta historia jamás lo haría,
pero sus siervos no lo sabían, por eso se abstenían mucho de hacerlo
Pero aquel día,
Brunilda una joven campesina que fue a vendimiar, escondió bajo un montón de ropa en su cesta
unos racimos para llevar a casa, para
sus hermanitos, y, su padre enfermo
Fue descubierta, y, llevada a presencia del Conde este miro a su hijo, Braulio, y, le dijo, encárgate tú, pronto serás el Conde y Señor del feudo
Braulio, pregunto a la joven, porque lo había hecho,
sí no sabía que había un castigo
La joven respondió que lo sabía, pero su padre y,
sus hermanos necesitaban comer
Y, además ella había trabajado aquellas cepas, y
vendimiando, la ley era injusta, y, las leyes injustas van contra Dios, y, no
se deben obedecer
Eres muy valiente, dijo Braulio, y, tienes razón,
has hecho lo que una buena hija, y, una buena hermana, pero te has expuesto a
la mutilación o la muerte, ya lo sabes
Lo sé, Señor, y, pido piedad no por mí, pues no la
merezco, pues no estoy arrepentida, sino por mi padre, y, mis hermanos, os
ruego Señor, que los entreguéis a una familia que se haga cargo de ellos
¿Y, porque no te haces cargo tú?
Yo sin manos, o muerta mal lo veo
·Es que piensas que mi padre y, yo, somos unos
ladrones y, unos asesinos, puede que otros señores feudales, lo sean, pero
nosotros no, sabemos que sólo hay un Señor Dios
Tú has obrado muy bien, y, mereces un premio no un
castigo
El Señor feudal aplaudió a su hijo, y, la joven
marchó para su casa, con las uvas, y, unas cuantas cosas más que metieron en su
cesto, los criados del Feudo por orden de Braulio
Pocos días más tarde, Braulio se presentó en casa de
Brunilda, acompañado de otros presentes y de un médico que curó a su padre, y, así
poco a poco, el amor fue naciendo entre los dos jóvenes
Hasta que un día, Braulio pidió su mano a su padre,
Brunilda dijo, que lo quería, pero no se casaría con él, hasta que no
convenciese a su padre, de que diese libertad a sus siervos
Y, así lo hizo
Y, entonces Brunilda acepto ser la esposa de
Braulio, ahora las gentes trabajaban sus viñas, y, el antiguo Señor feudal, les
pagaba a los que querían por ir trabajar las suyas, un sueldo justo.
Y, Brunilda y Braulio enseñaron a sus hijos, que ningún
ser humano, salvo que haya nacido de una Virgen en un establo es Señor de nadie.
Fin
sábado, 16 de noviembre de 2019
Vendimia. Bíblico
La Vendimia. Bíblico
El Señor del Valle, había adquirido un terreno escarpado, pero muy soleado, lo había trabajado con mucho esfuerzo, y, había puesto al mejor de sus viñadores, a su propio hijo, a su cuidado, planto una viña, una cepa, y, espero que diese buenas uvas
Llego el tiempo de la vendimia, y, en la viña las uvas eran agrazones, uvas que no maduran amargas
Hemos perdido tiempo y dinero, voy mandar que la arranquen, esta ocupando terreno en balde
No, papá no lo hagas, vamos echarle abono, yo mismo vendré todos los días a verla, si hace falta se regará, pero no la arranques, al menos déjala un año más
El Señor del valle acepto, la propuesta de su hijo, la dejo un año más
Al cabo del cual parecía otra, de hermosa que estaba, sus uvas eran las mejores, y, de ella salían los mejores vinos
El Señor del valle, estaba contento con su Viña, se convirtió en la niña de sus ojos, pero había que protegerla de los ladrones, y, también de las aves, que si no se controlaban. Se llevaban todo el fruto, así que ordeno edificar una torre, cavo un lagar que rodeara la viña. Y, lo alquilo a unos labradores, dándoles la orden de que trabajasen bien la tierra, al tiempo de la cosecha, les enviaría a sus propios servidores, para que le entregasen el fruto de la misma, menos el 10% que sería para ellos, esos eran los términos del contrato.
Y, llego el tiempo de la vendimia, el Señor del valle, mando a sus servidores a cobrar, a recibir el fruto de la cosecha, pero los viñadores que ya se creían dueños, aunque hay que decir que el dueño de La Viña, les enviaba todo lo necesario para su cuidado. No quisieron compartir el fruto de su trabajo. Y, echaron a palos y patadas a los pobres servidores
El Señor muy enfurecido, con toda razón, mando otros que corrieron igual o peor suerte
Por último dijo, qué hago, su hijo que amaba mucho aquella viña le dijo, papá, si quieres puedo ir yo, es posible que a mí me traten bien, y, lleguemos a un acuerdo
Y, así se hizo
Pero aquellos hombres en su locura dijeron, “si lo matamos la Viña será nuestra para siempre”, así que secuestraron al joven, lo condujeron a un barranco a las afueras del pueblo, allí le dieron muerte, y, luego arrojaron su cadáver al fondo del barranco.
Cuando se enteró el Señor del Valle, lloró y se enojó muchísimo, mando ir a buscar el cuerpo de su amado hijo, por suerte las heridas eran muy graves, pero no estaba muerto, él tenía los mejores médicos. Y, el joven sano
Cuando estuvo ya restablecido de todo, su padre le pregunto, qué te parece que podemos hacer con los viñadores “que te mataron”, porque eso intentaron y, eso pensaron que habían hecho
Pobres, dijo el hijo
Aman la viña, la trabajan, papá te voy a proponer una idea
Algo propio de alguien tan bueno como tú, que nadie espera, todos esperan que pidas y ordenes su muerte
Qué propones pues hijo
Que los adoptes como hijos, que sean tus hijos, y, tus herederos igual que yo
Así trabajaran la viña mejor pues sabrán que es suya
Sea hijo, aunque lo harán igual
Pero, sea los adoptaré por hijos, si quieren claro esta
Y, así los asesinos del hijo del Señor del Valle, dueño de La Viña, se convirtieron gracias al hijo del Señor del Valle, al que habían intentado asesinar, en sus hijos y herederos.
Fin
El Señor del Valle, había adquirido un terreno escarpado, pero muy soleado, lo había trabajado con mucho esfuerzo, y, había puesto al mejor de sus viñadores, a su propio hijo, a su cuidado, planto una viña, una cepa, y, espero que diese buenas uvas
Llego el tiempo de la vendimia, y, en la viña las uvas eran agrazones, uvas que no maduran amargas
Hemos perdido tiempo y dinero, voy mandar que la arranquen, esta ocupando terreno en balde
No, papá no lo hagas, vamos echarle abono, yo mismo vendré todos los días a verla, si hace falta se regará, pero no la arranques, al menos déjala un año más
El Señor del valle acepto, la propuesta de su hijo, la dejo un año más
Al cabo del cual parecía otra, de hermosa que estaba, sus uvas eran las mejores, y, de ella salían los mejores vinos
El Señor del valle, estaba contento con su Viña, se convirtió en la niña de sus ojos, pero había que protegerla de los ladrones, y, también de las aves, que si no se controlaban. Se llevaban todo el fruto, así que ordeno edificar una torre, cavo un lagar que rodeara la viña. Y, lo alquilo a unos labradores, dándoles la orden de que trabajasen bien la tierra, al tiempo de la cosecha, les enviaría a sus propios servidores, para que le entregasen el fruto de la misma, menos el 10% que sería para ellos, esos eran los términos del contrato.
Y, llego el tiempo de la vendimia, el Señor del valle, mando a sus servidores a cobrar, a recibir el fruto de la cosecha, pero los viñadores que ya se creían dueños, aunque hay que decir que el dueño de La Viña, les enviaba todo lo necesario para su cuidado. No quisieron compartir el fruto de su trabajo. Y, echaron a palos y patadas a los pobres servidores
El Señor muy enfurecido, con toda razón, mando otros que corrieron igual o peor suerte
Por último dijo, qué hago, su hijo que amaba mucho aquella viña le dijo, papá, si quieres puedo ir yo, es posible que a mí me traten bien, y, lleguemos a un acuerdo
Y, así se hizo
Pero aquellos hombres en su locura dijeron, “si lo matamos la Viña será nuestra para siempre”, así que secuestraron al joven, lo condujeron a un barranco a las afueras del pueblo, allí le dieron muerte, y, luego arrojaron su cadáver al fondo del barranco.
Cuando se enteró el Señor del Valle, lloró y se enojó muchísimo, mando ir a buscar el cuerpo de su amado hijo, por suerte las heridas eran muy graves, pero no estaba muerto, él tenía los mejores médicos. Y, el joven sano
Cuando estuvo ya restablecido de todo, su padre le pregunto, qué te parece que podemos hacer con los viñadores “que te mataron”, porque eso intentaron y, eso pensaron que habían hecho
Pobres, dijo el hijo
Aman la viña, la trabajan, papá te voy a proponer una idea
Algo propio de alguien tan bueno como tú, que nadie espera, todos esperan que pidas y ordenes su muerte
Qué propones pues hijo
Que los adoptes como hijos, que sean tus hijos, y, tus herederos igual que yo
Así trabajaran la viña mejor pues sabrán que es suya
Sea hijo, aunque lo harán igual
Pero, sea los adoptaré por hijos, si quieren claro esta
Y, así los asesinos del hijo del Señor del Valle, dueño de La Viña, se convirtieron gracias al hijo del Señor del Valle, al que habían intentado asesinar, en sus hijos y herederos.
Fin
sábado, 9 de noviembre de 2019
Vendimia
La Vendimia
Había llegado el mes de septiembre, pronto comenzarían las clases, pero antes de volver al pueblo, Juan, Ester, y, sus padres irían a la vendimia
A los pequeños no les importo madrugar, ardían en deseos de ver lo que era, era su primera vendimia
Con gorros en la cabeza, para protegerse del sol, al mediodía, con pequeños cestos para ayudar un poco, fueron echando pequeños racimos de uvas en los mismos, viendo como los mayores llenaban grandes capazos, y, se los echaban a los hombros, ni Juan ni Ester podían usar tijeras, así que sólo podían coger los que sus pequeños dedos podían romper
Después de que todas las uvas estuvieron recogidas, fue la comida en el campo, acompañada de cantos, y, bailes de la región, de postre como no uvas
Y, ahora dijo una voz, vamos al lagar
Todos fueron hacia el sitio indicado, y, allí vieron como las uvas eran arrojadas en una especie de piscina donde había unos hombres y mujeres descalzos
Juan dijo a su madre
Mamá, porque les echan las uvas encima, no los ven
Claro que los ven, es para que las pisen
Y, de pronto los hombres y mujeres que estaban en “la piscina” se pusieron a bailar, y, fueron pisando la uva y el líquido de las mismas el vino fue saliendo por unos pequeños caños a otras piscinas y de allí a unos toneles
Que asco, no pudo evitar decir, Ester
No hija, el vino lo purifica, amen de que esas personas se han lavado antes los pies
Y, ya esta el vino para beber
Bueno, no, eso es todavía zumo de uva, ahora tendrá que dormir en las bodegas, primero se hará el mosto del que como no tiene alcohol el abuelo os regalará una botella, después el vino seguirá haciéndose mayor, le llevará meses, años, según el tipo de vino que se quiera, será como todo crecimiento un proceso lento, que apenas se notará, como él que vosotros estáis teniendo ahora.
Carmen la abuela interrumpió, la conversación venía con dos vasitos de zumo de uva, que había recogido en sendos vasos, para sus nietos.
Tomad, bebed, ya veréis que rico, tenemos que dar gracias a Dios por tan buena cosecha, por eso, el primer tonel el de la mujer uva va ser apartada para que fermente aparte, y, sea el mejor vino, es para la persona que más queremos.
Para papá, pregunto Juan
No hijo, no es para tu papá, ni para el abuelo, es para Jesús
El vino ese, se convertirá un día en su Sangre, cuando el sacerdote en Misa, pronuncie las palabras que un día dijo Jesús
Vaya abuela, dijo Ester, o sea que ese vino, llegará a ser Dios
Suena un poco a herejía, pero digamos que en cierto modo sí
Sabes abuela, renunciamos a la botella de mosto, que se transforme también en vino, para que sea La sangre de Jesús
Aquella noche, regresaron a casa, y, si la abuela les mando la botella de mosto, y, los pequeños nunca olvidaron que aunque no fuera en una iglesia habían estado en una acción sagrada, acaso no es la naturaleza el Templo de Dios
Fin
Había llegado el mes de septiembre, pronto comenzarían las clases, pero antes de volver al pueblo, Juan, Ester, y, sus padres irían a la vendimia
A los pequeños no les importo madrugar, ardían en deseos de ver lo que era, era su primera vendimia
Con gorros en la cabeza, para protegerse del sol, al mediodía, con pequeños cestos para ayudar un poco, fueron echando pequeños racimos de uvas en los mismos, viendo como los mayores llenaban grandes capazos, y, se los echaban a los hombros, ni Juan ni Ester podían usar tijeras, así que sólo podían coger los que sus pequeños dedos podían romper
Después de que todas las uvas estuvieron recogidas, fue la comida en el campo, acompañada de cantos, y, bailes de la región, de postre como no uvas
Y, ahora dijo una voz, vamos al lagar
Todos fueron hacia el sitio indicado, y, allí vieron como las uvas eran arrojadas en una especie de piscina donde había unos hombres y mujeres descalzos
Juan dijo a su madre
Mamá, porque les echan las uvas encima, no los ven
Claro que los ven, es para que las pisen
Y, de pronto los hombres y mujeres que estaban en “la piscina” se pusieron a bailar, y, fueron pisando la uva y el líquido de las mismas el vino fue saliendo por unos pequeños caños a otras piscinas y de allí a unos toneles
Que asco, no pudo evitar decir, Ester
No hija, el vino lo purifica, amen de que esas personas se han lavado antes los pies
Y, ya esta el vino para beber
Bueno, no, eso es todavía zumo de uva, ahora tendrá que dormir en las bodegas, primero se hará el mosto del que como no tiene alcohol el abuelo os regalará una botella, después el vino seguirá haciéndose mayor, le llevará meses, años, según el tipo de vino que se quiera, será como todo crecimiento un proceso lento, que apenas se notará, como él que vosotros estáis teniendo ahora.
Carmen la abuela interrumpió, la conversación venía con dos vasitos de zumo de uva, que había recogido en sendos vasos, para sus nietos.
Tomad, bebed, ya veréis que rico, tenemos que dar gracias a Dios por tan buena cosecha, por eso, el primer tonel el de la mujer uva va ser apartada para que fermente aparte, y, sea el mejor vino, es para la persona que más queremos.
Para papá, pregunto Juan
No hijo, no es para tu papá, ni para el abuelo, es para Jesús
El vino ese, se convertirá un día en su Sangre, cuando el sacerdote en Misa, pronuncie las palabras que un día dijo Jesús
Vaya abuela, dijo Ester, o sea que ese vino, llegará a ser Dios
Suena un poco a herejía, pero digamos que en cierto modo sí
Sabes abuela, renunciamos a la botella de mosto, que se transforme también en vino, para que sea La sangre de Jesús
Aquella noche, regresaron a casa, y, si la abuela les mando la botella de mosto, y, los pequeños nunca olvidaron que aunque no fuera en una iglesia habían estado en una acción sagrada, acaso no es la naturaleza el Templo de Dios
Fin
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