El sable (bíblico)
Anturio era un soldado romano,
que había sido puesto a las órdenes de Herodes, como buen militar era
obediente, pero no tenía simpatía por Herodes, y, todos los días, pedía a los
Dioses, que le permitieran no cometer injusticias para complacer al tirano. Es decir
a Herodes
Aquella mañana, no encontró su
sable, lo buscó y, rebusco, pregunto a sus esclavos, nadie sabía que había
pasado.
Fue entonces cuando, le llego
aviso de que Herodes, deseaba verlo, a él y, a sus compañeros
Herodes les contó, que había
tenido noticia de que había un nuevo rey, que quería su puesto, pues el rey de
los judíos era él, aquel rey, era un impostor, e iba acabar con él
Todos le dijeron, si le iba
declarar la guerra
A lo que Herodes dijo que no, lo
iba matar
Entonces le preguntaron todos, si
había dado orden de buscarlo y detenerlo
No, dijo, Herodes no sé dónde está,
sé que nació en Belén, como mucho hará dos años, aunque es posible que sólo
haya meses de eso
Todos se rieron, pues lo tomaron
por una broma
Pues que se haga grande, y, luego vuestra Majestad
lo vencerá
No, es una broma, estúpidos,
vocifero, el maldito rey, por eso he ordenado que deis muerte, a todos los bebés
de esa edad
Hubo protestas, pero la amenaza
de perder su propia vida, les hizo desistir
Anturio, se acercó a Herodes y le
dijo, que no podía obedecer pues había perdido su sable, Herodes, le riño, y,
amenazo, pero como no apareció, pues no pudo hacer nada.
Quien si lo hizo fue
Anturio, que aviso a muchas familias, aunque la mayoría no le creyó porque era
un gentil, un pagano, quien si lo hizo, fue el Cuarto Rey Mago, Eliab, y,
aprovecho para ser el ángel que aviso a San José, y, así se pudo salvar Jesús,
Por la noche, Anturio, estaba
dando gracias a sus Dioses, cuando oyó una voz, miro, y, vio un joven, tenía su
sable en la mano. Le dijo, “Soy David, el Rey David, te doy las gracias porque
eres bueno, y, no quieres matar inocentes, yo estoy en el Limbo, lo que llamáis
el Sheol, hoy tú has salvado la vida de mi heredero, el verdadero rey de
Israel, ahora van camino a Egipto, Dios quiere premiarte, porque eres bueno,
deja el servicio a Herodes, no temas se te va ayudar, luego cambia de ciudad,
y, busca un rabino que te explique la verdadera fe”
Anturio, se dijo que era un
sueño, y, así debía de ser, pero el caso
es que a su lado, en su almohada estaba el sable, no sabía qué hacer, pero vio que estaba cojo
Su cojera no mejoró, y, claro
tuvo que dejar de ser soldado, así que se cambió de ciudad e hizo, lo que el
Rey David en la visión le había dicho. Y, así conoció la verdadera fe
Y, un día conoció, a, bueno esa
es otra historia
Fin