martes, 17 de diciembre de 2019

El Quinqué

El Quinqué
En la época en que transcurre esta historia, no había luz eléctrica, las personas se alumbraban con lámparas de petróleo, o gasóleo, que llevaban  colgadas en la mano, y, que era como un pequeño farolillo
Este farol se llamaba, “Quinqué”
El protagonista de esta historia es un niño muy pobre, que se quedó huérfano hace poco, y vive con su abuela en una cabaña a las afueras del pueblo, el niño se llama Mateo, la abuela se llama Eugenia, aunque solo tiene 50 años en el momento en que sucede esta historia, es ya muy anciana, por lo que no puede trabajar mucho, lo que hace ayudada del pequeño Mateo, que sólo tiene 10 años, y, que por supuesto no va a la escuela, es salir al bosque a recoger leña, para ellos para calentarse en casa, y, hacer la comida en un pequeño, “ hogar” o cocina de piedra, para comer cultivan un pequeño huerto, muy poco, pues poco pueden, crían algunas gallinas y conejos, también venden en el mercado alguna leña, y, los huevos de las gallinas y, algún que otro animal; Mateo a veces pide limosna, aunque su abuela Eugenia lo reprende por ello

Todas las noches y todas las mañanas le dan gracias al Cielo, por todo lo que les da cada día, la abuela le enseña que pedir a Dios cosas para el mañana es pecado, porque solo se tiene el día de hoy, “No sabes si estarás vivo mañana, así para que vas a pedir lo que hoy no necesitas”, y, “Hay que dar gracias por todo, no te has fijado que leña tan buena hemos encontrado hoy, pues eso es cosa del Señor, y, de La Virgen que no deja de pedir por los pobres”

Antes de acostarse la abuela le contaba una historia de la Biblia, no la leían porque tanto Mateo como su abuela no sabían leer.

Sólo tenían un quinqué, que apagaban al irse a la cama, y, no lo encendían  hasta que el día empezaba a declinar, en casa solían usarlo poco, pues al ser una choza, tenía mucha luz natural y además les alumbraba el fuego de “la cocina”, salvo para buscar alguna cosa,  barrer la casa, y, ordenar porque lo tenían todo muy ordenado
Un día Mateo se encontró en la calle con una niña, que le dijo llamarse Esperanza, era más o menos de su edad y se hicieron amigos, a Esperanza le dio envidia que Mateo no tuviera que ir al colegio, ella tenía un montón de profesores, tenía que aprender un montón de cosas, y, portarse de un modo determinado según la ocasión. En aquel momento debían de estar buscándola como locos,  si la viesen jugar en la calle se ganaría una reprimenda.
Mateo no entendía el porqué, no había nada malo, en jugar en la calle, eso si uno tenía que cumplir con sus obligaciones
De pronto Mateo, abrió su pequeño zurrón saco un pedazo de pan con tocino, todo un lujazo, lo corto con su pequeña navaja, y, ofreció la mitad a Esperanza, toma te gustará
Qué es pregunto la niña, es pan con tocino, esta muy rico
Nunca lo he probado, y, le hinco los dientes, está muy sabroso, tengo que decirlo en casa, a los cocineros, aunque no, pues harían preguntas; oye, los pobres vivís muy bien, no vais a la escuela, coméis cosas ricas, podéis jugar en la calle.

Sí, la verdad es que no, nos podemos quejar, dijo Mateo, y, asi jugando se fue haciendo de noche, y, Esperanza se despidió de su amigo, pues ya la debían de estar buscando

Mateo decidió volver con su abuela, tomó su quinqué, lo encendió, pero de pronto se encontró con la niña, estaba asustada pues todo estaba oscuro, y, ella no tenía con que alumbrarse; por lo que Mateo se ofreció a acompañarla hasta cerca de su casa, al llevar un rato caminando, el niño vio algo que  brillaba en el suelo, se agacho eran unas monedas de oro, 4 monedas las tomo, pensando en su abuela

De pronto unos soldados los detuvieron, quietos, luego se pusieron firmes ante la niña, Alteza vuestro padre el rey está muy disgustado, os hemos buscado por todas partes, podemos saber dónde estaba vuestra Alteza

No tengo porque responder más que ante el rey mi padre, pero lo haré, estuve jugando con mi amigo Mateo, y, comiendo tocino

¿Tocino, su Alteza ha comido tocino?

Sí, mi fiel Gabriel, he comido tocino

Y, jugado con un pobre, tú como te llamas

Me llamo Mateo, señor Gabriel, vivo con mi abuela

Ya, y, eres un ladrón, porque esas monedas que llevas en la mano, no son tuyas, se las has robado a la princesa
Yo a Esperanza no le robe nada, respondió Mateo, las encontré en el suelo gracias a Dios y a mi quinqué, y, las cogí para mi abuela

¿Quién es Esperanza?, pregunto el lacayo

Pues para usted. Su Alteza

¿Su Alteza?, Su Alteza es su Alteza para todo el mundo, y, su nombre es Clara Eugenia

Bien, pero a mí me dijo, que se llamaba ·Esperanza, y, así le llamo que es más bonito que Clara Eugenia, bueno Eugenia es bonito, es como se llama mi abuela

Clara Eugenia, es decir Esperanza, intervino a favor de su amigo, es cierto las monedas las encontró en el camino, en realidad, yo las deje caer, para que mañana pudiesen comprar algo rico en el mercado, y, tal vez alquilar una casa, perdonadme todos, sobre todo, tú Mateo

De pronto hizo su aparición el rey, que regaño un poco a su hija, y, luego como todo padre, rompió el protocolo, y, la comió a besos.

Bien vamos dentro, tú Mateo ven con nosotros

No puedo señor, o cómo se le llame a usted
Me llaman,  Majestad. Pero tú puedes llamarme Carlos
Pues le llamó D. Carlos, no puedo quedarme, tengo que volver a casa, mi abuela debe estar muy disgustada buscándome

Tienes razón, pero no irás solo, preparad un carruaje, voy con el niño a buscar a su abuela

Trataron de persuadirlo, pero era el rey, y, en el rey entonces sólo mandaba Dios

Eugenia estaba muy disgustada, lo había buscado por todas partes, cuando vio, que la carroza real se paraba enfrente, le dio un vuelco el corazón, el rey descendió con el niño, le pidió permiso, para entrar y, se comió un trozo de tocino

Después añadió, “señora le pido mil perdones, los niños ya se sabe, le entrego estas monedas, para que compré lo que precise, y, añado  unas pocas más, podrá comprar una pequeña casa, ahora vengan a cenar y dormir esta noche con nosotros en Palacio”

Majestad no tiene de que pedirme perdón, pero no acepto sus monedas, se lo agradezco, pero somos pobres, no mendigo, trabajamos, no precisamos otra casa, esta es la que Dios quiere que tengamos, El Señor, tampoco tuvo casas mejores. Y, no vamos a ir a Palacio, no sabríamos estar, Pero si su Majestad lo permite los niños pueden jugar algunos días juntos

Lo permito con dos condiciones

Diga su Majestad
Que algún día jueguen en Palacio
Que Mateo vaya a la escuela, usted le enseña muchas cosas, pero en la escuela aprenderá otras, y, a no olvidar las suyas

Majestad, la escuela cuesta dinero
No se preocupe, yo la pago
Pero Mateo no es el único niño pobre de su pueblo
Tiene razón, mandaré que todos los niños tengan escuela gratis, paga el rey

Pues entonces acepto, Majestad
¿Y, lo de jugar en Palacio?
También, lo acepto, pero siempre que su Majestad y la niña, vengan algún día a comer tocino, con nosotros

Eso está hecho, Eugenia, pero entonces no seremos su Majestad ni su Alteza, sino Carlos y, Esperanza, a mi hija le gusta ese nombre, porque era el de su madre.

El rey volvió a su casa, es decir al Palacio
Desde aquel día, Carlos tuvo una nueva amiga, que era princesa, pero eso a él no le importaba nada, lo que no le hizo gracia fue tener que ir a la escuela, aunque eso, fue durante poco tiempo, pues enseguida tuvo un montón de amigos

Y, una noche antes de acostarse le dijo a su abuela
“abuela, sabes la escuela es como un quinqué, porque te ayuda a descubrir cosas que sin su luz, no ves”

Fin




martes, 19 de noviembre de 2019

El Emir

El Emir

Mohamad era un joven islámico recién llegado, al pueblo como tantos otros había tenido que huir de su país

Era un joven alegre, servicial siempre dispuesto a echar una mano, a sus vecinos, con lo que poco a poco, se fue ganando el corazón de todos

Gracias a Caritas y Manos Unidas, había encontrado trabajo en la panadería, que había salido ganando con él, pues hacía unos dulces riquísimos

Además así podían abrir los domingos, pues Mohamad, descansaba como buen musulmán los viernes.

La dueña de la panadería le llamaba cariñosamente, “El Emir”, a él le hacía gracia, y, no se enfundaba, poco a poco, todo el barrio lo conocía por el Emir

La dueña de la panadería, que a todo esto, aún no he dicho que se llamaba Manuela, la señora Manuela, era viuda, y, tenía 3 hijos, juan, Luis, y, Carmela

Carmela era una muchacha que estudiaba 2º años de filosofía, aunque pensaba dedicarse a la panadería, era una muchacha alegre, colaboraba como catequista de adultos  y en cursos de Biblia en la parroquia

Un día, “el Emir”, se fijó en Carmela, y, decidió saludarla, y, probar suerte, invitándola a tomar un café

Ella acepto, y, hablaron de porque había tenido que huir de su país, de los estudios de ella; del daño que los malos musulmanes los yihadista, hacían a una religión a una religión tan bella como el islam, y, del daño que los malos cristianos, los que rechazan a los inmigrantes etc. hacen a una religión tan hermosa como el cristianismo

De tomar café los jueves y viernes por la tarde, pasaron a ir al cine, hasta que un día

Carmela lo invito a su grupo de estudio de La Biblia
Emir, acepto, algunas personas del grupo pusieron mala cara, pero Carmela  no cedió

Y, Mohamad empezó a ir al grupo bíblico, muchas historias las conocía aunque con otra versión, pero le encantaba también la nueva
A muchos les sorprendió su fe en La Virgen María, un día, Emir tuvo una idea

Les pregunto qué les parecería, que él les leyese y les contase historias del Corán

Y, como en todas partes hay intolerantes no faltaron los que dijeron que si se permitía la lectura del Corán dejarían el grupo
Carmela, no podía imponerse, ya había impuesto la presencia de Emir

Así que no le quedó más remedio que decirle que no

Entonces el joven, que no iría más al grupo, si no querían escuchar su Libro Sagrado, no tenía él porque escuchar el suyo

Emir acudió al trabajo como siempre, pero no a tomar su café, ni a ir al cine con Carmela, ella se sentía mal, y decidió abordarlo, le explico las razones que había tenido para no aceptar su propuesta que era muy buena

Y, le sugirió unas ideas
Hablar con el cura que era muy abierto, para organizar otro grupo, donde se leyera y comentara la Biblia y el Corán, se invitarían a otros musulmanes

Si el cura no daba permiso

Lo harían en su casa

Y, el cura dio su permiso, y, con el tiempo hubo musulmanes que abrazaron la fe cristiana

Emir no, pero si se enamoró perdidamente de su Carmela, su cristiana, y, le pidió que se casara con él

Carmela le pregunto, si quería hacerse cristiano, pero de verdad, porque creyese en la fe cristiana

No, respondió, creo en la fe que dieron mis padres soy islámico, Jesús es para mí un profeta, un gran profeta, pero te amo, y, respeto que tú seas cristiana
Eso sí los niños que Allah nos dé, serán islámicos las niñas lo dejo a tu criterio
Salvo que tú, quieras abrazar el islam

Carmela le dijo que no, no iba abrazar el Islam, era cristiana, no muy buena pero cristiana, podían casarse es cierto con matrimonio mixto, pero sería un error
Con un amigo, hasta con tu novio, puedes aceptar otra religión otra forma de relacionarse con Dios, pero ver como sus propios hijos están divididos, y, dejarlos a su aire jamás, tanto Emir como ella eran buenos creyentes, su fe era un tesoro, que debían dar a sus hijos, pero a todos

Su matrimonio tal como pensaba Emir, estaba destinado al fracaso, y, ella no podía apostatar, que eso es lo que sería una conversión falsa al Islam

Y, no podía obligar a Emir a apostatar, que eso es lo que sería una falsa conversión al cristianismo

No, no podían casarse se amaban demasiado como para exigir uno al otro, que cometiese el mayor pecado, la apostasía.

Seguirían como amigos, y, el resto lo dejarían bueno lo dejarían todo en manos de Dios, que era el mismo

Ambos sufrieron mucho al tomar esta decisión, pero el amor ambos lo sabían exige sacrificio

Al cabo de unos años, ambos conocieron personas de su misma fe, y, se enamoraron, y, se casaron

Y, la amistad siguió para siempre entre Emir y Carmela

Fin




domingo, 17 de noviembre de 2019

Vendimia



Vendimia
El Conde de aquel feudo, no era como los demás señores feudales, el consideraba que sus siervos, tenían la misma dignidad que tenía él

Simplemente él había tenido más suerte al nacer, aunque eso era muy discutible

Y, así había educado a su primogénito, enseñándole a respetar a sus siervos, no abusar de ellos

Se acercaba el tiempo de la vendimia, los siervos iban a vendimiar los campos del Conde los que ellos trabajaban, antes de irse para sus casas, el señor les entregaba lo que consideraba justo, por su trabajo

Los demás señores feudales si un siervo robaba uvas, le cortaba las manos, o lo colgaba

El Señor feudal de esta historia jamás lo haría, pero sus siervos no lo sabían, por eso se abstenían mucho de hacerlo

Pero aquel día,  Brunilda una joven campesina que fue a vendimiar,  escondió bajo un montón de ropa en su cesta unos racimos para llevar a casa,  para sus hermanitos, y, su padre enfermo

Fue descubierta, y, llevada a presencia del Conde este miro a su hijo, Braulio, y, le dijo, encárgate tú, pronto serás el Conde y Señor del feudo
Braulio, pregunto a la joven, porque lo había hecho, sí no sabía que había un castigo

La joven respondió que lo sabía, pero su padre y, sus hermanos necesitaban comer

Y, además ella había trabajado aquellas cepas, y vendimiando, la ley era injusta, y, las leyes injustas van contra Dios, y, no se deben obedecer
Eres muy valiente, dijo Braulio, y, tienes razón, has hecho lo que una buena hija, y, una buena hermana, pero te has expuesto a la mutilación o la muerte, ya lo sabes
Lo sé, Señor, y, pido piedad no por mí, pues no la merezco, pues no estoy arrepentida, sino por mi padre, y, mis hermanos, os ruego Señor, que los entreguéis a una familia que se haga cargo de ellos

¿Y, porque no te haces cargo tú?
Yo sin manos, o muerta mal lo veo
·Es que piensas que mi padre y, yo, somos unos ladrones y, unos asesinos, puede que otros señores feudales, lo sean, pero nosotros no, sabemos que sólo hay un Señor Dios
Tú has obrado muy bien, y, mereces un premio no un castigo

El Señor feudal aplaudió a su hijo, y, la joven marchó para su casa, con las uvas, y, unas cuantas cosas más que metieron en su cesto, los criados del Feudo por orden de Braulio

Pocos días más tarde, Braulio se presentó en casa de Brunilda, acompañado de otros presentes y de un médico que curó a su padre, y, así poco a poco, el amor fue naciendo entre los dos jóvenes

Hasta que un día, Braulio pidió su mano a su padre, Brunilda dijo, que lo quería, pero no se casaría con él, hasta que no convenciese a su padre, de que diese libertad a sus siervos

Y, así lo hizo

Y, entonces Brunilda acepto ser la esposa de Braulio, ahora las gentes trabajaban sus viñas, y, el antiguo Señor feudal, les pagaba a los que querían por ir trabajar las suyas, un sueldo justo.
Y, Brunilda y Braulio enseñaron a sus hijos, que ningún ser humano, salvo que haya nacido de una Virgen en un establo es Señor de nadie.

Fin

sábado, 16 de noviembre de 2019

Vendimia. Bíblico

La Vendimia. Bíblico

El Señor del Valle, había adquirido un terreno escarpado, pero muy soleado, lo había trabajado con mucho esfuerzo, y, había puesto al mejor de sus viñadores, a su propio hijo, a su cuidado, planto una viña, una cepa, y, espero que diese buenas uvas
Llego el tiempo de la vendimia, y, en la viña las uvas eran agrazones, uvas que no maduran amargas
Hemos perdido tiempo y dinero, voy mandar que la arranquen, esta ocupando terreno en balde
No, papá no lo hagas, vamos echarle abono, yo mismo vendré todos los días a verla, si hace falta se regará, pero no la arranques, al menos déjala un año más
El Señor del valle acepto, la propuesta de su hijo, la dejo un año más
Al cabo del cual parecía otra, de hermosa que estaba, sus uvas eran las mejores, y, de ella salían los mejores vinos
El Señor del valle, estaba contento con su Viña, se convirtió en la niña de sus ojos, pero había que protegerla de los ladrones, y, también de las aves, que si no se controlaban. Se llevaban todo el fruto, así que ordeno edificar una torre, cavo un lagar que rodeara la viña. Y, lo alquilo a unos labradores, dándoles la orden de que trabajasen bien la tierra, al tiempo de la cosecha, les enviaría a sus propios servidores, para que le entregasen el fruto de la misma, menos el 10% que sería para ellos, esos eran los términos del contrato.

Y, llego el tiempo de la vendimia, el Señor del valle, mando a sus servidores a cobrar, a recibir el fruto de la cosecha, pero los viñadores que ya se creían dueños, aunque hay que decir que el dueño de La Viña, les enviaba todo lo necesario para su cuidado. No quisieron compartir el fruto de su trabajo. Y, echaron a palos y patadas a los pobres servidores
El Señor muy enfurecido, con toda razón, mando otros que corrieron igual o peor suerte
Por último dijo, qué hago, su hijo que amaba mucho aquella viña le dijo, papá, si quieres puedo ir yo, es posible que a mí me traten bien, y, lleguemos a un acuerdo
Y, así se hizo
Pero aquellos hombres en su locura dijeron, “si lo matamos la Viña será nuestra para siempre”, así que secuestraron al joven, lo condujeron a un barranco a las afueras del pueblo, allí le dieron muerte, y, luego arrojaron su cadáver al fondo del barranco.
Cuando se enteró el Señor del Valle, lloró y se enojó muchísimo, mando ir a buscar el cuerpo de su amado hijo, por suerte las heridas eran muy graves, pero no estaba muerto, él tenía los mejores médicos. Y, el joven sano
Cuando estuvo ya restablecido de todo, su padre le pregunto, qué te parece que podemos hacer con los viñadores “que te mataron”, porque eso intentaron y, eso pensaron que habían hecho

Pobres, dijo el hijo
Aman la viña, la trabajan, papá te voy a proponer una idea
Algo propio de alguien tan bueno como tú, que nadie espera, todos esperan que pidas y ordenes su muerte
Qué propones pues hijo
Que los adoptes como hijos, que sean tus hijos, y, tus herederos igual que yo
Así trabajaran la viña mejor pues sabrán que es suya
Sea hijo, aunque lo harán igual
Pero, sea los adoptaré por hijos, si quieren claro esta
Y, así los asesinos del  hijo del Señor del Valle, dueño de La Viña, se convirtieron gracias al hijo del Señor del Valle, al que habían intentado asesinar, en sus hijos y herederos.

Fin

sábado, 9 de noviembre de 2019

Vendimia

La Vendimia

Había llegado el mes de septiembre, pronto comenzarían las clases, pero antes de volver al pueblo, Juan, Ester, y, sus padres irían a la vendimia

A los pequeños no les importo madrugar, ardían en deseos de ver lo que era, era su primera vendimia

Con gorros en la cabeza, para protegerse del sol, al mediodía, con pequeños cestos para ayudar un poco, fueron echando pequeños racimos de uvas en los mismos, viendo como los mayores llenaban grandes capazos, y, se los echaban a los hombros, ni Juan ni Ester podían usar tijeras, así que sólo podían coger los que sus pequeños dedos podían romper

Después de que todas las uvas estuvieron recogidas, fue la comida en el campo, acompañada de cantos, y, bailes de la región, de postre como no uvas

Y, ahora dijo una voz, vamos al lagar

Todos fueron hacia el sitio indicado, y, allí vieron como las uvas eran arrojadas en una especie de piscina donde había unos hombres y mujeres descalzos

Juan dijo a su madre

Mamá, porque les echan las uvas encima, no los ven

Claro que los ven, es para que las pisen

Y, de pronto los hombres y mujeres que estaban en “la piscina” se pusieron a bailar, y, fueron pisando la uva y el líquido de las mismas el vino fue saliendo por unos pequeños caños a otras piscinas y de allí a unos toneles

Que asco, no pudo evitar decir, Ester

No hija, el vino lo purifica, amen de que esas personas se han lavado antes los pies

Y, ya esta el vino para beber

Bueno, no, eso es todavía zumo de uva, ahora tendrá que dormir en las bodegas, primero se hará el mosto del que como no tiene alcohol el abuelo os regalará una botella, después el vino seguirá haciéndose mayor, le llevará meses, años, según el tipo de vino que se quiera, será como todo crecimiento un proceso lento, que apenas se notará, como él que vosotros estáis teniendo ahora.

Carmen la abuela interrumpió, la conversación venía con dos vasitos de zumo de uva, que había recogido en sendos vasos, para sus nietos.

Tomad, bebed, ya veréis que rico, tenemos que dar gracias a Dios por tan buena cosecha, por eso, el primer tonel el de la mujer uva va ser apartada para que fermente aparte, y, sea el mejor vino, es para la persona que más queremos.

Para papá, pregunto Juan
No hijo, no es para tu papá, ni para el abuelo, es para Jesús
El vino ese, se convertirá un día en su Sangre, cuando el sacerdote en Misa, pronuncie las palabras que un día dijo Jesús

Vaya abuela, dijo Ester, o sea que ese vino, llegará a ser Dios
Suena un poco a herejía, pero digamos que en cierto modo sí

Sabes abuela, renunciamos a la botella de mosto, que se transforme  también en vino, para que sea La sangre de Jesús

Aquella noche, regresaron a casa, y, si la abuela les mando la botella de mosto, y, los pequeños nunca olvidaron que aunque  no fuera en una iglesia habían estado en una acción sagrada, acaso no es la naturaleza el Templo de Dios

Fin

viernes, 18 de octubre de 2019

La aparición

La aparición

En aquel pueblo la gente andaba nerviosa, era un pueblo pequeño en el que nunca había pasado nada.
Hasta que una vecina dijo que La Virgen María, se le estaba apareciendo con mensaje.
Los mensajes eran extraños, les decía que tenían que levantar muchas capillas en su honor
Adornar con oro y diamantes sus imágenes.
No leer la Biblia, ya les bastaba lo que escuchaban en Misa.
No hacer caso al Papa, sino a los mensajes que les iba dando, por medio de su sierva.
Echar a los miembros de otras Iglesias y religiones del pueblo, sobre todo a los judíos e islámicos.
Y, por supuesto dar dinero a su sierva la vidente, para que mandase hacer sus capillas
Nadie creyó los mensajes, el primero D. Abundio el viejo cura, que amenazo a “la vidente”, con pasar su caso al obispado, si no cesaba en “sus tonterías”, y, diciéndole  a los demás y, a ella misma, que los supuestos mensajes eran anticristianos.  y, por lo tanto no podían proceder de Nuestra Señora, por ejemplo como iba decir que no se leyera la Biblia que es la Palabra de Dios, estar contra los judíos, si Ella es Judía, etc.
Pero la vidente no cesaba, y, convoco a la gente a todos, en un monte cercano a un vertedero de basuras. Les dijo que los que estuvieran en Gracia, los elegidos por Dios, los que no hubieran cometido ningún pecado mortal,  olerían un perfume a rosas, a gardenias. Mientras que los pecadores endurecidos, los que hubieran cometido pecados mortales, olerían  el vertedero.
Y, allá se fueron casi todos
Y, todos notaron el olor a la pestilencia, pero callaron dijeron que les olía rosas, a gardenias. Cada uno por separado pensó, que no era cuestión de avergonzarse, ya  examinarían su conciencia y lo solucionarían en el Confesionario
Bueno no todos, el viejo cura no, dijo que apestaba, entonces la vidente y, los vecinos decidieron casi su muerte lo apalearon, dijeron que era un mal cura y un mal cristiano.
Al cabo de unos días volvieron a repetir la experiencia, y, hubo un matrimonio que llevo a su pequeño de 4 años
El niño se puso a llorar, diciendo. “Mamá, quiero irme huele mal”
Entonces todos supieron que la vidente era una mala mujer, que quería explotar la buena fe y la ignorancia de sus vecinos.  Era evidente que un niño de 4 años  está en Gracia, así que  oler a vertedero no era señal de nada, sino de que allí había un vertedero
Fueron a pedir perdón al sacerdote, y, entregaron a la vidente falsa a las autoridades
El cura les pidió también perdón, por no haberse ocupado de facilitarles medios de formación
Y, prometió con la ayuda de La Virgen, la de verdad no la de la falsa vidente, solucionarlo pronto

Fin

martes, 8 de octubre de 2019

La red

La red

Soy una humilde red de pescador, a lo mejor cuando tu leas mi historia ya no existiré, aunque creo que me espera un destino glorioso, pero que digo, solo soy una red

Te cuento mi historia, a mí me tejieron me fabricaron, o como quieras llamarlo en Galilea, una tetrarquía del rey Herodes, mis dueños eran dos hermanos casados con familia que vivían en una aldea de pescadores, llamada Cafarnaúm

Todas las madrugadas, me echaban al mar, bueno al lago, para que atrapase los peces,  me daban un poco de pena, aunque claro, mis amos tenían que comer, y, la demás gente, además los peces se comen unos a otros. Ya me estoy yendo del tema

El caso es que aquella noche fue horrible, mis amos lloraban, si eran dos hombres curtidos y lloraban ni un solo pescado, y, eso significaba hambre, no habría peces que vender, y, no habría dinero para pagar los impuestos, a César, a Herodes, al Templo, ni para comprar comida

Ya me habían recogido, bueno nos habían recogido, pues éramos más de una, y, se disponían a volver a casa

Cuando se acercó él, el carpintero de Nazaret, una aldea de gentuza, eso se decía

Y, como si mis amos, hubiesen dormido como él toda la noche, le rogo a Simón que era uno de mis amos, que le dejase subir a su barca para hablar a la gente. 

Yo, y, mis compañeras nos dijimos que lo iba mandar con viento fresco, otro charlatán me dije, no ve que están cansados, pero Simón le dejo, las  gentes le oían entusiasmados, nosotras las redes, pues no, somos redes

Al acabar  le dijo, a mi amo Simón,  rema mar adentro, y, echad las redes para pescar

A mí me dio la risa, no me reí porque soy  una red, a mis compañeras les paso lo mismo,  pero es que ya me diréis si no es de risa, que un carpintero le diga a un pescador que brego toda la noche, que eche las redes a pleno día

Conocía el mal genio de mis amos, y, esperaba una respuesta que pusiera al insolente en su sitio, pero mi amo Simón no lo hizo, al contrario, le respondió, “Toda la noche hemos estado pescando, y, no hemos pescado nada, pero lo haré porque tú lo dices”

Pensaba deduzco yo, darle con la realidad en las narices

Así que nos volvimos adentrar en el lago, y, nos echaron al mar, es decir al lago, y, de pronto, todos los peces vinieron a nosotras, casi hundimos el barco

Yo soy una red, si no hubiera reído, llorado y temido

Mi amo Simón, se echó de rodillas ante El Carpintero, y, mi amo es un buen judío, no se arrodilla más que ante el Dios de Israel, pero hizo lo mismo con el Carpintero, y, le dijo, bueno lo que le dijo, si fue una tontería

“Aléjate de mí, Señor, que soy hombre y pecador”, vamos como si uno le dice al médico. “Vete médico que soy un enfermo”

El Carpintero, que a todo esto no, os he dicho que se llamaba Jesús, lo levanto le dio un abrazo, y, le dijo, “Tranquilo, desde hoy vas a pescar hombres”

Yo, pensé que iba fundar una red de salvamento, no me equivocaba mucho, la fundo, La llaman Iglesia, mi amo Simón sigue al frente, bueno, ahora le llaman Francisco

Bueno Simón, al que Jesús cambio el nombre por Pedro, esta con Jesús

Yo me sentí orgullosa de haber servido a Dios a realizar su milagro marítimo, y, triste por haber creído a la gente, que hablaba mal del pueblo de Nazaret, donde Dios había puesto lo mejor de la humanidad, su Hijo Jesús, el carpintero, Dios como  Él, María La Madre de Jesús, y, su Esposo José, del resto del pueblo, pues como todos.

Aquel día aprendimos mis compañeras y yo, y, nuestros amos, que con Dios nunca es tarde, y, que no se atiene a reglas

Fin

domingo, 8 de septiembre de 2019

Sal. El sabor de los sabores

La Sal. El sabor de los sabores

Este relato, que dedico a mi Tía y socia, Flora en el Cielo donde sé que Dios, disfruta de su compañía.

Lo cuento como ella me lo contó muchas veces

Hace mucho tiempo, que había un rey muy poderoso, que tenía  3 hijas, 3 princesas una de las cuales heredaría el trono

Llamo el rey a la primera hija, la princesa “Lofaire”, y, le dijo.

Dime hija, como es el amor que sientes por mí

La princesa pensó un poco, y, respondio
Mi Padre y Señor, vos sois para mí, como todos los océanos, y, sus riquezas, como todas la montañas y sus riquezas, como el color y el canto de todas las aves, como todos los tesoros que la tierra esconde en sus entrañas, por encima de los amores que me brinden mis pretendientes. Mi amor es o quiere superar todo esto que os he nombrado

El rey sonrío, y dijo a la princesa sois una buena hija, retiraos, que venga Lereina, vuestra hermana

Y, llego la princesa Lereina, y, el rey le hizo la misma pregunta
Y, la princesa le dijo que lo amaba más que a la  música, que a la pintura que a la poesía, que no podía describir su amor, el rey le dio las gracias, y, la despidió, rogándole que viniera la hermana menor.  Flora

Y, llego Flora, el rey le pregunto lo mismo, que a sus hermanas, y, ella saltándose el protocolo, se sentó en el regazo de su padre, y, le dijo, papaíto, yo te quiero como a la sal, tú para mí eres como la sal

El rey se indignó y mando que fuese encarcelada en una mazmorra.

Paso el tiempo, y, el rey enfermo, ningún plato de los que le servían le apetecía, hicieron venir los mejores manjares de todo el mundo, nada, nada comía el buen rey, y, se estaba muriendo, sus hijas sólo acudían a verlo, guiadas por el protocolo.

Pero un día, un criado se dijo, “No quiero que muera mi rey”, le voy a preguntar porque no come, ya que los médicos que lo visitan no le encuentran nada
Y, saltándose el protocolo, el criado le pregunto. Por qué no comía, y, el rey, le respondió, porque la comida que me servís no tiene sabor, todo es lo mismo

Majestad dijo el criado, han cocinado para vos los mejores cocineros, y, han venido viandas de todo el mundo.

Nada de eso, te digo que sea mentira, pero a los platos les falta algo. ¿Dime, sabes si les han echado sal?

Sal, no Majestad, después de lo sucedido con, bueno vuestra Majestad ya sabe, pues las princesas han dicho en la cocina, que se arrojará la sal al campo.

Hijas necias, y, necio yo, que desdeñe la que me amaba de verdad, manda que vayan a comprar sal, y, cocinadme lo que sea, el más humilde de los platos, y, servídmelo

Hicieron como dijo el rey, que comió con placer, luego dijo, ahora quiero ir a las mazmorras a liberar a la mejor de las hijas que Dios y la reina, me dieron, ella será mi sucesora. Y, como lo dijo lo hizo, no sin antes pedir perdón a su hija Flora, intento hacerlo de rodillas pero ella, como buena hija, y, buena súbdita no le dejó.

Padre, no me dolió el ser encarcelada, sino que no entendieses mi amor, quería decirte que no podía vivir sin tu cariño, que eras mi papá, que eras como el sabor de los sabores

El rey, le dio un beso, y, prosiguió me cegué con lo que dijeron tus hermanas, pero sin lo que ellas dijeron se puede vivir, los tesoros que esconde la tierra muy pocos tienen acceso a ellos, pero sin la humilde sal, sin el sabor de los sabores nos morimos de hambre, pues la comida, a nada nos sabe.
Fin

sábado, 31 de agosto de 2019

El heno

El heno

El heno es la hierba seca mezclada con paja, que se usa, o se usaba al menos como cama, y, para alimento de los animalitos del campo, compañeros de trabajo del hombre, vacas, bueyes, burritos, mulas, etc., una parte se les echaba en el pesebre, para que comiesen.

Otra más abundante y con más paja, se repartía por el suelo, para que durmiesen

En esta historia, donde hay, al menos una vaca, un buey, una mula y un burrito, estaban todos muy contentos, porque  su amita, la humana para la que trabajaban  como ayudantes en el campo les había echado en su pesebre heno, un heno que se veía tenía que estar muy sabroso, y, les había hecho “su cama “con paja y hierba limpia

Pero cerca ya de la noche, entraron aquellos dos jóvenes, ella esperando un bebé para muy pronto, y, cogieron  de la paja y, la hierba que era la cama de ellos, para poder descansar un poco, y, luego cuando nació el bebé que era muy lindo, como todos los bebés, y, muy llorón, la mamá,  lo coloco en el pesebre, y, lo cubrió además de con los pañales y la ropita que le traía, con el heno que era su comida.

Y, ellos miraron al bebé y a la mamá, y, como serían todo lo irracionales que quieran, pero de tontos nada, vieron que aquel bebé era su Creador, que había nacido como un humano, él sabría porque, y, la mamá que era muy guapa, y, era una humana, sólo una humana, era además su Reina, y, como buenos súbditos, no ignorantes como los humanos, se sintieron orgullosos de que su Reina, escogiese tener a su bebito entre ellos, y, que lo que iba ser su comida, le sirviese de abrigo al Recién nacido.

Luego hablaron entre ellos, y, decidieron que como Creador sería todopoderoso, pero como bebé llorón era lo más indefenso, y, precisaba calor, y, los cuatro se pusieron a echar su aliento sobre él, y, sus ángeles de la guarda, porque los animalitos también tienen su ángel de la guarda, les dijeron que habían hecho muy pero que muy bien.

La Mamá del bebé, la joven María, y,  su esposo, el joven José, sonreían y, vigilaban no le fueran hacer daño al bebé, y, es que La Mamá María, no sabía que Ella era ya la Reina de todo lo creado, y, lo que estaba viendo, era el homenaje de sus súbditos más inteligentes los animalitos buenos.

Fin

martes, 27 de agosto de 2019

El mañana

El mañana

Un niño pregunto a su abuelo, abuelito, qué  es, el mañana
El abuelo estuvo callado un poco, fumo su pipa, porque los abuelos entonces fumaban, después miro al cielo, miro a la tierra, volvió fumar, el niño estaba ya nervioso, hasta había dejado tranquila a una pobre lagartija. Abuelo. ¿No me has oído?, qué es el mañana

El mañana, dijo por fin el viejo, es una mentira, un cuento, una trola, el mañana no existe

Qué dices abuelo, cómo no va existir

No hijo, lo único que existe es hoy, y, a veces nos engañamos dejando cosas para “mañana”, o “el mañana”, y, esa mañana, o  “El mañana” nunca llegan, porque siempre estamos en hoy.

Por eso, debemos hacer las cosas en su momento, y, vivir la vida en su momento, en el hoy que nos encontramos, porque no sabemos si tendremos otro hoy, porque no lo olvides nunca, si Dios en su infinita misericordia nos da otro día de vida, ese día no se llamará mañana, se llamará “hoy”

Fin.

jueves, 22 de agosto de 2019

El Robledal

El Robledal

En el pueblo había un inmenso bosque de robles, es cierto que había también otros árboles pero estos los robles, eran los más abundantes.

A los vecinos del pueblo, les gustaba ir a sentarse en el verano, y, en los días cálidos del otoño a  la sombra de los árboles, y, a los chiquillos correr y jugar entre sus gruesos troncos

Nadie había recorrido nunca toda su extensión, al menos que se supiese, pues acababa en una peligrosa barranca

Pero un día, unos chiquillos que jugaban imprudentemente cerca de la misma, encontraron un esqueleto humano. Se asustaron como no podía ser menos y fueron dar aviso a las autoridades

Vino el señor juez ordenó el levantamiento de los restos, de los huesos, y, se condujeron al centro anatómico, y, empezaron las especulaciones, no había ropa, solo girones de tela pegada a los huesos y, una especie de cartera de piel de cabra, o algo parecido

El juez hombre ya mayor dijo, pienso que esa cartera perteneció en vida, al marido de Patricia, la señora patricia, su marido fue seguramente como pensábamos uno de los paseados en ese triste episodio de nuestra historia, le fusilaron desnudo sólo con algunos trapos encima y dejaron su cuerpo en el robledal, en la parte que nadie visitaba. Hay que comunicárselo a su viuda, la pobre mujer piensa que se marchó como pensaba para Argentina

Todos es decir el juez, el forense, y, el cura del pueblo que se hallaba presente acordaron ir a dar la noticia a la señora Patricia.

La señora Patricia era una mujer mayor vestía de negro, pero tenía siempre una sonrisa en la boca, dispuesta siempre a ayudar a quien lo necesitará, había sacado adelante a 4 hijos, cuando el marido desapareció, y, ahora ayudaba al nieto  casado y en paro con 2 niños que tenía en casa, y, a sus 94 años, aún trabajaba el campo, las pequeñas huertas que tenía

Les mando entrar pues las puertas de su casa siempre estaban abiertas,  les ofreció un vaso de vino, o de leche recién ordeñada, ellos optaron por el vino, y, se sentaron tras hablar de cosas intranscendentes  fueron al meollo de la cuestión, le mostraron la cartera, y, le dijeron que habían hallado el cuerpo de su difunto esposo del señor Raimundo

Están locos, dijo, de dónde han sacado eso, a saber de quién serán esos huesos, a lo mejor de un romano, dicen que hubo por aquí, mi marido se fue para Argentina, lo que pasa es que allí, rehízo su vida, y, bueno hace dos meses me entere de su muerte. Pero no lo paseo nadie.

¿Está segura, señora Patricia?.  Pregunto el juez

Pues claro, y, ahora déjenme, que tengo que hacer la comida, buenos días les de Dios.

Al medio día, conto lo sucedido a su nieto y a su mujer.

Quiero. Les dijo, que de lo que os voy a contar no, contéis nada, a nadie,  y, a nadie es a nadie

Prosiguió

Los restos son de tu abuelo, había vecinos que no compartían sus ideas políticas, bueno más bien le tenían rabia por otras cosas que no vienen a cuento, y, lo denunciaron al que era entonces el alcalde del pueblo, de ideas contrarias a las de tu abuelo

Él tenía pensado irse para Argentina, eso es cierto.  Pero una noche lo vinieron a buscar, él propio alcalde y, otros de su cuadrilla, yo los seguí sin que me vieran pensaba poder ayudarle, pero el alcalde salió del grupo y, me ataco por la espalda me amordazo me tumbo al suelo y me violó, mientras era violada sentía los disparos que mataban a mi marido. Luego me advirtieron que si decía algo, matarían a toda mi familia, es decir a mis hijos y, a mis padres.

Calle, al poco tiempo supe que estaba embarazada, sabía que no era de mi esposo, por el tiempo que había pasado. Durante un tiempo pensé en deshacerme de aquello que crecía en mi vientre, pero luego me dije a mi misma, que aquel hijo era mi hijo, y, era hijo de mi esposo, pues lo concebí sí, por la violencia del alcalde, pero por salir a intentar defender a mi esposo. Y, además era un inocente que no tenía culpa de nada.  Deshacerme del, matarlo, sería ser como mi violador.  Así que seguí adelante con mi preñez y nació tu padre.

Eres admirable abuelita, dijo el nieto, pero no entiendo, por qué has mentido ahora

No he mentido, he tapado una parte oscura de la historia en la que nos volvimos bestias, tu abuelo está muerto, pues ya está, decir que eran sus restos  no le iba volver la vida. Y, destaparía rencores que ya están olvidados, el actual alcalde es nieto de aquel, y, este es un buen hombre, y, el otro, bueno, era otra época, una guerra había rencor, los de tu abuelo tampoco eran unos angelitos, y, no puedo asegurar aunque creo que no, que tu abuelo no hubiese hecho alguna barbaridad con los contrarios a sus ideas, pero eso es de otra época, a los muertos hay que dejarlos descansar en paz. Del pasado no hay que remover los muertos. Sólo fijarse en los errores para no repetirlos. Y, en los aciertos para imitarlos

Pues Silvino el de la granja,  ha puesto un requerimiento para encontrar los huesos de su bisabuelo,  que fue paseado, y, cree que lo sepultaron cerca de alguna tapia, o de una cuneta qué le parece. Pregunto la nieta política

Mira hija, no voy juzgar yo a Silvino, que no soy juez, pero pienso que mejor haría yendo visitar a sus padres que tiene en un asilo de ancianos, y, a los que no va ver, según él mismo cuenta, que buscando los huesos de un bisabuelo que no conoció, y, al que en el Cielo no le importa donde estén sus huesos. Pero no hagáis caso, que soy una vieja

Vieja, sí, dijo el nieto dándole un beso, pero muy guapa y muy sabia

Fin


martes, 20 de agosto de 2019

El Faro

El Faro

Hacía pocos meses que Clarisa, se había tenido que mudar a un pequeño pueblo del interior de España.

Su carácter alegre, y, jovial, chocaba con aquel lugar que parecía dormir anclado en el tiempo

Sus estrechos y empedrados callejones daban una sensación de ahogo, que hacían sentir a Clarisa, la impresión de que se iban a derrumbar sobre ella.

Las gentes del pueblo eran hoscas, taciturnas, como si ocultasen un gran secreto, un secreto sobre el cual pesasen no los años, los siglos, todo era sombrío en aquel lugar, salvo la vieja ermita, pero esta,  salvo los domingos que el cura venia decir Misa, a la que asistían solo 4 mujeres enlutadas y unos pocos chiquillos, estaba cerrada

Ella se dijo, a si misma, que todo era producto de su mente, debería de procurar encontrar amigos, su trabajo lo realizaba desde su casa, por medio de Internet, así que no le quedaba otra, que buscar  sitios donde conocer gente a fin a ella, imposible.

Se dedicó a ir al único cine que tenían, y, que abría todos los días, trato de entablar conversaciones en el café, en la tienda, pero todo eran monosílabos.

Un día, en su casa, que daba como todas a un oscuro callejón, le pareció que la luz de la farola, el faro le llamaban en el pueblo que alumbraba, bueno decir alumbrar es mucho, la calle, se apagaba por momentos, y, que se escuchaban gritos. Se asomó pero no vio nada, el farol, es decir la farola, seguía alumbrando igual, y, no había nadie. Se dijo a si misma que aquello era fruto de su desbocada imaginación, y, después de cenar, leer, ver un poco la tv. Se fue a la cama

Pero el hecho se repitió al otro día, y, al otro.

Su mente abierta le dijo, que era posible, que algo hubiese sucedido en el pasado, y, se propuso investigarlo

Y, como ya había previsto, le dieron con todas las puertas en las narices, una extranjera, metiendo las narices en la historia del pueblo

Un día, pregunto por un templo cristiano de culto  a católico,  poco falto para que la apedrearan, no entendía el por qué. Pero no era mujer que se amilanase

Y, decidió llamar a Juan su  ex pareja. Era historiador doctorado en historia medieval, y, acepto ayudarle

Y, así, Clarisa se enteró de que en La España de Felipe II, donde la quema de “herejes” era el deporte del buen rey, una mujer luterana, había conseguido refugiarse en aquel pueblo, donde ella vivía ahora, se había escondido allí con sus dos criaturas, y, otra que llevaba en su vientre, pero un día un grupo de vecinos que venía de Misa, la descubrió, y, decidieron llevarla ante el Tribunal de La Inquisición,  primero le arrancaron los hijos de las manos, desoyendo sus gritos, luego olvidando su estado, o, mejor recordándolo, la golpearon hasta hacerla abortar, pues el Tribunal no infringía torturas a las embarazadas, hasta que parían, los golpes no sólo causaron la muerte del inocente no nacido, sino los de la pobre mujer luterana.

Cuyo cadáver, fue encontrado al día siguiente, los autores no negaron los hechos, pues torpemente pensaban ser recompensados, pero fueron condenados a muerte. Ellos no eran quién, para condenar ni matar a nadie. El pueblo entero, saco a los asesinos de la mazmorra y, se mantuvieron ocultos en los sótanos de las casas,  hasta que el hecho se olvidó, y, el pueblo se mantuvo siempre como un pueblo fiel, al rey, y, a la Iglesia.

Pero la joven madre luterana asesinada, antes de morir había dicho, que perdonaba a sus verdugos, pero  le pediría a Dios que su crimen fuese sabido por todo el mundo

Y, por eso, el tiempo, había devuelto sus lamentos, y Clarisa los había escuchado, ahora ya todo el mundo sabía la verdad, aunque el pueblo siguiese llevando el peso de su viejo crimen encima

Clarisa conto el hecho histórico en las redes sociales, y, en la prensa, aunque muchos no lo entendieron

Hubo una mujer que sí, por eso, aquella noche, el farol, es decir la farola ya no tembló, ni quiso apagarse ni se oyeron más ruidos que los ladridos de los perros, y, el canto de los pájaros.

Fin

sábado, 17 de agosto de 2019

El cisne del río Cabe

El cisne del río Cabe

En el río Cabe, en la ciudad, más bien aldea, o pueblo rural de Monforte de Lemos.
Cerca del mal llamado “Puente romano”, Puente viejo, y, va que se pierde, hay un paseo fluvial, mal cuidado, sucio, viejo. Pero no voy hablar ni del puente, ni del pueblo, ni siquiera del río

Voy hablar de un cisne blanco, que mezclado con otras aves acuáticas, se desliza por las aguas, no muy limpias, todo hay que decirlo

A veces el ave, sale con otras de su especie, a los pequeños prados que rodean, el paseo,  extiende sus blancas alas al cielo, menea su cuello, come en la hierba, luego se aleja del grupo, y, se queda solo mirando, a lo lejos.
Un día me pareció ver una lágrima en sus ojos, tal vez alguno pueda pensar que estoy loca, un poco sí, lo confieso, y, me alegro de ello, es precisa un poco de locura, para vivir en este mundo. Pero sigamos con el cisne del río Cabe

Decía que el animal, parecía llorar, y, es cierto. Porque este cisne tenía una hermosa compañera, una cisne macho, con la que recorría las aguas de otro río, El Tormes en Salamanca, pero un día, una persona, no sé si natural de  Monforte, o de otro pueblo, decidió tomarlos para su finca privada, la hembra y los cisnes pequeños murieron. Y, sólo quedo el cisne macho. Que por decisión de las autoridades no podía estar en finca privada, y, dado que su captor, había llegado con ellos a Monforte, termino en el río Cabe, por eso, El Cisne blanco llora por su amada, y, por sus hijos, no ha vuelto a tomar pareja, cosa normal en su especie, y, sueña el día. Porque está convencido de ello. De hallar a su amada en el Cielo, y, deslizarse por las aguas de las lagunas celestiales

Yo, también creo que será así. Mientras tanto, y, mientras dure mi estancia en esta mal llamada ciudad. Cada vez que paso por el Puente viejo, y, veo al Cisne blanco, le envió un saludo, aunque las gentes de este lugar me miren como una loca. No me ofende. Porque es un poco verdad

Fin


domingo, 16 de junio de 2019

sable (bíblico)


El sable (bíblico)

Anturio era un soldado romano, que había sido puesto a las órdenes de Herodes, como buen militar era obediente, pero no tenía simpatía por Herodes, y, todos los días, pedía a los Dioses, que le permitieran no cometer injusticias para complacer al tirano. Es decir a Herodes

Aquella mañana, no encontró su sable, lo buscó y, rebusco, pregunto a sus esclavos, nadie sabía que había pasado.

Fue entonces cuando, le llego aviso de que Herodes, deseaba verlo, a él y, a sus compañeros

Herodes les contó, que había tenido noticia de que había un nuevo rey, que quería su puesto, pues el rey de los judíos era él, aquel rey, era un impostor, e iba acabar con él

Todos le dijeron, si le iba declarar la guerra

A lo que Herodes dijo que no, lo iba matar

Entonces le preguntaron todos, si había dado orden de buscarlo y detenerlo

No, dijo, Herodes no sé dónde está, sé que nació en Belén, como mucho hará dos años, aunque es posible que sólo haya meses de eso

Todos se rieron, pues lo tomaron por una broma

Pues  que se haga grande, y, luego vuestra Majestad lo vencerá

No, es una broma, estúpidos, vocifero, el maldito rey, por eso he ordenado que deis muerte, a todos los bebés de esa edad

Hubo protestas, pero la amenaza de perder su propia vida, les hizo desistir

Anturio, se acercó a Herodes y le dijo, que no podía obedecer pues había perdido su sable, Herodes, le riño, y, amenazo, pero como no apareció, pues no pudo hacer nada.
 Quien si lo hizo fue Anturio, que aviso a muchas familias, aunque la mayoría no le creyó porque era un gentil, un pagano, quien si lo hizo, fue el Cuarto Rey Mago, Eliab, y, aprovecho para ser el ángel que aviso a San José, y, así se pudo salvar Jesús,

Por la noche, Anturio, estaba dando gracias a sus Dioses, cuando oyó una voz, miro, y, vio un joven, tenía su sable en la mano. Le dijo, “Soy David, el Rey David, te doy las gracias porque eres bueno, y, no quieres matar inocentes, yo estoy en el Limbo, lo que llamáis el Sheol, hoy tú has salvado la vida de mi heredero, el verdadero rey de Israel, ahora van camino a Egipto, Dios quiere premiarte, porque eres bueno, deja el servicio a Herodes, no temas se te va ayudar, luego cambia de ciudad, y, busca un rabino que te explique la verdadera fe”

Anturio, se dijo que era un sueño, y, así debía de ser,  pero el caso es que a su lado, en su almohada estaba el sable, no sabía qué hacer,  pero vio que estaba cojo

Su cojera no mejoró, y, claro tuvo que dejar de ser soldado, así que se cambió de ciudad e hizo, lo que el Rey David en la visión le había dicho. Y, así conoció la verdadera fe

Y, un día conoció, a, bueno esa es otra historia

Fin

sable (relato)

El sable (relato)

El pequeño Luis, cumplía cinco años, y, su abuela Leandra, le hizo un regalo muy especial, un sable de madera. Se lo entrego en una caja con un gran lazo,  a Luis le agrado mucho pues tenía muchas ganas de tener un sable, y, convertirse en un guerrero, que venciera a todos los malos del mundo.
Pero su abuela Leandra, le dijo, “te lo regalo, para que cuando seas mayor, luches para que no haya armas, sólo sables de juguete”

Luis no entendía, para él las armas eran buenas, así que se puso a jugar tampoco era ocasión  de pensar mucho, que sólo tenía cinco años

Cansado de jugar con sus amiguitos, y, sus hermanos, se sentó en un rincón del jardín, y, se quedó dormido

De pronto, miró y no conocía lo que tenía delante, era un paisaje diferente, aunque el lugar era el mismo, pero de otra forma, oyó la voz de su papá, llamándolo, “Luis, Luis”, se acercó corriendo su papá estaba vestido de forma rara, como esos señores de las pelis, y, tenía un sable en la mano, pero no era el suyo, era un sable de verdad.

Marcho a la guerra, al servicio del César, obedece a tu madre, y, a tú abuela. Luis no entendía nada, pero vio como su padre se despedía de su mamá quien también vestía de una forma muy rara

Al poco tiempo, escucho un ruido, eran caballos que se acercaban, a lomos de los mismos venían hombres, vestidos como su papá, con un papel muy raro en la mano, entraron en casa, con sus sables, para comunicar que su papá había sido muerto por traidor, y, por orden del César, iban a matar a toda la familia, él tuvo miedo, y, se escondió

De pronto oyó que lo llamaban, no contestó, no quería morir, la voz se hizó más fuerte, era su abuela Leandra, todo había sido un sueño

“Te dormiste cariño”, le dijo Leandra

Abuela, no quiero el sable, no quiero ningún arma, porque son malas dejan a los niños sin papás

La abuela sonrió, y, le dijo, ven vamos a enterrarlo

Y, le entrego su verdadero regalo, una pelota, una cocina, y, un tren, la cocina para que cuando fuera esposo y papá, ayudase a su esposa a cocinar.

Fin


jueves, 25 de abril de 2019

El Pan (bíblico)


Jeremías  no daba a abasto, debido a las fiestas de Pascua, todo el mundo le encargaba sus panes ácimos, cierto que en la mayoría de las casas, los cocían las mujeres,  pero siempre eran insuficientes, pues no faltaban los parientes y amigos de la diaspora, que volvían a casa

Aquella mañana, observo sus  2 panes ya no le quedaban más eran preciosos, pronto vendría por ellos  Juan, el hijo menor del pescador Zebedeo,  María la viuda de José el Carpintero,  los había hecho casi todos, para la cena de su Hijo, pero  se había acabado la harina, así que recurrían a él

Mientras Jeremías, salia al vestíbulo, los panes hablaban entre si, el primer pan, dijo que estaba deseando el momento en sumarse a la celebración de la liberación de la esclavitud de Egipto

el otro pan se echo a reír, "Deseando que te claven un cuchillo, te hinquen unos dientes, pues yo no, y, pienso hacer lo que sea, porque no me vendan, rodare y caeré al suelo"

"Vaya tontería, sabes que nos va comprar Jesús"

" Mira que grandeza nos va comer un carpintero, rechazado por los grandes del Pueblo, que no amigo,  yo no voy a esa mesa"

Cuando llegó, Juan, Jeremías le  dijo que le regalaba los panes, el Maestro, es decir Jesús,  había curado a su hermano de la lepra; así pues le dio un pan, pero cuando quiso tomar el otro cayo al suelo, Juan dijo que lo aceptaba igual, pero el pan rodó, y, rodó,  hasta ponerse debajo de un mueble y, fue imposible

A la noche comieron los panes y, en mitad de la cena, Jesús tomo el único pan, que había conseguido Juan, pronuncio unas palabras, tras pedir en oración permiso a su Padre Dios, y, el Pan se transformo en su Cuerpo, Él mismo se hizo presente en Aquel pan, que ya no era Pan era Él mismo, el humilde pan que deseaba ser comido, para así ser parte de la celebración de la Pesej, la Pascua judía, se convertía en el Cuerpo del Hijo de Dios, el Pan de la Nueva Pascua, la definitiva la Pascua cristiana y eterna.  En cuanto al otro pan, pues al cabo de varios días, lo encontró Jeremías, sin moho pues era ácimo, pero duro como una piedra, que ni para las gallinas servía, así que lo arrojo al vertedero, sin besarlo,  pues al pan lo besamos porque nos recuerda La Eucaristía, y, en cierto modo seguro que por homenaje a aquel buen pan. y, de aquello Jeremías aún no se había enterado.

y, mucho menos el pan que no quiso ser comido

fin


martes, 16 de abril de 2019

Confidencia bíblico

Lázaro y sus hermanas estaban encantados, porque José, el amigo de su padre Lázaro,  y su esposa María junto con su hijo Jesús, se alojaban en su casa.

los niños Lázaro y Jesús, eran amigos, y, siempre que sus padres se lo permitían estaban juntos. Los padres de Jesús habían ido, para celebrar la Pascua,  en Jerusalén, con unos parientes que eran también parientes de Séfora la mujer de Lázaro padre; Jesús era la primera vez que iba al Templo, bueno la segunda, pero de la primera a los 40 días de nacido, no se había enterado, ahora miraba extasiado la maravillosa construcción.

Aunque no podía reprimir un estremecimiento cuando oía balar una oveja, o mugir una vaca o un ternero que estaba siendo sacrificado. Sí del dependiese no se haría.

Los días pasaron, y, José y María se despidieron de Lázaro y Séfora y de sus hijos, llamaron a Jesús, pero al no acudir dieron por hecho, que estaría en la caravana, pero no estaba en la caravana,  lo buscaron, volvieron a todos los sitios donde había estado, a casa de parientes nada, y, como no, volvieron a la casa de Lázaro, no estaba,  pero Séfora  la madre mando a éste hasta el Templo, a ver si lo encontraba allí

Y, allí estaba haciendo preguntas y respondiendo

Lázaro fue corriendo hasta él

Tus padres te van a matar, te llevan buscando 3 días, qué haces aqui

ya lo ves, esta es mi casa

tú estas chalado, tú casa, ésto es el Templo del Señor
ya lo sé, por eso digo que es mi casa, es La Casa de mi Padre, de mi Abba

La Casa de tu abba,  esta en Nazaret, tu abba es José

No, Lázaro José no es mi padre, bueno si lo es, pero no como tu piensas, yo soy hijo de Dios

claro como todos

No, me has entendido, lo que quiero decirte es que "Yo soy el Hijo de Dios", y, soy, El Enviado el Mesías

Lázaro no sabía que decir, Jesús nunca le había mentido, además para que iba decir aquello, que de no ser cierto, sería una blasfemia.  Sin saber  cómo se vio de rodillas,  diciendo. Señor, soy  indigno de tu amistad

Pero Jesús lo tomo de un brazo y lo levanto, tranquilo, y de esto no digas nada,  espero que nuestros padres nos dejen vernos pronto

Y, Lázaro se fue avisar a María, y, bueno esa parte la cuenta Lucas muy bien

la  amistad de Jesús y Lázaro nunca se rompió, por eso cuando un día murió Lázaro, Jesús no  pudo evitar llorar, claro que después lo volvió a la vida.

sábado, 6 de abril de 2019

O pan ( conto galego)



O pan

Carmela quedou viuva moi nova, con tres picariños  mais outro que naceu sete meses despois da morte do seu pai.

D’aquela  a xente casaba moi nova, o millor dito, casabana. Asi que os 20 anos, Carmela xa era nai de catro meniños,  probes, probes de andar a pedir non eran, pro ricos, o que se dí, ricos pois tampouco

Tiñan unha leiriña que traballaba  Carmela, cando podía, unha vaquiña, unha porca de cria, en alguns, coellos, e galiñas

Na aldea había un so  forno pra cocer o pan, o forno era propiedade do que antaño fora o señor feudal, e levavano, os seus herdeiros, o mellor dito, o herdeiro, Anton, un bon rapaz, que  só lles cobraba unha pequena cantidadade,  en fariña, cartos  u, outros bens

Carmela, iba  cocer o pan, coma os outros veciños e pagaba o mesmo que os outros, pro veu un día, que tivo malas colleitas, enton non podía pagar, e falou con Anton, Anton dixolle que xa pagaría cando poidese que primeiro ela e os nenos

E cando Carmela, quixo pagar, respostou, que estaba errada, que non lle debía nada

E outro día,  confesoulle que sentía por ila, algo especial, e quería que fose a sua dona, Carmela , dixolle que ila se debía o seu home, e os seus fillos, pro Anton, contoulle, que o matrimonio, era hasta a morte  dun dos esposos, e o seu marido, levaba xa morto  maís de catro anos. É que ademáis, por il, podían vivir coma irmans hasta que ela quixera

Pero Carmela,  rechazouno, non lle ia dar  os seus pequenos un padastro, e asi foi pasando o tempo, e ela seguía rechazando a Anton,  ainda que xa o amaba. As veciñas decían lle que era unha toleima, que os fillos marcharían un día, e unha muller precisaba un home que a defenderá, hai que lembrar que falamos do seculo XIV.

O caso foi, que chegou o día, en que os fillos de Carmela, marcharon da casa, a vivir as suas vidas, ningún quixo quedar ca nai,  foi enton cando Carmela, o ir cocer o pan, dixolle a Anton, que xa estaba soia,  Antón  perguntoille, por fillos,  e desexou toda clase de bens, e, ela dixolle,  o mellor agora, poderíamos

O que Anton respostou, non Carmela, xa e tarde eu, houbera sido un bo pai, dos teus fillos, pro agora acostumeime a vivir só, teño a miñas cousas, en non te faria feliz, debiches pensalo mellor  cando xo dixen, ti refutaxes  o meu amor, polos teus fillos, esquecendo que os fillos te deixarían un día

Agora so podemos ser bos amigos, e podes coma todos vir cocer o pan cando queiras

E Carmela quedou soa o resto da sua vida, Anton non, home e rico coma era, o final casou un dia nun matrimonio apañado cunha viuva rica o que non lle unía ningún sentimento
E as xentes notaban que no era feliz, hasta se volveu un poco amargado, e o mesmo lle pasou a Carmela, por non, aceptar o amor cando lles chamoou a porta

Fin

Confidencia

La Confidencia

Luisa iba todas las mañanas muy temprano a comprar el pan, para preparar el desayuno a su esposo, que llevaba muchos años enfermo en la cama

Todos en el barrio, admiraban a Luisa, por el cuidado con él que ella trataba a Juan, su marido, sobre todo porque el hombre cuando estaba sano, no había sido lo que se dice, un buen esposo. Es cierto que nunca la maltrato físicamente, pero sí en otros sentidos, por ejemplo le había prohibido que siguiera trabajando en la empresa de coches de alquiler en la que ella prestaba sus servicios, y, entonces la mujer precisaba la autorización del marido para trabajar, así que tuvo que contentarse con ser una simple ama de casa

Aquella mañana, Ana, la hija de la dueña de la tahona, decidió averiguar por su cuenta, y, decidió preguntarle a la propia interesada

Buenos días. Doña Luisa, puedo hacerle una pregunta, Luisa le respondió que sí, y, Ana le pregunto porque cuidaba con tanto esmero a su marido. Luisa le respondió, que por varias razones,  porque era su esposo, porque era un hombre muy bueno, porque estaban enamorados, y, que no entendía la pregunta

Entonces Ana, le hablo de cuando le prohibió trabajar fuera de casa, y, Luisa le conto la verdad, Juan, no le había prohibido nada, la había defendido, el dueño de dichas oficinas se había propasado incluso había violentado alguna empleada, y, lo mismo intento con ella, que se defendió como pudo y, logro escaparse, cuando se lo conto a su marido, pensaron entre los dos que hacer, denunciarlo sería inútil,  pues era la palabra del jefe contra la de Luisa, decir  que dejaba ella el trabajo sería un riesgo pues podría denunciarla de cualquier falsedad para que volviese, la única solución era que él su marido, “le prohibiese trabajar, aludiendo a que era necesaria en casa”, y, asi se  hizo, Juan tuvo que trabajar más, por eso ahora estaba enfermo, concluyo Luisa

Y, por cierto de simple ama de casa nada, he sido, educadora, pedagoga, psicóloga, catequista, biblista, consejera sentimental, enfermera, algo médico, economista,  cocinera, pastelera, en suma he sido mamá, mamá  y esposa, y, ahora soy doctora en todo lo anterior porque soy abuela de 6 nietos, los que Dios nos dio por medio de nuestros 3 hijos. Ya ves Ana, no todo es lo que parece

Ana, pidió disculpas, y, le rogo a Dios le ayudase a encontrar un marido “tan malo” como el de Doña Luisa

Fin

miércoles, 20 de marzo de 2019

Pichoncita, es decir una Paloma


"La Pichoncita, es decir  una Paloma"

Juan, al que ya apodaban, “El Bautista”; sentía en su interior, un sentimiento de que algo muy grande estaba a punto de suceder, llevaba ya tiempo diciéndoles a los que se iban a bautizar, o mejor dicho a que los bautizase, que pronto llegaría él que ellos esperaban, el enviado, pero que no pensasen que les iba ir bien, como no cambiasen, él que iba a venir, y, que los bautizaría en Espíritu Santo y Fuego, arrancaría los pecadores de la tierra, sería Ira, que devastaría y quemaría como si fuesen pajas, a los hacedores del mal, que recogería solamente lo bueno de Israel,  que no presumiesen diciendo que eran hijos de Abraham, porque Dios  podía sacar hijos de Abraham de las mismas piedras.

Entonces levanto los ojos, y, vio acercarse a Jesús, su primo, el hijo del tío José y de la tía Maria, una voz interior le dijo que era Él, que era él que, esperaban el Mesías judío.

Jesús se puso en la cola de los que iban a ser bautizados por Juan, y, él es decir Juan no entendía, porque guardaba fila, él no tenía que bautizarse, mucho menos guardar cola, le hizo señas con la mano, pero Jesús pareció no darse cuenta.

De pronto los dos primos estuvieron juntos, uno frente al otro, Jesús le dijo que iba a que lo bautizase, y, Juan le dijo que tenía que ser al revés, pero Jesús, sonriendo le dijo, déjame hacer, tenemos que hacer lo que Dios quiere, entonces Juan cedió, no le quedaba más remedio.

Jesús salió del agua, entonces Juan vio, una pichoncita, es decir una paloma, blanca como la nieve, hermosísima, con unas alas tan grandes, que se posó suavemente en los hombros de Jesús, y, lo abrazaba, y, Jesús le sonreía, y, le acariciaba las alas, que parecían hechas de Luz, y, escucho una Voz, que hablaba a Jesús y le decía, “Tú  eres mi Hijo amado, mi predilecto; en él que me complazco” y, no sólo eso, también oyó, que La Voz decía, “Este es mi Hijo amado, escuchadlo”

Juan cayo postrado de rodillas, pues estaba ante Dios, pero Jesús se acercó para despedirse.

Ahora ya no dudaba, el Mesías era su primo, y, algo más que no entendía, Dios le llamará hijo.

Paso el tiempo y Herodes metió a Juan en la cárcel, y, sus discípulos fueron a decirle que, Jesús trataba con la peor gente, que acogía a pecadores, a putas, a publicanos, y, que de ira, tenía más un niño recién nacido, así que el Mesías no tenía indicios de serlo

Entonces, Juan se acordó del bautizo, y, les habló de La Paloma, que él pensaba habían visto todos, pero nadie viera ninguna paloma, ni oyera voz alguna.

Fue cuando Juan, los mando a preguntarle al mismo Jesús, si era Él o tenían que aguardar otro

Cuando volvieron con la respuesta, que eran los hechos de Jesús, Juan creyó sin dudar, él era el que estaba equivocado, era Ira sí, pero con el Demonio, con el Mal, con la Injusticia, con el Pecado, no con sus hermanos menores a los que venía a buscar y salvar.

Y, Dios le reveló a Juan, que había visto al mismo Dios como es Tres Personas, en La Unidad de un Solo Ser,  El Padre que era La Voz, que escucho en su corazón, el Espíritu que sin ser paloma, quiso manifestarse así, para Juan y Jesús, y, el Hijo Jesús, que ahora era ya, para siempre también un ser humano, y su primo

Fin





miércoles, 13 de marzo de 2019

A Rula e dicir unha Pomba, cuento en gallego


A Rula, e decir unha Pomba  ( conto en galego)

Xan o que cha, alcumaban, “O bautista”; sentía no seu interior  un sentemento de que algo moi grande estaba a piques d’acontecer, levaba xa tempo decindolles os que se ian baptizar, mellor dito, a que os baptizase, que pronto chegaría o que eles agardaban, o enviado, pro que non pensasen que lles ia  ir ben, coma non cambiase, o que iba vir, e que  os baptizaría en Esprito Santo e Lume, arrincaría  os pecadores da terra, seria Ira, que devastaría e queimaría como se fora  pallas, os facedores do mal, que recollería so o bon de Israel, en que no fachendeasen decindo que eran fillos do Abraham, porque Deus podía sacar fillos  de Abraham das mesmas pedras

Enton  ergueu os ollos  e veu acercarse a Xesús, o seu curman, o fillo do tío Xose e da tia María, unha voz interior dixolle que era il,  que era o que esperaban, o Mesías xudeu. 

Xesus puxose na cola, dos que se ian baptizar por Xan, íl e dicir Xan non entendía, porque agardaba fila, il non tiña que baptizarse  moito menos gardar cola, ficholle sinais ca man, pro Xesús pareceu no  darse conta

De pronto os dous  curmans estiveron xuntos un frente doutro, Xesus dixo que ia a que o baptizase, e Xan  dixolle que non, que tiña que ser o revés, pro Xesús, sorrindo dixolle, deixame facer, temos que comprir  o que Deus quer, enton Xan  cedou, no lle quedou outra

Xesús saíun d’auga, enton Xan viu, unha Rula, e dicir unha Pomba branca coma a neve,  fermosisima, cuns as tan grandes que se pouso suavemente nos  hombros de Xesús, e que o apertaba e Xesús  lle sonría, e acariciaba a ás que parecían feitas de Luz, e, escoito unha  Voz que falaba a Xesús e lle dicía, “Ti es o meu fillo ben querido, do que estoy fachedoso”, e non so iso, tamen oiu ca Voz dicía, “Iste e o meu Fillo ben querido, escoitadeo”

Xan caiu de xeonllos, pues estaba diante de Deus, mais Xesús acercouse para despedirse

Agora Xan, xa non dubidaba,  o Mesías era o seu  curman, e algo maís que no entendia, Deus chamaralle seu fillo

Paso o tempo e Herodes  meteu a Xan na cadea, e os seus discípulos foron lle a dicir, que Xesus trataba ca peor xentilla,  ca, acollia a pecadores, a putas, a publicans,  e que de Ira tiña mais  un meniño recen nado, asi que o Mesías non tiña trazas de ser

Enton Xan, acordouse do baptizo, e faloulles da Pomba que  cavilaba il, viran todos, mais naide vira pomba algunha  nin ouvira voces

Foi enton cando Xan, os mandou a perguntarlle  o mesmo Xesus, se era il, ou tiña que agardar outro

Cando viron ca resposta, que eran os feitos de Xeus, Xan creu sen dubidalo,  il era o errado, era Ira sí, pro con Demo, co Mal, ca Inxustica, con Pecado, no cos seus irmaciños os que viña buscar e salvar

E Deus revelou a Xan, que il vira o mesmo Deus, como es Tres Persoas na Unidade dun so Ser,  o Pai que era Voz que escoutou no seu corazón, o Esprito que sen ser Pomba se quixo manifestar asi, pra Xan e Xexús,  e o Fillo Xesúa, que agora era e xa pra sempre,  tamen  Home, e o seu Curman

Fin

miércoles, 13 de febrero de 2019

La perrera

La perrera

Juanito es un niño de cinco años, que adora a los animalitos, se para en la calle con todos los perritos y gatitos, que se encuentra, es un admirador del perro de la señora Carmen su vecina del 5º, y, del gato de la señorita Aurora la vecina del 3º. Hoy es el cumpleaños de Juanito, y, ha pedido un regalo a sus papás, quiere un perrito, sus papás dudan, sobre todo su papá, duda porque ama a los animales, por su trabajo han de cambiar de domicilio con relativa frecuencia. Por ello toma una decisión,  llevará a Juanito a visitar una perrera

Al pequeño le salta el corazón, esta como en una nube quisiera acariciar a todos los perritos que están ahí, entonces su padre, le hace una pregunta
¿Te gustaría adoptar uno, que llevásemos uno a casa?, Si, respondió el niño, con un gran alborozo

Pero antes debes de saber que no son juguetes, no son el peluche, o el tren que hoy lo quieres, y, cuando te cansas lo arrinconas o lo das, estos perritos son seres vivos, y, tienen mucho valor

¿Son caros?

No hablo de precio, de dinero, sino de otro valor, muchos están aquí porque los humanos que los habían adoptado murieron, otros porque los abandonaron, los cogieron de cachorros y se olvidaron que iban a crecer a envejecer que no eran un juguete. Tú sabes que si llevas uno tendrás que cuidarlo siempre, llevarlo a la calle aunque llueva, ahora y cuando sea viejito, si nos trasladamos tendremos que vivir en un barrio, donde se permita tener animales domésticos, no podrás decir “ya no lo quiero”, porque con las cosas de valor no se juega. Por eso antes de nada, vamos ir a visitar el Museo, allí entenderás mejor lo que te digo, eso espero

El padre de Juanito, llevo a este al museo de la ciudad, una importante pinacoteca que alberga pintores de distintas épocas, fue explicando al niño los cuadros, los autores y, luego le hizo una pregunta

Imagínate Juanito, que a un señor se le antojase uno de estos cuadros, y, que se lo regalase El Museo, ya sabemos que no puede hacerse, pero imagínalo, o que una persona encontrase un cuadro de estos pintores, y, lo llevase a su casa, para tenerlo en el salón, pero al cabo de un tiempo, ya no le gustase, o, pensase que no iba bien, con el nuevo decorado, y, lo arrojase a la calle a la basura, o lo quemase. Aquel señor sería perseguido por los policías, todos estaríamos en su contra, por haber destruido una obra de arte, la obra de un gran artista, de un gran pintor. Todos pensaríamos que antes de haber elegido el cuadro, debiera de haberlo pensado mejor. Pues bien, ninguno de estos cuadros, ninguna obra de arte, tiene el valor de un perrito, o de cualquier otro ser vivo, y, no te hablo de dinero, que es algo que se puede contar, sino de algo incontable de un valor mucho mayor
¿Sabes por qué?

No

Porque ellos también son obras de arte, los cuadros, las esculturas tienen su valor debido a su autor, pues bien, el Autor de los animalitos es Dios, por lo tanto el maltratarlos, el matarlos por capricho, el abandonarlos es destruir algo que Dios ha hecho, es como decirle a Dios, “mira lo que me importa lo que haces tú, ahora ya no lo quiero”
Por eso los animalitos son sagrados, son la huella de Dios, nosotros somos su imagen y sus hijos, y, hemos de cuidar de ellos, pero son siempre se puede hacer  teniéndolos con uno, tú puedes venir de vez en cuando a verlos, hacerles caricias, decirles palabras de cariño, que ellos sienten, sacrificarte de tus chuches, y, traerles algo que les guste, y, que en la perrera te autoricen, tratar con cariño al perrito de Carmen, o al gatito de Aurora, lo mismo con los callejeros, eso sí, sin tocar a todos los perros que no todos tienen buen carácter, lo que te dejen papá y los mayores que te acompañen. O puedes coger uno, él que te elija a ti, pero sabiendo que es para siempre, porque no es un juguete, es un objeto sagrado porque ha sido hecho por Dios

Juanito miro a su padre
Quiero adoptar uno, no todos los del centro de acogida, de la perrera, para irlos a visitar, y, darles mi cariño, quiero hacer lo que me has dicho, papá, al fin y al cabo ya soy mayor, tengo 6 años

Y, Juanito y su padre fueron de nuevo a la perrera, a visitar a sus amiguitos los perros aquellas obras de arte del Creador


Fin



miércoles, 6 de febrero de 2019

Vía muerta


La vía del tren

Ana recordaba con cariño a su abuela alemana, Grettel, aunque ella la había conocido en España, a donde se trasladó tras casarse con su abuelo, un obrero de la metalurgia que como tantos otros, había emigrado, con la intención de mejorar la vida de su familia, allí conoció a la joven Grettel, una chica luterana, que regentaba una tienda de libros, se casaron con matrimonio mixto y retornaron a España, tuvieron  tres hijos, Luis el mayor que se llamaba como su padre, Ricardo el mediano que era el padre de Ana, y. Clotilde que ingreso como carmelita

A Grettel le encantaba hablar a su nieta Ana, de su anterior vida,  pero de lo que no quería hablar era de la época de la guerra, lo que no era óbice, para que Ana disfrutara de sus maravillosas historias

Hasta que un día, primero el abuelo Luis, luego la abuela Grettel. Ambos fallecieron, con los años de convivencia, la abuela había ingresado en La Iglesia católica, y, los funerales de ambos fueron por el rito católico


Ya había pasado un mes del luctuoso suceso, cuando  la nieta empezó a tener un sueño que se repetía un sueño angustioso

Soñaba que estaba en Alemania, pero en la Alemania de la época nazi, llevaba un vestido sucio, y, una cinta amarilla con una estrella de David, estaba en un tren con mucha gente, todos lloraban, había frente a ellos una casita cercana al andén, donde una joven observaba todo, ellos le gritaban pidiendo ayuda, ella tenía un telégrafo, podía avisar al mundo libre de lo que pasaba, y, podía también  llevarles agua, comida, hasta rescatar niños por la ventana del tren, incluso ayudar a que no metieran más gente, pero no hacía nada, sólo paseaba fumando.  En el sueño a Ana le pareció conocer a la mujer, su abuela Grettel. Si era su abuela


La abuela que no quería hablar de aquella época de la que se avergonzaba, porque ella pudo esconder a sus vecinos judíos en su casa, en la tienda como otros lo hicieron, y, no lo hizo no tanto por miedo, sino porque no lo consideraba su problema, ella había oído hablar de los trenes de la muerte, pero ni lo creyó ni lo dejo de creer, procuraba no comprar en los sitios que el gobierno había vetado, y dejo de ir a su dentista de siempre porque era judío. Nadie podía decir que era una nazi, una colaboracionista, lo que ella hizo, lo hicieron cientos de alemanes, sólo que ella era cristiana luterana, seguidora de un judío, como aquellos a los que negaba su ayuda, por eso ahora mandaba desde el más Allá donde aún no era feliz, mensaje a su nieta, para que en la medida reparase el daño que ella había causado

Ana, tras cansarse del sueño, decidió contarlo a su padre, quien no le dio mucha importancia, él desconocía los hechos, pero ella no era mujer que se arredrase, así que decidió emprender viaje, para conocer el sitio en persona, lo que más la coartaba es que su abuela nunca había vivido cerca de la estación, ni de ninguna parada de tren

El viaje fue muy emocionante unos días maravillosos, con visitas a museos, opera, pero no había ido de vacaciones, así que decidió por fin hacer aquello para lo que había ido a Alemania, pregunto por la estación de su sueño, sin decir claro está el motivo. El empleado de la estación al que pregunto, le dijo que era una vía muerta, desde hacía años, y, si quería hacer senderismo, había sitos mejores, no respondió, se limitó a dar las gracias.  Alquilo un taxi que la llevase lo más cerca posible,  y, continuo el camino a pie.

Nada, lo que le había dicho el ferroviario, una vía muerta, un tren viejo parado, y, nada más

A la noche volvió el sueño, y, una voz interior, ve de noche, vuelve de noche a la vía

Y, como no era mujer de miedo allá se fue, y, entonces vio una vía nueva, y, trenes llenos de gente llorando, gritando, hombres con mangueras echando agua, gente apiñada, oyó voces en las que decían que la chica de los libros había podido darles acogida, vio el miedo de los que eran conducidos a la muerte

Trato de hacer algo, pero no pudo, los separaba el tiempo, era otra dimensión. Volvería a la mañana siguiente, y, lo hizo, pero sólo vio una vía muerta

Entonces recordó que su abuela le hablaba de una amiga que tenía de pequeña, Sara, una niña judía, nunca le había dicho que había sido de ella, por suerte recordaba, más o menos el apellido pues su abuela a veces se refería a ella por el mismo

Le costó mucho encontrar un familiar de “la pequeña Sara”; y, le costó más que quisiera hablar con ella, al saber su origen, por fin lo consiguió, “la pequeña Sara” había muerto en una de las cámaras de gas, de los servidores de satan, de los nazis, pero había sobrevivido un bebé al que rescataron los aliados, y, que tuvo la suerte de criarse con una familia judía, que había regresado de América

“Tu abuela, se portó muy mal con mi abuela, dijo Clara, mi madre me lo conto antes de fallecer, eran amigas desde niñas, mi bisabuela era su dentista y para no contrariar a los nazís,  dejo de ser su paciente, rompió toda relación con mi abuela, y, les negó ayuda, y, no sólo a ellos, a muchos más, podría haberlos escondido en el desván, en el sótano de la librería, por el amor de Dios, se decía cristiana, yo soy cristiana baptista, y, jamás lo hubiera hecho, y, no sé qué pretendes tú, por lo que me has contado, tu abuela ha muerto”

Ana tenía los ojos llenos de lágrimas, “Yo quiero pedir perdón en nombre de mi abuela, a todos los que fueron en cierto modo, traicionados por su cobardía, a los que no pudieron salvarse de los trenes de la muerte, sé que ya es tarde para reparar nada, aunque juntos podemos intentar evitar que vuelva a suceder”

Andrea, la nieta de Sara, la miro un momento, se puso en pie y dijo, “Te dije que era cristiana, Jesús nos mandó perdonar, Él nos perdonó, en nombre de mi abuela, perdono a tu abuela, sé que ella también la hubiera perdonado. Además eran tiempos de miedo, pero hay alguien más al que debes pedir perdón, se trata de una descendiente de su vecina, la señora Raquel, que fue llevada a los trenes con su familia, menos un niño de cinco años al que escondió una pareja de homosexuales que estaban escondidos, porque ellos también eran objetivo, este niño que después fue adoptado por una familia católica, es el padre de la señora que tienes que visitar, ella siempre ha sufrido, por no haber conocido a su abuela, a su abuelo, a sus tíos y sobre todo, porque no hay una tumba donde llorarles, donde llevarles flores”


Ana acepto la propuesta, y fueron a ver a la vieja vecina, aunque en realidad la nieta de Raquel nunca había conocido a Grettel, nació mucho después, pero se alegró con la visita de Ana, y, le dio su perdón,  era seguidora de Jesús, que había mandado perdonar, sólo le pidió una cosa que llevase flores y las esparciera por la vía, como homenaje a los que habían sido asesinados, y, como muestra de perdón, a los cobardes que no lo evitaron

Ana compro las flores, y, las llevo a la vía muerta, las espació y pronuncio una oración

Aquella noche, su sueño fue distinto, vio la gente que había visto en el tren en su visión nocturna, no llevaban el brazalete amarillo, con la estrella de David, llevaban la Estrella de David en una diadema que tenían sobre la frente,  sonreían felices y, se pasaban vasos de vino, unos a otros, vio con ellos a su abuela, joven y feliz, a su abuelo, y, vio a muchos que habían ayudado en aquella época oscura. Supo que su abuela se hallaba en La Jerusalén celeste, donde el trono lo ocupa un judío, como los que Hitler quiso eliminar, tal vez  por eso, satán lo empujo a ello.

Fin