miércoles, 4 de noviembre de 2015

El Rufián

El Rufián

Era otoño, y, yo había salido del trabajo, cuando ya estaba anocheciendo; precisaba dinero, para hacer unas compras al día siguiente, y, ante la posibilidad  de ir al banco, acudí a un cajero  para retirar una cantidad de dinero

Y, continúe a paso acelerado, mi camino hacia casa, las calles no se hallaban, bien  iluminadas, y, los comercios para ahorrar energía, tenían sus escaparates casi a oscuras;  así que en sus portales, en sus bajos podía esconderse cualquiera

De pronto note unos pasos, detrás de mí, me asuste, y, acelere, el paso, pero “mi perseguidor”, hizo lo mismo, me gire, y, lo vi, un hombre mal vestido, fuerte, con la mano derecha cerrada, como ocultando algo; me dije que sería, una navaja, o, una pistola

De pronto me alcanzo, yo lance un grito, que no podía oír nadie, pero no podía dejar de intentarlo; de pronto el desconocido, el rufián me dijo

“No tenga miedo señorita, sólo quiero darle, esto que se le cayo, cuando fue al cajero, y, me  entrego el sobre donde estaba el dinero que yo había sacado en el cajero, mil euros, no faltaba nada,  le dí las gracias, tome dos billetes de 50 €  que no acepto;  me dijo

“No señorita, no tiene que darme nada, ese dinero, es suyo, buenas noches”

Y, se fue

Yo quede desconcertada, y, enemistada conmigo misma, había dudado de la honradez de un hombre por su aspecto, lo había juzgado por su estilo de rufián, y, aquel hombre que podía haberse quedado con  todo el dinero, me “había perseguido” para devolvérmelo

Llegue a casa, llorando, y, le conté a mi madre lo sucedido

Me escucho en silencio, y, me dijo, ¿Sabes una cosa?, hoy oí en el mercado una noticia muy triste, me hablaron de un hombre que perdió todo lo que tenía, y, su familia lo abandono, tiene que dormir en un cajero, por si fuera poco, le han diagnosticado, una enfermedad rara, rara y mortal, si no recibe tratamiento pronto, porque tiene cura, sólo que el medicamento que la cura, vale mil €, que él no tiene

¿Dónde esta ese cajero?

Mi madre, me lo dijo, era el mismo cajero, donde yo, había sacado el dinero; el rufián había tenido en sus manos el dinero para curarse, y, me lo había devuelto, yo no podía quedarme quieta

A la mañana siguiente hice las oportunas averiguaciones, para saber que médico lo atendía, y, me hice cargo del coste de su tratamiento; sin que él lo supiera; más  tarde cuando ya estaba curado, conseguí que en la empresa en la que trabajo, le diesen un puesto, nunca supo que yo estaba detrás; no quería que pensara era mi forma de agradecerle

Porque  jamás podría  pagarle lo que hizo por mí, y,  no me refiero al dinero, si no a la lección que me dio, enseñarme que las personas, no se miden por su aspecto, si no por sus actos

Fin




martes, 3 de noviembre de 2015

Día de Reyes

Día de Reyes

Catalina estaba sentada en untaburete, a los pies de mecedora de su abuela, se hallaba completamente absorta en la lectura de un libro, pero de repente, alzo la vista, del libro, lo cerro con cuidado, depositándolo en la hierba, y, miro fijamente a su abuela
“abuela,  háblame del día de reyes”

La abuela, una mujer mayor, se saco las gafas, las metió en el bolsillo de su bata, se levanto, de su asiento, se froto las manos, y, dijo, entre seria, y,risueña
“¿A qué viene, esta pregunta, chiquilla, estamos en agosto, no me dirás que ya estas pensando en los regalos, mira que faltan meses?

“Nada de eso abuela, quiero saber el origen de la fiesta, de la celebración, su sentido, su por qué”
“Bien en ese caso, vamos allá, pero antes deja que me vuelva sentar, y, acomode los cojines, que mi vieja espalda, ya aguanta poco.

Veras, Catalina, el primer día de Reyes, tuvo lugar hace dos mil años, puede  que alguno más, o, alguno menos, eso es lo de menos, pero por ahí, anda la cosa; los  protagonistas del primer día de Reyes, fueron unos padres jóvenes, con un bebé, que era un regalo de Dios,  todo bebé, lo es, sea sano, o, enfermo, pero aquel bebito, lo era de un modo especial, como no se volverá a dar nunca, porque Dios mismo, se regalaba en él, tanto que el bebé, además de un bebé indefenso, era el mismísimo Dios, Creador de Cielos, y, tierra.

Resulto que cuatro hombres de ciencia, que no sé,  que no sé  porque los han hecho reyes, tampoco intuyo el motivo, de empeñarse en decir que fueron 3, cuando eran 4, manías de  la historia, tal vez lo hayan hecho porque Mateo habla de 3 regalos, oro, incienso, y, mirra, y, es que olvidan el regalo más importante, él que hizo, Eliab

Aquí, Catalina, interrumpió a su abuela

¿Eliab?

Si, querida nieta, Eliab, el cuarto mago; él que hizo el regalo más importante

¿Qué regalo abuela?

La vida,  él fue quien oyó a los esbirros de Herodes, hablar de la orden de matar a todos los bebes, y, niños pequeños, y, fue corriendo de noche, avisar a José, quien lo oyó medio dormido, después fue avisar a todos los demás, pero muchos, lo tomaron por un loco, y, no le hicieron caso, cómo iban a creer, a un pagano, no olvides que los Magos eran idolatras
De nuevo, volvió a interrumpir, Cátalina

Abuela, creo, que te equívocas, Mateo, dice, que San José, fue avisado por un ángel

Lo sé, pequeña, pero te recuerdo que, no dice, por un espíritu, si no por un ángel, palabra que como sabes significa, “mensajero”; y, eso fue, Eliab, para San José, un mensajero de Dios, que le ayudo a salvar la vida de su pequeño Jesús

Pero Jesús, también les hizo su regalo, les dio la oportunidad de conocer al Mesías, el don de la Fe, y, La Gracia

Como sucede ahora, los padres de Jesús, San José,  y, Santa María, serían los encargados de cuidar aquellos regalos, que el Niño, había recibido, en primer lugar, la vida humana de Jesús, y, después los otros regalos de un valor infinitamente, más pequeño, para José, y, María, su mejor regalo había sido, salvar la vida de su Pequeñín, y, ese fue el primer día de reyes, aunque mejor, habría decir de astrónomos, que  ese era el oficio, de estos personajes no confundir con astrólogos.

Que bonito abuela, pero que distinto de lo que sucede,  hoy ese día
De distinto muy poco, querida mía

Jesús sigue recibiendo los regalos, en los niños, en los sencillos de corazón, porque lo hecho a otro, es hecho a Él mismo, los magos, hoy son, todos aquellos que se privan de algo, para hacer feliz, a otro, sobre todo, a un niño pequeño, o, un viejito, o, un enfermo, tampoco faltan los padres, como en la primera noche de reyes,  que no son sólo los progenitores, si no todo él que se inclina con cariño hacia otro, tú, cuidándome, eres mi madre, aunque seas en realidad mi nieta

Los Magos originales, siguen ahora en el Cielo, intercediendo, por nosotros

Si, abuela, pero hay diferencias, los niños no hacen regalos, sólo los reciben, Jesús, si hizo regalos, los has dicho tú

Claro que hacen regalos los niños, porque no hay mayor regalo que la sonrisa de un niño

Vale. Pero que me dices de Papa Nöel

Santa Claus, bien, porque representa a San Nicolás, un obispo ruso del siglo IV,  de quién te hablare otro día, si Dios me deja, pero el gordo  vestido de rojo, y, blanco tocando sin saber porque una campanilla,  y, diciendo, “ohhhhhhh; ese no significa nada, ni es nada, sólo un monigote de los grandes almacenes; pero los que no tienen a Dios, hacen como el diablo, imitar, el diablo es la mona de Dios

Qué te parece, Cátalina, si les pides a los Magos, a los que ya viven en el Cielo, un regalo especial

Qué regalo abuela

Que Jesús nazca de nuevo, en todos los corazones, para todos los seres humanos, porque hay muchos, para los que aún no han nacido

Abuela, nació, hace 2.000 años

Lo sé, pero, tiene que nacer, en el corazón,  que los hombres sepan que es el Hijo de Dios, el único Salvador, que los ama, que con Él, no hace falta el gordo vestido de rojo, en suma, pequeña, pide el Don de la Fe, para los pobrecillos que no la tienen, el regalo que Jesús, hizo a los Magos

Fin