domingo, 16 de junio de 2019

sable (relato)

El sable (relato)

El pequeño Luis, cumplía cinco años, y, su abuela Leandra, le hizo un regalo muy especial, un sable de madera. Se lo entrego en una caja con un gran lazo,  a Luis le agrado mucho pues tenía muchas ganas de tener un sable, y, convertirse en un guerrero, que venciera a todos los malos del mundo.
Pero su abuela Leandra, le dijo, “te lo regalo, para que cuando seas mayor, luches para que no haya armas, sólo sables de juguete”

Luis no entendía, para él las armas eran buenas, así que se puso a jugar tampoco era ocasión  de pensar mucho, que sólo tenía cinco años

Cansado de jugar con sus amiguitos, y, sus hermanos, se sentó en un rincón del jardín, y, se quedó dormido

De pronto, miró y no conocía lo que tenía delante, era un paisaje diferente, aunque el lugar era el mismo, pero de otra forma, oyó la voz de su papá, llamándolo, “Luis, Luis”, se acercó corriendo su papá estaba vestido de forma rara, como esos señores de las pelis, y, tenía un sable en la mano, pero no era el suyo, era un sable de verdad.

Marcho a la guerra, al servicio del César, obedece a tu madre, y, a tú abuela. Luis no entendía nada, pero vio como su padre se despedía de su mamá quien también vestía de una forma muy rara

Al poco tiempo, escucho un ruido, eran caballos que se acercaban, a lomos de los mismos venían hombres, vestidos como su papá, con un papel muy raro en la mano, entraron en casa, con sus sables, para comunicar que su papá había sido muerto por traidor, y, por orden del César, iban a matar a toda la familia, él tuvo miedo, y, se escondió

De pronto oyó que lo llamaban, no contestó, no quería morir, la voz se hizó más fuerte, era su abuela Leandra, todo había sido un sueño

“Te dormiste cariño”, le dijo Leandra

Abuela, no quiero el sable, no quiero ningún arma, porque son malas dejan a los niños sin papás

La abuela sonrió, y, le dijo, ven vamos a enterrarlo

Y, le entrego su verdadero regalo, una pelota, una cocina, y, un tren, la cocina para que cuando fuera esposo y papá, ayudase a su esposa a cocinar.

Fin


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