martes, 8 de octubre de 2019

La red

La red

Soy una humilde red de pescador, a lo mejor cuando tu leas mi historia ya no existiré, aunque creo que me espera un destino glorioso, pero que digo, solo soy una red

Te cuento mi historia, a mí me tejieron me fabricaron, o como quieras llamarlo en Galilea, una tetrarquía del rey Herodes, mis dueños eran dos hermanos casados con familia que vivían en una aldea de pescadores, llamada Cafarnaúm

Todas las madrugadas, me echaban al mar, bueno al lago, para que atrapase los peces,  me daban un poco de pena, aunque claro, mis amos tenían que comer, y, la demás gente, además los peces se comen unos a otros. Ya me estoy yendo del tema

El caso es que aquella noche fue horrible, mis amos lloraban, si eran dos hombres curtidos y lloraban ni un solo pescado, y, eso significaba hambre, no habría peces que vender, y, no habría dinero para pagar los impuestos, a César, a Herodes, al Templo, ni para comprar comida

Ya me habían recogido, bueno nos habían recogido, pues éramos más de una, y, se disponían a volver a casa

Cuando se acercó él, el carpintero de Nazaret, una aldea de gentuza, eso se decía

Y, como si mis amos, hubiesen dormido como él toda la noche, le rogo a Simón que era uno de mis amos, que le dejase subir a su barca para hablar a la gente. 

Yo, y, mis compañeras nos dijimos que lo iba mandar con viento fresco, otro charlatán me dije, no ve que están cansados, pero Simón le dejo, las  gentes le oían entusiasmados, nosotras las redes, pues no, somos redes

Al acabar  le dijo, a mi amo Simón,  rema mar adentro, y, echad las redes para pescar

A mí me dio la risa, no me reí porque soy  una red, a mis compañeras les paso lo mismo,  pero es que ya me diréis si no es de risa, que un carpintero le diga a un pescador que brego toda la noche, que eche las redes a pleno día

Conocía el mal genio de mis amos, y, esperaba una respuesta que pusiera al insolente en su sitio, pero mi amo Simón no lo hizo, al contrario, le respondió, “Toda la noche hemos estado pescando, y, no hemos pescado nada, pero lo haré porque tú lo dices”

Pensaba deduzco yo, darle con la realidad en las narices

Así que nos volvimos adentrar en el lago, y, nos echaron al mar, es decir al lago, y, de pronto, todos los peces vinieron a nosotras, casi hundimos el barco

Yo soy una red, si no hubiera reído, llorado y temido

Mi amo Simón, se echó de rodillas ante El Carpintero, y, mi amo es un buen judío, no se arrodilla más que ante el Dios de Israel, pero hizo lo mismo con el Carpintero, y, le dijo, bueno lo que le dijo, si fue una tontería

“Aléjate de mí, Señor, que soy hombre y pecador”, vamos como si uno le dice al médico. “Vete médico que soy un enfermo”

El Carpintero, que a todo esto no, os he dicho que se llamaba Jesús, lo levanto le dio un abrazo, y, le dijo, “Tranquilo, desde hoy vas a pescar hombres”

Yo, pensé que iba fundar una red de salvamento, no me equivocaba mucho, la fundo, La llaman Iglesia, mi amo Simón sigue al frente, bueno, ahora le llaman Francisco

Bueno Simón, al que Jesús cambio el nombre por Pedro, esta con Jesús

Yo me sentí orgullosa de haber servido a Dios a realizar su milagro marítimo, y, triste por haber creído a la gente, que hablaba mal del pueblo de Nazaret, donde Dios había puesto lo mejor de la humanidad, su Hijo Jesús, el carpintero, Dios como  Él, María La Madre de Jesús, y, su Esposo José, del resto del pueblo, pues como todos.

Aquel día aprendimos mis compañeras y yo, y, nuestros amos, que con Dios nunca es tarde, y, que no se atiene a reglas

Fin

No hay comentarios: