sábado, 15 de febrero de 2020

Gacela

La Gacela

El joven duque salió con sus pajes, y, sus amigos al monte, era la temporada de caza en su coto; de su cintura colgaban el arco y las flechas, y, en el otro lado el cuchillo, o puñal con el que remataría a la presa.

Echo el caballo al galope, seguido por sus compañeros, y se adentro en la espesura del bosque, los mastines y los galgos los seguían detrás

De pronto sobre una pequeña loma la vio, era una gacela joven, seguramente nacida en la última camada de aquellos animales, la miro hermosa, elegante una autentica obra de Dios, a la que él iba destruir dar muerte sólo por divertirse y colgar su cabeza en el salón de armas, su piel frente a la chimenea, y tal vez comer o dar de comer su carne, porque lo cierto era, que solía adquirir la carne con la que se alimentaban a los campesinos.  Era pues una muerte absurda, era la destrucción de la belleza. Sus compañeros lo miraban sin saber que hacer, nadie podía disparar antes que el duque, se bajo del caballo y avanzo hacia el pobre e indefenso animal corría poco, vio que estaba herida, saco un paño de su zurrón y le vendo la pata. No temas amiga, nadie va hacerte daño, hoy no,  vete con la bendición que tienes de Dios.

Se giro hacia sus compañeros en marcha, volvemos al castillo, nadie dijo nada, pero murmuraban entre si

A los pocos días, sintió un ruido en su jardín, se acerco a ver, era la gacela, bajo hasta ella que lamió sus manos como muestra de cariño y gratitud por haber respetado su vida.

Fin

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