lunes, 22 de junio de 2020

Dama misteriosa


La Dama misteriosa

Lucia se había mudado al pueblo, al morir su esposo y su único hijo en un accidente, no tenía sentido seguir en el piso de la ciudad, además era un 5º sin ascensor y a sus 99 años, ya le costaba un poco subir las escaleras

En el  pueblo tenía la casa de sus padres, una casa amplia con rampas y escaleras a elegir y además estaba Ricardo su sobrino, que la adoraba, tanto él como su esposa y sus cinco hijos

Una tarde que Lucía había salido a caminar un poco, observo que en la casa de enfrente, la que había sido de sus abuelos, se movía una figura de mujer, miro un rato, y, luego se dijo que sería el viento, las cortinas las sombras que formarían una falsa figura, quién iba vivir en una casa, mejor dicho en un caserón abandonado, asi que no conto nada, a Ricardo cuando fue a verla e invitarla a quedarse con ellos unos días, invitación que rechazo

Pero volvió a ver la figura y en distintos lugares de la casa, no, era real, seguramente sería un fantasma, le diría a su sobrino que avisase al cura, para que bendijese la casa, y, dijese una misa, por  aquella pobre alma, el sobrino le dijo que era una tontería, y, el cura,  el cura la regaño, con cariño eso sí, le soltó  un rollo del que no entendió nada, y, concluyo que no existían los fantasmas

Pero Lucía sabía que no estaba loca,  asi que iba averiguar por ella misma, quien era aquella mujer

Asi pues se armo de valor y se metió en la que fuera la casa de sus abuelos, y, la encontró se quedo asombrada la mujer se conservaba muy bien, y, no debía de ser mucho más joven que ella, era Carmen la mujer que había cuidado a su abuela, la conoció enseguida, y, le contó que estaba allí porque no tenia otro sitio, que por favor no la echase fuera, Lucía le dijo que no, y, se ofreció a llevarle comida, no mucha porque no podía con grandes pesos, hasta la invito a ir vivir con ella, pero Carmen no acepto su sitio estaba alli

Lucía lo contó a Ricardo que no lo creyó, y, pensó que su tía estaba divagando por la edad, pero ella sabia que Carmen hablaba con ella, que tenia la casa limpia y la cocina donde calentaba la comida relucía con la limpieza, además ella le llevaba parte de su comida, el sobrino pensó en ocupas, y, temió por su tía. Por ello hizo una visita acompañado de policías, y, descubrió que en la casa no había vivido nadie desde hacia mucho, mucho tiempo; un policía dio la voz de alarma había encontrado un esqueleto de mujer a los pies de la escalera del salón, tenía aferrada a su mano,  a los huesos el auricular de un teléfono, sin duda había escuchado una noticia que había motivado que cayese por las escaleras.

Ricardo se puso en contacto con el hijo de su primo Alberto, el heredero de aquella  casona, por si sabía algo, Alberto le contó que recordaba que su padre había decidido que lo mejor era vender la casona, Carmen la mujer que vivía en ella, podía mudarse a otro sitio residencia, asilo, piso, no era su problema, ella no era de su familia, solo una criada con más categoría, pero ya no tenía a quien servir. Así que la había llamado para darle la noticia, Carmen le había suplicado que la dejase allí, pero D, Alberto el tío de Ricardo se había mantenido firme, y no se paro en el golpe que escucho por el auricular, cuando Carmen asustada se precipito de espaldas por las escaleras muriendo en el acto, y, arrancando el teléfono. Por desgracia D. Alberto también falleció en un accidente, aquel mismo día, y, todo quedo igual, hasta ahora que habían descubierto el cadáver de la pobre Carmen

Lucía no creyó la historia, ella tomaba café con Carmen en la cocina, que estaba limpia, es cierto que Carmen estaba muy joven, pero quien comía la comida que ella llevaba porque los fantasmas no comen. Lo que no sabía es que una familia pobre que vivía cerca pensaban que era para ellos la llevaban y luego devolvían los cacharros fregados

Un día por fin,  Lucía se armo de valor y pregunto a Carmen, si era un fantasma, si estaba viva. Carmen le respondió claro que estoy viva, viva para siempre.

No estas en el Cielo, dijo Lucía

Si estoy en el Cielo que es Dios y esta en todo lugar, por eso quiero pedirte que encargues una misa

Por tí, dijo Lucía

No, yo estoy bien, y, la comida que pones a la entrada la llevan unos pobres que viven cerca, La Misa no es por mi, es por Alberto la precisa, no por mi muerte que fue causa de mi caída si por su egoísmo

¿Estas muerta entonces?

No, ya te dije que estoy viva, pero para vivir de verdad hay que pasar el trance de la muerte, eres cristiana como yo, y, lo sabes

Lucía asintió

Encargo a Ricardo que pidiese unas misas por su tío Alberto, Ricardo lo hizo, y, Lucía dejo de ir a la vieja casona, si busco a la familia de pobres y, les ofreció vivir y trabajar en su casa, a lo que aceptaron encantados

Lucía ya no vivía sola, tenia gente que cuidaba su casa, su jardín que la cuidaba de ella, y, Carmen no volvió a verse por los ventanales, ahora su felicidad era plena, porque Alberto estaba a su lado, En cuanto a Lucía pronto empezó a pensar que lo había soñado todo, todo menos encontrar aquella familia tan maravillosa.

Fin


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