sábado, 23 de octubre de 2021

Las vacas de Nínive


Las vacas de Nínive
Esta es la historia de las vacas que hicieron ayuno, según se cuenta en el libro del profeta Jonás.

En un prado de La ciudad de Ninive, se encuentran echadas sobre un montón de ceniza

Una rubia de nombre Lucera

Una pinta de nombre Estrella

Una negra de nombre Farraca

Con sus grandes ojos, hay que recordar que son vacas, otean el horizonte

Habla primero Lucera

Amigas mías, no sé que hacemos echadas en esta ceniza, porque no estamos comiendo hierba

Es qué no te diste cuenta, Lucera, responde Farraca, no podemos pacer estamos de ayuno

¿De ayuno? Pregunta, Estrella, Qué es eso del ayuno

Ayuno es no comer, es de nuevo Lucera quien habla

Vaya tontería, y, a qué viene eso de que las vacas hagamos ayuno, yo tengo los cuatro estómagos vacíos.

Veras Estrella, los estómagos vacíos los tenemos las tres, pero es una orden del rey por los pecados

¿Pecados nosotras, las vacas? Pecados ellos los humanos

Estrella, Estrella, amiguita, las órdenes del rey, hay que cumplirlas, y, si lo piensas bien seguro que algún mal hicimos alguna vez

Habla de nuevo Farraca, que llevaba un rato rumiando el aire

Tal vez, aunque también me parece una tontería real, aunque si mal no recuerdo, antes de ayer, comí los repollos de la huerta de un vecino de mi dueño, eso no estuvo bien

Pues yo, vuelve hablar Lucera, de una Coz, le eche por el suelo a mi dueña que me acababa de ordeñar, una canada de leche, toda por el suelo, lo hice adrede, y, eso estuvo mal

Yo, dice por último Estrella, me negué a tirar del arado, me eche a correr como una loca, pise todos los sembrados. Estuvo mal

Por eso amigas, habla de nuevo Lucera, ayunemos

¿Cuánto tiempo de ayuno?, Pregunta Estrella

Yo pienso en un trocito, como cinco minutos

Qué dices mujer, digo vaca, cinco minutos, quieres que muramos de hambre

Tienes razón Farraca, con un minuto bastara

Un minuto Lucera, estáis locas tanto tú, como Estrella, un segundo es más que suficiente, que esa hierba que Dios puso ahí, para nosotros, está diciendo. “páceme, páceme”

Pues hagamos un segundo de ayuno. Dijeron las tres, y, al acabar el segundo, se pusieron a pacer

Que para eso eran vacas.

Fin

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