Pasarela
Carmen, observo a sus compañeras que se estaban dando los
últimos retoques, para salir a desfilar, ante el inmenso gentío, se trataba de
la presentación de una importante marca
de ropa
Pero no era cualquier ropa era lencería femenina
Pensó en sus padres, y, sus hermanas pequeñas, allá en la
aldea, si supieran que iba caminar semi desnuda, ante hombres y mujeres
desconocidos, se avergonzarían de ella; pero acaso en la playa no estaban las mujeres en bikini, que tenía de malo,
ella era una chica decente, y, este el de modelo era el único trabajo que había
encontrado en él que le pagaran bien, siendo un trabajo decente, y, necesitaba
el dinero, quería que su hermana Juana, la chiquita de 12 años pudiera ir a un
buen hospital donde se hiciera todo lo posible, y, se lograse vencer la
leucemia que la estaba matando
Beso la foto de su hermana, con la misma devoción que una
imagen sagrada, y, acaso no lo era, claro que sí, se dijo, nada malo hay en lo
que voy hacer, mi cuerpo es obra de Dios y de mis padres, no salgo desnuda,
pero si por salvar a mi hermana hubiera de hacerlo lo haría, digo por mi
hermana, por cualquier niño
Lorenza, una compañera la saco de su ensueño, te toca
Carmen salió desfilo con firmeza, sólo un ligero rubor teñía
sus mejillas, el desfile fue todo un éxito
A la noche, la llamaron desde la aldea, la habían visto en la tv, y, les había encantado a todos,
hasta a D. Venancio el cura, que decía que parecía que una nube la cubría, como
había cubierto a Santa Eulalia la mártir catalana.
Y, lo mejor de todo fue que podía pagar el hospital de su
hermana, aunque el resultado no fuera el esperado. Le quedaría el consuelo de
haberlo intentado, sin ceder a tontos y viejos perjuicios.
Fin
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