miércoles, 13 de enero de 2021

Confetis desde el Cielo

 

Confettis desde el Cielo. 
Amaira vive con su familia en un rincón de la Amazonía venezolana, es una niña india, morena de un pelo brillante, muy hermosa, tiene 8 años, y, su infancia no es como la de los niños del mal llamado mundo civilizado
Amaira vive en una casa hecha con troncos de árboles, sale cada mañana con sus hermanos a recoger frutos, soporta el clima que aunque ha nacido con él mismo, eso no lo hace más agradable

Cuida de sus 4 hermanos pequeños, es cristiana como sus padres,  porque unos misioneros les transmitieron la fe, y, también les enseñaron a leer, les dieron una Biblia, otros libros, les enseñaron muchas otras cosas de lo que llaman cultura, hasta música, y, como tener un huerto pequeño, animales domesticos, y, como curar una herida, aunque de eso, también ellos enseñaron a los misioneros

Hay una cosa que a Amaira, le llamó mucho la atención, la leyo en un cuento, hablaba de una princesa, a la cual el día de su cumpleaños, su padre el rey, había puesto, una alfombra blanca hasta el palacio, y, había hecho llover sobre ella, multitud de confettis blancos

“Que hermoso sería tener esto, el día de mi cumpleaños; como me gustaría” Decia Amaira

“Deja de soñar, eso es un cuento, como los que cuentan los viejos cerca de la lumbre que encendemos por la noche” eso le repetía su mamá

Pero su abuela, Ankairaa, no pensaba igual, “Y, por qué eres una princesa, porque eres hija de Dios, que es el más poderoso de los reyes, sí Él quiere lo tendrás, eso sí, mi niña, si no lo tienes no pienses que no te quiere, mira ha creado este paraíso que es el Amazonas, para nosotros”

“Tienes razón abuela, le voy pedir ayuda a La Virgen, seguro que con ella lo consigo, y, sino pues como nos enseñan los misioneros, lo que Diosito guapo quiera”

Y, Amaira hizo su petición a La Reina del Amazonas, La Virgen María

Llego el día de su cumpleaños, un día como otro cualquiera, para una indita del Amazonas, pero al salir de su cabaña, de su choza, vió en el suelo una alfombra blanca, sobre la que se reflejaban los rayos del sol, estaba fría, muy fría pero no le importaba, del calor ya estaba harta, miro al cielo, notó algo que revoloteaba, eran como pequeños pedacitos de papel que se iban posando en su pelo, en su vestido, volviéndolos blancos, los mismos confettis se posaban en las hojas, los animales por ejemplo su perro, Kaikus, y, su gato, Chocro, jugaban a cazarlos sin conseguirlo.

Amaira sonreía feliz, era su mejor cumpleaños, su Papá Dios y La Virgen le habían hecho su regalo, como a la princesa del cuento, pero más hermoso, y,  mucho mejor

Por supuesto a la mañana siguiente la alfombra de nieve, porque eso era, como habréis supuesto había desaparecido, y, los copos de nieve, que eso eran los confettis, no cuajaron, algo normal en el Amazonas

Los telediarios de todo el mundo, hablaron de que el cambio climático alcanzaba ya cotas gravisimas, hasta el punto de que había nevado en una región del Amazonas venezolano.

En el Cielo Dios Padre, Jesús y La Virgen, no podían contener la risa, no sabían aquellos hombres, que nada tenía que ver aquello con el cambio climático, sólo habían sido, “confettis del cielo, para la princesa Amaira”

Fin.

No hay comentarios: