jueves, 15 de junio de 2023

El espejo de Eliab. Cuento


El espejo de Eliab cuento
El Eliab el cuarto mago, se había quedado en Egipto, cuando La Familia de Jesús, volvió a su tierra a Israel.
Pasaron los años, y, un día Eliab ya muy mayor, con nietos se pusó a pensar qué habría sido de María, de Jesús, de José
No tenía medio de averiguarlo
Él todos los días los recordaba en su oración, una mañana se presento en su pequeña casa, un joven buhonero que le regalo un espejo, le dijo que aquel era un espejo especial, debería mirarlo el viernes a las 3 de la tarde, y el domingo
Eliab no entendía nada, pero aceptó el regalo,quiso dar unas monedas, o algo de comida al joven buhonero, pero este desapareció
Como no perdía nada hizo lo que le había mandado, y, el viernes a las 3 de la tarde, tomo el espejo en las manos, no se vio asi mismo, lo que vió fue horrible, vio y escucho, a 3 pobres hombres crucificados, uno de ellos él que estaba en medio había sido tratado de la peor manera, tenía una corona o casquete de espinas, estaba lleno de sangre, se veía que lo habían flagelado cruelmente, tenía una herida en el costado, encima de la cruz, un rotulo decía
“Este es Jesús el rey de los judíos”, de pie una mujer llorando, que supo era María
Eliab recordó, cuando él y sus amigos los otros sabios fueron a buscar a Jesús, buscaban al rey de los judíos que acababa de  nacer, recordó como Herodes había querido acabar con él, y como él había avisado a José, pero ahora  no entendía el porqué, era su propio pueblo, junto con Roma quien le daba muerte de forma tan infame.
Él sabía que Jesús era el rey de los judíos, el Mesías. Se dijo así mismo que seguro que Dios vengaría la muerte de su Hijo, y arrasaría la tierra, empezando por aquellos primeros y directos asesinos.
Pero al día siguiente todo seguía igual, el domingo a primera hora, tomo el espejo de nuevo, todo era distinto, hermoso, María parecía incluso más joven, estaba llena de felicidad, vio a Jesús, radiante como con una túnica luminosa, vió seres de luz que se arrodillaban ante él, Jesús estaba vivo, tan vivo que comía un trozo de pan con miel, se reía. En sus manos se veían unas cicatrices
Jesús le habló Eliab, ya eres mi hermanito, he ofrecido a mi Padre, que ya es también tuyo y de todos, el Sacrificio que Abraham no pudo ofrecer; El demonio ha sido vencido, pero todo te será explicado en la fiesta de Pentecostés en Jerusalén, te espero con tu familia. Subo a mi Padre
Eliab estaba feliz, pero seguía sin entender nada, días más tarde aviso a su familia, que quienes quisieran lo acompañaran a celebrar la fiesta de Pentecostés, su familia aceptó encantada, y, con otros peregrinos partieron hacia La Ciudad Santa, allí el día de Pentecostés, escucharon a Pedro, supieron  que Jesús había muerto por todos y cada uno, que Jesús era el regalo de Dios, quien había amado tanto a los seres humanos, que en lugar de destruirlos les había dado como Salvador a su Hijo, y los aceptaba como hijos.
Eliab y su familia recibieron el bautismo cristiano, y el 4º rey cambio su nombre por el de Joaquin el papá de María, a quien unas veces llamaba, mamá, otras Señora, y otras María.
Un día que llevaba comida a una familia pobre, unos esbirros de Herodes le dieron muerte, eso pensaron. Eliab es decir Joaquín se había quedado dormido y despertó en los brazos de Jesús.Vivo para siempre. En La Casa del Padre.

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