jueves, 15 de junio de 2023

No era lo que parecía

 

No era lo que parecía.
Aquella mujer vestía con ropas de alta calidad, compraba los mejores productos, lo más caro, sus carros de la compra, siendo su familia pequeña eran muy costosos
Alguna vez depositaba en el carro de comida para los necesitados, banco de alimentos, campaña de navidad, un pequeño donativo, un paquete de café del más barato
Contrataba para ayudarla en su casa, a los que tenía salvo una que llevaba ya varios años, no mucho tiempo, todos extranjeros a los que la gente suponía explotaría, aprovechando su condición de sin papeles.
Iba algunas veces a Misa, pero no siempre, ni siquiera el domingo, lo que sí, aseguraban algunos es que esos domingos que no iba a Misa a la parroquia, salía de su casa una mujer vestida humildemente con muchas bolsas, seguramente una pobre, a la que habría dado lo que iba tirar.
Eso pensaban los vecinos de Obdulia
Y, un día Obdulia murió, las personas sabían que non habría nadie en el funeral salvo sus hijos, su ex pues era divorciada, su hermano sí le daba tiempo de venir, y sí estaría la iglesia llena de gente, de gente como ella, de ricos que van a lucir palmito, pero estaba llena de personas que lloraban por ella gente buena, humilde
El sacerdote dijo que había que rezar por Obdulia, quien estaba seguro, se encontraba ya feliz en su presencia, porque había sido una buena cristiana
Las personas,los vecinos no entendían nada, entonces el padre Clemente, les contó lo que ignoraban
Ella que era muy rica por herencia y trabajo lícito, compraba buena ropa, para darlos a familias pobres, a quienes lo hacía llegar de forma anónima por medio del sacerdote, y de cáritas
Sus carros del súper iban tan llenos y eran tan costosos, pues ella compraba comida, para las familias que  no podían hacerlo, y decía que como Jesús, está en los pobres estos debían de recibir lo mejor
También enviaba  de forma anónima donativos al banco de alimentos.
Contrataba personas sin papeles, a los que enseñaba el idioma, a leer y escribir, les ayudaba a conseguir la nacionalidad, y cuando la tenían les obtenía sí podía un trabajo mejor, les pagaba  clases, les alquilaba un piso modesto, y mientras no tenían trabajo, les daba su ayuda, cambiaba mucho, pues procuraba ayudar al mayor número posible
Los domingos que no iba a Misa, era porque o bien se iba a una aldea perdida dar catequesis a los pocos niños que allí habìa, y aprovechaba para llevar cosas para los pobres, para ellos era solo la señora Obdulia
Allí asistía a Misa
Otros iba a residencias de mayores estatales, privadas o atendidas por religiosas
Y, otros iba a  carceles, hospitales, para todos esos solo era la señora Obdulia.
Los inmigrantes a los que ayudaba la bendecían y oraban a Dios por ella,los otros los que no sabían que era ella, la que estaba detrás de la bolsa con tan buena comida, y un sobre dentro para pagar el alquiler, que les entregaba el sacristán, bendecía y daban gracias a Dios, que nunca abandona, y a veces exclamaban, Dios bendiga a quien esté detrás, de personas así, debería aprender Doña Obdulia.
Al acabar el funeral todos lloraban, y todos rezaban por ella, y le pedían perdón por lo injustos que habían sido.
En el Cielo Obdulia, allí la niña Obdulia sonreía sentada en las rodillas de San José.
Fin

No hay comentarios: