Los cachorritos
La perra de la señora Carmen había parido una camada, de 8 cachorros.
Cuando llevará a la perrita para su esterilización. La veterinaria le había recomendado esperar. Y, ahora se encontraba con aquellos ocho pequeños
En el anterior parto los había regalado a todos.
Ahora no se veía tan fácil la cosa.
Los sacrificaré. Se dijo
Pero de pronto sus ojos se fijaron en Zoyla la perrita en el cariño a sus hijos, como cuidaba aquellos cachorritos
Quién era ella para disponer de su vida. Dios los había creado, y ella no les arrebataría la vida ya encontraría solución
Pero de pronto. Un temblor la sacudió. Una Voz silenciosa, le grito en sus entrañas.
“Hipócrita te compadeces de unos perros y no tienes compasión de las criaturas humanas que matas en el abortorio , en el que trabajas. Sería loable el gesto hacia los cachorritos
Si esa misma piedad la tuvieses hacia los no nacidos
Carmen rompió a llorar pidió a Dios perdón, perdón que sabía no merecía
Luego llamo a las pobres mujeres que tenían cita con ella, para asesinar a sus bebes no natos, las cito en su casa. Con la muestra de vídeos etc. Logró convencerlas a casi todas
Después llamo a las que había intervenido hacía poco, y aún tenía sus teléfonos les pidió perdón por haber matado a sus hijos.
Luego llamó al abortorío, y anunció que cancelaba su contrato la amenazaron no le importó
Al día siguiente tras cancelar el contrato con la clínica de satanás. Fue a confesar se. Cuando el confesor le dió la absolución. Le costaba creer lo
“Pensé Padre, que lo mío no tenía, no merecía el perdón de Dios”
Y, no andabas errada hija, pero el Hijo de Dios pidió en la Cruz perdón para ti, el pagó tú crimen, tú pecado
Carmen salió feliz. Le venía una temporada difícil sin trabajo, pero tenía sus ahorros y quien sabe tal vez fuera el momento de abrir su clínica de ginecología, abierta a la vida.
Para los perritos también tenía solución su hermana Elvira acogería un chico, ella se quedaría con una perrita. El padre Tomás al que habló de los perritos fuera del confesionario quería dos no le importaba el sexo. Quedaban tres que las mamás que ya no serían asesinas le habían pedido
Dentro de dos meses esterilizaria a Zoyla era su responsabilidad.
De noche mientras veía a Zoyla amamantar a sus cachorros.
Pensó
Quién me iba decir que Dios se iba servir de mi amor a los animales, para sacudir mi conciencia y traerme a Casa
Fin
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