La moneda (relato de misterio)
Aquella mañana se había recibido
una llamada en la comisaría central de la ciudad, una mujer había alertado, del
hallazgo de un cadáver
Se trataba del cadáver de una
mujer, Remedios Sanjuan, de 45 años divorciada, que vivía sola en un
apartamento, la persona que había hallado el cuerpo sin vida, con signos de
haber sido apuñalada era la señora que
le hacía la limpieza, Carmen Prieto una colombiana de 26 años, tenía llave de
la casa, aunque siempre llamaba primero, solo al no responder Remedios Sanjuan
entraba con su llave, aquel día había hecho lo mismo, y, la había encontrado
muerta en el sofá, en principio pensó que se había quedado dormida le extraño,
y, al acercarse vio que tenía un cuchillo clavado en la espalda
La policía se presentó en el domicilio
con el juez para proceder al levantamiento del cadáver
Y, comenzó la investigación, se
interrogo a los vecinos pero nadie había visto nada, como en los pisos de
ahora, cada vecino iba a lo suyo
Remedios era una mujer que tenía
mucha vida social pero nada concreto, podía estar viajando, etc. tenía una
empresa que no llevaba personalmente, y, era fiel a su peluquería
En la peluquería aparte de cómo
le gustaba llevar el pelo, poco más pudieron decir, bueno si, que le apasionaba
la numismática, pero no cualquier moneda, las monedas antiguas, no en vano era arqueóloga,
aunque nunca ejercicio, tenía muchas, según decía de mucho valor y en casa, lo
que era un peligro
Aunque ella decía, que peligro
sería tener joyas, billetes de dólares,
libras, o euros, pero óbolos, dracmas, denarios, escudos, cuadrantes etc., pues no
Pero el caso es que la habían
asesinado
En la casa parecía no faltar
nada, pero una segunda revisión mostro que si faltaba, faltaban las monedas
Había un asesino que conocía la
casa. Puesto que sabía donde estaban las monedas, y, la conocía a ella no forzó
la puerta, y, la apuñalo de espalda
Quién era, es lo que había que averiguar
Carmen fue llamada a declarar,
contó lo que había dicho al hacer la denuncia, pero se abrió su monedero, y, le
cayó una moneda, una moneda extraña
Qué es eso, pregunto el policía
Carmen dijo, que se la había
encontrado en el rellano, la había guardado porque le hizo gracia
La policía la detuvo por
asesinato, la moneda era un denario
Todo el mundo mediático, cayó
como una tromba sobre Carmen, la asistenta presumiblemente asesina, en los
barrios todos la condenaban aludiendo a su origen, ella insistía en su inocencia
Tuvo lugar el juicio, le toco un
abogado de oficio, que se dispuso a mostrar la verdad que era inocente, de
haber sido culpable no hubiera llamado a
la policía se hubiera largado con su botín, que en un museo valía muchos euros,
y, de no haberse largado no se habría quedado con la moneda que la delato, no
la llevaría en el bolso
La policía había obviado que no
era la única persona que conocía a
Remedios Sanjuan, estaban las personas
de la peluquería a la que acudía, la gente de los grupos con los que salía, sus
empleados, su ex marido
Descartando a los empleados que
no sabían de las aficiones numismáticas de
su jefa, ni tenían medios de acceder a su piso
Descartada la gente de los grupos
de amigos, que más que nada eran conocidos
La gente con la que viajaba,
descartable también
Quedaba la peluquería y su ex
marido
Este Antonio Sandozal, estaba de viaje de negocios desde hacía 3
meses
Quedaba la peluquería la
peluquera, quien sabía que tenía las monedas y su valor
El juez ordeno un registro por
una supuesta denuncia por falta de higiene,
no pudo oponerse, y, encontraron las monedas
Contó que tenía un grave problema
no dijo cual era, le había pedido un préstamo
y, se lo había negado
Entonces fue a su casa, llevaba
un termo con café en el que había echado un somnífero, sirvió las dos tazas,
con el pretexto de ir al baño, no tomo el suyo, sabía que Remedios, lo tomaba
muy caliente y no esperaría, cuando llego ya estaba dormida, entonces la
apuñalo no quería arriesgarse a que la denunciara, cogió las monedas para las
que ya tenía comprador, aunque habría de esperar unos dos meses, y, arrojo la
moneda que creyó de menos valor en el rellano, pues había dos escaleras antes
del ascensor, sabía que Carmen era un poco supersticiosa, y, la cogería, luego
que decidiera el destino, y, todo le había salido bien. Hasta entonces
Fue detenida, y Carmen puesta en
libertad
Pero a Carmen nadie le
devolvió el tiempo perdido en los meses
de cárcel nadie le pidió perdón, por haberla juzgado antes de que lo hiciera el
juez
Solo su joven abogado se alegró
de haberla liberado
Gracias a él, Carmen siguió
creyendo en la humanidad, y, encontró el amor, aunque esa sea otra historia
Fin
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