sábado, 6 de abril de 2019

Confidencia

La Confidencia

Luisa iba todas las mañanas muy temprano a comprar el pan, para preparar el desayuno a su esposo, que llevaba muchos años enfermo en la cama

Todos en el barrio, admiraban a Luisa, por el cuidado con él que ella trataba a Juan, su marido, sobre todo porque el hombre cuando estaba sano, no había sido lo que se dice, un buen esposo. Es cierto que nunca la maltrato físicamente, pero sí en otros sentidos, por ejemplo le había prohibido que siguiera trabajando en la empresa de coches de alquiler en la que ella prestaba sus servicios, y, entonces la mujer precisaba la autorización del marido para trabajar, así que tuvo que contentarse con ser una simple ama de casa

Aquella mañana, Ana, la hija de la dueña de la tahona, decidió averiguar por su cuenta, y, decidió preguntarle a la propia interesada

Buenos días. Doña Luisa, puedo hacerle una pregunta, Luisa le respondió que sí, y, Ana le pregunto porque cuidaba con tanto esmero a su marido. Luisa le respondió, que por varias razones,  porque era su esposo, porque era un hombre muy bueno, porque estaban enamorados, y, que no entendía la pregunta

Entonces Ana, le hablo de cuando le prohibió trabajar fuera de casa, y, Luisa le conto la verdad, Juan, no le había prohibido nada, la había defendido, el dueño de dichas oficinas se había propasado incluso había violentado alguna empleada, y, lo mismo intento con ella, que se defendió como pudo y, logro escaparse, cuando se lo conto a su marido, pensaron entre los dos que hacer, denunciarlo sería inútil,  pues era la palabra del jefe contra la de Luisa, decir  que dejaba ella el trabajo sería un riesgo pues podría denunciarla de cualquier falsedad para que volviese, la única solución era que él su marido, “le prohibiese trabajar, aludiendo a que era necesaria en casa”, y, asi se  hizo, Juan tuvo que trabajar más, por eso ahora estaba enfermo, concluyo Luisa

Y, por cierto de simple ama de casa nada, he sido, educadora, pedagoga, psicóloga, catequista, biblista, consejera sentimental, enfermera, algo médico, economista,  cocinera, pastelera, en suma he sido mamá, mamá  y esposa, y, ahora soy doctora en todo lo anterior porque soy abuela de 6 nietos, los que Dios nos dio por medio de nuestros 3 hijos. Ya ves Ana, no todo es lo que parece

Ana, pidió disculpas, y, le rogo a Dios le ayudase a encontrar un marido “tan malo” como el de Doña Luisa

Fin

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