martes, 2 de noviembre de 2021

La aldaba. Relato de amor


Aldaba cuento de amor
Lucía era la hija del terrateniente de la aldea, de D. Luis;  era una joven hermosa, se enamoró de Pedro el hijo de uno de los jornaleros de su padre, las dos familias bendijeron aquel amor, y, se empezó a preparar la boda de los jóvenes.
Pero llegaron vientos de muerte y sangre, se empezaron a matar unos a otros los de Pedro, decían que los que  eran como D. Luis, terratenientes, dueños de fábricas etc eran criminales y ladrones, en casos tenían razón en otros muchos como era el de de D. Luis y otros muchos no, eran justos con sus empleados, Pedro personalmente no lo creía en el caso de su futuro suegro, pero él se debía al partido
Por otro lado los del grupo de D. Luis pensaban que los otros eran unos vagos y criminales, y ateos, tenían razón pero no en todos los casos, Pedro por ejemplo era un buen trabajador, una buena persona, y, un buen cristiano, pero en otros sí, pero claro D. Luis y los suyos se debían a su partido a sus ideas
Y, así estalló la guerra civil, que fue sembrando el odio entre unos y otros, y con el odio la muerte, los paseos, las ejecuciones arbitrarias, bueno no sentenciadas en tribunal porque toda ejecución lo es
Pedro fue movilizado llamado a luchar con los de sus ideas, se despidió de Lucía, y, esa despedida fue para ellos la consumación de su matrimonio, no había sacerdotes disponibles, así que se prometieron amor eterno, se juraron fidelidad ante Dios, esperando que la guerra acabase, y, poder repetir esas promesas ante un sacerdote, Lucía amó y fue amada como esposa, pues ya lo era ante Dios, y, quedó encinta
Nació el hijo un niño, fue bautizado, pero el padre Pedro, no volvió nunca, durante tiempo Lucía cada vez que oía sonar la aldaba del portalón iba abrir corriendo, porque Pedro cuando iba buscarla, siempre llamaba con la Aldaba. Todos los días mira el vestido de novia que esperaba ponerse en la iglesia, para ratificar su promesa ante el ministro del Señor
El tiempo fue pasando, y llegó la noticia de la muerte de Pedro en combate
Pasaron muchos años llego una paz aparente, y, otra paz también aparente, porque las heridas de odio siguieron ahi, todos empeñados en mostrar lo que había hecho el otro grupo, negando lo que había hecho el propio
Lucía ya muy anciana vive en casa de su tataranieta, tiene según dicen la mente un poco extraviada, de pronto se levanta con más agilidad de la acostumbrada y dice, “¿No, escuchais están golpeando la puerta con la aldaba, es Pedro, voy abrir?. La  tataranieta pregunta a la bisnieta, si sabe de qué habla la abuela;  la tataranieta ya no sabe, lo que es una aldaba
La bisnieta es decir su madre, le dice, que cosas de la abuela, le explica lo que era una aldaba, un llamador que a veces tenía forma de mano, otras de llave, de pata de animal, etc, solía ser de hierro y se usaba para llamar a las puertas de las casas, portales, o portalones de fincas.
La hija recuerda a su madre; que ellos tienen video portero
De pronto ven que la abuela se ha puesto, no saben ni como lo ha encontrado el viejo y ya amarillento vestido de novia
La oyen hablar, “Amado mío, has venido a buscarme, me traes un ramo de azahar, tenemos que ir a recibir de nuevo la bendición de Dios, tenemos un bebé que se llama Pedro Luis, yo sabía que vendrías y en cuanto golpeaste la puerta con la aldaba me puse el vestido, y, vine abrirte, vamos esposo mío, Dios nos aguarda”
“Ahora sí ha perdido del todo la razón, pobre abuelita, vamos a ver qué ha pasado lleva unos minutos callada”
Cuando madre e hija, llegaron Lucía vestida de novia, yacía muerta en el suelo, toda la estancia estaba llena de olor a azahar
Ha muerto la abuela, dijo la tataranieta
No hija, vino a buscarla su esposo como le había prometido.
Fin.

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