domingo, 6 de marzo de 2022

El campesino y el lobo. Relato


El campesino y el lobo. Relato
En aquel tiempo había mucho miedo. Se había corrido la voz, de que se había fugado de la cárcel un malhechor; apodado “O foucellas”; y que podía estar escondido en cualquier parte.
Era allá por el mes de octubre, si es que no me falla la memoria. El campesino que me narró esta historia, que le aconteció a él mismo, regresaba para su casa al anochecer, y tenía que recorrer varios pueblos y aldeas, hasta llegar a su aldea.  Además del malhechor se decía que había parido una loba.
El hombre aprovechó que había luna llena: y comenzó a caminar por encima de una pequeña pared o muralla; fue entonces cuando lo vió: a pocos pasos de él, en un principio lo tomo por un perro; pero pronto se dió cuenta de que era el lobo, o la loba; tuvo miedo; pero se santiguo y le dijo; Qué hay amiguito, no, nos vamos hacer daño verdad, los dos somos de Dios; yo voy a rezar a Dios y a la Virgen María, si me quieres acompañar”
Y, comenzó a rezar. “ padre nuestro...” se detuvó un instante como si estuviera rezando con otra persona; y el lobo aulló, el campesino terminó el padrenuestro, y comenzó el Ave María, y el lobo aúlló. De pronto el animal dió un brinco y desapareció, pero no tardo en aparecer; volvió varias veces,  había ido a buscar sus pequeños, 4 lobeznos; que mostró al campesino: este los alabó desde su muro, y, siguieron andando-
Hasta llegar a la aldea, donde se despidieron.
El campesino lo contó en casa; a todos se les pusieron  los pelos de punta. “los lobos no rezan; la Virgen no es reina de fieras y bestias”. El campesino dijo, que le iba preguntar al cura, al día siguiente que era domingo; y, así lo hizo, el cura lo negó; pero el campesino le pregunto, si Nuestra Señora, no era Reina de todo lo creado. El pobre cura, tuvó que darle la razón; pues entonces dijo el campesino, dado que el lobo es creado, es también su reina, el cura se dió por vencido. En lo que no cedió fue en que rezasen; bueno no cedió entonces; porque al atardecer mientras rezaba con su Breviario, leyo en el Salmo 139. “Rugen los leoncillos por la presa, pidiendo así a Dios su alimento”
Entonces se dijo así mismo el buen cura, “Pues si lo hacen los leones, lo harán también los lobos, alabados sean siempre Dios y Santa María”
Y, al Domingo siguiente le dió la razón al joven campesino
Esta historia me la contó hace ya muchos años, el mismo campesino; mi tío Juan que era vivé con La Reina de todo lo creado; aunque dado que era muy presumido, le gustaba estar bien arreglado; a lo mejor se encuentrá aún en “El Salón de Belleza”, es decir en el Purgatorio. Por ello yo sigo intercediendo; es decir rezando, por él.
Fin

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