miércoles, 18 de mayo de 2022

El traje de novia


El traje de novia. 
Carmela no apartaba la vista del retrato que colgaba de la pared de la cocina comedor de su abuela Carmen.
Abuelita, quién es la chica que lleva un ramo de flores en la mano
La muchacha soy yo; el chico es tu abuelo
Qué pasaba, ibais a una fiesta
Sí a la fiesta de nuestra boda, ahi estoy, vestida de novia, el ramo se lo regale a una amiga, a María, a Nuestra Señora.
Carmela frunce el ceño, ya tiene 11 años, no cree en cosas de niños, esa no es una foto de boda, su abuela esta de negro, con un velo negro. Y muy sería le dice
No te creo, abuelita estas de negro
Claro que estoy de negro, entonces sobre todo en las villas y aldeas las muchachas casaban de negro, aunque el alma fuese muy limpia, de negro y de corto.
Recuerdo aquellos días y los anteriores, como si hubiese sido ayer o anteayer; y hace ya, Dios mío bendito, hace ya 50 años
Te lo voy a contar.
Y Carmen acercó el balde en donde estaba desgranando los guisantes; le dio a la nieta, otro cubo más pequeño para que le ayudase y comenzó a hablar
“Y, tú y yo vamos a escuchar, porque no, nos pueden ver”
Carmen cierra los ojos un instante y deja volar su imaginación: muy lejos en el tiempo
Ella es una muchacha joven, una jovencita. Hace ya 6 meses que Braulio la acompaña a la salida de Misa; es un buen chico, trabajador, trata muy bien al ganado, su familia no es rica, pero no carecen de unas tierras que cultivar y sembrar
Hoy le ha dicho que quiere casarse con ella, Carmen bajó la vista, para que él no viese las lágrimas de alegría, ni lo sonrojada que se había puesto
Y, casi en un murmullo le dijo. “ Eso lo tendrán que hablar tus padres con los míos
Pues dile al tío Benito que sí le viene bien a él y a su señora, la señora Carmela; iremos esta tarde  o mañana cuando ellos quieran. Yo ya hablé con mis padres. Y, te aceptan por nuera
Carmen alcanzó a sus padres que venían detrás con los hermanos más pequeños y se lo contó
Pero si todavía eres muy jovén, mi pequeña, dijo la señora Carmela; tienes solo 16 años; Dios mío. Pero tienes mi permiso,, y, si lo quieres, piensa que es para siempre, pues que venga cuando quieras, con mi bendición
Y, se hizo la pedida de mano, se acordó donde vivirían una vez casados, ya solo faltaba hablar con el cura, para las amonestaciones, entonces no se hacían cursillos pre matrimoniales. Y faltaba el vestido de novia.
Carmen había bajado a la villa, para hacer unas compras, y viera en el escaparate de una tienda de fotos;  una novia de blanco que asemejaba una princesa
Y soñó que ella era esa novia; mas donde comprarlo
Su madre Carmela, y su abuela Dolores le dijeron que eso era imposible por muchas razones
La primera que iba ir limpiando las estradas, los caminos con la cola del vestido
El segundo esos eran trajes para un solo día y muy caros, mientras que el traje de novia negro, servía para muchos más días; no de diario claro está, pero sí para otra boda, un bautizo, y también un entierro. El traje de novia blanco esta bien para las señoritas de la ciudad, las ricas que las pobres tampoco lo llevan
Tercero y más importante nadie lo llevo nunca en el pueblo; ni lo llevará, sí lo llevases tú, sería como si quisieras destacar por encima de todos,  y eso es soberbia. En un pueblo en una aldea, todos somos iguales.
Iremos a comprar la mejor tela de seda y raso negra, llevarás un ramo de rosas blancas y de azahar; y ese ramo se lo darás a La Virgen, estarás hermosa porque tu alma es blanca y pura, y serás una buena esposa, y cuando Dios quiera una buena madre
Carmen acepto y compraron la tela para el traje que hizo ella misma con la ayuda de su abuela Dolores
El día de la boda, salió de casa tan hermosa, llevando el ramo en las manos,  una rosa blanca prendida en el velo negro de encaje, que bajaba hasta los hombros
Estaba tan hermosa que el novio, al verla se froto los ojos; y dijo
“¿No será usted nuestra querida reina, Doña María de las Mercedes, y sí no lo es, será sin duda alguna pariente suya; pues solo las reinas y las princesas, visten de ese modo y son así de hermosas?
Carmen  sonrió, al acabar la ceremonia de la boda, fue rezar a la Virgen por su recién estrenado matrimonio.
El fotógrafo con el permiso del cura, le dijo que se pusiera cerca de la imagen de La Virgen, para hacerles la foto, delante había un espejo;  y Carmen no pudo evitar verse en él. Y se vió vestida de blanco, como soñará ir
Al cabo de unos pocos días, se lo contó al cura, y este le dijo que La Virgen le había concedido verse, como la veían Dios y Ella; y que había novias de blanco, que Dios veía de negro
Carmen fue muy feliz en su matrimonio. El traje lo volvió a poner para la Misa funeral que se tuvo en la aldea, por la pobre reina, María de las Mercedes, muerta de tuberculosis a los 18 años.
Y para la boda de su hermana Lolita, pronto llegaron los hijos, pera esa es ya otra historia
Bien que te parece la historia de mi vestido. Dijo mirando para la nieta
La niña se levantó, le dió un beso. Y le dijo. Cuando me casé quiero ir de negro como tú
Vete como quieras, tu casaras en la ciudad, pero sea tu vestido negro o blanco; que tu amor sea siempre puro, y que no acabe nunca.
Fin
Este cuento es la versión en castellano, del que subí ayer con motivo del día de las letras gallegas. O traxe de noiva

No hay comentarios: