martes, 1 de octubre de 2013

La vaquita roja

La vaquita roja
Hubo, hace algún tiempo, un niño llamado, Cesariño, vivía en Galicia con sus papás, sus hermanitas, y, sus abuelos, tenían vacas, y, otros animales, como todos los campesinos. Pues bien, un día sucedió, algo muy normal; pero que en este caso, estuvo cubierto de tristeza

Nació, una ternerita, pero como en el cuento, de Blanca Nieves, al nacer, no la princesita, si no la ternerita, su mamá, no la reina, sino la vaca, la pobrecita murió.

Como todo bebé, precisaba a su mamá; un bebe de la especie, que sea es, como una continuación de su mamá; así que mal porvenir, se le venía encima, a la ternerita, y, no había más remedio que matarla, puede parecer cruel, pero era le mejor Cesariño, se encapricho de la vaquita, o, mejor dicho de la ternerita, y. dijo que, la criaría, iría a la farmacia, y, compraría, un biberón para darle de mamar, y, así con la leche de otra vaquita, la sacaría adelante.

Aunque no muy convencidos, le dejaron hacer, pensando que, de todos modos moriría, la criaturita no era hermosa, tenia el pelo rojizo, de punta ojos saltones, por eso Cesariño, le puso el nombre de; “la vaquita roja”.

La vaquita roja, logro sobrevivir sin su mamá, tenia el cariño, del pequeño Cesariño, y, sus hermanitas, aprendió ,a seguirlo a todas partes, a trotar como un cabritillo, a los 2 meses Cesariño, le dio, su primera comida sólida una poquita de hierba, y, después un tazón de leche, aquello era la prueba definitiva de que; “Vaquita roja”, viviría, y, así fue, pero como era la mimada, no tomaba, solo el pienso(hierba heno) Cesariño, le daba café con leche, chocolate, del que le daban, a él para merendar con pan, y, que a “Vaquita roja”; le gustaba muchísimo, el tiempo siguió pasando, y, la ternerita se hizo "una mujer", o, sea se hizo una vaca, por primera vez, fue al monte arar la tierra; las vacas gallegas, siempre han trabajado, no como las suizas, me refiero a las vacas, que en su mayoría, sólo se dedicaban a dar leche y, de peor calidad, que las gallegas, eso si mucho, pero mucho, y, malo, aunque de eso nadie, y, menos que nadie las vacas, tienen la culpa, también llamo, el amor, al corazón de; “Vaquita roja” y, como fruto de aquel amor, nació una ternerita, a la que llamaron, “Perla”

Todos bromeaban con, Cesariño, llamándole: “abuelo”, pero al pequeño, no le ofendía, pues quería, realmente a, “Vaquita roja”.

Eran tiempos difíciles, y, al pequeño Cesariño, le gustaba ser músico, en concreto tocar el clarinete, pero costaba mucho, compra uno, su papá, había muerto, hacia poco, y, eran muchos hermanos, no sabia, como podría conseguir su sueño, era pese, a sus pocos años, un niño prudente, su mamá, le había dicho, que también a ella, le gustaría que fuera músico, pero había que ser realista, tendría que ser campesino, como todos

Una mañana, un hombre rico del pueblo, se ofreció para comprar a, “Vaquita roja”, con el dinero, que iba a pagar por ella, 300 Pts; algo así, como unos ocho mil euros de ahora; tendrían más que de sobra para, comprarle el clarinete, pero quería demasiado, a su vaquita, y, sabía los niños de las aldeas, no son niños tontos, como los de la ciudad, que piensan que la carne, que comen nace, en un árbol, no éstos niños, saben que se mata, a los animales, por que así tiene que ser, aunque no guste, y, sabia que matarían a, “Vaquita roja”, y, no quería, a otra vaca, le daría pena, pero a, “Vaquita roja”, no lo permitiría, claro, si su mamá, y, su abuela no decían otra cosa, él como todos los niños, tenia que, obedecer.

Por la noche, se quedo muy asombrado cuando; “Vaquita roja” lo llamo, por su nombre

“Cesar, Cesariño” Pensó que, se estaba volviendo loco, una vaca hablando; pero la vaquita, le aclaro que todos los animalitos, hablan, pero sólo los privilegiados, pueden oírlos, los otros oyen sólo mugidos, o, ladridos, una vez aclarado el enigma, le pregunto, que quería decirle, y, ella le respondió, que la vendiesen sin miedo, que no la iban a matar, muy al contrario, quien la compraba era el dueño de; “su marido”; el torito más guapo del mundo entero, lo mismo que Gary Cooper, un actor, famoso en aquella época, hoy sería como (Brad Pitt; con perdón del toro); aunque en toro, y, seguramente tendrían muchos, y, bellos hijitos; él, podría ir a visitarlos a la granja, que no quedaba tan lejos, y, tocarles alguna pieza musical

Así se hizo, con el dinero de la venta, se compro el clarinete, el niño aprendió a tocar, fue algunas tardes, a obsequiar, con su música, a su buena amiga; "la Vaquita roja”; quien estaba muy feliz en su nuevo hogar, en el que tuvo varios terneritos, y, terneritas; en cuanto al pequeño Cesariño, llego a ser uno de los mejores clarinetes, aunque su humildad, y, el deseo de no pisar a sus compañeros, hizo que voluntariamente, no quisiera destacar, pero oírlo tocar, era oír a los ángeles, puedo decirle, por que tuve, la suerte de poderlo, escuchar

Esta es la historia, ahora allá donde viven los ángeles, se que hay un niño, que se llama Cesariño, y, toca el clarinete, porque en el cielo todos volveremos a ser niños

“Si no os hacéis niños no entrareis en el reino de los cielos”

Fin





No hay comentarios: