miércoles, 8 de enero de 2014

La nube

La nube

De todos los seres creados por Dios, había uno, al que no le gustaba, “ su papel”, era la nube; se, quejaba de que mientras las estrellas, y, los demás seres serían, admirados, ella, tendría que morir, y, nacer cada día, y, los humanos, y, hasta los animales, cuando lloviese, sobre ellos, se enojarían; El Creador, le dijo, que gracias a ella, la tierra daría sus frutos, hombres, y, animales, calmarían su sed, estarían limpios, amen de que los ríos, no se secarían, que tenía, una misión muy importante, la nube, no estaba de acuerdo, pero no le quedo más remedio que aceptar.
Paso el tiempo, que aunque sea muy largo para los humanos, para las nubes, es siempre como un sueño, muy corto, y, un día, en un monte, vio a un hombre, al que habían crucificado, y, que se moría de sed, le dio mucha pena, y, aunque al; “llover”; se moría, derramo toda su agua, sobre el pobrecito; calmando en lo que pudo su sed, éste la miro con sus ojos, ya velados por la muerte, y, le dio, las gracias.
La nube, era consciente, de no ser un teólogo, pero, tuvo la plena seguridad de que el crucificado, era su Creador, aunque eso, fuese una locura
Cuarenta días más tarde, oyó, que, la llamaban, era el Hombre, que había visto crucificado, y, estaba vivo, se alegro mucho; el Hombre, que era, Jesús, le pidió un favor, después de decirle, que estaba en lo cierto, era su Creador; el favor, era, que lo acompañase en su entrada en el Cielo, la nube, accedió encantada, de poder servir, a su Creador; y, comprendió para que había sido creada.
Fin





































































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