sábado, 9 de noviembre de 2019

Vendimia

La Vendimia

Había llegado el mes de septiembre, pronto comenzarían las clases, pero antes de volver al pueblo, Juan, Ester, y, sus padres irían a la vendimia

A los pequeños no les importo madrugar, ardían en deseos de ver lo que era, era su primera vendimia

Con gorros en la cabeza, para protegerse del sol, al mediodía, con pequeños cestos para ayudar un poco, fueron echando pequeños racimos de uvas en los mismos, viendo como los mayores llenaban grandes capazos, y, se los echaban a los hombros, ni Juan ni Ester podían usar tijeras, así que sólo podían coger los que sus pequeños dedos podían romper

Después de que todas las uvas estuvieron recogidas, fue la comida en el campo, acompañada de cantos, y, bailes de la región, de postre como no uvas

Y, ahora dijo una voz, vamos al lagar

Todos fueron hacia el sitio indicado, y, allí vieron como las uvas eran arrojadas en una especie de piscina donde había unos hombres y mujeres descalzos

Juan dijo a su madre

Mamá, porque les echan las uvas encima, no los ven

Claro que los ven, es para que las pisen

Y, de pronto los hombres y mujeres que estaban en “la piscina” se pusieron a bailar, y, fueron pisando la uva y el líquido de las mismas el vino fue saliendo por unos pequeños caños a otras piscinas y de allí a unos toneles

Que asco, no pudo evitar decir, Ester

No hija, el vino lo purifica, amen de que esas personas se han lavado antes los pies

Y, ya esta el vino para beber

Bueno, no, eso es todavía zumo de uva, ahora tendrá que dormir en las bodegas, primero se hará el mosto del que como no tiene alcohol el abuelo os regalará una botella, después el vino seguirá haciéndose mayor, le llevará meses, años, según el tipo de vino que se quiera, será como todo crecimiento un proceso lento, que apenas se notará, como él que vosotros estáis teniendo ahora.

Carmen la abuela interrumpió, la conversación venía con dos vasitos de zumo de uva, que había recogido en sendos vasos, para sus nietos.

Tomad, bebed, ya veréis que rico, tenemos que dar gracias a Dios por tan buena cosecha, por eso, el primer tonel el de la mujer uva va ser apartada para que fermente aparte, y, sea el mejor vino, es para la persona que más queremos.

Para papá, pregunto Juan
No hijo, no es para tu papá, ni para el abuelo, es para Jesús
El vino ese, se convertirá un día en su Sangre, cuando el sacerdote en Misa, pronuncie las palabras que un día dijo Jesús

Vaya abuela, dijo Ester, o sea que ese vino, llegará a ser Dios
Suena un poco a herejía, pero digamos que en cierto modo sí

Sabes abuela, renunciamos a la botella de mosto, que se transforme  también en vino, para que sea La sangre de Jesús

Aquella noche, regresaron a casa, y, si la abuela les mando la botella de mosto, y, los pequeños nunca olvidaron que aunque  no fuera en una iglesia habían estado en una acción sagrada, acaso no es la naturaleza el Templo de Dios

Fin

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