Había llegado el mes de septiembre, pronto comenzarían las clases, pero antes de volver al pueblo, Juan, Ester, y, sus padres irían a la vendimia
A los pequeños no les importo madrugar, ardían en deseos de ver lo que era, era su primera vendimia
Con gorros en la cabeza, para protegerse del sol, al mediodía, con pequeños cestos para ayudar un poco, fueron echando pequeños racimos de uvas en los mismos, viendo como los mayores llenaban grandes capazos, y, se los echaban a los hombros, ni Juan ni Ester podían usar tijeras, así que sólo podían coger los que sus pequeños dedos podían romper
Después de que todas las uvas estuvieron recogidas, fue la comida en el campo, acompañada de cantos, y, bailes de la región, de postre como no uvas
Y, ahora dijo una voz, vamos al lagar
Todos fueron hacia el sitio indicado, y, allí vieron como las uvas eran arrojadas en una especie de piscina donde había unos hombres y mujeres descalzos
Juan dijo a su madre
Mamá, porque les echan las uvas encima, no los ven
Claro que los ven, es para que las pisen
Y, de pronto los hombres y mujeres que estaban en “la piscina” se pusieron a bailar, y, fueron pisando la uva y el líquido de las mismas el vino fue saliendo por unos pequeños caños a otras piscinas y de allí a unos toneles
Que asco, no pudo evitar decir, Ester
No hija, el vino lo purifica, amen de que esas personas se han lavado antes los pies
Y, ya esta el vino para beber
Bueno, no, eso es todavía zumo de uva, ahora tendrá que dormir en las bodegas, primero se hará el mosto del que como no tiene alcohol el abuelo os regalará una botella, después el vino seguirá haciéndose mayor, le llevará meses, años, según el tipo de vino que se quiera, será como todo crecimiento un proceso lento, que apenas se notará, como él que vosotros estáis teniendo ahora.
Carmen la abuela interrumpió, la conversación venía con dos vasitos de zumo de uva, que había recogido en sendos vasos, para sus nietos.
Tomad, bebed, ya veréis que rico, tenemos que dar gracias a Dios por tan buena cosecha, por eso, el primer tonel el de la mujer uva va ser apartada para que fermente aparte, y, sea el mejor vino, es para la persona que más queremos.
Para papá, pregunto Juan
No hijo, no es para tu papá, ni para el abuelo, es para Jesús
El vino ese, se convertirá un día en su Sangre, cuando el sacerdote en Misa, pronuncie las palabras que un día dijo Jesús
Vaya abuela, dijo Ester, o sea que ese vino, llegará a ser Dios
Suena un poco a herejía, pero digamos que en cierto modo sí
Sabes abuela, renunciamos a la botella de mosto, que se transforme también en vino, para que sea La sangre de Jesús
Aquella noche, regresaron a casa, y, si la abuela les mando la botella de mosto, y, los pequeños nunca olvidaron que aunque no fuera en una iglesia habían estado en una acción sagrada, acaso no es la naturaleza el Templo de Dios
Fin
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