lunes, 29 de mayo de 2017

La barca

La barca

Carmen,  ocupó su lugar en la barca,  ojala fuera una barca de verdad, y, no un columpio, y, la llevase bien lejos, o, él barquero fuera un gigante y enviase la barca a las nubes, al cielo, dónde estaría, aunque la abuela, y la tía Remedios decían que no iban al Cielo, claro que la buena de la tía Remedios, la beatona, la que no la dejaba dormir con tanto rosario, la había convencido de que eso era lo mejor, que no podía deshonrar a la familia, si Javier, no hubiera muerto, en aquel accidente, se habría casado, y, bien, pero así, madre soltera no, eso jamás, pobres pero honrados
"Pobres pero asesinos"
Se tocó el vientre le dolía horrores, cuánto daño le había hecho aquel médico, y, el aviso de no decirlo a nadie, o acabarían todos en la cárcel
Perdóname hijo mío, yo sé que estas en el cielo, cómo no vas estar pobrecito, si no has hecho nada malo, te lo hicieron ni siquiera te dejaron nacer
Nunca debí consentirlo, nunca
Un hombre aviso, al barquero, aquí hay un paquete, no dijo más una explosión inundo el aire, todo salto por los aires
Carmen se reunió en el Cielo con su hijo, ella también era una víctima
Los periódicos contaron al día siguiente el atentado, atribuido a los maquis, tía Remedios, dijo muy ufana, que esa gente no tenía temor de Dios, rezaba por su conversión, nadie puede quitar la vida a otro, sólo Dios, ofrecería un rosario por ellos, pero antes el funeral de su sobrina, no podría ir vestida de blanco como correspondía a una joven virgen, repetía a sus amistades, porque ha quedado en pedacitos la pobre
Pero Dios venga la sangre inocente, tía Remedios no debería hablar tanto, sobre todo, porque ella había sido la que había pagado el aborto de Carmen, ella la que primero había derramado sangre inocente
Paso el tiempo, los terroristas se arrepintieron, y Dios los acogió en su casa, la beata tía Remedios no, ella siempre se vio buena, desagraviando por los demás, así se mantuvo hasta el final, hasta que el demonio la recibió en su casa; o al menos así habría sido, de no ser por los ruegos en el Cielo de dos criaturas de Carmen y su hijo
De pronto Remedios recordó su vida, su hipocresía todo el mal que había hecho, lloró, e hizo llorar a su confesor; aquel día satanas se llevó una patada, Remedios iba al cielo a conocer a su sobrino nieto, si, a Dios, pero de entrada a su sobrino nieto

Fin

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