La barca
Carmen, ocupó su lugar en la
barca, ojala fuera una barca de verdad,
y, no un columpio, y, la llevase bien lejos, o, él barquero fuera un gigante y
enviase la barca a las nubes, al cielo, dónde estaría, aunque la abuela, y la
tía Remedios decían que no iban al Cielo, claro que la buena de la tía
Remedios, la beatona, la que no la dejaba dormir con tanto rosario, la había
convencido de que eso era lo mejor, que no podía deshonrar a la familia, si
Javier, no hubiera muerto, en aquel accidente, se habría casado, y, bien, pero así,
madre soltera no, eso jamás, pobres pero honrados
"Pobres pero asesinos"
Se tocó el vientre le dolía
horrores, cuánto daño le había hecho aquel médico, y, el aviso de no decirlo a
nadie, o acabarían todos en la cárcel
Perdóname hijo mío, yo sé que
estas en el cielo, cómo no vas estar pobrecito, si no has hecho nada malo, te
lo hicieron ni siquiera te dejaron nacer
Nunca debí consentirlo, nunca
Un hombre aviso, al barquero,
aquí hay un paquete, no dijo más una explosión inundo el aire, todo salto por
los aires
Carmen se reunió en el Cielo con
su hijo, ella también era una víctima
Los periódicos contaron al día
siguiente el atentado, atribuido a los maquis, tía Remedios, dijo muy ufana,
que esa gente no tenía temor de Dios, rezaba por su conversión, nadie puede
quitar la vida a otro, sólo Dios, ofrecería un rosario por ellos, pero antes el
funeral de su sobrina, no podría ir vestida de blanco como correspondía a una
joven virgen, repetía a sus amistades, porque ha quedado en pedacitos la pobre
Pero Dios venga la sangre
inocente, tía Remedios no debería hablar tanto, sobre todo, porque ella había sido
la que había pagado el aborto de Carmen, ella la que primero había derramado
sangre inocente
Paso el tiempo, los terroristas
se arrepintieron, y Dios los acogió en su casa, la beata tía Remedios no, ella
siempre se vio buena, desagraviando por los demás, así se mantuvo hasta el
final, hasta que el demonio la recibió en su casa; o al menos así habría sido,
de no ser por los ruegos en el Cielo de dos criaturas de Carmen y su hijo
De pronto Remedios recordó su
vida, su hipocresía todo el mal que había hecho, lloró, e hizo llorar a su
confesor; aquel día satanas se llevó una patada, Remedios iba al cielo a
conocer a su sobrino nieto, si, a Dios, pero de entrada a su sobrino nieto
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario