martes, 2 de febrero de 2021

castañera. Cuento


La castañera. Cuento

Esta historia sucedió hace mucho tiempo, me la contó mi abuela, a la que se la había contado la suya, y, así remontándonos muchos años atrás

Pedrito era un niño que vivía con su madre y su hermanita pequeña en una casita cerca de la ciudad, qué ciudad, eso no importa, su papá había muerto hacia tan solo unos meses, y, su mamá tenía que ganarse la vida, vendiendo lo poco que daba el pequeño huerto, que además no era suyo, como tampoco la humilde casita

Aquel día habían bajado a la ciudad, la hermanita aún muy pequeña se había quedado a cargo de una vecina, era el mes de noviembre, y, entonces los meses eran más fríos, de pronto en la calle Real,  Pedrito diviso a la castañera, al pensar en las castañas asadas calentando sus manitas,  y su sabor caliente en la boca, se le hizo la boquita agua

y, le pidió a su madre, le comprase un cucurucho, Elisa la mamá le dijo, que no podía ser eran pobres, y, no podían permitirse esos lujos, ese dinero lo necesitaban, como era un niño bueno, no protesto, aunque se quedase triste

Al día siguiente después de venir de la escuela,  pidió permiso a su mamá para ir a jugar a la calle, entonces se jugaba en la calle, cuando llevaba un buen rato, jugando con sus amiguitos, vio a la castañera que estaba en una esquina de la calle,  y le hacia señas de que se acercará, Pedrito lo hizo,  la mujer le pidió que se quedase un ratito atendiendo el carrito de las castañas, le indico lo que costaban y como rellenar los cucuruchos
Pedrito vendió muchas,  no tomó ninguna para sí, y, todo el dinero lo deposito en una cajita
Cuando llego la castañera, se asombró o eso dio a entender de tan buena venta, y felicito a Pedrin por ser tan buen niño,  le dijo que su papá en el Cielo estaba muy contento por él, que pronto Dios y su mamá le regalarían un hermanito, antes de que se fuera preparó un cucurucho con 24 castañas, y, le dijo esto es para tí, estas castañas no empezaran a enfriarse hasta que hayas comido más de la mitad

El niño dio las gracias a la señora, y, se marcho, no pensó en abrir el paquete, quería llevárselo entero a su mamá, quería que ella dijese como se iban a comer

La casa no estaba lejos, con todo con la helada que estaba cayendo, deberían haberse enfriado, pero cuando llego estaban igual de calientes. Pedrin contó lo que había sucedido, la mamá le dijo que había obrado bien, y si pronto tendría un hermanito o hermanita, lo que no sabía ella es como aquella señora podía saberlo, ya que ella no lo había contado a nadie todavía, se dijo asi misma, que a lo mejor acertó por casualidad

Abrieron el paquete y se pusieron a comer las castañas a la hermanita que aún era muy pequeña se las daban trituradas, y, el caso es que no disminuían tanto, que Elisa cogió un plato echo un buen puñado, y, se lo fue llevar a su vecina que aún era más pobre,  las castañas parecían no acabarse nunca, llamó un pobre a la puerta, y le dieron castañas, y, asi seguían por fin cuando parecía que era la última,, vieron que quedaban 12, todavía 12 castañas, pero al ir abrirlas eran pepitas de oro, mejor dicho monedas de oro. Elisa no entendía nada, y, se dijo que tenía que ir hablarlo con el señor cura,  que le aconsejará que hacer con aquel tesoro, porque no era suyo, a Pedrin le habían regalado unas castañas

El cura la escucho miró las monedas eran desconocidas, lo mejor le dijo es hallar a la mujer, tú Pedrin dibujas muy bien,  dibuja el rostro de la señora que te dio las castañas.  El niño empezó a dibujar, de pronto el bueno del cura, lo detuvo, Pedrin  hombre, eso ahora no, ahora tienes que dibujar el rostro de la señora de las castañas, no de La Santísima Virgen, Pedrin respondió es lo que estoy haciendo, esta es la cara de la señora que me dió las castañas, entonces comprendieron que había sido La Madre de Dios, la que había venido a premiar la bondad de Pedrito y su mamá, por eso le hablo de su papá y del hermanito

Con las monedas la mamá compro la huerta y la casita, y, unos terrenos mas,  monto un horno y una panadería, que como era la que mejor pan y dulces hacía amen de otras cosas como quesos, mantequilla pronto creció es decir abrieron nuevos hornos, tiendas, Pedrin creció se caso, sus hermanos fueron y, él también a la universidad, al principio y durante bastantes años, eran caritativos con los pobres nadie se iba sin pan, por no poder pagarlo

Pero cuando ya Elisa era Doña Elisa, Pedrin, D. Pedro, su hermanita la señorita Elvira, el hermano pequeño D. Ricardo, cuando no sólo tenían empleados, sino mayordomo, ama de llaves, chóferes y criados en su casa, Elisa se dijo que atendiendo a los pobres se acabarían por arruinar, así que lo mejor que podía hacer era vender productos caros y de calidad, y no fiar

Lo hizo así,  pero lo que pensaba le iba dar más ganancia la arruino, los pobres no le compraban porque no les fiaba, y, los ricos pues iban a establecimientos de más prestigio, asi que pronto se vio llena de deudas y tuvo que empezar por vender negocios, hasta que se quedo tan pobre como antes, puede que un poco más

Mamá, mamá la desperto la voz de Pedrito,  menos mal que todo lo de las tiendas había sido un sueño, lo de las monedas no

Dame un beso, hijo, he tenido un sueño,  en él que Dios me ha dicho que no debo hacer lo que había pensado

¿No vas poner el horno? 

Sí,, claro que sí, primero comprare el huerto, la casita, también la de la señora Muchy,  nuestra vecina le compraré la casita y su pedazo de huerta, y se la regalare, Hare un horno pequeño donde si Dios me ayuda coceremos pan, que venderemos aquí mismo, pan dulces, leche huevos, para la gente humilde, que pague cuando pueda, y, si no puede Dios paga por ellos

Así lo hizo, y fueron muy felices, Pedrin ni sus hermanos no fueron a la universidad pero si fueron personas muy sabias y muy buenas, nunca fueron ricos, pero siempre durmieron felices por la noche, y, sobre todo, tenían un montón de amigos.

Fin

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