martes, 23 de febrero de 2021

La mancillada


  La mancillada
La mancillada, asi la llamaba todo el pueblo, no  a su cara, claro esta, su nombre era Asunción, era una mujer corriente, quiero decir que no era ni fea ni guapa, tenía un hijo que se llamaba Javier, dos años mayor que yo, vivían al final de la calle de mi abuela en el pueblo, mi abuela vivía con mis primos de los que tuvo que hacerse cargo al fallecer mis tíos en un accidente de tren, cuando iban vendimiar a Francia, pero esta no es la historia de mis primos, sino la de Asunción
Las gentes del pueblo la rehuían, eso sí cuando lo necesitaban acudían incluso dandoselas de lo que no eran de buenos cristianos a comprar algún producto de su huerta, tenía un pequeño huerto, en él que cultivaba hortalizas, patatas, algunos frutales, tambien tenía amimales de carne, conejos, gallinas de las que también vendían los huevos, una vaca, 2 ovejas y una cabra; las mujeres del pueblo, cuando precisaban algo, y, no lo encontraban económico, se lo compraban a ella, “haciéndole un favor”, pagandole menos de la mitad de lo que valía, ella aceptaba porque precisaba vivír, y críar a su hijo
Yo solía jugar con Javier, los demás niños, imitando a sus mayores se burlaban del, y de mí me decían que iba ser “una mancillada” como la madre de “mi novio”, a mí no me importaba, y, mi abuela me alentaba a ello
En la iglesia, nadie se sentaba a su lado, preferían estar de pie, salvo mi abuela, y, yo, mis primos algo mayores que yo, lo evitaban también, la abuela a veces los obligaba, otras optaba por dejarlos más que nada, para no dar escandalo en la Casa de Dios. 
Sucedió un día que Asunción se levanto para ir a comulgar, y, al llegar al reclinatorio se arrodillo, había otras 2 mujeres en el mismo, y, al ver que era ella, se levantaron y se fueron sin comulgar

Al acabar La Misa, las personas excepto Asunción se quedaron para saludar al sacerdote, y, comentarle algunas cosas. Mi abuela también lo hizo, pero pidió hablar a solas

No era mi abuela mujer que se callase la verdad ante nadie, y, le daba igual fuese cura, u obispo, o seglar que todos nacemos del mismo modo
Así pues abordo al sacerdote
“Disculpe D. Remigio, me parece que hoy no ha obrado usted como un cristiano”
Por qué lo dices Obdulia
Porque no ha reprendido a las dos vecinas que se fueron sin comulgar
Bueno a lo mejor recordaron que no podían
No, usted sabe que no fue por eso, es por lo  mismo que prefieren y no sólo esas sino todo el pueblo estar de pie en Misa, aunque sea tan larga como estas misas de la novena de San Isidro, prefieren estar de pie, antes que sentarse al lado de Asunción

Hija yo no puedo decirle a la gente, donde tiene que sentarse, ella es ya sabes “la mancilllada”

Usted si puede padre, y tiene el deber de hacerle, recordarles que no es cristiano, el despreciar a nadie, ni el juzgarlo, ni el condenarlo, que Santo sólo Dios, y La Virgen, la llaman la mancillada, y, le digo a usted D. Remigio, que es la más pura, y, la más santa del pueblo

Pero hija, una mujer soltera con un hijo
Eso es lo que la hace santa y pura, muchas aunque usted de esto no puede hablar si lo sabe será por confesión, confesión de la que me va permitir que me ría, un poco, pero hay algunas mujeres que han roto su compromiso, o que las ha dejado el novio, algunas esposas cuyo marido regreso de América;cuando lo daban por muerto, y, ya tenían sustituto, algunas esposas a las que no venía bien otro pequeño, que visitan la casa de Claudia, “maldita sea ella, y lo que hace”

No esta bien maldecir Obdulia, no se puede calumniar ni murmurar
No calumnio porque digo la verdad, y no murmuró porque no doy nombres, tampoco lo comento fuera de usted, así que no desprecien a Asunción porque no le llegan a la suela del zapato.

El sacerdote mal encarado dio por terminada la conversación y volvimos a casa, yo quise saber que hacía la tal Claudia, pero mi abuela lo corto con un, “nada que te importe”
Fueron pasando los años, mi amistad por Javier se transformo en algo más profundo, y, nos hicimos novios, toda la familia, excepto la abuela estaba en contra, pero yo no iba ceder, si era preciso esperaría a la mayoría de edad que entonces era a los 23 años para la mujer, y, no para todo
Pero quería saber por qué le llamaban “la mancillada”, y se lo pregunte a mi abuela

“Veras Asunción era una joven muy querida en el pueblo era maestra e hija del maestro, tenía novio, estaba prometida y con fecha de boda, pero él se largo
Ya esta abuela, y, ella quedo en estado, su novio es el padre de Javier
No, Catalina, y dejame hablar no interrumpas, su novio se fue con otra pero ella no se quedo encinta de su novio, nunca se hubiéra entregado a un hombre antes de la noche de bodas.
(Hice ademán de querer hablar, pero la abuela, me puso la mano en la boca, pidiendome silencio). 
Al principio se encerró en casa, y no quería salir, pero las amigas la animaban, un día un amigo de su familia de un pueblo vecino la vino a buscar, tenía una calesa, y, le dijo que la llevaba al baile, ella acepto, lo conocía desde niños, y, él desgraciado condujo la calesa a un rincón del bosque, y, la forzó, se quedo embarazada, al principio el pueblo la apoyo, le decían que en su caso, no debían quedarse con aquello, con la criatura, aunque no le daban ese nombre
Lo entiendo, querían que lo diese en adopción, es logico
No, hija querían que abortase, eso es lo que hace  Claudia, aunque ya estuvo presa varias veces; ella se nego dijo que pariría a su hijo que era inocente, que tampoco lo iba llevar a la inclusa, entonces le dieron la espalda, dejaron de mandar los niños a su escuela y a la de su padre D. Evaristo, preferían que fueran a otro pueblo o a ninguna, tuvo que vivir de lo que ya sabes, quien más sufrió fue el pobre de D. Evaristo, al ver a su hija despreciada, pero orgulloso de ella
Abuela mancillados son ellos
Me case con Javier, un flamante abogado gracias a los esfuerzos de su madre Asunción
Nuestro matrimonio duro poco, menos de 6 meses una gripe mal llamada española se lo llevo, pero en mi vientre me dejo el regalo de dos mellizos, un niño al que llamé Javier y, una niña a la que llame Asunción Obdulia, para que siga el ejemlo de su abuela paterna, y, no le importe ser mancillada para el mundo, y, limpia para Dios, y el de su bisabuela, para que nunca se case con la injusticia
Ha pasado mucho tiempo, tanto que ya soy abuela, no tatarabuela
Fin


 

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