El yo
Un día tendría yo unos once años, mi tío que en realidad era mi padre, no biológico por supuesto, sino por cumplir la labor que el progenitor había desdeñado
Pues bien aquel día. Se sentó, y muy serio me dijo
“Mira tienes que tener cuidado, de alguien que te quiere dominar, quiere que le obedezcas solo a él. Es un fortachón e incluso lo veras de mayor, te puede pegar si no le obedeces, solo cuenta lo que él quiere
¿Quién es tío?. Pregunté
“Es el Yo”
Sí pequeña es poner tus gustos, tus caprichos, lo que te apetece por encima de lo que debes hacer, de la obediencia debida a los que tienen autoridad. Mira yo mañana me levantaré a las cinco de la mañana para ir a trabajar. Naturalmente. “El Yo”, me dirá que no lo haga, y hasta me convencerá, lo intentará de eso es lo que quiero. Cuando es mentira. Pero yo tengo un truco para vencerlo. Es anteponerle el deber
Cierto no me apetece levantarme tan temprano pero es mi deber de esposo, de padre, de tío de español. Así que arriba
A ti te pasará igual, ahora con la escuela, con hacer más caso a las amiguitas que a los profesores, el señor cura, tus tíos…
No le dejes nunca que te dominé. Y, seras libre
He procurado seguir su consejo.
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