La dama
Era una mujer esbelta, muy hermosa pero de belleza serena, caminaba con paso firme, elegante. Siempre con traje chaqueta, zapatos de tacón, y un pequeño tocado en la cabeza.
A veces, sobre todo en verano llevaba un vestido con algo de vuelo en la cintura.
Solía caminar sola, aunque a veces se la veía sentada en la terraza de alguna cafetería
Casi siempre sola. Lo que extrañaba porque entonces las mujeres no iban a las cafeterías en solitario.
Alguna vez, se la veía con otras señoras
Había personas que respondían a su saludo, una mirada y una pequeña sonrisa, otras la ignoraban; y muchos la despreciaban
A mí me encantaba su forma de caminar, y aunque dado mi corta edad la veía como una anciana
En realidad la dama, como la llamaban, y de la que nunca supe el nombre; y, si lo supe lo olvidé tendría unos 45 o 50 años.
Un día, y por lo visto era algo normal en ella, había unos chicuelos, sucios mal vestidos, es decir con ropa raída. Con los ojos fijos en el cristal de una pastelería. Si, ella pasaba cerca. Entraba con ellos y, les invitaba a todo lo que querían.
Lo mismo hacía con los que encontraba ante jugueterías. No era lo único que hacía. Iba a sus casas procuraba ayudar a los padres, buscando trabajo para el padre, y sí era preciso para la madre, escuela para los niños.
No, ayudaba a los pobres, ayudaba sólo dónde la pobreza afectaba a los niños.
En una ocasión, mi madre comentaba con otra señora lo bueno que era la dama, cuanto le gustaban los niños. La otra señora, dijo. “Buscará el perdón por los que, “destrago” palabra gallega, que significa (estropeó)
Mi madre le dijo que había, “ropa tendida”
Años más tarde me enteré de que yo era “la ropa tendida”
Y, supe a que se refería la señora
La dama había sido enfermera o comadrona, no estoy segura
Y, durante la guerra, había ayudado a mujeres de un lado de la guerra o del otro que habían sido violadas, o a mujeres que veían la llegada de un hijo con miedo. La dama las liberaba del problema, poniendo fin a su embarazo
Ella misma aborto cuatro veces.
Se podría decir que la guerra lleva a hacer cosas horribles. Pero lo cierto es que siguió con su actividad cuando ya no había guerra, motivo por el que fue a la cárcel en varias ocasiones.
Se casó con un joven estadounidense, fue una boda complicada, que preciso de Dispensa papal, al no ser el novio católico
El matrimonio sólo duró 2 años. Como no llegaba la cigüeña, acudieron a un médico que certificó que era debido a los abortos criminales, que le habían o se había hecho.
Se divorció y le mandaba una buena cantidad de dinero desde Whassintong cada mes.
Un día entraba mi madre a la iglesia, la vio acercarse a una señora que iba a entrar también. La dama, preguntó.
¿Sabe, sí puedo entrar? La mujer respondió que sí, que precisamente la Iglesia estaba abierta porque el Señor estaba expuesto.
Le dió las gracias y entró, camino casi en puntillas y cayó de rodillas, deshecha en un llanto incontenible, ante Jesús oculto en La Custodia. Un joven sacerdote se acercó por si le pasaba algo, y la invitó si quería a tener un encuentro de curación con Jesús, es decir a confesar se.
No lo dudo. Se arrodilló en un confesionario, y como la gente la escuchaba llorar pensaba que el confesor debía de ser un monstruo
Cuando se levantó del confesionario, venía feliz, sonreía. Alguien le preguntó si el confesor era muy duro. Le dijo sonriendo que no. Y, añadió que les parece, los invitó a todos a un café, o un chocolate con churros. Es la penitencia que me puso el confesor, hubo personas entre las que se hallaba mi madre que aceptaron encantadas, pero la mayoría no.
Unos días más tarde, mi madre fue abordada de nuevo por la señora que le comentó escandalizada, lo sucedido
¿Se fijó, la poca vergüenza, llorando en la iglesia y luego ir a confesar se llorando, con lo que hizo?
Mi madre respondió hasta dónde se la confesión es para los pecadores. ¿O esperaba que se fuera confesar La Virgen?
La dama se veía con frecuencia en la iglesia
Hasta que de pronto una tarde. A la salida de Misa, se dirigió a las que ya eran sus amigas. Las invitaba a merendar.
Es que me voy, me marcho a Ávila, me casó
Todos la felicitaron
Fue un flechazo por mi parte, él ya estaba enamorado
¿Por qué en Ávila? Bueno él lo quiere así. Nunca las olvidaré
Fue la última vez que la vieron
Pronto se enterarían de que la dama elegante había cambiado el traje chaqueta por el hábito de carmelita
El Esposo había rescatado a su adúltera, esposa. El Pastor había encontrado a su ovejuela
Y en el Cielo el Padre Dios. Organizaba Fiesta con baile porque había recuperado a la hija pequeña perdida.
Fin
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