domingo, 16 de agosto de 2020

gorra cuento de misterio

Luisa observaba por la ventana el caserón que había enfrente de su ventana, una casa que debía llevar abandonada mucho tiempo, pero una noche en que no podía dormir, y se levanto a por un vaso de leche, vio, o creyó ver en el caserón la presencia de alguien, vio moverse una gorra una boina; aunque no se podía ver más nada, porque aquello estaba a oscuras, desde luego, alguien tenía que haber en la casa, pero quién iba andar a estas alturas con boina.

A la mañana siguiente la vinieron a ver sus hijos y sus nietos, ella les contó lo sucedido, pero no la creyeron, pensaron en el reflejo de algo, pero Luisa estaba segura de que había visto, lo que había visto, así que dio aviso a las autoridades, que como no podía ser menos no encontraron nada, entonces recordó su infancia, fue en los años de la guerra, de aquella maldita guerra, sus padres los de ella, bueno su abuelo y su padre, estaban muy metidos en la política y en la lucha, e hicieron cosas que no deben hacerse, cierto que antes mucho antes de morir se arrepintieron y trataron de restaurar el daño que habían hecho, aunque eso era imposible, ella recordaba todo con horror, en el caserón había una familia, el padre era Tomas, la  madre la esposa de Tomás, Carmen, sus hijos  dos muchachos de 20 y, 16 años, Tomás el mayor como el padre, Ricardo el segundo, y, una hija Carmencita de 17 años, no tenían ideario político conocido, y, si lo tenían era opuesto al del padre y abuelo de Luisa

Un día, el abuelo y el padre de Luisa, fueron a buscar a los dos hijos, los fueron a buscar con otros hombres, porque eran enemigos de la patria, los mataron junto a la tapia del cementerio, no contentos con eso, cuando Carmen fue con su hija Carmencita el esposo estaba trabajando en el campo, como jornalero en otro pueblo, por eso fueron ellas solas a preguntar donde estaban sus hermanos e hijos, las violaron, las torturaron y dejaron sus cadáveres insepultos junto a la tapia del cementerio, cuando Tomás regreso y no vió a su familia pregunto, y, decidió ir hablar con el padre, y, el abuelo de Luisa, ellos le dijeron que él sabría, que no era quién para ir preguntarle a ellos, y, decidieron tomarlo y, decirle que lo llevaban ante las autoridades, que preguntase allí, a Tomás no le pareció tan mala idea, pero al llegar a la tapia del cementerio, lo mataron.

Durante un tiempo se corrió la voz de que Tomás y su familia habían huido al extranjero, por sus ideas políticas. la verdadera historia, la sabía Luisa porque su abuelo y su padre, cuando se arrepintieron de sus crímenes, se la habían contado, y,  es de suponer que el cura  con él que se confesaron, pero este no podía decir nada, los cadáveres  habían sido encontrados pero estaban desnudos y pasarán meses cuando se hallaron, así que se echaron en una fosa común

Ahora Luisa, sabía que era Tomás, él que se paseaba con su boina, había venido a su antiguo hogar,, y, ella sabía lo que quería, quería justicia, el mundo debía conocer lo que habían hecho su padre y su hermano, ella lo iba contar, por desgracia no había herederos a los que indemnizar, pero tenía una deuda con aquellas cinco personas, no con sus cadáveres un cadáver no tiene derechos, pero si las personas que es posible precisasen alguna oración, no iba remover los restos que además sería ya imposible, encargaría unas misas en el pueblo, y, luego haría otra cosa, pedir a las autoridades que el caserón se convirtiese en un centro de día y en una residencia un hogar para inmigrantes exiliados, personas sin hogar.

Tal y como lo había pensado lo hizo, escribió a la prensa  un artículo, contando lo hecho por su padre y su abuelo, y, pidiendo perdón, el artículo causo un gran revuelo, para muchos fue un gesto de nobleza y valentía, claro que tampoco faltaron los que pensaban que los trapos sucios no se muestran, pero a ella a Luisa no le importaba, sabía  que había hecho lo correcto

Se celebraron los funerales las misas por Tomás y su pobre familia, y, las autoridades aceptaron la petición de Luisa sobre el caserón

Una noche de insomnio, vio o creyó ver, bueno lo vio, la boina pero ahora vio también al señor Tomás como ella lo conoció un hombre aún joven, y, el caserón iluminado

Y, dos días después vio en el firmamento 5 estrellas que se juntaban y a las que se le unían otras dos, Luisa dio gracias al Cielo, pues para ella aquello era la visión de que Tomas y su familia estaban ya en el Cielo, y que su padre y su abuelo, sus asesinos pero arrepentidos se les habían unido, claro que como todos sabemos,  lo que Luisa vio fue una conjunción de estrellas, ¿O tal vez no, tú que piensas?

Eso si los siete estaban en el Cielo, porque Dios es bueno

Fin


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