miércoles, 19 de agosto de 2020

Sinagoga cuento bíblico

La Sinagoga

Raquel, lo conocía, le había hecho muchos encargos tanto a su padre, José, como  a él, era un chico,  que no mentía, porqué habría dicho aquello en la sinagoga, casi lo matan, y, es que decir que era el Mesías, él un carpintero de Nazaret, porqué lo habría hecho, lo habrían entendido mal, tenía que buscarlo y preguntarle, si es que él quería hablar con ella, que después de lo que habían intentado matar despeñándolo por la montaña.

No sabía donde podría estar, pensó en ir a su casa, no sabía como la recibiría su madre, pensó en como habría actuado ella, en el lugar de María, la madre del joven carpintero, de Jesús, que se había proclamado Mesías; se dijo a si misma que ella hubiera echado a la mujer o a quien fuese que no hubiese ayudado a su hijo, pero algo no sabía que le decía que fuera

María estaba tendiendo la ropa al sol, para clarearla, y, al verla dejo la tina con la ropa, y, corrió a su encuentro

Shalom Raquel, que alegría verte, ven vamos entrar en casa, Jesús esta dentro con sus amigos, le encantará hablar contigo

Raquel pregunto a María si no sabía lo sucedido,  y claro que lo sabía, pero aunque le dolía mucho lo entendía, y, le perdonaba como Jesús, Raquel entro en la casa, saludo a Jesús y a sus amigos,  Jesús hablo con ella, le perdono, la bendijo y se fue del pueblo

Durante un tiempo Raquel fue defensora de Jesús ante quienes lo atacaban, pero un día, se dijo que nada bueno le iba traer ser la defensora de un carpintero, metido a rabino itinerante, amigo de toda la gentuza, publicanos, meretrices, pecadores de toda calaña, incluso se entero de que ponía de ejemplo a los samaritanos, y había hablado con una mujer de aquel pueblo impío, y, hecho milagros o lo que fuera a favor de dos gentiles, de dos idolatras, no mejor  era estar con los sacerdotes con los fariseos, con los que lo rechazaban porque también había fariseos que lo aceptaban

Paso el tiempo, y Raquel tuvo que ir a Jerusalén, en la ciudad santa,celebraría la pascua, con unos amigos, allí se enteró de que Jesús estaba siendo juzgado por Pilatos, y, fue a verlo, no sintió lastima, al contrario, pidió su muerte junto con otros

Y, cuando ya Jesús estaba en la Cruz,  lo insulto, diciéndole que bajará de la Cruz

Pronto empezó a correrse por el pueblo la voz de que Jesús había resucitado, o habían robado su  cuerpo,  Raquel sabía que lo del robo era una tontería, y la resurrección le daba miedo, porque eso significaba que Jesús si era el Mesías, si era hijo de Dios, y, de un modo muy especial, que no llegaba a comprender,  si eso era cierto, y lo era, no había perdón para ella, no podía haberlo

El primer día de la semana, se celebraba la fiesta de la promulgación de La Ley, la acción de gracias por las cosechas, ya habían pasado 50 días de la resurrección de Jesús. 
Junto con otros judíos se dirigió al  Templo, cerca estaba la casa de uno de los seguidores de Jesús, aunque de forma oculta, el senador José de Arimatea, los discípulos de Jesús permanecían allí, encerrados, como la explanada del Templo no quedaba lejos, todos pudieron sentir aquel viento, que no se sabía de donde salía, el pequeño terremoto, y, de pronto vieron abrirse las puertas y ventanas de la casa. y, todos hombres y mujeres allí reunidos, hablar de Dios de Jesús, de perdón en la lengua que todos entendían, y, había gente muy dispar, que no entendían porque  cada cual .los oía en su propia lengua,  como en todas partes hay graciosillos, decidieron que la razón era que estaban borrachos.

Fue entonces cuando tomo la palabra Simon el pescador al que los suyos llamaban Pedro, y, les aclaró que no estaban borrachos, sino que se estaba cumpliendo lo anunciado por Dios por medio de Joel, estaban llenos del Espíritu Santo, les recordó lo que habían hecho, como habían pedido el asesinato de Jesús, al que Dios había resucitado

Nadie se defendió, ni los que habían venido de fuera

Raquel y otros decidieron  preguntar a Pedro, que debían hacer para ser perdonados


Pedro les mando bautizarse, como había mandado Jesús, asi recibirían el perdón de Dios

Raquel con otros tres mil, se bautizo, ya era cristiana, y, lo fue durante un tiempo, buena cristiana

Pero un día junto con otros cristianos tuvo que trasladarse a Roma, al Imperio, y, allí siguió viviendo como cristiana, hasta que empezaron las persecuciones  entonces al principio  opto por ser prudente, pero luego no dudo en denunciar a otros cristianos, con el fin de asegurar que ella no era del grupo de los nazarenos, que era el nombre con él que llamaban a los seguidores de Jesús, no acepto regalos por la denuncia, quería que quedará en algo anónimo salvo para las autoridades, pero lo que no pudo evitar fue que la invitasen, mejor dicho la obligasen a asistir al circo donde los cristianos denunciados por ella iban a ser muertos, donde iban a ser martirizados

Raquel asistió temblando a la muerte de los mártires, vio como oraban por ella, como la perdonaban, entonces se sintió presa de una fuerza, llamo asesino al emperador, a sus jueces, se proclamo cristiana, y, fue sacada por los guardas y llevada a la arena, atada a una cruz de fuego, lloraba, se dijo que se iba condenar, como Jesús como Dios la iba perdonar, después de lo que había hecho, pero de pronto recordó las palabras de Pedro, en Pentecostés, recordó cuando Jesús hablaba de la oveja perdida, ella era esa oveja, Jesús que había dado su vida, para que ella se salvase, no la iba rechazar ahora, sus mártires habían orado por ella, la habían perdonado,  si ella también estaba perdonada, por eso iba perdonar a sus verdugos, a ella misma, iba a pedir perdón a Dios de nuevo, a confiar en su Amor, y, dejar que el fuego consumiera su cuerpo, de sus labios no salieron gemidos sino el canto de los salmos.

El fuego consumió la cruz y su cuerpo, sólo un puñado de cenizas pudieron recoger  para sepultarla como mártir

Mientras Raquel había sido admitida en Dios, en El Cielo, y, participaba ya de la Resurrección de Jesús

Porque Dios nunca niega el perdón a la oveja perdida que lo pide, no importan las veces, la primera había sido en la sinagoga de Nazaret, la definitiva en un circo romano, y, es que nunca es tarde para volver a Dios

Fin

No hay comentarios: