viernes, 5 de julio de 2013

La casa perdida de Los Reyes Magos

A  millones de “años luz- esperanza-Amor”; la constelación de Orión;  esta el lugar donde residen,” los bienaventurados”; (el cielo)

En el Cielo;  hay varias residencias, no todas son iguales, ya Jesús nos lo dijo.

“En la Casa de mi Padre hay muchas residencias...”


Porque los santos, que así se llaman, los que viven en el Cielo; no son todos iguales, no lo eran en la tierra, pues; allí, en el Cielo; continúan, con el oficio, que tuvieron en la tierra.

El músico, como músico etc. La diferencia con la tierra, es que no se cansan.

Uno, de los departamentos más importantes: es el tercero, allí hay un gran palacio;  construido con las estrellas, de una fe, que, llevo a unos hombres; a lanzarse por los desiertos de Arabia; en busca;  de un Rey judío recién nacido.

Con los luceros de la esperanza, que les llevó, a no desistir de la búsqueda, cuando Dios jugando, apagó el semáforo natural, llamado “cometa”

Con  La  Luz de la  Fortaleza, y, de La Caridad.

Los Reyes Magos, viven allí con sus esposas, sus hijas, sus camellos, y, sólo lo abandonan, el 5 de enero para visitar todos los hogares, donde hay un niño; o, una niña, en ocasiones muy especiales, también fuera de esa fecha.

Esto, no,  significa que, no se vean; con los de los demás departamentos, al contrario  que  en la tierra, en el cielo, aún estando en departamentos diferentes; todos se ven, y, todos se alegran, de que, la casa del otro sea más bonita, que la suya, la razón es que todos, todos se aman.

Y, como siguen en el mismo oficio, que tuvieron en la tierra;  pues los Reyes Magos siguen siendo astrónomos, y, allí en su morada, tienen instalados su telescopio, sus espectrómetros para medir la intensidad de los colores, la intensidad de la luz. Y, cada uno tiene su especialidad

A Baltasar, le encanta dirigir su telescopio hacia “Etiopía” donde nació, hace muchos, muchos siglos, es un especialista en “enanas rojas” que es un tipo de estrella, y, no una señora bajita, vestida de rojo.


El bueno de Baltasar, se pone muy contento, cuando asiste al nacimiento de una estrella.


Melchor, por su parte es un especialista, en la marcha de las constelaciones, y, en vigilar los agujeros negros.

Gaspar, se ocupa de los cometas.

Y, Eliab, digamos, el más intelectual del grupo; suele echar una mano a sus compañeros, y, además es el que, se ocupa de las anotaciones.

Tal vez, te estés preguntando.

¿Qué hacen los Reyes Magos, observando estrellas en el Cielo?
Pues veras, ese, fue el encargo, del Creador

El motivo es avisar allí; donde una estrella está a punto de apagarse, ó, donde un agujero negro se hace más grande.

Los Magos dan el aviso. Y, entonces El Señor. Carga con su sola Voluntad, las pilas de las estrellas,  ó, remienda el agujero celestial, para que el reino de las sombras, no devore al reino de la  Luz..

Las esposas de los Reyes, se quejan continuamente de que, sus maridos, lo tengan todo “manga por hombro” y, que no se preocupen nunca, de ordenar el palacio real.


Un  día sucedió, lo las reinas habían anunciado, al mover Eliab, uno de los telescopios, abrió una brecha, en uno de los muros del Palacio, y, como consecuencia se desprendió una de las salas; y, marchó volando, atravesando las constelaciones, entro en la Vía Láctea, y, llego muy cerca de la tierra, unos pequeños pedacitos cayeron al suelo, otros siguen flotando en el espacio, algunos que los vieron se asustaron.

Los periódicos, científicos, incluidos los colegas de los Reyes, es decir algunos astrónomos, dijeron que se trataba de un meteorito ( es decir de pedazos de una estrella).

Para que;  no los tomaran por locos, se inventaron lo del “meteorito”

Por eso ahora en el Cielo; los Reyes Magos, tienen su casa, con una brecha, necesitan urgentemente que, desde la tierra, se le mande el material, con que volver a construirla.

Lo triste es que, ese material, no abunda mucho en la tierra; en estos tiempos

Pues se trata nada menos que de Fe, de Amor. Y, de Esperanza.

Sólo los niños, y, los limpios de corazón, lo poseen.

 ¿Querrán, enviarlo?

Yo, espero; que sí, y, lo pido a todos los niños

Sólo hace falta, que miren al Cielo, y, manden un beso

Fin

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