jueves, 4 de enero de 2024

El Castillo

 

El castillo. Cuento
El Castillo se hallaba instalado en lo alto del monte; era visible desde todos los ángulos del pueblo.
Noha y sus amigos estaban pasando unos días en el pueblo. Alejandro  uno de los jóvenes, compró un pase para pernoctar unas noches en el Castillo. 
Al principio los demás excepto Noha, para la cual todo lo que proponía Alejandro, estaba bien. Pero al resto le pareció una locura; pronto se convencieron de que no había motivo para quejarse, el Castillo tenía servicio de cocina, habitaciones. “Lo de solos” era una forma de hablar.
Llegaron pues al mismo, al principio todo transcurrió normal, escucharon trovadores, músico de lira, pasearon por las almenas iluminadas por antorchas; estaba siendo una noche de ensueño.
De pronto Noha le dijo a Vicente otro de los chicos. Fíjate, ahí hay una chica paseando por el borde del torreón.
Ahí no puede haber nadie. Solo lo hemos contratado nosotros. Y se alquila, para grupos individuales. Será la luna
No, es la luna Vicente, he bebido pero no tanto. Voy a ver
Noha salió de la pequeña estancia y camino hasta llegar al viejo torreón, allí estaba una joven que parecía dispuesta a saltar. Al ver a Noha, bajo de un salto. La encaró y le dijo
“¿Te mandan mis padres los condes, quién eres, y porqué  vistes así tan raro?
No me manda nadie, y la que viste raro, eres tú. Madre mía, pareces del siglo XII
Es qué soy del siglo XII, por sí no lo sabes estamos en 1145; así que es el siglo XII, y soy o estaba destinada a ser, la futura Condesa del limonar, pero hoy acabará mi vida
Noha sabía que puede haber saltos en el tiempo; era espectadora de Cuarto milenio, y había seguido la serie el Ministerio del tiempo. Así pues no le costó ningún trabajo comprobar que estaban de verdad en el siglo XII, y que ella estaba allí por algo.
Trato de explicar a la condesita lo que sucedía, pero esta se asustaba; al final casí consiguió que la entendiese un poco
Por su parte la joven noble, le dijo que su nombre era Rosaura, se había enamorado de uno de los lacayos de su padre, pero el Conde le tenía preparado un matrimonio con el hijo de otro Conde, lo que uniría los dos condados en un futuro. Ella no quería, pero sus padres no aceptaban la boda con un lacayo; y ningún obispo los bendeciría, así que había decidido poner fin a su vida, saltando desde el torreón. En cuanto a su amado, había salido camino al río, se tiraría desde el puente
La muerte  Rosaura, no soluciona nada, dijo Noha. Puede que yo tenga la solución. Ven conmigo.
Rosaura se dejo conducir por Noha quien la condujo a su habitación, le presto mejor dicho le dio, un vaquero, un jersey algunas prendas intimas, y dinero actúal.Luego las dos jóvenes se dirigieron al lugar donde estabán, los amigos de Noha, esta consiguió que Luis, otro de los chicos el novio de Calenda, le diese algo de ropa masculina; a ellos no les contaron la verdad. Se inventaron que Rosaura era una cocinera, y su novio estaba representando una obra clásica, le habían robado la suya. Y no podía regresar vestido así.
Todo salió bien, en el coche de Noha llegaron al puente, por suerte había luna, y pudieron verlo, es decir entraron en la dimensión del tiempo.
Los dos enamorados vestidos allí como corresponde a la época actual, se largaron a vivir su amor.
Y Noha volvió al castillo.
Al día siguiente al abandonarlo, Calenda dijo.
“La verdad fue hasta aburrido”
Pues yo no lo veo así, respondió Noha
Cuando abandonaban el lugar, uno de los jóvenes se fijo en un retrato de una joven, fíjaos se parece a la cocinera
Uno de los guías del Castillo, le corto en seco
No es una cocinera, es el retrato de Rosaura, era la primogénita de los Condes del limonar, desapareció una noche de agosto como está, se pensó en un suicidio, pero nunca se halló su cuerpo, según cuentan las crónicas. Otros dicen que escapó con su amante, un lacayo de su padre
Todos callaron.
Pero al día siguiente se asombraron al leer y escuchar la noticia de dos jóvenes que habían llegado a una capital española, sin documentación, diciendo que se la habían robado, y no recordaban casi nada. El caso era que no constaban personas desaparecidas que tuvieran sus rasgos, la joven  que dijo llamarse Rosa Aurea. Se parecía mucho a una condesa del siglo XII. Lógicamente no era no podía ser la condesa.
Tras muchos problemas, consiguieron les diesen nacionalidad, y les buscasen trabajo aunque la verdad poco sabían hacer
Meses más tarde. Noha ya casada con Alejandro, se los encontró de nuevo.
Condesa Rosaura, dijo Noha a modo de saludo
Rosa Aurea. Respondió  la ex condesa
Entre los dos jóvenes matrimonios nacio una profunda amistad
Así abuela que esa condesa se llamaba como tú, pregunto Alicia a su abuela.
Pues sí, hija fijate que casualidad, pero no hagas caso es un cuento
No sé,  tatita, dijo Miguel su nieto. Tú sabes mucho del siglo XII
Es que soy historiadora hijo, solo eso
Pues, yo señora Rosa. Dijo Ana la nieta de Noha que estaba pasando unos días con sus amigos. “Yo señora Rosa, quiero creer que fue verdad, que se puede viajar en el tiempo”
No Ana, no se puede viajar en el tiempo, a veces Dios puede conceder, el sabé porqué  vivir esas experiencias, pero recuerda, recordad todos, solo tenemos el presente.
Fin de la historia

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