sábado, 13 de enero de 2024

El dinero


El  dinero
D. Ramiro Saavedra era dueño de casi todo el pueblo, poseía grandes y pequeños negocios, campos, fábricas. Los iba adquiriendo en subastas, en compras pasando por encima de otros  presuntos compradores de menos poder económico.
Pagaba mal a sus trabajadores, les hacía trabajar más horas de las debidas y si no estaban conformes que se fuesen
Nadie lo quería, a él no le importaba, con el dinero se puede todo.
Un día una empleada a la que despidió pues no quería embarazadas y con críos en sus empresas, le dijo.
Que el dinero no lo era todo, lo que importaba no se compraba con dinero
Tonterías con dinero, cuando se tiene de verdad como es mi caso, se tiene todo lo que se quiere. El dinero lo compra todo
Ramiro tenía una pequeña de 6 años, niña mimada y consentida, a la que su papá y su mamá educaban para ser un monstruo de egoísmo como ellos. No faltaba quien comenta sé si la conociese el Papa, declaraba santo a Herodes
Por otro lado Ramiro no solo era mal patrón, también tenía pisos alquilados, y sí un inquilino se retrasaba unos días, le avisaba que para el mes próximo tenía que dejar el piso.
Un día su hijita se desmayó y la llevaron al médico, éste mandó hacer pruebas. La pequeña padecía un cáncer muy raro, que avanzaba rápidamente, allí no tenían tratamiento
Ramiro llevó a la pequeña a la capital, donde estaban los mejores oncólogos pero no podían hacer nada. Se marchó a América, pero tampoco. “Este cáncer no tiene cura” Le dijo un doctor en el hospital Monte Sinaí
No, y no, pagaré lo que sea, pero curen a mi hija
Lo siento señor, no soy Dios, su dinero no puede hacer nada, en este caso
Ramiro estaba desesperado, no podía ver sufrir a su hijita, amenazó, prometió dar casi toda su fortuna, inútil.
Entonces vió una iglesia abierta, y se dejó caer de rodillas en un banco.
“Señor, no sé que hago aquí, desde el bautismo de la niña no pise, una iglesia, dicen que soy malo, tal vez lo sea, pero tú amas a los pecadores y a los niños, mi esposa y yo no podemos ver sufrir a nuestra pequeña, pensaba que mi dinero me valdría pero no sirve para nada
Por favor no quiero que mi hija sufra. Ayúdame.
Un sacerdote que había escuchado se le acercó y le dijo, el dinero vale para mucho, si no se hace del un ídolo, si puede porque no ayuda a la investigación médica, a los pobres
Le prometió que lo haré si sana mi hijita
Debe hacerlo sané o no, ese dinero no es suyo, Dios se lo dío.
Volvieron a España, y la pequeña falleció a los dos días.
Murió sin dolor
Ramiro y su esposa, estaban enojados
Pero entonces tuvieron los dos el mismo sueño, o tal vez fue algo más que un sueño
Vieron a su hijita sana y feliz, jugando en un lugar maravilloso, la pequeña les dijo.
Papá y mamá, estoy bien, Jesús me quito el cáncer no me duele nada, os espero aquí, pero antes me ha dicho Jesús que tu papá debes repartir lo que tienes, no acaparar más dinero, ser generoso y bueno, y que te confieses, a mamá que traté bien a las empleadas de casa, y también que se confiese.
Os quiero mucho
Ramiro, hizo varias donaciones para la investigación médica, regalo viviendas, repartió sus bienes, solo se quedó con una tienda,y una fábrica. Adoptó de acuerdo con su esposa, a toda una familia de huérfanos
En el fondo iba tener razón él, el dinero le iba a servir para ir al Cielo.
Aquello lo pensó en broma, él sabía que al Cielo solo se va por Jesús.
Fin.

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