jueves, 11 de enero de 2024

San José en Roma. Relato


San José en Roma. Relato
Piero caminaba tropezandose con la gente, su mujer Lucía, le había mandado aviso al taller de que su hijo de 11 años Tomasino, llevaba horas desaparecido, no lo habían encontrado todavía.
Debido a su implicación y la de su esposa en la lucha contra el ejército nazí de ocupación, de proteger judíos, era peligroso ir a la comisaría, pero tenía que hacerlo
Esperaba que no se hubieran vengado en un niño, él le había enseñado a respetar y querer a todo el mundo, y en una época en que la misma Iglesia llamaba pérfidos, a los judíos, tanto Piero, como Lucía su mujer, le habían enseñado que Jesús, y La Virgen eran judíos.
Piero, preguntó en todas las casas de conocidos nadie tenía noticias de Tomasino.
Se dirigió a la terminal de autobuses, y vio bajar a un hombre de unos 40 o 45 años con barba, pelo no demasiado corto; que le hizo señas para que se acercase.
Sé que estás buscando a Tomasino tu hijo, no te preocupes está bien, tuvo un pequeño accidente pero no le paso nada, lo tiene en la comisaría, Giovanni un policía bueno, que le ha vendado la pierna en la que hizó una pequeña herida, el pequeño tuvo el accidente quería ir al Vaticano, hablar con el Papa, los niños siempre nos sorprenden, yo recuerdo cuando mi Señora y yo, buscamos durante 3 días, a nuestro hijo, bueno seguro ya conoces la historia.
Quiero decirte, que lo que haces es muy bueno, a Dios le gusta, tanto tu, como tu esposa sois buenas personas.
Piero pensó, porque aquel hombre le hablaba así, sería una trampa, él  nunca lo había visto, sería un espía de los nazís, o sus colaboradores, decidió probar suerte y preguntarle
Por qué supone que buscó a mi hijo, yo no le he dicho nada, por qué sabe mi nombre.
Piero, me lo ha dicho mi hijo, es él quien me ha mandado a hablarte
Entonces Piero penso, seguramente sería el padre de uno de los amigos que colaboraban con él, le pidió disculpas y añadió. Muchas gracias, por cierto cuál es tu nombre, no me lo has dicho.
Es cierto soy de pocas palabras, mi nombre es José, Joseph, el padre de Jesús
Piero no recordaba a ningún colaborador que se llamase Jesús, claro que algunos usaban nombres en clave.
Pues encantado de conocerte Joseph, eres un buen cristiano.
No, soy cristiano soy un carpintero judío, tú mismo se lo has enseñado a Tomasino.
Piero  no entendía, cómo le iba haber hablado a su hijo de aquel hombre, sí era la primera vez que lo veía.
Amigo, no debías de hablar así en la calle, decir que eres, ya sabes no se sabé quien puede escuchar, y no todo el mundo es bueno.
Oh sí, solo que hacen el mal, porque no saben lo que hacen, lo dice mi hijo.
De pronto Piero miró el hombre ya no estaba. Se marchó hacia la comisaría donde recuperó a su hijo.
Volvió a casa, y contó lo sucedido a Lucía su mujer, ella de pronto le dijo.
Ese hombre era el esposo de Nuestra Señora, Nuestro Señor San José.
Vamos Lucía no digas tonterías.
Sí todo cuadra, Jesús se les perdió en Jerusalén a los 12 años, Jesús en la Cruz pidió perdón a su Padre auténtico, diciéndo que “ sus asesinos, que somos todos, no sabían lo que hacían”
Es pura casualidad
De pronto golpearon la puerta tres veces, era una de las consignas para abrir era María la vecina, venía preguntar sí  había aparecido Tomasino, le dijeron que sí, y ella comentó
Estaba preocupada, Piero yo iba en el autobus, y te ví parado frente a una de las paradas, como si hablases con alguién pero estabas solo. Esta mañana fui a la iglesia y le pedí a San José, que  te echase una mano, te traigo una estampa, me gusta porque es un San José joven y guapo
Lucía tomó la estampa de medio cuerpo de San José, y la pasó a Piero.
Santo bendito, exclamó este, fue él, era San José
Lucía y Piero, fueron a contárselo al padre Laurentis, pero esté no creyó en la aparición del patriarca, sí en su ayuda e intercesión, para que encontrasen a Tomasino.
Pero Lucía y Piero sabían que San José había protegido a Tomasino, sabía que le agradaba estuviese ayudando a su Pueblo, el Pueblo judío. Porque San José como su Señora La Virgen María, y, su hijo Jesús son judíos.
Naturalmente también pudo tener razón el padre Laurentis. Pero eso ahora no viene a cuento.
Fin

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