jueves, 28 de diciembre de 2023

El ogro

 

El ogro.  Cuento
Todos los niños pasaban corriendo frente aquella humilde casa, más bien cabaña, a veces, “el ogro”  se asomaba a la puerta, tenía el rostro lleno de costurones, como quemaduras, los brazos lo mismo, a los pequeños les daba miedo, y corrían, él y su mujer la ogresa, les sacaban pasteles, caramelos los pequeños tenían  miedo de cogerlos, aunque a veces volvían tras sus pasos y tomaban alguno.
Los mayores les decían que era la casa del ogro, que comía a los niños. Los mayores bueno, no todos Doña Obdulia no, y regañaba a los otros por eso.
Un día reunió a los niños, dos de ellos eran sus nietos y les dijo.
Os voy a llevar a una iglesia que queda muy lejos, quiero enseñaros a Jesús crucificado.
Abuela sí ya lo vemos en la iglesia.
Sí pero esa imagen es poco realista
La abuela los llevó a una iglesia donde el Crucificado se veía con el rostro retorcido de dolor, lleno de cicatrices, no era una imagen bonita
Qué os parece es un ogro
Abuela dijo su nieta Carmencita es Dios
Así es hija, es Dios, Dios y hombre, y está así murió así, con esas heridas que conserva, en sus manos y sus pies, dice un amigo suyo Isaías que estaba tan feo que no parecía ni un ser humano. ¿Sabeis por qué murió así?
Yo lo sé dijo Leandro, uno de los niños para llevarnos al Cielo
Así es para salvarnos, nos ama tanto que hace lo que sea, por cada uno
Pues bien a Don Ricardo y Doña Juana, los que llamáis y no quiero que lo volváis hacer el ogro y la ogresa les pasa lo mismo.
Mirad os voy a enseñar una foto de los dos el día de su boda.
Los pequeños vieron la foto de una pareja de recien casados bellisimos
Ahora os cuento porqué están así. Al poco tiempo de casarse Dios los bendijo con una hijita que se llevó al Cielo, y los médicos dijeron a Juana que no sería mamá nunca más. Esto los volcó en todos los pequeños, Juana era maestra y catequista,y Ricardo pediatra.
Un día se incendió una de las casitas de la aldea, en ella habían quedado dos bebés, que su madre había dejado en la cuna, esta mujer no era amiga de Ricardo y Juana. Más bien lo contrario, cuando se vió el fuego.
La mujer al principio quiso entrar pero tuvo miedo, y se dijo, ya estarán muertos, pero Ricardo que venía de una consulta lo pensó más, se metió entre las llamas, le cayeron vigas encima, pero él rescato a uno de los niños al que protegió con su cuerpo, ese niño dijo al pequeño Leandro es tu padre Raúl.
Mientras las gentes trataban de ayudar a Ricardo, llegó su mujer Juana, y al ver que aún faltaba una criatura entró dentro y consiguió sacarla, pero ella sufrió graves quemaduras, esa niña Leandro es tu mamá Celia
Eran otros tiempos no había medios  por eso les quedaron esas cicatrices tan horribles, pero que los hace bellísimos  a los ojos de Dios
Los pequeños no volvieron a llamarles ogro ni ogresa, ahora hasta entraban a su cabaña, escuchaban sus historias y comían sus dulces
Un día Obdulia nieta. Les dijo. Ustedes son los más guapos del pueblo, porque son tan feos. Como Jesusito en la Cruz.
Desde su corazón los pequeños los veían hermosos. Como realmente eran.
Fin

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