martes, 26 de diciembre de 2023

Jesús bancario

 

Jesús bancario. Cuento
Era una mañana soleada, José trabajaba en una mesa, y había terminado hacía rato un arado, que no cobraría aquella familia para quien lo había hecho; habían tenido un mal año
María tendía la ropa a clareo
Jesús llego corriendo
Papá, mamá, escuchadme, voy a trabajar en el banco del pueblo, me han  contratado
José y María, dejaron todo, y fueron escuchar
Qué dices Jesús
Que voy a ser banquero
Banquero, no hijo, bancario tal vez dijo José, aunque no te veo yo a tí en esas lindes
Yo, tampoco dijo María
Sí, estoy muy ilusionado, traigo la tablilla porque preciso tu permiso, papá. Dijo mirando a José
José firmó
María dijo a su esposo. Tranquilo cariño, el niño no tarda en volver a la carpintería, y pobre banco
Jesús empezó su trabajo de bancario
José y María escuchaban a los que tenían ahorritos en el banco, hablar bendiciones del muchacho, los clientes aumentaban
Hasta que llegó Jesús un día a casa
Papá, mamá me han despedido
Qué has hecho hijo, preguntaron a coro
Nada, lo normal. El banquero quiere hablar contigo
José fue hablar con el banquero, que colgaba el cártel de cerrado por quiebra
Qué paso Eliaquim
Qué paso que tu hijo Jesús me llevó a la quiebra
Cómo
Pues mira, yo le dije. Jesús tú en tu casa, paga a la gente el interés por el dinero que depositan, y, ya sabes lo que hay que hacer, cuando nos piden un préstamo
Me dijo, si jefecito a mandar que mi Padre, me mandó a servir; pues bien José yo féliz, los clientes aumentaban, como no iban hacerlo, sí daba todos los préstamos que le pedían, y cuando iban a devolverlo, no lo cobraba, o cuando le preguntaban cuándo tenían que devolver y los intereses les decía, cuando te acuerdes sí puedes, y de los intereses olvidate.
Pero lo peor no fue eso, que lo fue, es que sabes a como pagaba los intereses por el dinero que traían

No, cómo voy a saberlo dijo José
Pues a ciento por uno, no, no me equívoco José, no el uno por ciento 1% que seria lo normal, bueno lo normal algo menos, sí no ciento por uno, es decir que sí uno traía, un denario se llevaba 101
y cuando le pregunté, a quien había visto obrar así. Pagar ciento por uno, prestar y dar sin esperar recibir, me dijo con una sonrisa.

Le ví, se lo veo hacer a Papá, Él os da sin esperar nada a cambio, y os devuelve si algo le dais el ciento por uno, que nada le dais pues todo es suyo.
Le dije que se fuera. Me dio un abrazo y se fue. Ahora José tú dime cuando tú prestaste dinero, salvo a un vecino, cuando tuviste un banco, cómo qué te ve hacer eso a tí.

José que sabía a que Papá se había referido Jesús, y no podía aclararlo al bueno de Eliaquim, se limitó a decirle, esta en la edad, tiene 18 años, hay la juventud quien la pillará Eliaquim

Ojala el Mesías estuviese ya entre nosotros, incluso aunque aún no se hubiera revelado, lo precisamos José

Tranquilo Eliaquim, está muy cerca
José no dijo más. Abrazo y beso como era la costumbre a su amigo ex banquero y se despidió.
Fin,

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