sábado, 16 de diciembre de 2023

La historia de un hombre bueno.


La historia de un hombre bueno, dos diablos y como La Virgen evito que Jesús llorará.
Esta historia, pasó hace tiempo
Eliseo era un hombre muy bueno, bien vamos a bajar a la tierra, era una persona buena, siempre ayudaba al que lo necesitaba, pero de un tiempo a esta parte, las cosas digamos que se le torcieron, la enfermedad de su mujer, el quedar viudo  con 3  niños pequeños, hizo que contrajera deudas, y que esas deudas lo llevasen a la ruina, perdió su pequeño rebaño. Y tuvo que empezar a trabajar como pastor a salariado
Aquella noche le tocaba empezar el turno de vela del rebaño después de que en el puesto de guardia sonase la última trompeta,  muy tarde ya, al ir a  notificárselo a su patrón, quien era además el dueño de la Posada, se encontró con dos jóvenes posiblemente, bueno seguro que matrimonio, ya que la joven tenía pancita, era evidente que estaban allí por el censo. Malditos romanos, ya verán cuando venga el Mesías, los va hacer picadillo, dijo en silencio, para que los romanos que rondaban no lo hicieran picadillo a él.
Eliseo escuchó como su amo, despedía a la pareja indicándoles un viejo cobertizo donde se guardaban animales y heno; no es que fuera mal hombre, es que no había sitio
Eliseo dejo escapar una lagrima, le hubiera gustado tanto darles alojamiento, pero en su pequeña cabaña tan poco había sitio, bueno ni cabaña, vivían en las cuadras de su suegra.
A eso de la media noche un poco más, el cielo se volvió como de cristal una música que nunca se había escuchado sonó en el aire, aunque parece ser, que no todos escuchaban la misma, y un joven  muy hermoso sin alas ni montas, al que se unieron otros igual, les anunciaron el nacimiento del Mesías, el Salvador. Les dijeron que lo encontrarían en pañales en un comedero de animales, vamos un pesebre
Los pastores al momento se dijeron. Vamos a ver lo que nos han dicho, y se pusieron en camino, Eliseo también se levanto, él no podía llevar un cordero, no era suyo, pero se lo pediría al amo, y si le daba permiso volvería por el animalito, lo que le llevaría era la fruta que se había llevado para comer él
Pero entonces se dio de bruces con un desconocido, que se puso a hablar sin presentarse siquiera, y le dijo.
Que eso que pensaba hacer era una tontería, cómo iba nacer el Mesías en una cuadra, si era el rey de Israel, descendiente del rey David, que pensará un poco, además de que los iba salvar un bebé, que precisaba protección, y lo de llevar fruta a una recién parida, es hasta un insulto, yo, prosiguió el desconocido que era en realidad Belcebú, no quiero meterme en lo que no me importa, pero me caes bien, y, pues te doy mi opinión
Eliseo se dijo, pues tiene razón este señor, ni siquiera se preguntó como sabía lo que iba hacer
Al poco tiempo, lo pensó mejor y decidió ir, no iba llevar el corderito, sí dos manzanas hermosas, y un corderito de barro hecho por él, para que jugase el pequeñín fuese o no el Mesías
Y se topo con otro desconocido, este era uno de los diablos más odiados de Satanás, los diablos solo saben odiar, se llamaba Raputino, este le dijo lo mismo que Belcebú, pero añadió que llevar una imagen, era llevarlos a la idolatría, que La Ley prohibía las imágenes, y le cito La Ley, muy bien por cierto, Eliseo dijo que él, llevaba un juguete.
Es un error insistió, tú  quédate cuidando el rebaño de tu amo, y déjate de tonterías, es mi consejo
Eliseo le dio la razón
Pero pronto se dijo, aquí hay diablo encerrado, no voy hacer lo que pensé
Y así lo hizo, fue primero a la posada a pedir permiso a su amo, para regalarles un corderito, y este se lo dio, luego con sus dos manzanas, y una ovejita de barro, hecha por él,  se encaminó a la cuadra donde había nacido el Mesías.
Sus amigos los otros pastores ya se habían ido casi todos
La Mamá del bebé, estaba intentando que esté no empezará a llorar. Fue entonces cuando entró Eliseo, al verlo supo que era él, se disculpó por la pobreza de sus regalos, pero el papá del bebé le dio las gracias, entonces la Mamá, que por cierto Eliseo se enteró entonces de que se llamaba María, tomo la ovejita de barro, y una manzana colorada y la acercó al niño, este aún no podía verla, pero la acarició con sus manitas y sonrío
Y, no lo siento la oveja no se volvió de verdad, Este  es un cuento serio, y Jesús no hacía esas tonterías.
Volveré con un cordero de verdad, dijo Eliseo
No, vuelve tú con tus niños dijo José el papá, tú también eres pobre, lo que has traído, ha sido lo mejor. Yo, dijo María, te lo agradezco mucho, no sabía que hacer para que no empezará a llorar, y ya ves, le ha encantado tu ovejita, y la manzana; gracias Eliseo, estas invitado a la fiesta de la circuncisión, le vamos a llamar Jesús, su Papá quiso ese nombre, para él
Eliseo no dijo nada, pero pensó, pues claro siempre es el padre él que escoge el nombre.
A los ocho días, con sus tres pequeños fue a la circuncisión del pequeño Jesús, quien lloró como un  descosido, y su Mamá como toda mamá también.
Fin

No hay comentarios: