jueves, 28 de diciembre de 2023

La madre

 

La madre
Ya era muy vieja, las religiosas que cuidaban a los ancianos en el asilo, siempre la recordaban allí, se sentaba en una sillita de lona, con su Biblia y su rosario cerca de una fuente que había en el huertecillo jardín que tenían las hermanas.
Unas la llamaban madre, otras abuela, otras señora Elena. Decían las religiosas más viejas que debía de pasar de los ciento dos años, pero vayan ustedes a saber.
Su familia no venía nunca a verla, si acaso en reyes o celebraciones para salir en la foto,
Quien sí solía venir con bastante frecuencia era, su Carmencita. Era esta una mujer que debía de rondar ya cerca de los 60 años, siempre traía un cariño para Doña Elena, y los demás ancianos y como no, las religiosas. Ella era la criada, de la hija de Doña Elena, pero no venía mandada por la hija, venía por su propia cuenta, y disculpaba a sus señores. Que dicho sea de paso no tenían disculpa, habían aparcado hacía muchos años allí a su madre, para poder viajar libremente.
Doña Elena, también los disculpaba
“Lo de viajar sabe usted madre. Decía a la superiora. Lo de viajar  lo han heredado de mí, a mí tambíen me encantaba viajar, a mi esposo lo mismo, siempre que nuestros trabajos nos lo permitían, nos ibamos a conocer mundo, pero al poco de casarnos llego Elenita y no puedes viajar con una bebé, los niños necesitan a su mamá y su papá, mire usted madre que malo es el demonio, que una amiga, me recomendó que me fuese a Londres, entonces aún no se mataban bebés en la panza de su mamá en España, bueno se hacía, pero sin la bendición del Estado, es decir el aborto era lo que es, un asesinato, ni que decir tiene que no lo hice, y rompí relación con aquella amiga, ni siquiera rezó por ella. Luego cuando la nena tuvo ya sus cuatro años, volvimos a viajar la dejabamos con mis padres o mis suegros, pero cuando cumplió los 8 llegaron los mellizos, luego el santo que tengo en el Cielo, el mongolito, bueno ya sé que ahora no sé puede decir esa palabra, ahora se les puede matar en la panza, pero no llamarles mongólicos. Ahora son personas con no sé qué cosa. También hubo quien me aconsejo acabar con su vida antes de nacer. No lo hice, mi angelito se fue al Cielo con dos añitos. Después del llego mi hijo Ricardo. Hubo más gente que me recomendo viajar a Londres, y cuando en España empezaron los 3 supuestos buscar un médico que me inventase cualquier excusa.
Yo madre pude hacerlo, pude quedarme solo con la nena, con Elena, y con otro más con Ricardo por ejemplo, y seguir viajando, pero no lo hice, eran mis hijos y sobre todo eran de Dios. Luego cuando falleció mi esposo en un atentado de los de la ETA era  policía, pues me quedé sola con 4 críos, el viajar  se había esfumado. Tal vez pude  llevarlos a un centro, aducir que me veía incapaz, y volver a viajar. No lo hice
Un día se reunieron todos, yo estaba bien, tenía 80 años, ahora tengo 99 para Navidad, no 105 como dice la hermana Ricarda, estaba bien, pero tenía problemas de movilidad, de vértigo, no podía viajar. Y ellos no iban a renunciar por mí. Eso sí, me dieron a elegir una residencia laica, o a ustedes. Y yo con las esposas de Jesús, que sí él se enamoró de ustedes será por algo. A veces el demonio viene se sienta a mi lado, y me dice. “estupida, yo te aconsejé bien, ahora hasta estarías viajando, en aviones especiales que llevan hospital, pero preferiste parir y dar la teta y limpiar culitos sucios, estupida y no vienen ni a verte, ni tus nietos, estupida”. Entonces yo lo amenazo con el Rosario y la Biblia, a veces le echo agua de la fuente, que como es natural es bendita, porque viene de Dios. Otras estoy a punto de caer en la tentación y pensar que el demonio tiene razón, pero sé que no, mis hijos y mis nietos son buenos, y sí ellos no vienen a verme, estoy segura sus nietos e hijos eran a verlos a ellos. Y, si no, pues a Jesús también lo abandonaron. Ahora madre le importaría que rezaramos un rosario a la Santísima Virgen, luego me lee usted algo de La Palabra de Dios.
La Religiosa toma el rosario y empieza a orar, y piensa. Jesús enamorado de ellas, puede por quien está loquito es por su Elenita, por Doña Elena. Que cuando parta de este mundo merece irse al Cielo corriendo, bueno que digo eso no lo merece nadie, lo mereció Jesús el Esposo, pero él me entiende.
Fin

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