miércoles, 3 de abril de 2013

Los duendes


Los duendes Relato
Sí había algo en el mundo que le gustase a Pedrito, sobre todas las cosas, era ir los fines de semana a casa del abuelo, Fernando.

Y, es que el abuelo Fernando, o, Nando, como le llamaba la abuela Fina, era el hombre más sabio del mundo, no había cosa que no supiese, conocía un montón de historias, pero no sólo de las historias de los cuentos, si no historias que habían sido verdad, y, que a Pedrín, le encantaba que le contase, mientras comían, al irse a dormir, ó,  cuando paseaban a la orilla del río, bueno, la verdad es que le gustaban siempre, , que le hablase de países tan lejanos, y tan bonitos que parecían de fábula; y, no digamos que el abuelo le hablase de la vida de los animales, que parecían los más inteligentes.

Pero el abuelo Nando, ó Fernando, no sólo era un as, con las historias, con la geografía, es que Pedrín, lo tenía también como aliado, para los problemas del cole, era como una calculadora humana, como dicen en cierto programa de la tv

Un día, el pequeño Pedrín, decidió que tenía que enterarse del saber de su abuelo, y, la mejor forma, era preguntarle, y, lo hizo

“Oye abuelo” dijo poniendo cara muy seria, todo lo serio que puede ser uno a los 7 años. ¿Tú,  cómo sabes tantas cosas?

Pues será porque soy viejo, dijo el abuelo, con una sonrisa picara; porque la verdad es que el abuelo de Fernando, tenía sólo 48 años, así que muy viejo no era

Tú no eres viejo, abuelo, respondió Pedrín

Me has descubierto, pues veras te voy a revelar mi secreto, a mí me ayudan a saber tantas cosas, unos duendes amigos míos

¿Unos duendes, de verdad?

Oh sí, veras son unos duendes maravillosos, que Dios nos puso en la cabecita, y, que llaman neuronas, cuando seas mayor dentro de pocos años, lo estudiaras en la clase de ciencias

¿Y, son duendes?

Sí, unos duendes maravillosos, como ya te dije, te explico como funcionan, yo de niño, cuando era como tú, y, más joven, iba escuchando historias, que me contaban mis papás, mis abuelos, mis profesores, lo que leía en los libros, a veces me daba la impresión de que no me enteraba de muchas cosas, pero estos duendes maravillosos, las tomaban, y, las iban almacenando, en “ cajitas misteriosas” que tienen ellos, y, que se llama “ memoria” después a eso yo fui sumando, bueno ellos fueron sumando, las cosa que yo vi., ya como joven, como hombre adulto, lo que leí, los pocos viajes que pude hacer, lo que escuchaba a otras personas, y, hasta las películas que iba ver al cine, algún día que bajaba la pueblo con tu abuela, ah, y, las cuentas que tenía que hacer, para poder dar de comer a tu padre, y, a tus tíos; de todo esto los duendes, ó,  sea las neuronas iban almacenando, para que yo lo tuviese a mi alcance en el momento, en que lo precisase, ó, sea que tuviese que contar una historia,  hacer una cuenta

Que bien abuelo, así que esos duendes, son como un DVD

Bueno, son mejor, un DVD, es limitado, no puedes grabar todo lo que quieras, y, estos duendes como son invento divino, pues no tienen límite

¿Y, no hay que cuidarlos?

Ahí, te equivocas, jovencito, claro que hay que cuidarlos, por qué si no se pueden estropear, y, entonces es muy triste, porque se mezclan las cosas, y es como cuando has roto un libro, o, un periódico, y no sabes montarlo de nuevo, y, te sale la página de deportes a medias con la sociedad, y, nada tiene sentido

¿Y, cómo se cuidan?

Pues dándoles de comer, o, sea comiendo todo lo que precises, y, que mientras eres un niño, es cuestión que arreglan las mamás, te cuento que a las neuronas, les encanta el pescado, y, las verduras, y, por supuesto, y, sé que esto te va encantar, también les gustan los dulces, pero el azúcar no la bollería; estudiando, y, escuchando con atención a los mayores, ya que las cosas que ellos guardan les entran por nuestros ojos, y nuestros oídos

No tomando alcohol de pequeños, y, no abusando del mismo de mayores, paseando por el campo, a la orilla del río, o del mar, tratando bien a los animales

¿De esa forma no se estropean nunca?

Bueno, a veces lamentablemente sí, pero eso, es algo muy triste, de lo que no vamos hablar ahora, lo normal es que si haces todo esto que te digo, nunca se te estropeen

Pero digo yo, abuelito, tendré que estudiar igual

Claro que sí, vaguete, que te creías, que éstos duendes, eran como esos de los cuentos que hacen las cosas porque sí, éstos son muy serios, porque los hizo Dios

Abuelo, hay un señor en casa, un vecino, que dice que Dios no existe

Pobrecito, sabes eso es que sus duendes, no funcionan bien, tiene alguna neurona que le falla, en concreto, la memoria del Amor del agradecimiento, de la Fe. ¿Sabes que tienes que hacer con él?

No hablarle

No, cómo se te ocurre, al contrario, respetarlo, quererlo, ayudarlo en todo lo que puedas, y, cada noche, pedirle a Diosito por él, porque no sólo tiene las neuronas malas, las neuronas que hacen descubrir al Autor de lo que somos, si no que también tiene ciega el alma, y, Dios sufre mucho por él

Abuelo, el cura dice que Dios no sufre

Pedrín, los curas a veces también dicen tonterías, cómo no va sufrir Dios si es Padre. Y ahora ven, que vamos a ver al hijo de Lucera, te encantará es el ternero más bonito del mundo

Y, Pedrín de la mano de Fernando, fue a ver a Concho, el nuevo ternerito

Fin

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